Partida Rol por web

Persiguiendo Papeles

Capítulo I - El misterioso caso de los libros robados

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15/01/2012, 18:46
Guardián

13 de Noviembre de 1923

19:00 h (p.m)

Despacho de Murdock Cassidy

Boston (Providence)

 

Era el tercer día consecutivo de lluvia y Murdock estaba empezando a cansarse. Mientras miraba por la ventana de su humilde despacho pensaba en lo mal que estaban llendo las cosas últimamente. Tras una buena racha con varios sustanciosos trabajos, el auge de los investigadores privados parecía tocar a su fin y toda la culpa era, sin lugar a dudas, de la policía de Boston. Antes de la ley seca los policías se dedicaban a rascarse la barriga y hacer todo lo posible por no resolver sus malditos casos, lo que propició que buscavidas como Murdock pudieran crear de la nada un negocio lucrativo, era tan sencillo como resolver los casos de los que la policía no se ocupaba. Lo más difícil era promocionarse, pero una vez salvado ese escollo el resto era pan comido.

Murdock se retiró de la ventana y tomó asiento en su viejo escritorio. Donde debería haber un completo dossier con fotos sobre algún caso abierto, no había más que un ejemplar bastante arrugado del último número de Weird Tales, aquella famosa revista donde amargados profesores de universidad y otros eruditos daban rienda suelta a su imaginación escribiendo todo tipo de inverosímiles relatos detectivescos. Murdock se acomodó en su silla de piel y colocó los pies sobre la mesa mientras se preparaba para pasar el rato durante la hora de trabajo que le quedaba. Resignado a que ya no vendría nadie a esas horas, cogió la revista entre sus manos y comenzó a ojear un relato titulado La Sombra sobre Innsmouth.

Estaba inmerso en aquel relato sobre unos misteriosos hombres-pez cuando escuchó el ruido de la puerta de fuera, seguramente se trataba de la señorita Young, la secretaria. Murdock estaba tan seguro de que no tendría clientes ese día que había cedido a las peticiones de la señorita Young de salir una hora antes del trabajo, al parecer iba a asistir al teatro con una amiga. Sin embargo, cuando levantó la vista y miró a través del cristal translúcido de la puerta, pudo distinguir dos figuras.

Murdock había dejado de leer y trataba de escuchar la conversación que estaba teniendo lugar en el vestíbulo, cuando vio como una de las figuras (la de la señorita Young) se levantaba de su asiento y se dirigía hacia la puerta del despacho. Con un veloz movimiento guardó la revista en un cajón, justo a tiempo para escuchar como alguien llamaba a la puerta.

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15/01/2012, 19:06
Clara Young

La señorita Young abrió la puerta del despacho sin esperar a que Murdock le diera permiso, como solía hacer habitualmente cuando tenía prisa. Llevaba el abrigo y el sombrero puestos y saltaba a la vista que se había maquillado para la ocasión. Parecía impaciente por marcharse y hacía ya unos minutos que debía haberlo hecho, pero alguien se lo había impedido.

- Señor Cassidy - dijo Clara Young desde el umbral de la puerta - Ha venido un cliente ¿quiere que le haga pasar? - miraba insistentemente su reloj de pulsera, sabía que llegaba tarde - Yo tengo que marcharme ya, señor Cassidy, así que si no le importa le dejaré a solas con el cliente.

Por detrás de la señorita Young se perfilaba la figura de un hombre que permanecía en pie junto al mostrador, aunque Murdock no pudo verlo bien porque la secretaria estaba justo delante.

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15/01/2012, 19:55
Murdock Cassidy

-Claro, señorita Young.- dije, colocándome en mi asiento como si hubiera estado revisando unos casos antiguo que había sobre la mesa. -Deje entrar al cliente y puede marcharse, muchas gracias.

Cuando la secretaria se dio la vuelta aproveché para alisar las arrugas de mi usada chaqueta, mostrándome lo mas presentable posible ante aquel que iba a presentarme mi próximo caso. Coloqué con varios golpes el taco de papeles que cubrían el escritorio sobre una carpeta de cartón abierta, cogiendo uno de ellos, un antiguo caso cerrado sobre la desaparición de una joven que resultó ser una huida con su amante, para aparentar que estaba enfrascado en una investigación. Con un rápido movimiento de cabeza revisé el resto de objetos del escritorio: un cenicero, aun a medias por las cenizas y las colillas de aquel día; mi pitillera, con los cigarrillos que aun me quedaban; una cajetilla de cerillas; varias carpetas de cartón con diversos dossiers y casos antiguos, apilados unos sobre otros a mi izquierda y, por supuesto, mi fiel libreta negra y un lápiz afilado, siempre a punto.

