Partida Rol por web

Wilbur acaricia su maza distraidamente.

- Soy un hechicero, pero un hechicero con bastante mal carácter y una fuerte tendencia a mantener fogosos intercambios de pareceres con la gente, por lo que puestos a intercambiar objetos mágicos, creo que me podría ser de utilidad algún tipo de amuleto o anillo que me ofreciese protección contra el mal caracter del prójimo en general.

No tengo el menor problema en que te quedes con la piedra ioun un día para que la valores por ti mismo, pero claro, en este preciso día me dispongo a llevar a cabo ciertas acciones que podrían afectar a mi muy querida integridad física, por lo que te propongo un intercambio temporal de objetos: tu te quedas la piedra ioun un día y durante ese día me cedes algún objeto que me pueda resultar útil en una emboscada. Pasado ese día nos volvemos a reunir aquí, nos devolvemos nuestros respectivos objetos, y discutimos la posibilidad de llegar a algún tipo de acuerdo.

Si te parece oportuno, podríamos ir intercambiando los ónices por los suministros, la bolsa para guardarlos, y los pergaminos o pociones correspondientes.

 El barbudo pelirrojo mira con una mezcla de desdén y de asombro al ver como la pequeña gema empieza a flotar en el aire y da círculos en este, desafiando la fuerza de la gravedad, manteniendos flotando sin necesidad de alas u otro mecanismo en si. Involuntariamente dió un paso hacia atrás.

 - ¿Willemberg, tienes lo que busco?

Onzanio no parece muy convencido. No está acostumbrado a prestar objetos mágicos. Mientras, Willemberg recorre la tienda juntando las cosas.

¡Madre mía! ¡Dos mil monedas por una piedra que flota! ¡Está claro que me confundí de oficio!

No, hechicero, no te voy a prestar nada que no sepa que me puedas devolver. Sigamos... Identificar los poderes de la piedra Ioun ya solo vale cincuenta piezas de oro, o lo que es lo mismo, un ónice. No te lo cobraría ahora mismo. Una vez que determine el efecto de la piedra, te la podrías llevar sin recargo alguno ni mi sabiduría, o pagando un ónice por la identificación. Después de eso, negociaríamos qué objetos mágicos te doy a cambio. Independientemente de eso, por el coste del otro ónice, puedo darte dos pergaminos e incluír en el precio la bolsa y los componentes de conjuro. ¿Pergaminos con qué sortilegio? ¿Armadura de mago y escudo? No sé si sabes lanzar alguno de ellos ya. Lanza armadura de mago cuando veas los caballos del recaudador de impuestos a lo lejos, lo suficientemente lejos como para no oírte leerlo. Cuando empiece la acción, lanza el segundo. Serás prácticamente intocable.

Cachiporra, una moneda... Cuerda, una moneda... Hacha de leñador, una moneda... Total: tres piezas de oro. No te preocupes por la tela verde, en el disfraz os pondré fulares que tapen la cara de nariz para abajo. Pero las orejas en punta se tienen que ver bien, nada de capuchas. Una máscara... a no ser que alguno tenga ojos exóticos como los rojos de un tiflin, no lo veo necesario. Desde mi altura no alcanzo a ver vuestros iris.

- En tal caso preferiría acelerar las negociaciones, supongo que ya que no estás de acuerdo en ceder temporalmente objetos mágicos comprenderás que a mi tampoco me atraiga la idea.

Wilbur se mesa su corta barba, pensativo.

- Veamos, si en el trato de un ónice por descifrar el Ioun incluyes los ingredientes de conjuros y una bolsa con separadores y que pueda colgarme del cinturón sin temor a que un elfo me la robe cortándola... estaría dispuesto a aceptar y así luego poder pasar a discutir un posible intercambio, porque lo de los pergaminos realmente no me atrae nada, prefiero las cosas no perecederas, aunque tengan menor poder.

Darius se despide de su compañero, esperando que cuando lo vuelva a ver este caminando por su propia voluntad...

