Partida Rol por web

Rememorando el mapa que os entregó el mayordomo real, la ciudad más próxima es la de Melisa, al pie de las montañas. Te suena que es una ciudad estado que no rinde pleitesía al rey de Velvetia, pero no sabes mucho del tema.

Mientras el cerebro de Darius trabaja a marchas forzadas para encontrar una cohartada, el azar quiso que pisara la pata de gallina gigante que os había atacado. ¡Sí! Tres dedos, es una pata con tres dedos, como en las huellas encontradas en el coto de caza de tu rey. Debes encontrar el nido de esas criaturas y matar a todos los comeperdices que han enfadado a tu señor. Eso y un guía para llevarte a Arquiona y ya podrás volver a casa.

Una cosa más... La explosión no fue como el corrimiento de tierra producido por el pajarraco al chirriar. Era otra cosa, pero no sabes qué.

-A ver Darius, ¿no es suficiente con que Mindo desvaríe que ahora también lo haces tu? - dijo con cierto grado de sorpresa el semielfo - Mindo está semiinconsciente y a las puertas de la muerte, pero tu estás perfectamente. ¿Qué os pasa con esos pájaros? Ya los había visto antes, pero no me parecen nada importantes, o al menos no más que cualquier otro bicho de estos bosques... ¿porqué dices que es increible? - añadió mientras se acercaba al anca del animal para observar cualquier anomalía que pudiera indicar alguna propiedad especial

Pues al palpar el anca, justamente el anca, no notas nada en particular. Pero en la tripa, entre las plumas, encontraste un tacto interesante.

Rebuscando mejor, encuentras una cicatriz cosida con hilo negro. La cicatriz se prolonga en forma de U, como un bolsillo que queda abierto, muy a mano para los brazos del pájaro. Hay un pliegue en un extremo del pecho por el que deslizar la mano a su interior.

Esbozo una sonrisa cuando recojo mi escudo y me lo cuelgo a hombro - Lo que es increíble es que no me haya dado cuenta antes - con cierta prisa por no saber que causó la explosión sigo explicandole a Lyranden - estos bichos son los que mi compañero y yo estabamos buscando - sentencio al agacharme para intentar cargar en brazos a Mindo - Rapido debemos salir de este cañon antes de que llegue lo que sea que produjo la explosion... Donde demonios estara mi espada...

- La puta del bosque de oro!* -- dijo Lyranden para si. - Ahora entiendo que estos "pájaros" sean algo excepcional. No queda otra que ver qué es lo que hay ahí dentro - continuó hablando consigo mismo mientras metía la mano dentro de aquel pliegue - Bueno amiguito, lo que lleves ahí ahora ya no te hará falta, verdad? - se preguntó vigilando que el ave estuviera realmente muerta.

-Pues si los estáis buscando y aquí hay uno no se qué tanta prisa tienes por irte? - dijo mientras seguía examinando qué podía tener el ave de especial además de ser mucho más grande que cualquier otro ave que hubiera visto en su zona de origen

En ese momento, Lyranden, de cunclillas junto a la avestruz, saca algo del cuerpo del animal y lo suelta al suelo en un acto reflejo.

Bien podría ser un feto sacado de una matriz aviar. Cuarenta centímetros de pájaro machacado, desgarrado y sin cabeza que el avestruz tenía en sus adentros.

Por fin encuentro mi espada, no es facil conseguir una espada de mano y media, cualquier alimaña puede llevar espadas cortas, pero una bastarda hay que saber usarla... mientras pienso en esto fugazmente me doy cuanta de que no hay dana que podamos usar como camilla, asi que tendre que cargar con mindo, espero no hacerle demasiado daño.

Me acerco a Lyranden que esta inspeccionando el bicho cunado de repente saca algo de su interior - agg!! que os pasa a los que teneis sangre elfa, dejad de tocar lo que no debeis... que demonios es eso?

Olvídalo tenemos que irnos, busco el nido de estas cosas, pero con Mindo asi... donde esta la ciudad mas cercana?

