El doctor sonrió como pudo a Ava ante su presentación. Empezó a inspeccionar sus heridas viendo en ellas algo bastante familiar por lo que pudo sentirse un poco más tranquilo. El que realmente estaba grave era Melvin. Era él quien realmente necesitaba una operación de urgencia. — Ava, solo necesitaras descansar. Tratar de alimentarte para mantenerte y no moverte. Reposar en todo el sentido de la palabra, ¿de acuerdo? — apoyó amistosamente su mano sobre el hombro de la chica, intensificando una sonrisa cansada. Ava se encontraba bien dentro de lo malo, solo necesitaba tiempo.

— Ahora necesito la ayuda de todos los que puedan mantenerse en pie y adentrarse en el avión. Aparte de que necesitamos alimento, lo que sí que es imprescindible es encontrar mi maletín médico, o al menos antibióticos, gasas y material de sutura para poder operar a Melvin. — Porque estaba visto que si no lo hacía, el hombre no duraría mucho más.

Alistair echó una rápida mirada al avión, sabía que debido a su estado mental no le convenía demasiado adentrarse allí por si veía algo peor de lo que ya había visto… pero tampoco podía mantenerse de brazos cruzados. No eran muchos los que podían moverse. — Si no lo encontramos en la primera búsqueda, volvamos a intentarlo, por favor — Rogó antes de acercarse al avión y adentrarse en él.

Se mantuvo tranquila mientras Alistair la revisaba. Una vez finalizó y le dio el diagnostico sintió un alivio inmediato, no tenía nada roto realmente tal como había querido pensar desde el principio. No es que pudiera alimentarse demasiado allí o dormir en algún lugar muy cómodo, pero suponía que solo se mejoraría de forma lenta, más no se agravaría ni nada por el estilo. —Muchas gracias — le dijo con una enorme sonrisa, buscando la mirada de us hermana por inercia.

Al escuchar lo siguiente se mordió el labio al no poder hacer nada para ayudar y queriendo hacerlo. Por lo menos habían más personas ahora y Melvin estaría bien, tenía que estarlo. —Nataly encontró un botiquín cuando se adentró al avión hace poco — le comentó al médico antes de verlo adentrarse, para luego suspirar. Nuevamente a esperar para saber cómo saldría el simpático hombre de todo aquello.

Escuchar el diagnóstico de Alistair una vez que este revisó a su hermana le saco una sonrisa asi como un gran alivio, por lo menos con eso sabía que Ava no tenía ninguna herida tan grave como para requerir algún tipo de operación, aunque tampoco es que hubiera mucho sitio para descansar cómodamente y mantenerse bien alimentada, pero al menos con el descanso podría ponerse de pie nuevamente. Miró a su hermana, para sonreirle ampliamente y poder buscar su mano para estrecharla un poco.

—Gracias Alistair...— Comentó, realmente no estaba del todo aliviada pues el que estaba en mayor peligro era sin duda alguna Melvin. Escuchó con atención las palabras que el médico estaba soltando y asintió un par de veces, mientras mas rápido pudieran sacarle ese fierro de la pierna, mucho mejor, por lo que recobró su postura rápidamente  para intentar ayudarle a Alistair, sin embargo su propio cuerpo se dejó caer de nuevo, justo a un lado de su hermana. Aunque ella quisiera seguir, en esos momentos su cuerpo estaba resintiendo ahora si todo el cansancio que había estado acumulando desde que salió de la jungla con Melvin, por lo que no había mucho que pudiera hacer —Lo siento... Estoy demasiado cansada, si llevan a Melvin, yo me quedo con mi hermana aqui. Podemos aprovechar y ver si llega algún sobreviviente mas—

 Melvin se alegraba de ver a un nuevo grupo, sin embargo el desesperado hombre no entendía razones para posponer su operación. Alistair estaba allí: ello era suficiente para que le intentasen sacar la pierna. Estaba dispuesto al riesgo. Era ese riesgo o el destino seguro de morir infectado.

- Olvídate del maletín, *dude*... no creo que vaya a lograrlo si sigo esperando a que sucedan milagros. Todavía no me explicó como llegaste hasta aquí justo cuando me estaban a punto de sacar el fierro... pero ya estás aquí... *you're not a illusion, man*... necesito que me ayudes ahora. No puedo mirar mi pierna sin pensar que en cualquier momento la perderé o ella me matará a mí... *please, Al*... No te culparé si algo sale mal. Solo quiero intentarlo cuanto antes.