El pueblo de Holmet es interesante para estar tan perdido en las montaña, el guerrero sigue distraidamente a sus nuevos compañeros hasta la tienda de los comerciantes que los guian, hay que prepararse para el trabajo...  con un escueto suspiro Darius va pensando en la suerte que le espera - Por todos los dioses....

Al llegar a la tienda Borateo y Wilbur ocupan el tiempo de los dos comerciantes asi que espera su turno pensando que armas y equipo seria interesante llevar para la emboscada... - Una espada de aspecto elfico, un arco tal vez, mmm mejor alguna clava para dejarlos ko...

Perfecto, entonces. Un ónice y la piedra ioun a cambio de una bolsa de componentes de conjuro. Como os podrían reconocer si me acompañáis hasta la posada, voy yo solo y ya nos vemos dentro de quince minutos aquí mismo.

Onzanio se va. Mientras tanto, Borateo rasca sus bolsillos en busca de dinero para pagar a Willemberg. Le habían robado la bolsa con la mitad de su dinero cuando venía hacia Holmet, malditos bandidos elfos, y cuando la mitad de tu dinero son dos piezas de oro...

Te veo apurado, Borateo. Está bien. A esta compra invitan las avestruces gigantes-sacó una moneda de platino y la puso sobre el mostrador-. Y para mí, ponme un laúd y una daga.

Willemberg buscó lo pedido por Roger y terminó la transacción. Luego, el propio mediano se puso a rebuscar su propio equipo, más idóneo para una acampada que para un asalto. Su mochila abultaba más que él, y hasta llevaba una olla y una tienda de campaña, de un tamaño apropiado para él. El tiempo que invirtió el tendero fue suficiente para que Onzanio regresase con la bolsa de Wilbur. Tras comprobar que estaba todo, Wilbur dió al mercader de objetos mágicos la piedra ioun y uno de sus ónices. Onzanio se despidió, y la tienda reabrió y volvió a estar regentada por un pariente de Willemberg.

Los cinco aventureros y el pequeño comerciante dieron un rodeo por la ciudad, para salir al bosque de pinares sin pasar cerca de la posada. Ya era la hora de comer, pero los estómagos bien podían esperar una hora y alimentarse sin ser vistos en la intimidad del bosque.

¿Y ahora qué?

 Borateo se estaba acomodando el peso del equipo, dejando la cachiporra bien a mano colgando del cinto.

 - Sería bueno reconocer de nuevo el camino para dar con el lugar propicio para el trabajo, y ponernos manos a la obra. No es prudente entretenernos.- Mientras se pone en marcha en dirección al bosque comenta.

 - Es necesario que pensemos en la forma de presentarnos a los guardias. Propongo que tan solo hables tú.- dice refiriéndose a Lyranden.- tu timbre de voz es la más adecuada para dar el pego.

Bueno, pues allí estaban, esperando a salir del asentamiento para dirigirse a la emboscada, o al menos a buscar un sitio donde llevarla a cabo.

Una cerca del lindero del bosque, Borateo tomo la palabra como venia siendo habitual, y como venia siendo habitual no faltaba razón en su intervención.

Estoy de acuerdo la voz de Lyranden nos dará mas credibilidad, pero que decir, los que ya os encontrasteis con ellos, hacían o decían algo especial al atacar, se que ya hablamos de esto, pero no recuerdo si esto en concreto se pregunto.

Mientras dice esto y mira a Lyrandel y a los demás Darius vierte un poco de agua en el suelo terroso y con le barro resultante comienza a ensuciar un poco la sobrevesta que compro, así como la clava, al fin y al cabo esta gente se esconde en el bosque...