Bien, todo estaba listo.

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16/01/2012, 18:11
Clara Young

La señorita Young soltó una risita que trató de disimular tapándose la boca con la mano. A Murdock no le quedó claro si se reía porque estaba contenta de marcharse, en previsión de que pasaría una agradable velada en el teatro, o porque se había dado cuenta de que Murdock estaba disimulando muy mal.

- Gracias, señor Cassidy, le diré que puede pasar - dijo Clara Young con la sonrisa todavía en los labios - Mañana llegaré un poco antes por si necesita algo.

Salió de la habitación (aunque en realidad no había traspasado el umbral) pero dejó la puerta abierta. Le dedicó unas palabras al señor que esperaba fuera, probablemente indicandole que podía pasar, y después se marchó por fin por la puerta principal.

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16/01/2012, 18:17
Thomas Kimball

El hombre que esperaba fuera se acercó a la puerta del despacho. Dudó unos instantes si poner un pie dentro o no, y finalmente decidió quedarse donde estaba. Se trataba de un hombre de estatura media, debía rondar los cuarenta y estaba un poco gordo, a pesar de que el traje le disimulaba muy bien la barriga. Parecía nervioso, seguramente algo le inquietaba y por eso había decidido acudir a Murdock, aunque su indecisión le delataba como un tipo tímido por naturaleza.

- Bu-buenas tardes-es - dijo con un hilillo de voz, mientras sujetaba el sombrero con las dos manos - ¿Es usted el se-señor Cas-cassidy? Cassidy, si...

Mientras hablaba movía las manos retorciendo el sombrero y lo cierto es que lo estaba dejando tremendamente arrugado.

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16/01/2012, 20:09
Murdock Cassidy

Aparté la vista de los papeles que tenía en la mano, como si estuviera muy atareado con ellos. Los dejé a un lado, y me levanté con una sonrisa mientras miraba a mi cliente.

-Soy el mismo señor Cassidy. Murdock Cassidy, para servirle.- Empecé a andar, rodeando el escritorio. -Por favor, pase y tome asiento.- Me acerqué hasta la puerta para sujetarla mientras le indicaba con un brazo el camino. Era una sencilla silla de madera con respaldo circular y asiento negro, ligeramente mullido. Lo suficientemente cómodo para aguantar en él mientras me exponían el caso o escuchaban su resolución, pero no lo suficiente para que se pusieran cómodos. -Creo que no he tenido el placer de oír su nombre, señor...-dejé la frase en el aire, esperando que la terminara.

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17/01/2012, 12:28
Thomas Kimball

La actitud afable de Murdock calmó un poco el nerviosismo de Thomas Kimball, aunque aún le temblaba ligeramente la mano cuando se la estrechó al detective para presentarse.

- ¡Oh! Si, claro... mi nombre... soy Thomas Kimball - sonreía para disimular lo nervioso que estaba - Gracias, señor Cassidy... espero que no sea muy tarde, he tenido algunos problemas para llegar hasta aquí.

Siguiendo las indicaciones de Murdock, Thomas Kimball tomó asiento en la silla de madera que estaba frente al escritorio, no sin antes colgar su arrugado sombrero en el perchero que había justo al lado de la puerta. Por alguna extraña razón decidió no quitarse el abrigo, probablemente porque con los nervios se le había olvidado. Resultaba evidente que era la primera vez que recurría a servicios de ese tipo, se mantuvo a la espera, confiando en que Murdock llevase la iniciativa.

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17/01/2012, 20:36
Murdock Cassidy

-¿Problemas, señor Kimball? Espero que no sea por nuestros vecinos.- Me giré ligeramente, con una mano sobre el respaldo de mi asiento antes de sentarme. De esa forma pude lanza una mirada por la ventana, a las calles donde varias madres gritaban a sus hijos para que volvieran a sus casas, aunque ellos parecían dispuestos a seguir con sus juegos. Había algo de nostalgia en mi voz, pues hacía muchos años yo había sido uno de esos niños en aquellas calles y aceras. -No es el mejor barrio de Boston, pero es tranquilo y acogedor. Familiar mas bien.- Dejé las palabras en el aire mientras tomaba asiento y dirigía mi atención a mi contertulio. Crucé las manos, con los codos sobre el escritorio, haciendo algunos gestos mientras hablaba. -Pero bueno, creo que no ha venido hasta aquí para hablar sobre las bondades de mi vecindario. Cuénteme, ¿qué le preocupa? ¿Qué le ha traído hasta aquí, para darle trabajo a este humilde detective?

