Partida Rol por web

Bien, chicos, vamos allá - me concentré en mejorar las habilidades de mis compañeros y después me centré en la criatura que no conocíamos - scan.

Hacía tiempo que Ayame no se sentía tan motivada y lista para combatir. Se balanceaba de izquierda a derecha en una postura activa de artes marciales, calentando el cuerpo para estar lista para moverse. Cierto era, que salvo el momento de ira e indignación de antes por el tener que pagar para cobrar, en el que levantó toda la mesa y la lanzó contra el dependiente, no había tenido muchas oportunidades de entrenar y combatir. Había estado pocos días dentro de estas mazmorras extrañas llenas de sombras. ¡No se recordaba tan enérgica sino desde el primer día! Le había quedado claro por qué. Sentir que Momoka, Saito y Tetsuya contaban con ella la motivaba para dar lo mejor de sí misma. ¡Y también ver a los otros compañeros también luchando desde el otro lado! Lillie, Hotaru, Umi y Floare estaban también dándolo todo. ¡Y por una vez, esta motivación extra no era por miedo de hacerlo mal! Ojalá aquella sensación cálida y amistosa le durase para siempre. Sabía que no sería así, así que pensaba aprovecharla todo lo que pudiera.

"¡¡PEEEEERRRSONAAAA!!" invocó a Sumizome y extendió las manos hacia adelante. "¡¡Garu!!" Sumizome, detrás de ella, extendió también las manos, apuntando a los jinetes, primero uno y después otro. Sabía, gracias a las instrucciones de Hiraki-chan, que estas criaturas eran débiles al viento. Si lograba derribarlas, ¿qué hacer a continuación? Pensó si probar otra vez a lanzarle viento, pero quizás hubiera una idea mejor. Floare, desde la distancia, había lanzado alguna especie de mejora enérgica y mágica a Saito. ¡Así que, cuanto más pudieran aprovecharla, mejor!

"¡Kitagawa-kun!" le llamó, acercándose para chocar esos cinco, y después le agarró la mano en un apretón amistoso con todas sus fuerzas. ¡Aunque claro, él era más fuerte que ella, y más con esa magia fortaleciéndole! "¡Todo tuyo!"

Ayame lanza un vendaval de viento hacia uno de los Eligors, vendaval que lo hace volar fuera de su caballo con tal violencia que solo con eso pierde un tercio de sus puntos de vida. Ante la oportunidad, decidió atacar nuevamente repitiendo el proceso, aunque esta vez no fue tan efectivo como antes, sirvió para que Saito aprovechara el turno. ¡Los tenían dominados!

En cuanto empezó el combate y las sombras cambiaron de aspecto a algo mas familiar pude sentir como mis fuerzas aumentaron, mire por encima de mi hombro a Hiraki y le sonreí. Para cuando me quise dar cuenta los enemigos que iban a caballo estaban ya por los aires debido a un ataque de Anemashi, parecía que ella sola podría darles una buena paliza a esos dos y por experiencias pasadas sabía que yo no sería útil en absoluto contra ellos por lo que me centré en el de en medio. Y encima justo en ese momento Ayame me choco la mano y me dio un agarrón al cual respondí con mas o menos su misma fuerza.

- ¡Sanada! Es nuestro turno

Deseando comprobar la diferencia de poder alcé mi mano libre gesto que de inmediato hizo aparecer a mi persona detrás mía en exactamente la misma postura con la diferencia de que el movió su mano a una velocidad increíble, mientras que yo la mantuve quieta, lo cual proyecto contra el enemigo cabra el ataque sin siquiera tocarlo.

Canibir, recibe un balazo muy fuerte por parte de la persona de Saito. Cual animal salvaje siendo disparada por un cazador, cae al suelo.

En cuanto el ataque impacto me di cuenta de que se trataba de un punto débil, lo cual significaba que nos encontrábamos en una posición muy buena para abordar este combate, antes de que pudieran hacer nada ya estaban en el suelo eso siempre eran buenas noticias. Tal vez si no hubieran dicho esas cosas horribles hacia Lillie habría dialogado con ellos pero ahora mismo lo único que quería era golpearles tan fuerte como pudiera, mire a mis compañeros esperando que una mirada bastara para que entendieran que tenía en mente y me lancé a por los enemigos dispuesto a darles una soberana paliza.

Os avalanzais sobre los enemigos y les dais tremenda tunda ¡de hecho por poco los dejáis en el suelo a los tres para siempre! Pero aún les quedaba como un cuarto de vida, además tras esa paliza este turno se prepararon muy bien para no caer al suelo.

Canibir, recién levantada del suelo, lanzó un rayo de luz hacia Tetsuya, que estaba bastante paradito.

