Partida Rol por web

Visitando a Ariya.

 La parte de los suburbios en la que estaba situada la casa (si a eso se le podía llamar casa) del tal Ariya no era ni por asomo más civilizada que la parte en la que estaba situado "El Rincón de Ridon".

Yeyjío aparcó a la distancia prudencial y el grupo caminásteis unos minutos entre los desperdicios sociales de Coruscant. Desde luego, no todos los habitantes de estos suburbios son dignos de condena, pero de los "buenos" no os habéis encontrado ninguno. Puede que este tal Ariya sea uno de ellos...

Llegáis al hogar de Ariya. Un destartalado módulo de vivienda de una sola habitación. 

Yeyjío no paraba de prestar atención sobre todo lo que les rodeaba. O casi todo. Si sus compañeros se dedicasen a estudiar al rodiano se darían cuenta que la casa de Ariya era lo que menos observaba.
El barrio le daba mala espina, siempre que había llegado a un lugar similar a este era para freír a alguien o sacarlo a rastras. Pero siempre buscaba la forma de hacer lo primero (y largarse lo más rápido).
-Bueno, hemos llegado. Zanjemos el asunto de Ariya y salgamos pitando. No quiero que nos desmonten la nave para venderla a peso.

Caminabamos por un barrio que como primera impresión no parecía muy seguro, el rodiano estaba inquieto, parecía que no se sentía cómodo en el lugar, yo no mostraba ninguna señal de nerviosismo, si bien no era el mejor barrio de la ciudad, no esperaba un ataque masivo en este barrio, y no caminabamos solos ni estábamos desarmados, así que en principio no tenía razones para estar nervioso.

- Tranquilizate Yeyjio, el aspecto del barrio no debe hacerte perder la calma. - Dije mientras nos aprozimabamos a la casa del testigo. - Deberíamos comprobar si está aquí, llamemos a ver si contesta. - añadí pulsando un viejo y roñoso boton situado al lado de la puerta del módulo que activaba un viejo sistema de comunicacón por voz, para identificar al visitante. - Esperemos que conteste - Puntualicé a mis compañeros mientras escuchabamos el aviso del llamador dentro de la vivienda.

El lugar era muy incomodo, Kaz no era de los que se movieran por lugares, incluso por una buena paga. Pero esta prometía ser mucho mas que buena y darle fama, no tenia otra opción mas que venir con los jedis.

-Estoy a sus disposición señores Jedis, aunque creo que deberíamos ser algo mas discretos al movernos por estos lugares-

Ordep, con aparente seguridad sale de la nave mirando la inmunda cloaca en la que se encontraban.

buff, menudo sitio... Que podían querer de este tipo.

Teniendo claro su función en el grupo de protecto y defensor, decide no perder ojo a los demás habitantes del barrio... Cuando Enodin llama al timbre, Ordep lleva unos segundos intentando percibir algo fuera de lo normal a través de la fuerza...

 Por el comunicador, con pantalla de video, veis la cara de un tipo calvo y con gafas.

-¿Que queréis? No os voy a comprar nada, miserables.

El jedi se acercó al interfono, y comenzó a hablar con voz tranquila y pausada. - No hemos venido a venderle nada, somos Jedis enviados por el Consejo Jedi, estamos en una investigación y nos gustaría hacerle algunas preguntas sobre el incidente que usted sufrió el otro día en el bar. - después esperé alguna contestación desde el interior de la casa.

El barrio le ponía nervioso, la pompa jedi le ponía nervioso, los olores de la zona le ponían nervioso, su própia sombra le ponía nervioso...
Metió mano en su bolsillo para encontrar la paz en forma de cigarrillo... Pero no encontró el paquete. Rebuscó en su ropa y el resultado fué el mismo.
En honor a la verdad, el jedi estaba actuando correctamente. Nadie se buscaba problemas con los jedis. Pero en un barrio tan marginal, no faltaban los que actuaban antes de pensar.
Con disimulo y naturalidad miró los alrededores. Buscaba alguien que también les mirase con disimulo y naturalidad.
No tenía cigarrillos, pero en el fondo de su bolsillo encontró una alternativa: chicles!
Se metió uno en la boca tan rápidamente que casi ni le dió tiempo de quitarle el envoltorio.

 Enodin siente algo en la parte de atrás de la chabola de Ariya. Ariya hace rato que no responde.

Percibi algo extraño, no sentía a Ariya en la vivienda, me parecía percibir algo extraño en la parte de atras. - Creo que está tratando de huir hacia la parte de atras de la vivienda, deberiamos rodearlo - indique a mis compañeros, señalando la parte trasera del edificio.

- Yeyjio, ven conmigo, miremos por detras; Ordep y Kaz podríais quedaros aquí por si da la vuelta, o acercaros por el otro lado. - Añadí dirigiéndome a mis compañeros, de esta forma nos dividiriamos en dos grupos y al menos habría un jedi en cada uno.

-Bien, jefe, ¡vamos a por él! -De manera instintiva golpeó la cartuchera dónde llevaba su bláster.
Se avanzó a Enodin por causas prácticas, Ariya sólo podría haber visto al jedi por su comunicador, lo que le daba una pequeña ventaja. Como mínimo para pegarle un tiro en la pierna al infeliz -Nooo, Yeyjío, sólo venimos a interrogarle, su cabeza no tiene precio, no vale la pena gastar munición.

-Como ordenéis- respondí y espere allí junto con el otro jedi a la espera de lo que pudiera pasar, muy alerta a todo.

Ordep, responde a su compañero...

Esta bien, aqui os esperaremos, buena persecución.

Yeijio y Énodin: Al torcer la calle para colocaros en la parte de atrás de la casa de Ariya os encontráis con que, efectívamente, ha comenzado a correr y se ha internado por una de las inmundas calles llenas de desperdicios que hay en ese barrio. Comenzáis a correr.

Kaz y Ordep: escucháis como vuestros compañeros se alejan corriendo de la escena. No parece que ocurra nada por ahora.

Veo como Ariya trata de salir corriendo pro la parte de atras, Mientras Ordep y Kaz vigilan el otro lado por si da la vuelta, nosotros lo perseguimos, quiza yo no fuese el mas indicado para esta tarea, ya que perseguir corriendo a alguien no es lo que mejor se hacer, pero no me gusta decir a los demas que vayan delante mientras yo me quedo atras. - Vamos Yeyjio, tenemos que alcanzarle - dijo mientras comienzo a correr en pos del humanos que trataba de escapar de nosotros.