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18/01/2012, 11:58
Thomas Kimball

Thomas Kimball dejó de mover su pierna de manera compulsiva mientras escuchaba a Murdock. Se sintió a gusto sabiendo que el detective al que pensaba contratar parecía un hombre común y corriente, aunque en realidad sus problemas para llegar hasta allí no habían tenido nada que ver con los vecinos de aquel barrio de Boston.

- ¡Oh! Nada de eso... me refería al tiempo, se hace difícil conducir bajo la lluvia - dijo con una media sonrisa - Bueno... como usted ya habrá podido deducir, necesito de sus servicios para resolver un pequeño encargo... digo pequeño porque no creo que le resulte muy difícil, aunque el motivo de que acuda a usted es de gran importancia para mi. Veamos... ¿por dónde empiezo?...

Ya no tartamudeaba ni le temblaban las manos, aunque comenzaba a sudar com un cerdo por no haberse quitado el abrigo. Reflexionó unos instantes, ordenando las ideas en su cabeza para explicar adecuadamente lo que pretendía de Murdock.

- Verá, señor Cassidy, resulta que alguien me ha robado unos libros - comenzó - Ya sé que parece una tontería ¿qué son cinco libros más o menos? Si y... No... No esos libros - hizo énfasis en sus últimas palabras - Trabajé muchos años aquí, en Boston, como abogado... pero a raíz de la muerte de mi mujer, que el señor la acoja en su seno - parecía un tipo piadoso - decidí volver al pueblo de mi padre, Arnoldsbourg, puede que le suene, no está muy lejos de aquí... Estos últimos años me he dedicado a la escritura, he publicado algunas cosas pero lo mejor está aún por llegar - verdaderamente esa parece ser su vocación - Me establecí en la antigua casa de mi tío Douglas y he continuado atesorando volúmenes en mi pequeña biblioteca, tal y como solía hacer él... - cuando hablaba de su tío le brillaban los ojos, parecía que guardaba un buen recuerdo de él - Los libros que me han robado pertenecen a la colección privada que heredé de mi tío y, por tanto, tienen un gran valor sentimental, espero que lo entienda.

Notas de juego

Puedes hacer una tirada de Psicología.

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19/01/2012, 20:11
Murdock Cassidy

Asentí ligeramente mientras escuchaba con atención las palabras del señor Kimball. Con un gesto rápido, saqué mi fiel libreta y un lápiz del cajón y empecé a tomar notas. No todas aquellas cosas que apuntaba serían de utilidad mas adelante, pero muchos clientes parecían sentirse mas seguros ante un gesto tan simple como ese. Y, además, siempre había datos que era importante recordar. Sólo cuando terminó me decidí a hablar:

-Ya entiendo, señor Kimball.- Rodee con un gran círculo una de mis anotaciones, 5 libros, y escribí a continuación una flecha y un aviso: → Encontrar!! -Necesitaría conocer mas aspectos sobre este caso antes de ponerme a trabajar en él. En primer lugar, un listado y una descripción de los libros. Cualquier señal distintiva permitiría reconocerlo aunque sea vendido a algún perista.- Pasé mi lápiz a un segundo apunte, Arnoldsbourg, y lo subrayé con un movimiento rápido.- Además, querría conocer cuanta gente conocía de su existencia y valor. ¿Cómo es el pueblo de Arnoldsbourg? ¿Alguna otra persona tenía acceso a los libros? -Volví a mirar a mi cliente, esperando una respuesta. Di la vuelta al lapiz e, inconscientemente, empecé a dar golpes ritmicos con su trasera sobre el papel. Instantes después me di cuenta de que aquello no haría mas que ponerle nervioso, y paré en seco. -Tómese su tiempo, señor Kimball. No tenemos prisa. ¿Quiere un vaso de agua, o alguna otra cosa mientras pone en orden sus pensamientos?

- Tiradas (1)

Motivo: Psicología

Tirada: 1d100

Dificultad: 60-

Resultado: 72 (Fracaso)

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20/01/2012, 09:42
Thomas Kimball

- Oh... no, no se preocupe, no necesito nada - dijo Thomas Kimball declinando su oferta - Aunque lo que si que haré, con su permiso, es quitarme el abrigo... por Dios, ya decía yo que hacía mucho calor aquí.