Tras darles la del pulpo vuelvo a mi posición caminando tranquilo.

- ¡Persona! -grite mientras giraba y apuntaba con el dedo al buhó raro haciendo aparecer a Sanada en el acto, vale tal vez me pase de chulo y podría haber sido un golpe muchísimo mejor pero y lo guay que fue de eso poco se habla ¿eh? En fin que tras ver como casi no tuvo potencia mi ataque me cuadre de nuevo para seguir con la pelea algo molesto conmigo mismo- Ya casi está, solo un poco mas.

Un nuevo tiro por parte de Saito deja al búho raro, que en verdad es una cabra, bastante tocado, más o menos con un poco más de un cuarto de la vida.

Por otra parte, los malheridos Eligors atacan a Saito y a Ayame, respectivamente.

A pesar de los ánimos que estaban intentando darles sus compañeros, el peliblanco no podía evitar seguir sintiéndose culpable. Apuntó con su revolver chato y disparó contra uno de los caballeros, sin demasiado entusiasmo. - Creo que deberíamos capturar a alguno de estos... Sobretodo al nuevo, que parece bastante fuerte... - dijo desde la voz de la experiencia. No era débil ante la luz y aún así había recibido un montón de daño.

- Cuidado, chicos - dije alarmada al ver que los herían para seguido concentrarme en ellos. Primero, traté de mejorar una vez más sus habilidades y después los curé - healing breeze.

"¡Vale, y ahora a remat-...! Oh ¿capturar? ¡Es verdad!" A Ayame se le había olvidado el pequeño gran detalle de que se podía intentar convencer a los espíritus de que les dieran diner..., no, espera. ¿¡PERO QUÉ LE PASABA HOY CON EL DINERO!? Era como si el subsconciente estuviera intentando avisarla de que había perdido la cartera o algo asi. 

¡No había tiempo para dejarse llevar por posibilidades remotas! "¡PERSONA!" llamó a Sumizome de nuevo. ¡Era hora de repetir la jugada! "¡GARU!" de nuevo, una ráfaga de viento trató de tirar al jinete del caballo. "¡Garu otra vez!" repetiría con el segundo jinete. "¡Vale, Tetsuya! ¡Si tantas ganas tienes de capturar a la cabra sexy esa...!" Ayame se encogió de hombros, y le dio un fuerte empujón en la espalda a Tetsuya impulsándolo hacia adelante. "¡Toda tuya! ¡Conquístala!" exclamó dándole un pulgar hacia arriba.

Dos vendavales más por parte de la castaña hicieron explotar en un montón de nada a sendos caballeros. Después chocó su mano con la de Tetsuya, para acto seguido dirigirla a sus propios pechos, a sus trasero... Básicamente a cualquier parte del cuerpo donde Ayame tuviera un bolsillo. La pobre parecía haber perdido algo importante, importante incluso para dejar de hacer caso al pobre peliblanco que andaba más de bajón que una catarata.

¡Anemashi-san! - gritó al ver que había recibido el turno por parte de su compañera. - No sé si voy a ser capaz de contestar bien a las preguntas... Creo que habría sido mucho mejor que se la quedara Saito. ¡Aparte, él tiene más capacidad de lanzar hechizos que consuman energía y no vitalidad!

Pero bueno... - decía con la voz temblorosa. - Ya que me has dado el turno, supongo que no tengo más remedio que aprovecharlo. Vamos allá. - dijo disparando con su revólver.

Tras recibir el disparo, la pobre criatura cayó al suelo. Tras ver las intenciones de Tetsuya, se decidió a hablar.

Veo en ti algo especial chico... ¿Crees en la suerte? - preguntó la cabra.

¿Te consideras afortunado? - continuó por el mismo tema.

¿Crees que los astros nos guían o tienen algún destino para nosotros? - remató.

"¡Si se lo llego a dar a Saito con lo fuertote que está ahora mismo seguro que la revienta!" gritó Ayame campechana y felizmente. "¡Ánimoo! ¡Conquístatela!"

Tetsuya se quedó altamente sorprendido ante las preguntas de aquél ser. - Sí, creo en la suerte, siempre he creído en ella. - dijo con cierta fascinación. - ¿Afortunado? ¿Yo? Já... Soy un desastre con patas... No me siento afortunado de ser así... - la última pregunta es la que más interesante le pareció. - Sin duda alguna... Los caminos de nuestra vida son extraños, a veces siento como si no decidiera yo por donde voy, si no que es mi propio cuerpo el que se guía por una fuerza extraña. - admitió.

Kitagawa-san, por favor, quédate con ella, le darás mejor uso. - sonrió levemente hacia su compañero.