Martes, 6 de agosto del 2019.
Tarde, temperatura 29ºC
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Entrar ahí había sido un error para Mitch, fue incapaz de soportar lo que estaba viendo ahí dentro y no pudo evitar empezar a vomitar. Se le puso muy mal cuerpo e incluso se tiró más de cinco minutos haciéndolo. Ya no sabía si era por la marihuana, por lo que acababa de ver, por el cansancio o por qué. Pero el caso es que echó hasta su primera papilla. Aquella situación era insoportable. 

Afortunadamente encontró una lata de 33cl de cocacola zero que podría llevarse como provisión. Pero nada, aquella búsqueda había sido totalmente infructuosa y aunque aún tenía la opción de seguir buscando, era bastante probable que no ya no le quedaran ninguna gana.

Martes, 6 de agosto del 2019.
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Ahora que Kalina había recuperado la movilidad decidió adentrarse en el avión tal y como Alistair había pedido. Será mejor que te quedes con él. Le dijo impidiendo que el médico entrase de nuevo. Luego Nataly llegó a la zona le enseó algo a Alistair.

Lo primero que vio fue una pequeña maletita de metal con el símbolo de la cruz roja, que rápidamente identificó como un botiquín de primeros auxilios. Ahí dentro había varias cosas que podrían serles de utilidad, gasas, vetadine, agua oxigenada, ibuprofeno, compresas, tampones, "puntos de aproximación", esparadrapo y tiritas. No era el maletín de Alistair, pero serviría para ayudar a Melvin.

Mitch se sentía asqueado por lo que veía, pero sobre todo sobrepasado por lo horrible que era la escena que tenía ante sí. Además, su búsqueda había resultado totalmente infructuosa, más allá de encontrar una lata de Coca Cola Zero con la que esperaba poder saciar su sed o la de alguno de sus compañeros.

Sin embargo, lo que sucedió entonces le sobrepasó. Quizá porque las drogas que había consumido en el pasado ya le habían destrozado bastante el cerebro, unido a la traumática experiencia de presenciar tantos cadáveres destrozados ante sus ojos. El joven hippie se llevó las manos a la cabeza y comenzó a sollozar en silencio, horrorizado de haber terminado así. Sam. Su amada Samantha y él estaban destinados a vivir una feliz vida juntos y, sin embargo, él había terminado estrellándose en aquel vuelo.

-No puede ser, Mitch, no puede ser -decía Mitch, con las manos en la nuca y la mirada perdida entre la marea de cadáveres-. Estuviste en esa isla, en ese resort donde hubo torturas y todo a otra gente. Tú no viste ni viviste nada de eso, Mitch. Te dijeron que sólo eran unos degenerados, pero, ¿y si era algo más? ¿Y si los que estaban torturando gente en ese resort al que fuiste hace un año eran los del gobierno? Sí, sí, eso es... Todos sabemos cómo es Trump. Seguro que él tuvo algo que ver. Y sabe que tú estuviste en ese resort, que eres listo y siempre ves más allá, y ahora quiere silenciarte. Sí. Sí, tiene que ser eso. Entonces... ¿toda esta gente? ¿El accidente fue provocado? ¿Trump hizo que este avión se estrellase? -Las lágrimas afloraron en los ojos del hippie al comprender la dura realidad en la que ahora vivía o, mejor dicho, creía vivir-. Y todo por mi culpa. Toda esta gente ha muerto porque Trump y los suyos quieren silenciarme. Porque quieren que yo muera y que nadie sepa los trapos sucios del gobierno de los Estados Unidos. Pero no puede ser solo cosa del gobierno. Kennedy era buena gente y Clinton, y Obama. Trump... tiene que ser uno de esos Iluminattis que controlan el mundo desde las sombras. Sí, esto tiene que ser cosas de los Iluminatti. Seguro.

Mitch se sentía en esos momentos como una Katniss Everden sin arco, sobreviviendo en medio de una isla mientras una mano negra gubernamental intentaba destruirle. Necesitaba recuperar fuerzas y, por ese motivo, decidió abrir la lata de Coca Cola y bebérsela de largos tragos. Siempre había considerado que los refrescos de cola eran auténticas delicias para el paladar, por lo que degustó cada gota como si fuera la última.