Thomas Kimball se levantó y se quitó el abrigo, después lo dejó en el perchero junto a la puerta y sacó un pañuelo de tela de su chaqueta. Volvió a tomar asiento, se limpió el sudor de la frente con el pañuelo y se dispuso a contestar a las preguntas del detective.

- Verá, señor Cassidy, Arnoldsbourg es un pueblecito bastante pequeño, la mayoría de la gente se conoce y, desde luego, todo el mundo conocía a mi tio por su afición a los libros - Thomas Kimball se encogió de hombros - No tengo ni idea de quién ha podido ser, sospechería incluso de mi vecina... bueno, en realidad no, no creo que la señora O'Dell se dedique a estos asuntos a su edad - aquello le resultó particularmente gracioso - Los libros se encontraban en el antiguo despacho de mi tío, y esa habitación esta más o menos igual a como la dejó él, he reformado un poco la casa pero he mantenido su pequeño lugar de reposo... Por supuesto, nadie más tiene acceso a mi casa, y por tanto, a los libros.

Thomas Kimball trató de recordar los títulos de los libros que le habían robado pero no se había molestado en memorizarlos, para su desgracia, había pensado que no sería un dato relevante.

- Lo siento, señor Cassidy, pero no puedo decirle los títulos de los libros... ciertamente, no creí que eso fuera relevante - ante la sorpresa de Murdock, Thomas Kimball decidió aclarar sus palabras - Lo que quiero decir es que son libros fácilmente distinguibles, pues son volúmenes antiguos que están increíblemente bien conservados, mi tio ponía mucho empeño en su cuidado... si encontrase un libro de la misma edición, seguramente estaría medio roto y con las páginas amarillentas, pero si necesita esa información mañana mismo podré dársela, tengo un registro de los libros de mi tio y no tendré más que comprobar los que faltan. Lo que más extraño me resulta de todo esto es que en Arnoldsbourg contamos con una de las más completas bibliotecas del condado ¿por qué iba alguien a robarme unos libros que puede encontrar alllí?

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20/01/2012, 20:12
Murdock Cassidy

Escuché atentamente las palabras de cliente mientras con la derecha tomaba algunas notas, asintiendo entre frase y frase. Saque una flecha de una mis anotaciones, en el circulo que rodeaba las palabras 5 libros y escribí: →Buscar nombres en archivo, con letra rápida.

-Bien señor Kimball, creo que en principio ya tengo toda la información que necesito. Sólo una cosa mas.- apoyé inconscientemente la parte trasera del lápiz en mi labio, dando unos leves golpes antes de devolverlo sobre la libreta.- ¿Podría contarme algo sobre su tío? ¿Era alguna clase de estudioso o académico? Es curioso como un hombre puede tener unos libros tan valiosos en su biblioteca personal, teniendo en cuanta que el pueblo,- eché una mirada fugaz a la libreta y volví a posar mis ojos sobre mi cliente -Arnoldsbourg, pese a su tamaño, posé una gran biblioteca municipal.

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22/01/2012, 14:25
Thomas Kimball

Cuando Murdock mencionó el asunto de biblioteca Thomas Kimball esbozó una sonrisa risueña, casi como la de un niño. La nostalgia se apoderó de él pues los recuerdos más felices que conservaba eran los de su tío, a quién admiraba profundamente.

- Mi tío Douglas era un amante de los libros, vivía por y para ellos, y cada libro que tenía era para él un pequeño tesoro, por eso se esmeraba tanto en su ciudado - le brillaban los ojos mientras hablaba de su tio - En la familia nadie tenía claro a qué se dedicaba exactamente, pero siempre estaba hablando de libros, mi padre estaba harto de escuhar siempre lo mismo pero a mi me encantaban sus historias... Su trabajo, o como quiera llamarlo, le hacía viajar con frecuencia por todo el país, y de esa forma fue como se fue construyendo su biblioteca personal - prosiguió con el asunto de la biblioteca, que parecía haber despertado el interés del detective - Hace unos veinte años, se planteó la posibilidad de contruir una biblioteca pública en el condado, y mi tío vio en ello una oportunidad para tener acceso a más libros. En Arnoldsbourg era bien conocido por sus acciones a favor de la cultura en el pueblo y decidió emprender una campaña para conseguir que la biblioteca se construyera allí. Tenía algunos argumentos más o menos sólidos, como la cercanía del pueblo a la ciudad de Boston, además era una persona muy persuasiva, por lo que finalmente conseguió lo que se propuso.

