Partida Rol por web

Tras cruzar la frontera de Irrisen, comenzáis vuestro periplo por las tierras de los Señores de los Mamut. No tardáis en ver a lo lejos, ejemplos de la fauna megalítica que puebla esta zona. Esas criaturas deben ser enormes si sois capaces de divisarlas desde esta distancia...

Siguiendo el mapa de Skagni, sabéis que debéis continuar y parece que vuestro camino no se cruzará con esos enormes animales, de momento...

Uno de aquellos animales bien podría ser un buen reto para mi acero. Pensaba Lorik todo el rato. Sin embargo, sabía que ya algunos le tachaban de loco por no tenerle miedo a nada, o al menos no haberlo demostrado. Asi que decidió callar y esperar a que los retos apareciesen en su camino. Una muerte en combate era una muerte muy honorable. Lorik no le tenía miedo a la muerte, pero cada paso que daba superando retos, le hacían más fuerte y hacían que amara la vida con más fuerza.

En sus pensamientos, siguió andando por la nieve, tratando de abrigarse lo máximo posible y esperando que apareciese pronto algun enfrentamiento con el que poder probar sus habilidades.

Clarissa tomó el mapa que les había dado Skagni, sus habilidades le permitían descifrarlo perfectamente, pues ¿no era acaso su señor Abadar el dios del Viaje?, luego lo puso junto con el resto de documentos obtenidos en la misión.

-Iremos con cuidado, propongo lo siguiente, todos llevaremos puestas las raquetas para poder movernos más rápido, el equipo pesado y las provisiones irán en el centro con la mula, Lorik irá al frente conmigo, para poder avistar cualquier peligro y Ethelnir cubrirá la retaguardia. 

-Por las noches haremos guardias por turnos, yo tendré que hacer las últimas, si queréis que pueda curaros en combate.

El paladín asintió.

- Parece un buen plan, Clarissa.

Yo soy el último. dijo Harold levantando las manos. Así que me plegaré a lo que decidais.

- Si nosotros vamos delante y Ethelnir detrás ¿Cuál de las dos es la mula, Grachius o Harold? - dijo Lorik sonriendo a sabiendas de que la mula (el animal) no se iba a sentir ofendida por su comparación con Grachius. Bueno, por que no podía entenderle, en otras circunstancias igual no lo decía por miedo a recibir una coz.

Quiza deberiamos turnarnos en la ultima posición, somos varios los guerreros y asi no sufrira el cansancio de estar mirando adelante y atras uno solo

Poco después del mediodía, el camino que recoge el mapa de Skagni pasa por una pequeña arboleda bastante tupida de árboles de hoja perenne que acaba abruptamente en la cima de una loma. Abajo de la loma, la nieve está atestada con el resultado de una batalla. Escudos rotos y lanzas aparecen entre la nieve como si fueran huesos rotos, y la sangre pinta de color el suelo alrededor de una marea de cuerpos que parecen estar en combate todavía.

Clarissa entornó los ojos... quería saber quienes peleaban y porqué.

Preparo el arco atento ante cualquier posible amenaza.

Tras ver la escena, Harold soltó un pequeño silbido por la bajo, sacó el arco imitando a Ethelnir. Esto no estaba previsto, ¿no? preguntó en bajo a nadie en concreto.

Inquieto ante una posible trampa o emboscada, Ethelnir emplea su habilidad como paladín para detectar el mal.

Susurra a Harold:

- No, me temo que esto es una sorpresa ... especialmente desagradable para algunos.

(Si mi habilidad no detecta nada, Ethelnir se aproxima a los cuerpos, murmurando un plegaria a Iomedae en favor de los valientes que caen en combate y mueren solos en la oscuridad. Mi intenciçon es comprobar si alguien esta vivo y tienen algo que permita identificarles).

Clarissa sacó su nueva y reluciente ballesta y la cargó, no se fiaba en lo más mínimo y más valía estar prevenida.

Luego bajó con cuidado la loma atenta a posibles amenazas.

Su voz se movía en una suave plegaria, pidiendo a Abadar que acogiera a aquellos fallecidos que tuvieran la civilización en el corazón. Si es que había alguno, claro.

Este Ethelnir me cae bien. decidió Harold para sí mismo mientras se colocaba un par de pasos detrás suyos para cubrir los flancos que el no vigilase.

También Lorik avanzó hacia los cuerpos, preguntándose no si era una emboscada o no, sino quienes habían combatido a cielo abierto de aquella manera tan catastrófica.

Se golpeó un par de veces el pecho en función de los caídos en combate. Siempre era mejor morir combatiendo que en un camastro o de viejo. Él tenía claro que moriría algún día, pero sería con su arma en ristre. No quería morir de otro modo y mucho menos que se compadecieran de él. Prefería que le mirasen con orgullo y honor. Asi era como morían los héroes y así era como morían los soldados.

Mientras bajáis hacia la zona de los cuerpos podéis ver que los hay de dos tipos, algunos que parecen bárbaros kellid y otros con ropajes de invierno más civilizados son ulfen.

En cuanto os aproximáis al primero, de entre los cuerpos surge una figura salvaje, un animal algo más grande que un tejón de pelaje pardo y con las fauces llenas de sangre. Alguien le ha molestado mientras comía y está un poco cabreado...

Clarissa pegó un respingo y dejó escapar un virote en la dirección del animal.

-Menudo bicho más feo.