-Pero Trump no dejaría nada al azar -razonó Mitch, envuelto ya por completo en su paranoia-. Seguro que querría asegurarse. Si no me mataba en el accidente de avión, tendría un plan B para eliminarme. ¡Ya está! -Dio un bote, incorporándose de inmediato-. ¡Hombres de Negro! ¡Eso es! ¡Los jodidos Men in Black! Tiene que haber alguno en el avión. Puede que más. Sí, nunca mandarían a uno solo. Erik... Erik era un cabrón que nos dejó solos y no pidió ayuda. ¡Seguro que era uno de ellos! Pero tus compañeros, tus compañeros parecen buenas personas, Mitch. No puede ser ninguno de ellos: Alistair, Ava, Alisson, Nataly, Melvin. Todos buenos. Tengo que encontrar a ese segundo Hombre de Negro y evitar que pueda hacer daño a alguien.

Con esa idea en mente, el paranoico hippie abandonó el avión con pasos lentos y la mirada perdida, envuelto en sus pensamientos.

El doctor se detuvo en seco en el momento que supo de la existencia de un botiquín. No sería igual que usar su maletín donde tenía los mejores instrumentos pero tendría que apañárselas e inmediatamente, ya que la pierna de Melvin no iba a darles más tiempo. Rápidamente cogió el maletín y lo abrió con la esperanza de encontrar lo suficiente, y así era, pero no podía pensar en otra cosa que el sufrimiento por el que pasaría el hombre. Con suerte se desmayaria a causa del dolor, pero al menos tendría una posibilidad de sobrevivir y él lo sabía al escucharle hablar. Sabía que no podía esperar más.

- Voy a operarlo ahora mismo. Si alguien cree tener la suficiente sangre fría como para apoyarme, es bienvenido o bienvenida. - Le bastaba con que les secara el sudor para que no cayera sobre la herida y le pasarán los pocos utensilios que utilizaría.

Las palabras de Melvin le conmovieron, confiaba en él y aunque jamás le culparía si algo salía mal, Alistair si lo haría para sus adentros. Le miró a los ojos y asintió con la cabeza. - Voy hacer todo lo que esté en mi mano para que salga bien - prometió antes de darle Ibuprofeno y pedir que se lo tomase, posteriormente se levantó y preparó la "sala de operaciones".

Trató de buscar alguna plancha de metal que se hubiese despegado del avión, algunas prendas que lo cubrieran para paliar el calor y que no se achicharrara la espalda una vez lo tumbara sobre ella. - Necesitaré que lo agarréis bien - porque con el dolor, Melvin se movería en algún momento aunque no quisiera. - Aguante... Vamos a sacarte eso de ahí, y va a doler. - palmeó amistosamente su hombro antes de ponerse delante de la herida. Con unas tijeras cortó la tela del pantalón para ver mejor la zona. Una vez vio como proceder, les dio señal a los demás para que lo inmovilizaran. Derramó bastante desinfectante sobre la herida abierta, y dicho líquido lo usó también para bañar sus manos y el utensilio cortante que usaría para abrir más la herida. No sacaría aquel tubo de hierro sin más pues había un alto riesgo de desgarre. - Por favor, que alguno mida su ritmo cardíaco y me informe si se eleva demasiado - comunicó al resto sin dejar de trabajar. Una vez abierta más la herida, se propuso a sacar el hierro con firmeza y de forma continua en el mismo sentido en el que estaba clavada. Si Melvin soportaba aquella pérdida de sangre que el doctor trataría de controlar, podría tener una posibilidad. Luego tendría que preocuparse de la infección pues sin antibióticos lo tenían difícil.

En cuanto sacara el hierro, usaría el material de sutura para cerrarla primero por un lado y luego por otro.

Al ver como Alistair se preparaba para comenzar con aquella operación de inmediato, tal cual Melvin lo estaba pidiendo, no pudo evitar sentirse un tanto nerviosa, realmente jamas había visto algo como una operación (Que no fuera en películas claro estaba) Más allá de las típicas autopsias que eran propias de su carrera, pero aquello era sin duda un nivel completamente diferente. Alisson miró a su hermana por un momento, no tenía muchas fuerzas debido a lo agotada que se encontraba para esos momentos pero al menos intentar agarrar a Melvin del hombro o del brazo si que podría, no sabía que tanto serviría pero lo intentaria, por lo que asintio ante las palabras del doctor.

—Bien... es mejor salir de una vez por todas de esto— Ya el pobre de Melvin había estado aguantando mucho tiempo con aquel fierro clavado en su pierna, ahora solo quedaba confiar en Alistair y esperar que todo saliera bien. Por lo que se dedicó a mirar todo (tratando de hacer a un lado el sentimiento de nauseas que sentía debido a la operación) Y estar allí para cuando se necesitara actuar segun las ordenes de Alistair.

