Partida Rol por web

Sin hacer intención de querer rendirse, el capitán de los hombres trata de levantarse, pero entre el perro invocado y un certero golpetazo de Khyron, cae inconsciente al suelo.

El otro hombre parece ciertamente impresionado y acojonado por la situación...

-Que se marche, tenemos al cabecilla.- Dice el Vizconde expulsando nubes de vaho.

Tyr mira como se larga corriendo el maton mientras guarda sus armas.

- ¡ Anamun ! - dice corriendo hacia el monje - esta desangrandose - el clerigo comenzo a rebuscar entre sus posesiones hasta que saco una elaborada varita grabada con llamas - Asmodeus, ayuda a tu servidor ....

Una brillante luz cubrio a Anamun a medida que Tyr pasaba su mano a un palmo de la piel del monje y sus heridas comenzaron a cerrarse.

 Anamun se despierta, totalmente restablecido, sin rastro de las heridas que hacía un momento amenazaban con finalizar su historia. Se levanta de un salto.

-¿Qué? ¡Los Ulfen! -poco a poco comienza a ser consciente de su entorno. Entonces se relaja y se sienta en el suelo, con la espalda apoyada en la pared- Ah... que combate... Tenían que haberme visto los monjes. Seguro que su opinión de mi cambiaba diametralmente.

Entonces repara en el clérigo que tiene delante y cae en la cuenta de que debe ser él quien le ha salvado.

-Gracias, Tyr. 

Al ver cómo pasáis de él, el guardia restante decide largarse lo más rápidamente que le permiten sus piernas...

Khyron corre detras del fugitivo, tratando de golpearlo con su guisarme para derribarlo al suelo.
Quieto ahi maldito!

Al ver que el thug sigue corriendo, se detiene y tras clavar la cuchilla en el suelo, tensa una flecha.
ALTO, o irás a rendir cuentas ante Pharasma antes de tiempo!

 Anamún se acerca al jefe. Le mantiene la mirada durante un buen rato y comienza a hablar:

-Bien. Vamos a dejar las cosas claras. No hemos venido buscando problemas, pero nos los habéis traído. Ahora sabes de qué somos capaces. Dinos porqué nos habéis atacado. No nos gustaría tener que dejarte como al resto de tus compañeros.

Sin embargo, un hombre desarmado no tenía la suficiente capacidad de convicción para un Ulfen.

 -Eh... -el monje se acerca un poco más y comprueba que el ulfen tiene los ojos cerrados- ¿Sabéis si está vivo?

El mastín infernal se disolvió en una ligera nube de azufre, tal y como había llegado. Mientras Tyr revisaba las heridas de Anamún, y le aplicaba la magia curativa de una varita, Adshareb se acercó al ulfen que estaba inconsciente y miró si tenía pulso.

- ¿Alguien lleva un poco de cuerda?- dijo levantándose.

El hombre está inconsciente debido al golpe noqueador de Khyron. Está vivo y tardará varios minutos en recuperar la consciencia.

Khyron tensa una flecha, alza el arco, y Zas! El proyectil se clava en el hombro del unico sobreviviente, quien gira en redondo como una peonza ante el impacto.

En la segunda flecha, el explorador acólito de Pharasma apunta apenas a la izquierda y dispara.
La flecha, impacta en el craneo del thug, partiendolo como si se tratara de una calabaza madura.

Dale un buen trato... le susurra a su deidad

 -Bueno... -el monje se vuelve a sentar- A esperar que despierte.

El Vizconde se acurrucó dentro de su abrigo de pieles y se sentó en los restos de un muro.- A esperar pues.- dijo.- Me parece que de momento es la única fuente de información de la que disponemos, ya que los vecinos afirman no saber nada y no hemos sido capaces de encontrar ninguna pista entre los restos de la casa. Si bien...- Miró el mensaje escrito con sangre en una de las pocas paredes que quedaban en pie.- ...no tenemos prueba alguna de que la sangre que adorna esa pared sea la de Skagni.

Khyron, malherido, se cruza una vez más el arco, y se acerca al unico que ha sobrevivido a la emboscada...
El guerrero, busca una gruesa cuerda de cañamo, con la cual lo ata de pies y manos, tras lo cual le hace un ovillo y le enrosca tambien el cuello con el otro extremo, por si hiciera falta asfixiarlo un poco.
Entonces, le arroja un poco de agua a la cara, y le cachetea...tratando de reanimarlo.

HEY! PUTA ESCORIA!...DESPIERTA! le grita al oido.