Partida Rol por web

La pixie recibe el ataque de hielo, pero no parece estar demasiado afectata tras recibirlo.

Incrédula, soy testigo de como mis palabras, surten efecto en la calabaza flotante, llameante y también tétrica. Consigo, de alguna manera, crecer nuestras filas, y un suspiro de alivio, imposible de retener, sale al exterior por mis labios, le sigue una leve sonrisa, que dura poco, ya que por el contrario, Matsumura-san, mi compañera de hielo, sufre la ira de la otra sobra. Afortunadamente, Amane-san, da cuenta de ella, y también usa de su, particular, muy particular, persuasión.

Resta la pequeña hada, que sufre, aunque poco, el daño del gélido conjuro. Lo que me hace pensar que es bastante resistente a la magia en sí, después de todo no sufre excesivamente ante la drástica bajada de temperatura en su cuerpo. Así que eso me hace pensar que debería probar otra cosa.

Nuevamente llamo a Syrene, nuevamente acude a mi reclamo, no obstante, en esta ocasión hay algo que varía, no realiza ningún gesto con las manos, tan suave como la brisa marina. Es su propio cuerpo el que se mueve hacia el hada restante, un contoneo, una danza con su cuerpo, otro contoneo, y la cola de pez impacta en su objetivo cual furiosa ola de mar.

Umi le pega un puñetazo bien fuerte a la Pixie, lo cual hace que se eche a llorar y se muera de deshidratación.

(Avisados por su Navigator Ryo Hayashi, el grupo llegó al acuerdo de que sería mejor no arriesgarse a combatir más sombras, ya que sentía de una de ellas, no sabía cual, un terrible y temible poder.)
 

Llegáis a la Corte Oscura, parece que el ambiente está igual de cargado que siempre. Hay varias sombras dando vueltas por los alrededores de la única habitación a la que podéis acceder, pero os llaman la atención cinco de las sombras que hay, que parecen más grandes que las demás, por lo que intuís que pueden ser buenas presas.

La sombra número 3 se desvela y se muestra como un pequeño grupo de 3 monstruos ya bastante conocido.

Sin muchas dilataciones, el bello rubio se adelantó a la pelea invocando a su querida, exclusiva y original Persona. Si en algún momento se pensó que tenía un león gigante, es que lo recordaron mal. Un bonito efecto Mandela. Lo que surge de su espalda es...particularmente extraño, un largo hombre con uniforme militar, una gabardina colgando de sus hombros y un pintoresco amarillo decorándolo todo. Pero no se hacía dejar de notar que su rostro era parecido a una bola de bolos, con los tres orificios relatando ojos y boca. 

-¡Please, give him welcome to Mister Anarchy-Exclamó en un grito con un inglés pésimo-¡Baja los telones, convoca el trueno de los dioses!-Ordenó con total decisión, mientras que su acompañante imitaba sus dramáticas poses que trataban de llamar a un rayo. Cabe adelantarse, que sólo podía producir una pobre chispa. 

- Vamos allá, Floare - invoqué a mi preciosa Persona y me concentré en mis compañeros. Los enemigos eran bien conocidos por lo que el scan no era necesario.

Los ojos de Lilie brillaron, ese ser sobre un caballo rojizo le resultaba familiar, como si dentro de él hubiera unos 50 puntos de experiencia aproximadamente. Por un momento fue tentada para usar su hechizo y hacerle galopar a la distancia, pero algo dentro de ella le dijo "NOOOOOOOOOOOOO, COMO LO HAGAS NO SUBES DE NIVEL, MECAGOENDIOS, TU Y TUS MANÍAS DE ASUSTAR A TODO EN VEZ DE USAR TUS OTROS HECHIZOS, ME CAGOENDIOS, LILIE, ESPABILA", una frase que, por algún motivo presumía que también iba a oír si lo hacía huir... nuevamente.

Bufu!

El caballero Berith recibe el estacazo de hielo. A pesar de que es capaz de bloquearlo a la perfección, cae al suelo ligeramente herido.

No hago tratos con terroristas.

Bufu!

La segunda estaca de hielo deja muy malherido a Berith, pero sigue en pie, aunque débil. Edward destruye con su persona al pobre Kelpie, el cual está medio agonizante en el suelo.

-Yo siempre quise un caballito, pero mamá siempre decía que era un despilfarro y que no cabía en la casa...¡Ahora lo tendré!-Dijo el rubio acomplejado, acercándose al moribundo corcel de algas con la intención de llevárselo a su casa. No tendría un establo, pero ser su Persona extra debería de bastarle. Pero mientras, ordenó a su Persona a derribar al otro caballito, para eliminar las diferencias. 

El caballo zombie verde te mira desafiante. - Dime chico ¿me ves solo como una mascota? ¿Cómo una posesión?

Me gusta mucho correr y ser libre ¿no crees que uniéndome a ti estaré muy encerrado y atado en corto?

Pareces un chico muy activo... ¿o eres más bien vago?