Partida Rol por web

Uno de los hombres ataca a Anamún con su hacha haciéndole un feo corte en un brazo.

Otro avanza un poco mientras arroja su hacha arrojadiza contra Tyr que no tiene problemas en esquivarla. Anamún dolorido observa que otro hombre viene a por él y ahora sí lo esquiva aunque por los pelos...

Adshareb se concentró mientras pronunciaba unas palabras arcanas y realizaba unos pases mágicos. Un humo rojo empezó a formarse cerca de Anamún, y al disolverse con un olor de azufre, un enorme mastín negro había aparecido junto a él, barrando el paso a los matones.

El mastín infernal se lanzó a por el más cercano, que consiguió mantener a ralla al perro de momento.

Khyron reaccióna rápidamente. El hombre del desierto se encontraba parado sobre uno de los muros en ruinas, y al ver al grupo que sin previo aviso se arrojaban sobre sus camaradas no le costó demasiado hacer girar sobre su cabeza el largo guisarme y como las aspas de un molino de viento golpear la cabeza del más cercanos de los bandidos!
El maldito thug, estaba concentrado esquivando las fauces del enorme perro que acababa de aparecerse frente a él y aunque reaccionó a tiempo, perdió el equilibrio. El acólito de Pharasma se agachó entonces y utilizando el garfio lateral y curvo de su cuchilla, enganchó las piernas de su enemigo, arrojandolo pesadamente al suelo.
Los cascotes en ruina se clavaron en la espalda del thug, arrancandole un quejido de dolor, y Khyron se preparó para partirle la cabeza de un golpe en cuanto el ser intentara ponerse en pié.

¡QUIETO AHI, BASURA! Le amenazó con su afilada y larga cuchilla de acero.
El molinete ya giraba de nuevo sobre su cabeza, a fuerza de musculo y no de viento...

QUIETO O TE ENVÍO DIRECTO A PAGAR TUS DEUDAS A PHARASMA! HAHAHAHA!

El perro que aparece trata de morder sin éxito a uno de los matones mientras que Khyron derriba sin problemas a su adversario.

Con una pose amenazadora y una voz que helaría la sangre de cualquiera, el Vizconde se dirigió al cabecilla de aquel grupete de patanes. -Caballeros, se van a arrepentir de esto, porque... cof, cof, cof...- Y le sobrevino un ataque de tos que casi no le dejaba hablar.- Vamos a... cof, cof... somos nada menos que... cof, cof... perdón.

Nada, le resultaba imposible hablar. ¿Se habría costipado?

- Oh, por los dioses... - Sus compañeros acababan de interponerse entre él y aquellos desconocidos. Echó una mirada a su espalda, al murete semiderruido, volvió a mirar a los enemigos y se decidió. El qadiro agarrí bien su ballesta, rodó sobre el murete semiderruído y cayó al otro lado, en lo que fuera un pasillo. Pero no pasó desapercibido...

Había un ulfen más adelante, que se volvió al escuchar los pies de Turom. Aquello bastó para que pudiera interponer su escudo y la saeta del pícaro se clavara en él, vibrando con el impacto.

El hombre con la armadura más pesada se mueve con una de sus hachas y la arroja contra Turom, impactando sobre el hombro de este.

Cuando los Ulfen asaltan al grupo, a Tyr le cuesta un instante actuar, pero en cuanto se coloca su maza sus ojos se desorbitan, aprieta los dientes y, sin pensárselo un segundo corre como un loco, maza en mano, hacia el primero de los Ulfen con los que se encuentra, emitiendo un alarido sin dejar claro si es un grito de guerra, o una canción mal entonada... no podéis evitar pensar que a este tipo esta algo mal de la cabeza...

La maza del clérigo impacta en la cabeza del maton, propinándole un violento golpe y abriendosela en dos como una sandia.

El ulfen trata de interponer su escudo entre la maza de Tyr y su pecho pero al estar caído en el suelo no puede defenderse demasiado bien. El golpe es brutal pero todavia sigue con vida después del tremendo mazazo.

El monje, aún herido, lanza una andanada de golpes a su contrincante.

-¿Alguien me puede ayudar con esta herida?

Uno de los ulfen ataca a Anamún pero ahora el monje sí es capaz de esquivar el golpe. El otro ataca al perro infernal y trata de retroceder después de hacerle un pequeño rasguño.

El que está caído en el suelo trata de atacar a Tyr desde su posición, pero el clérigo es protegido por su armadura y sobrevive intacto al golpe de su enemigo.

Khyron da tres largas zancadas, y viendo que el rufian intenta atacar a Tyr, aprovecha que el perro conjurado le muerde las ropas para darle un brutal golpe descendente sobre la cabeza.
¡QUIETO TE DIJE BASTARDO! Te voy a obligar a hablar ante Pharasma, jajaja!

Adshareb se mantuvo al margen, observando y dando órdenes al mastín infernal. Este se lanzó a por el ulfen que intentaba retirarse, saltando contra su pecho e intentando derribarlo con su peso. El matón se puso nervioso y para quitárselo de encima descuidó su guardia. Un error fatal: el enorme perrazo le mordió en el muslo con fuerza, provocando un torrente de sangre y un grito de dolor.

El mordisco del animal hace sangrar de forma abundante al ulfen mientras que el que está en el suelo logra defenderse a duras penas del golpetado de Khyron. No obstante la suerte está con él y el arma de Khyron simplemente golpea contra su escudo.