 El momento había llegado, y la ceremoniosa preparación que el doctor Banner estaba realizando en frente del moribundo Melvin le daba una sensación de terror que le recorría todo el cuerpo. Pero aún así no era tanto terror como la idea de no hacer nada. Era mejor, pero seguía siendo una mierda que no le desearía a nadie. Cuando finalmente iba a empezar, luego de empastillarse con ibuprofeno como si fuera a hacer alguna diferencia, Alistair cortó su pantalón y hecho alcohol sobre la herida y sus manos. Las quejas de Melvin no se hicieron esperar.

- ¡¡GAAHHHHH!! *¡Son of a motherf*cking bitch!* ¡AAHH!

 Antes de seguir gritando, insultando al doctor o empezar a decir que parase, Melvin bajó la cabeza y empezó a morder el cuello de su camisa. También tenía miedo de empezar a retorcerse cual perro asustado, pero Alisson redujo su movilidad sosteniéndolo de los brazos. Estaba logrando retenerlo bien; después de todo la chica ya tenía bastante experiencia lidiando con el tosco cuerpo de Melvin.

 Conforme avanzaba la cirugía y la perdida de sangre aumentaba, se podía ver que la atención de Melvin estaba disminuyendo. Gritando menos y recostándose en la arena. Empezaba a caer inconsciente, mezcla del dolor y la falta de estabilidad. Despertaría con el fierro fuera de su pierna... o no despertaría más.

Se arrastró lo más que pudo hacia el hombre cuando Alistair salió y pidió asistencia. Se acomodó a su lado tratando de darle apoyo tal como lo estaba haciendo su hermana. Asintió al doctor y comenzó a medir el ritmo cardiaco del hombre lo mejor que pudo esperando no alterarse ella misma por todo lo que estaba pasando y al escuchar a Melvin gritar por el dolor cuando la cirugía comenzó, sobre todo por lo cerca que estaba de su persona, del escándalo, de la sangre. Aquello iba llenar sus pesadillas cuando lograran dormir de nuevo.

Al ver como comenzaba a desmayarse por el dolor, noto como el pulso le bajaba un poco, pero seguía estable. Suspiró aliviada esperando que pudieran finalizar con aquello rápido antes de que algo realmente malo sucediese.

Martes, 6 de agosto del 2019.
Ocaso, temperatura 27ºC
Hora Local: 20.00; 
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Alistair se sentía muy presionado ante la situación que estaban a punto de vivir. Pero afortunadamente, era un médico bastante bueno y estaba acostumbrado a trabajar en aquella situación. Con mucho cuidado y utilizando gran parte del botiquín logró extraer el fierro que Melvin tenía atravesado en su pierna. 

El hierro se deslizó con mucha suavidad y Melvin no podía creerse que estuviera sintiendo tan poco dolor. Desde que había llegado a la isla no se había sentido tan bien como hasta ahora. Y es que por fin, ese pedazo de metal había sido extraído de su cuerpo dejándole una herida horrible y probablemente una terrible cicatriz. Pero lo que estaba claro es que lo más duro ya había pasado y ahora tan solo necesitaría que la herida se cicatrizase y algo de reposo. ¡Gracias a Alistair, Melvin seguiría con vida y aguantaría al menos un día más! De haber dejado unas horas más aquéllo, Melvin habría terminado muriendo por culpa del dolor y la infección.

Después de aquel terrible esfuerzo, Alisson, Ava y Melvin quedaron terriblemente agotados sin poder hacer nada más y deseando prácticamente poder dormirse ya. Estaba empezando a anochecer y su cuerpo no aguantaba más el cansancio acumulado de todo ese duro día que habían vivido.

 Increíblemente, la operación había sido un éxito. Alistair se comportó como un experto cirujano y sacó aquel maldito fierro de su pierna con la excelencia de los mejores médicos jamás vistos. Incluso cuando creía que se desmayaba por la perdida de sangre y el dolor, la suave técnica del Dr. Banner hizo que apenas sintiese todo lo que ocurría. Era un milagro. No sabía de quién. Dios, Uncle Sam, Santa Claus... o alguna de sus otras deidades que cuidaban de él. Pero Melvin estaba maravillado por aquella nueva oportunidad de vida.

 Maravillado y cansado completamente. Apenas si se podía mover de lo agitador que fue todo eso. Con una sonrisa boba y sintiendo el fresco del aire, el corpulento hombre se acostó en la arena.