De repente, la sonrisa desapareció del rostro de Thomas Kimball, y su semblante se tornó oscuro, triste, melancólico. Había algo alrededor de la figura de su tio que se había esforzado en ocultar pero que, finalmente, había decidido contar.

- En realidad, señor Cassidy, no he venido sólo por lo de los libros - le temblaba la voz - confiaba en que fuera capaz de arrojar algo de luz sobre la desaparición de mi tío Douglas... La policía no fue capaz de encontrar el cuerpo, probablemente porque mi tío no está muerto, estoy seguro a pesar de que la policía se empeña en hacerme creer que no... Desapareció de repente, no dejó ni rastro y ahora resulta que me roban sus libros... no sé si tendrá algo que ver o es que estoy engañándome a mi mismo, pero si en el transcurso de su investigación consigue encontrar alguna pista, le ruego que me lo haga saber... le... le pagaré más si es necesario, no se preocupe por eso.

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22/01/2012, 17:52
Murdock Cassidy

Las palabras sobre la desaparición de su tío, que se acababan de convertir en parte del caso que me esperaba, llamaron poderosamente mi atención. Apunté Tio Douglas ¿Kimball? → Encontrar. Y en la línea inferior. Desaparecido durante investigación → conocimiento sobre libros ¿relación con robo?

-Bien, señor Kimball, estoy dispuesto a aceptar este caso, incluyendo el misterio de la desaparición de su tío. Creo que el mejor lugar para empezar las investigaciones sería la casa de Arnoldsbourg. Para ello requeriría las indicaciones oportunas sobre como llegar, así como llaves o alguna forma de entrar en la residencia.- Dejé el lápiz suavemente sobre la libreta. - No le voy a engañar, parece un caso con muchas dificultades, sobre todo la parte de la desaparición. Muchos de los posibles rastros pueden haberse desvanecido en este tiempo. Pero creo poder llegar a la solución de estos entuertos. - Hice una pausa, mirando a mi cliente. - Sobre mis honorarios, sepa que una parte se paga por adelantado, por si acaso la investigación requiere algún gasto como transporte y alojamiento, y el resto al obtener los resultados de la investigación. En este caso sólo requeriré la parte relativa a los libros, y si descubro algo referente a su tío se lo haré saber. Y espero que tras estas consideraciones, hayámos llegado a un acuerdo.- Me levanté de mi asiento y alargué el brazo derecho sobre el escritorio, con la mano extendida para así sellar aquel negocio.

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23/01/2012, 12:10
Thomas Kimball

Thomas Kimball asintió mientras Murdock le explicaba las condiciones. Después de haberle contado todo lo de su tío y que él hubiera aceptado se sintió mucho más animado, sin duda la idea un posible reencuentro con él le llenó de alegría.

- Estoy de acuerdo, señor Cassidy - dije rápidamente en cuanto el detective terminó de hablar - Si le parece bien, le pagaré ahora mismo 25$, la mitad del montante total, y en cuanto recupere los libros y encuentre a... bueno, en cuanto obtenga toda la información que pueda sobre mi tio, entonces recibirá el resto.

Se levantó para estrecharle la mano al detective y sellar el trato como es debido. Tras el apretón de manos, Thomas Kimball se apresuró a concretar los detalles logísticos de la misión, mientras echaba mano de su billetera y dejaba un fajo de billetes sobre la mesa.

- Bien, señor Cassidy, pues por mi puede comenzar mañana mismo - dijo entusiasmado - Arnoldsbourg está muy cerca de aquí, apenas unas tres o cuatro horas en automóvil, dependiendo del tráfico... Debe ustes coger la interestatal 22 en dirección a Arkham, si sigue las indicaciones no tendrá problemas para llegar - recordó algo que Murdock había mencionado antes - Respecto a lo de visitar la casa de mi tío, como ya le he dicho antes actualmente resido allí, así que no debe preocuparse por eso, tendrá via libre para hacer un registro... No sé si necesitará hacer noche allí, pero por si acaso avisaré a Marie Anne para que le prepare una habitación en su pensión, no tiene pérdida, está en la carretera una vez pasado el pueblo y, por supuesto, esos gastos corren de mi cuenta... ¿Está usted de acuerdo, señor Cassidy? ¿Le parece todo bien?