Lyranden había seguido al grupo desde el ayuntamiento hasta la tienda de utensilios. El realmente no necesitaba ningún disfraz, bastaba con una capa que cubriera su cuerpo para disimular que su tamaño era algo mayor que el de un elfo común, el resto de sus rasgos eran similares a los elfos por lo que no debería ser un problema.
No había intervenido hasta ahora en la planificación puesto que no tenía nada que añadir a lo que Borateo y el resto del grupo estaba planteando. De hecho Lyranden estaba, en cierta forma, a la expectativa ya que aún no tenía claro si confiaban plenamente en el después de la larga discusión que tuvieron frente a la mina. Sin embargo las últimas palabras parecían indicar que el peso de la misión que traían entre manos iba a recaer en gran parte sobre sus hombros, más bien sobre sus habilidades de engaño...
-No tendré ningún problema en hablar con esos guardias, pero creo que tal y como ha dicho Darius, debemos imitar la forma en la que os atacaron. Llevaré esta daga de manufactura élfica que es idéntica a la que llevaban el resto de mis compañeros elfos, además deberíamos situarnos tres a cada lado del camino como nos indicaron en su día. - dijo recordando las palabras del malvado enano - Pero cuando os asaltaron, ¿dijeron algo en especial? ¿Hablaron con vosotros?

 El pelirrojo barbudo se encogió de hombros.

 - Empezó diciendo nosequé en elfo. Valandil estuvo hablando con él hasta que nos decidimos quitarles la tontería  a ostias. Entonces resultó que entendían y hablaban también en común.- Mirando al semielfo agrega.- Estos eran bandidos, no asesinos en sí mismo. Primero sueltan algunas palabras en elfo, y si los asaltados no lo entienden, pues pasan al común. Algo así como. Todos quietos si quereís ver un nuevo amanecer, deponed las armas y entregad el oro o... prepararos para reuniros con vuestros ancestros. Alguna bravata de esta índole.

Mientras anda va añadiendo.

 - En el sentido de la marcha, a poder ser tras una curva para que no se huelan la trampa demasiado antes, dejamos el camino obstruido por un arbol cortado préviamente. Lo ideal sería ubicarlo en un estrechamiento del camino para que no puedan maniobrar para largarse por donde han venido. Eso nos ahorrría tener que cortarles la retirada con otro árbol, sería un engorro dejar el árbol casi cortado para que pudieramos terminarlo con unos pocos cortes.- Dice eso último en tono reflexivo antes de añadir.- En cualquier caso lo ideal sería aparecer por ambos flancos, con un arquero como mínimo en cada uno de ellos. Roger y yo tenemos arcos... Luego si se rinden bien. En caso de que no lo hagan, lo ideal sería centrar el ataque en los mismos objetivos. El conductor podría ser un buen objetivo. En primer lugar para reducir la cantidad de adversarios, en segundo lugar para que los otros se lo piensen antes de continuar al ver como caen como moscas. En cada momento debemos procurar dejarles claro la posibilidad de rendirse. Sinó lucharán para salvar sus vidas y eso no es lo que buscamos.

Wilbur piensa en voz alta.

- Yo podría tratar de lanzarles un hechizo que conozco que les produciría alucinaciones y les dejaría fuera de combate. Funciona mejor cuanto más estúpida es la criatura contra la que lo lanzas, pero bueno, por intentarlo que no quede...

 El montaraz mira con los ojos entornados a Wilbur. Brujerías...

 - Mmmm, no me parece que sea lo más adecuao, que se pongan a alucinar como si estuvieran de opio hasta las cejas, si el conjuro que lanzaste a los enanos funcionara, esto sí sería muy útil. Si de una tacada dejáramos fuera de combate a un par, eso les haría ser más razonables.

- Bueno, si mis hechizos no funcionan siempre podemos pasar directamente al abollamiento de cráneos...

Wilbur sonríe rememorando combates pasados.

Lyranden escuchó las propuestas que se estaban haciendo. El tema del árbol en el camino parecía ser una necesidad si querían evitar una huida rápida de sus presas y lo de los arcos no era tampoco mala idea.
- Me parece bien lo que ha propuesto Borateo, un árbol en el camino frustrará cualquier intento de fuga del carro. Los arqueros me parecen esenciales para eliminar lo más rápido posible al conductor y dejar así a nuestra presa en el sitio que nos conviene. En cuanto al uso de la magia, creo que lo mejor sería que dejara fuera de combate a un par de guardias, mejor pocos y bien eliminados que no arriesgarnos a que no funcione el hechizo. De esta manera los otros dos o tres guardias que queden se lo pensarán mucho antes de enfrentarse a un grupo de asaltantes que les superan en número. - dijo el semielfo concluyendo la lógica correlación de acontecimientos.
- En cuanto a decir cualquier bravuconada no habrá problemas, he oido demasiadas en mi vida - terminó con una sonrisa en su boca.