-¡Pero qué mierda!- dijo Lyranden mientras soltaba asqueado lo que llevaba el ave. - Para qué quieres llegar a su nido? Está claro que no tienen mucho amor por las criaturas de su misma especie... no me extrañaría que encontraras un osario de pájaros en lugar de un nido con polluelos.-Respondiendo a tu pregunta no creo que haya ninguna ciudad en las cercanías, al menos yo no la he visto de camino aquí... ni siquiera un pueblo, se que a unos dos o tres días de camino hay una ciudad, pero no creo que Mindo aguante...

¿Darius?

Mindo recobra la consciencia, pero sigue tumbado en el suelo, porque en sus condiciones no está como para reincorporarse. Desde su posición no puede veros, tan solo está en su campo de visión el tranquilizador azul del firmamento.

¿Darius, estás ahí? Oh, cielos...

Parece mucho más coherente que la última vez, cuando susurraba entre sueños y delirios.

mmmm... tienes razon, demasiado camino, pero no veo que mas pode.. - de repente oigo a Mindo - ¿Darius?¿Darius, estás ahí? Oh, cielos... - moviendome hacia él dejando a medias la respuesta a Lyranden me arrodillo al lado de mi compñero caido - Tranquilo Mindo, sigo aqui - intento decir con el tono mas tranquilizador en el que soy capaz de hablar, habida cuenta de que solo soy un soldado....

Darius... No... no siento mi cuerpo. Es...

El elfo tendido empieza a balbucear. Las lágrimas llenan sus ojos hasta hacerlos rebosar, y dos ríos resbalan por los rabillos de sus ojos.

¡...estoy muerto de cuello para abajo! Madre... Padre... No es justo. Mi vida está en caminar por la naturaleza y ver mundo. ¡Olidammara, maldito! ¡No te atrevas a robarme eso! ¿Es esta una de tus bromas? Oh... ¡¿Porqué?! ¡¿Porqué yo?!

Darius, amigo. Tienes que ayudarme... Necesito un clérigo. Tengo que ir a un templo. Me da igual el dios, firmaría un pacto con el mismísimo Vecna si eso me devolviera la facultad de andar. Recuerdo el mapa... Al sur de aquí había un pueblo. Ho... Ho... ¿Hornet? ¿Hollhend? Y si allí no hay quién me ayude compraremos un carro e iremos a otro sitio. De pequeño mi madre me contaba historias sobre la Ermita de la Luna, y los peregrinajes que allí desembocaban. O podemos ir al Océano Profundo y buscar a un curandero tritón. Dicen que en las ruinas de la Ciudad Mágica hay un sótano entero inundado por la sangre de un dios menor...

Los lugares a los que desesperadamente hace referencia el pobre Mindo son ubicaciones de ensueño, recogidos en mitos y leyendas. Lo más real, en este tiempo y en este plano de la existencia es ese pequeño pueblo al sur. Como quiera que se llame. Lo que Mindo no sabe, es que para llegar a la aldea más próxima habría que recorrer el cañón en dirección sur, y pasar la zona en la que ocurrió una explosión de la que él no tiene noticias y vosotros no teneis muchos más datos.

-Este pobre no va a aguantar mucho más - pensó Lyranden mientras veía desvariar a Mindo -
-Será mejor que comencemos el camino, me pregunto qué habrá hecho el hombre salvaje que se acercaba hacia aquí. Si vamos a dirigirnos hacia el sur puede que lo encontremos de camino

Intentando poner cara de pocker al reconocer las localizaciones que menciona Mindo intento traquilizarlo - No te preocupes amigo, te sacare de esta, primero tenemos que salir de estas montañas y llegar a algun sitio civilizado, ahora tranquilizate y descansa voy a ver como podemos continuar el viaje. - dejando a mindo recostado vuelvo hacia Lyranden - Que demonios es un hombre salvaje y que pudo haber hecho para provocar semejante ruido? - le pregunto bajando la voz

-Amigo no tengo ni idea qué ha podido causar tanto ruido ni tampoco qué ha sido lo que causó el alud que nos ha dejado en una situación tan comprometida. Si tu tienes alguna respuesta para esto último te agradecería que la compartieras conmigo. - dijo con toda sinceridad el semielfo en el mismo tono de voz. Al ver que Darius seguía buscando una forma de llevarse a Mindo, Lyranden pensó endecir su opinión. Si fuera el lo llevaría a cuestas, pero no tenía ni la necesidad ni las ganas de hacerlo. Aun así el que Darius le salvara la vida hizo que se sintiera obligado a arrimar el hombro...
- Darius, yo podría llevar tu carga mientras llevas a Mindo a cuestas. Al menos hasta que lleguemos a un sitio con el que podamos conseguir algo en el que transportarlo. Creo que el tiempo apremia para el y no creo que sea conveniente quedarnos mucho más tiempo por aquí - añadió mientras miraba en la dirección en la que el hombre había huido.