- *Oh, God... this feels SOOO good man!* Dr. Banner, eres mi héroe, *dude*... te debo la vida. A usted y a las chicas... Alisson, Ava... *you rock, girls!*... Aha... Hahaha! *I'M ALIVE!!!*

Mitch había salido del avión con el rostro desencajado y expresión horrorizada. No sólo por la gran cantidad de cadáveres que había en el interior del avión, sino porque había llegado a una conclusión de lo más desagradable sobre lo que había provocado el trágico accidente. Apenas prestó atención al estado de Melvin, aunque se tendió de rodillas sobre la arena, cerca de sus compañeros. Sus manos temblaban y se podían percibir lágrimas en sus ojos.

-Chicos, tengo algo que contaros -dijo, observándolos a todos con ojos de cordero degollado, horrorizado por el descubrimiento que había realizado-. El accidente de avión... Fue provocado. Sé que parece una locura, pero es la verdad. El gobierno de los Estados Unidos derribó el avión desde una de sus antiguas bases militares, desde alguna isla del Pacífico. Tienen láseres, misiles... No-no-no -Tartamudeó, sobrepasado por las circunstancias- No sé cómo lo hicieron, pero han sido ellos.

Las lágrimas afloraban en los ojos del hippie, quien se mostraba devastado por su descubrimiento, hasta el punto de elucubrar sobre las distintas posibilidades, a cada cuál más conspiranoica, sobre cómo había sido derribado al avión.

Ver en primera mano aquella cirugía fue algo que su estomago no soporto del todo bien, sin duda estaba llegando en ese lugar a limites que no conocía de ella misma. Terminó ayudando al hombre mientras miraba a un lado, por miedo de vomitar en cualquier momento. Para cuando escuchó las palabras de Melvin, de inmediato volteó a mirarlo con una sonrisa, si estaba diciendo aquello era solo un indicio de que había sacado aquel fierro de su pierna exitosamente, suspiro de manera suave, sintiendo un peso menos en esos momentos —¡Dios mio! Por fin terminó esto...— Comentó con una sonrisa débil en sus labios, aun estaba completamente agotada, pero esto no evitó que mirará a Alistair de manera aliviada —Sabía que tu lo podrías hacer, ahora debes descansar, asi ese tipo de cosas en medio de este lugar... No creo que sea el ambiente optimo— Comentó, el doctor se merecía sin duda alguna un buen descanso despues de toda la presión que suponía habría estado teniendo mientras sacaba ese metal.

Pero esto no quedó asi y el otro hombre que había ayudado a su hermana salió del avión, diciendo todas esas cosas de tal manera que al menos en esos momentos, a Alisson le sonaban a una especie de plan conspiranoico sacado de internet —¿Lo derribaron? ¿Que? Como porque harían eso... y hablando de esto ¿En que parte del mundo estamos? No creo que estemos tan cerca de Estados Unidos— Comentó pensando un poco, la región era propia de una isla por lo que ella había logrado ver, asi que suponía que estaban en alguna zona parecida al Caribe, o una región similar al menos. Dejando esto de lado, lo que hizo en esos momentos solamente fue mirar a Alistair y despues a su hermana, no sabía si aquello que estaba diciendo Mitch era cierto, lo que si sabía era que estaba completamente diferente a como entro del avión, parecía simplemente mas... ¿Nervioso? Si es que esa era la palabra.

Aquello era impresionante. Terrorífico e impresionante. Ava recordaba de nuevo porque prefirió ser policía y no medico cuando decidió hace tantos aoñs uqe auidaría al a gente como meta de vida. Tembló levemente durante toda la operación y más de una vez tuvo que cambiar la mirada para no marearse, pero logró sostener lo mejor que pudo a Melvin hasta que vieron que había finalizado el médico. Ese hombre era un ángel sobre ellos por haber logrado esa cirugía en un lugar así. —¡Sí! Ahora a descansar, pronto estarás ayudando a que salgamos de aquí — animó al hombre que tan bien le había caído por haberlo visto tan cerca de su hermana en aquel evento. Le sonrió a Alistair al verlo también tan agotado y a su hermana, se sentía igual o peor que ellos. —Alistair, eres un santo — le dijo, para luego mirar a Mitch que por fin volvía del avión con una cara que no le había visto en ningún momento desde que lo había conocido.

Sus palabras la dejaron en blanco y sus preguntas hicieron eco en la voz de su hermana. Parecía una trama de película por completo. —Tranquilo Mitch. Respira. ¿Cómo que lo derribaron? ¿Dónde viste eso? — parecía que se iba a desmayar en cualquier momento y si no estuviera en su situación se hubiera levantado a darle un brazo para aguantarse.