En cuanto a los objetivos primordiales, habíamos hablado de dejar fuera de juego a el capitán, pero puede ser un hueso mas duro de roer, por otro lado no hay antecedentes de que los asaltantes usaran magia, aunque nos da una gran ventaja como creeis que afectaría eso a nuestra tapadera?

 El pelirrojo se encogió de hombros de nuevo.

 - Son elfos. Medio hadas. En los cuentos siempre salen haciendo brujerías y magias. Eso refuerza la imagen de malvados y pérfidos que tienen para la mayoría de enanos... y humanos.- Dice dando a entender que no deberían prescindir de la baza de la magia.- En cuanto al objetivo. El hombre que nos acarreará problemas, o que puede hacerlo, es el recaudador. El tal Gregor. Si este cae inconsciente, los guardias no se verán forzados a plantar cara si se les ofrece la posibilidad de salir indemnes. Pero mientras esté el recaudador conscientes se sentirán empujados ha defenderse lo mejor posible. El caso es que el tipo ese supongo que irá protegido en el interior de la carreta. Por lo tanto no será un objetivo fácil de tratar sin pasar por los guardias antes.

 Tras andar en silencio un poco más, adentrándose en la espesura comenta.

- Creo que los pasos deberían ser. En el caso de que logremos dar con un lugar adecuado para que no puedan dar media vuelta y largarse. Todo empieza con ellos encontrándose, tras dar un recodo del camino para no tomar precauciones adicionales, el camino bloqueado en su sentido de la marcha. Luego se ven sorprendidos por ambos flancos por unos tipos vestidos de elfos portando arcos. Se les ofrece la posibilidad de entregar la recaudación tras tirar sus armas. No lo harán.- Sentencia con rotundidad.- Pero eso hará que salga a parlamentar, o por lo menos se exponga levemente, el líder del grupo, el tal Gregor. Entonces es cuando deberíamos reducirle. Lo ideal sería usar la magia, para hacerlo de forma rápida y sin verter sangre.

 Tras una pausa reanuda exponiendo sus reflexiones.

- Para que los guardias no se pongan tontos deben ser vigilados por los arqueros apostados a ambos lados. Una vez noqueado el recaudador se les da la posibilidad de rendirse. Esperemos que entonces asienten, nos hacemos con el cofre, tambíen sería bueno tomar algo de valor que tuvieran a la vista, para reforzar la idea de que son asaltados por bandidos.- Lanzando un vistazo a los presentes comenta.- Roger y Darius por un flanco. Los demás por el otro. Lo ideal sería que los arqueros tomemos posiciónes ventajosas para cubrir la zona en caso de que algo se tuerce. Lyranden se aproxima levemente para parlamentar, con Wilbur cerca.- Mirando al hechicero comenta.- Por lo que vi, esa... ¿esa magia tuya requiere estar cerca del objetivo, verdad? Por eso deberías aprovechar el acercamiento de Lyranden para quedar a suficiente distancia para cuando el pichón asome su cabezita.

 Se agachó un poco y tomó una rama para hacer un croquis en el suelo de tierra, trazó un camino haciendo curva, bloqueado por un par de ramas en un extremo, luego puso una piedra en medio del camino ... aquí la carreta, rodeado de cinco guijarros... los guardias, luego puso una baya encima de la piedra del medio... el recaudador, puso una margarita junto a la baya... y el cofre. Luego marcó cinco iniciales en el suelo de barro... Roger y Darius a una vera... Lyrander, Wilbur y yo en la otra.

- Si, requiere que esté cerca de los objetivos, pero una cosa os digo, este hechizo funciona mejor con seres poco inteligentes, goblins y cosas así. Es posible que algunos de los objetivos no sufra sus efectos, así que habrá que estar atentos y no dar nada por hecho.

Suerte tendremos si conseguimos sortear este lance sin causar bajas entre los soldados...