El desconcierto era general. Lyranden no sabía qué produjo el alud. Darius no sabía nada del salvaje que le mencionaba el semielfo. Y Mindo, sumergido en su autocompadecimiento, queda asombrado de que fuera de su campo de visión, una voz conversa con su compañero.

¿Quién eres? ¿Quién está ahí? El corrimiento de tierra lo produjo una especie de pájaro superdesarrollado. Nos atacó, con su chirrido ultrasónico. Cuando se vió superado por nuestras armas, lanzó un último canto contra la falda del acantilado, haciendo retumbar todo el cañón y haciendo llorar a la montaña riscos enormes encima nuestra.

Hace una pausa, tratando de recordar lo siguiente que pasó, pero estuvo inmerso en sus delirios y su inconsciencia perdiéndose el resto de acontecimientos.

Pero tu llegada es proverbial extraño. ¿Eres de Holmet? Guíanos hasta allí. Ten compasión por un pobre inválido.

Mindo comienza a decir cosas más o menos coherentes, al menos Lyranden ya sabe qué produjo el derrumbe. Contestando a Mindo y casi sin mucho interés en responder si era o no de ningún lugar responde.
-Permíteme presentarme, mi nombre es Lyranden y por desgracia, o por suerte, no soy de por aquí cerca. El pueblo al que haces referencia no se ni en qué dirección está, aunque si me dáis alguna indicación podría tratar de guiaros hasta allí.. - dijo mientras en su foro interno continuaba - No será por compasión sino por ayuda mutua, Darius me ha salvado y no puedo por menos ayudarle un poco-
Tras una breve pausa no puede contenerse y pregunta mientras señala al giantesco alud que casi acaba con ellos - ¿Que esto lo ha hecho un maldito pájaro? ¡Joder!, ¿y qué teníais vosotros contra el pobre animal para atacarle hasta morir?

¡Ey! Fue el pollo superdesarrollado el que nos emboscó a nosotros. No tiene nada de pobre, aguardándonos tras un risco y luchando hasta dejarme así. ¡¿Os compadecéis antes de la bestia que del elfo al que lisió?! ¡¿Quién sois?! ¡¿Un maldito druida?!

Mindo se obliga a refrenar su ira. En su foro interno sabe lo dependiente que es ahora de todos los que le rodean.

Ahm... Perdona, Lyraden. Mi nombre es Mindo y agradezco tu compañía. Lo importante ahora es viajar al sur. Este cañón va por buen camino. Solo espero no encontrar ninguna bifurcación que nos haga dudar. El colmo sería que tuviéramos que escalar por culpa de una montaña situada entre nosotros y nuestro destino. Ese sería el peor escenario posible. Cielos... que no haya ninguna montaña...

Las palabras de respuesta de Mindo parecían ir más en busca de pelea que de hacerse nuevos amigos. Sin embargo al momento se detuvo a considerar sus palabras y añadió la intención de ir hacia el sur, probablemente en dirección al pueblo ese del que no paraba de hablar. Para zanjar la situación con el tema del pájaro Lyranden concluyó.
- No te preocupes Mindo, tengo tanto apego por ese pájaro como por un troll de las montañas, pero me gusta conocer a mis compañeros de camino y tenía que haceros esa pregunta. - una vez resuelto lo que a Lyranden le parecía oportuno aclarar dijo - Está bien, nos pondremos en marcha por el cañón, iré un poco por delante para ir investigando el terreno y avisaré de cualquier cosa. - concluyó mientras cogía tanto sus pocas pertenencias como el bulto de carga de Darius, dejándo a este libre para poder coger a Mindo a su espalda.