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23/01/2012, 20:35
Murdock Cassidy

Asentí mientras apuntaba en mi libreta las indicaciones pertinentes: Interestatal 22 hacia Arkham. Y a renglón seguido: Pensión Marie Anne pasado el pueblo. Terminado ese último trámite, volví mi atención a mi cliente, y con una sonrisa comenté:

-Perfecto, señor Kimball. Tengo algunos quehaceres pendientes en la ciudad, pero mañana a primera hora saldré hacia Arnoldsbourg.- Me dirigí hacia el perchero donde había colgado su abrigo y se lo tendí para que pudiera resguardarse de la lluvia que seguía cayendo en la calle. Le acompañé hasta la puerta de la oficina mientras comentaba. - Y no se preocupe, su caso está en las mejores manos. Ya verá como descubriremos lo ocurrido con sus libros, se lo aseguro. Y algo me dice que puede tener algo que ver con la desaparición de su tío.- Amplié mi sonrisa mientras me daba un ligero golpe con el dedo índice en la nariz.- Llamelo instinto de detective.

Cuando el señor Kimball se había marchado dediqué unos minutos en recoger el despacho y preparar mi abrigo y mi sombrero. Cuando iba a salir a la calle, recordé dejar una aviso a la señorita Young. Escribí una nota rápidamente, y la coloqué sobre su mesa, para que supiera del trato que acababa de cerrar y no se preocupara por mi ausencia, aunque se prolongara varios días.

El camino a casa fue rápido, pues la lluvia había desanimado a la mayoría de la gente, que no se atrevían a salir del calor de sus hogares. Colgué mi abrigo y sombrero, y me sequé el pelo con varias sacudidas enérgicas. Dejé mi pistolera colgada de una de las sillas mientras me acercaba a mi habitación. Debía prepararme para mi próximo viaje. Abrí una maleta sobre la cama y la llené con todo lo necesario para una estancia de varios días: varias mudas limpias, un par de revistas Weird Tales que aun no había tenido tiempo de ojear, una libreta de repuesto, pues mi fiel compañera viajaba siempre conmigo en el bolsillo de mi abrigo, una pequeña caja con varios lapiceros, una caja de cartuchos de revolver por si las cosas se ponían feas, y poco mas. Cerré la maleta, dejándola a un lado y me tumbé en la cama. A la espera del día siguiente y el viaje que me esperaba.

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24/01/2012, 15:59
Guardián

Thomas Kimball abondonó el despacho de Murdock Cassidy con una sonrisa en los labios. Había quedado plenamente satisfecho con el resultado de la reunión que acababan de tener y realmente estaba convencido de que el detective conseguiría hallar los libros y encontrar pistas acerca de la desaparición de su tío.

La lluvia había amainado y el cielo comenzaba a despejarse. Thomas Kimball condujo durante tres horas haciendo el camino de vuelta a Arnoldsbourg, apenas se detuvo una media hora en un bar de carretera para tomar un café y un sandwich vegetal. Aparcó su automóvil en la puerta de su bonita casa y le dirigió una furtiva mirada a la casa de su vecina, Lila O'Dell. La luz del salón de la casa de la señora O'Dell estaba encendida, a pesar de la hora que era, pero enseguida se apagó, como si la casa hubiera percibido la mirada de Thomas Kimball.

Dejó el abrigo colgado del perchero que estaba junto a la puerta pero se detuvo un instante para contemplar lo arrugado que estaba su sombrero. Finalmente dejó el sombrero sobre la mesa del salón y colocó la chaqueta sobre una de las sillas. Se disponía a subir las escaleras hacia el piso de arriba cuando vio que había luz en el antiguo despacho de su tio. Con cautela se acercó hasta la puerta y comprobó que no había nadie, aunque la ventana estaba abierta y la luz de una vela encendida.

Instintivamente registró la habitación pensando que habían vuelto a robarle pero no había sido así, todo estaba tal y como lo había dejado antes de ir a Boston. Sin saber muy bien qué pensar cerró al ventana, corriendo las cortinas, y apagó la vela de un soplo. Cuando cruzó de nuevo el umbral de la puerta se paró en seco y se dio la vuelta, contemplando la habitación una última vez.

Algo en su interior le hizo sonreir, y con esa sonrisa subió las escaleras y se fue a descansar.

Notas de juego

- FIN DEL CAPÍTULO I -