-Los gobiernos siempre tienen trapos sucios -dijo el hippie, devastado por los acontecimientos-. Y Estados Unidos tiene bases más allá de suelo americano. Puede que tuviera una en alguna isla del Caribe. Yo... Es difícil de explicar, pero en este avión -Tragó saliva mientras observaba los rostros de sus compañeros- había alguien que les molestaba.

Mitch prefirió no añadir más al respecto. Se le veía nervioso, demasiado nervioso y alterado, como si lo que le había sucedido en el interior del avión le hubiera afectado profundamente.

-Tenemos... tenemos que encontrar una forma de escapar de esta isla -indicó, con un profundo temor a que le tomaran por loco-. Ya casi han pasado cuarenta y ocho horas. No-no-no van a venir a buscarnos. En veinticuatro horas ya nos habrán dado por muertos -Entonces se percató de que no estaban todos. Kalina, la chica rusa, ya no estaba junto a los otros integrantes del grupo-. ¿Y Kalina?

Lo había conseguido. Sintió mucho haber metido a Alisson y a Ava en aquello pero no le quedó más remedio, necesitaba ayuda. El doctor por fin pudo relajar su cuerpo, que durante toda la operación estuvo en tensión, y se dejó caer en la arena, apoyando su cuerpo sobre sus manos que se clavaron en la arena. Sus pequeños granos se pegaron en su piel a causa del sudor, una sensación bastante incómoda  y desagradable pero en esos momentos no le importó, solo quería descansar y dar gracias que todo hubiera salido bien.

Oyó el exhausto agradecimiento del afectado.  Alistair no pudo hacer otra cosa que sonreírle y aconsejarle que descansara. — Me lo pagará si mantiene reposo, así que tome descanso, señor Morris. — Las felicitaciones de todos le hicieron sentir mucho mejor si cabía después de haberle salvado la vida a Melvin, y les respondió con una modesta sonrisa. — Lo habéis hecho estupendamente, también habéis contribuido a que nuestro amigo siga vivo. Ahora os merecéis también un buen descanso. Sinceramente espero que no haya sido una experiencia demasiado traumática— y esa palabra le recordó lo que había visto en el interior del avión, la visión de Antonio muerto en la orilla de la playa. Todo aquello le provocó una sacudida de ansiedad que aprisionó su pecho, lo que le obligó a cerrar los ojos para tratar de mantener la calma.

Pero en esos momentos llegó Mich. Quizás con buenas noticias y con nuevos suministros; comida y quién sabía si algo útil para tratar a otros heridos. Pero de momento solo le escuchó decir teorías conspiratorias que el doctor no quería creer. No quería creer que le habían alejado de su esposa y del hijo que esperaba por antojo del gobierno.

— C-chico… necesitas descansar también, en cuerpo y mente… — comentó al tiempo que volvía a abrir los ojos con un poco de miedo en el cuerpo de encontrarse alguna alucinación sangrienta que llevaba sufriendo desde hacía horas. Alisson quiso saber, y le preguntó sobre lo que había visto en el avión. —Tranquilízate. ¿Dónde has visto eso? ¿Cómo sabes todo eso? — Insistió en la pregunta porque le daba la sensación de que estaba siendo víctima de alucinaciones por lo que había visto ahí dentro. Sus argumentos parecían sacados de una película o serie de televisión. No obstante, lo último que dijo el hippy le hizo verdadero daño, quizás porque era lo único que veía con sentido. Que ya le hubieran dado por muertos. Que ya no irían en su rescate y que no les quedaba otra que asimilar que su vida tal como la conocían la tenían que dar por perdida. — No le escuchéis… No está bien. — comentó con mayor seriedad y con el rostro blanco como el papel. No estaba preparado para escuchar esa verdad si es que era cierta, porque la de la conspiración del gobierno no se la creía en absoluto. — Kalina… Fue a por comida. Voy a buscarla. — Y lo haría evitando el interior del avión si era posible. Se puso en pie y se puso a buscarla. — Quedaros aquí descansando. — Les dijo al resto antes de echar a andar pues aún le quedaban energías.

Mientras Alistair recorría los alrededores del avión no fue capaz de encontrar nada. Lo único que vio fue un ligero movimiento que venía de la jungla para después descubrir que una mujer que no había visto ahora llegaba bastante cansada y pálida hasta donde se encontraban ellos.