Partida Rol por web

Los fieros guerreros experimentados del grupo lanzan sendos golpes a la criatura, pero no tienen demasiada suerte para atravesar la gruesísima piel del ser.

Por su parte, la criatura sí que parece lo suficientemente capaz y hace sendos mordiscos al paladín y al guerrero.

Clarissa resopló, sus compañeros eran unos auténticos inútiles, como había previsto. No golpearían a un leño enorme que tuvieran delante de ellos. Simplemente agitaban sus armas enormes, demasiado pesadas para ellos, en círculos. Ahora morirían sin ella. Ahora solo les quedaba fallecer... salvo que la mujer había firmado un contrato para sanar las heridas recibidas... ¡Y ella nunca faltaría a la palabra dada!

—¡ABADAR supremo Dios. Dueño de la Primera Ley, Maestro del primer Refugio. Sana a esta patética panda de pazguatos, ya que estoy obligada contractualmente a hacerlo!.

Una oleada sanadora se extendió desde Clarissa. Sanando todas las heridas salvo algunas del que se moría por el suelo, el humano de lengua viperina que no la trataba con el debido respeto. Había avanzado de forma imprudente y temeraria... y ahora sufría las consecuencias de su estúpida acción. 

Intento bajar rápido, pero me sujeto mal a la cuerda, me resbalo unos centímetros y me tengo que agarrar para no caerme.

Perdidos unos segundos preciosos, maldigo por lo bajo...

El paladin descargo un potente golpe contra la criatura.

- ¡Modera esa lengua Clarissa!

- Esto no es bueno.

Me muevo por el campo de batalla, pero lo suficientemente lejos del bicho. Y le lanzo una daga.

— ¡La moderaré cuando acabes con la serpiente!

Arak siente como la hinchazón se expande, el sitio donde le mordió la serpiente comienza a hincharse y el dolor aumenta.

Afortunadamente eso no impide que su brazo sea certero y su daga se clava en el bicho. Por su parte, Ethelnir también consigue que su espadón atraviesa la dura piel del monstruoso ser.

- A mi, maldito bicho. - dijo Lorik golpeando de nuevo con su enorme espadón.
 

—Como golpear el agua con un palo... digo con una espada— dijo Clarissa meneando la cabeza —¿Tengo que ayudaros más con mis poderes? Ahora veréis el poder de la LEY.

William había caido por idiota, estaba peor de lo que creía y todo por culpa del veneno de la maldita serpiente. Era muy dura, más de lo que sus habilidades le permitían. Aunque pudo ver como Lorik y Ethelnir eran más efectivos.

Lo mejor será ayudarles desde aquí, ya que si me levanto me voy a llevar otro mordisco.

Desde su posición poco podía hacer, pero al menos molestaba a la serpiente.

La anfisbena se revuelve por los ataques y se centra en el que más le ha dolido. Como respuesta, Ethelnir se lleva otro mordisco en un hombro esta vez. Afortunadamente, el segundo mordisco lo desvía Lorik con su arma.

Clarissa tocó a Lorik y le infundió con el poder de la Ley. Ahora todo sería recto y correcto. 

Harto ya, intento descender rápidamente por la cuerda, pero de nuevo no consigo afianzarme bien en la cuerda y no avanzo.

Seguro que estos sufren de lo lindo sin mis certeros golpes. ¡Tengo que ir rápido en su ayuda!

Debilitado por el dolor del hombro, el espadón golpeo de refilón y sin  efecto las escamas de la criatura.

—¡Ethelnir, se supone que tienes que matar a la serpiente, no golpear al agua con la espada! Está visto que sin el enano, un Osirioni de pro, un buen guerrero legal... ¡No hacéis nada bien!

A pesar de los esfuerzos de William, el paladín no logró acertar a la serpiente. En verdad era un duro hueso de roer, y menos mal que sólo había una.
No obstante poco más podía hacer desde su posición, así que volvió a ayudar al elfo. O por lo menos eso intentaba.

Menos mal que estaba la clérigo para animarlos. Por lo menos a él la rabia le daba fuerzas para seguir combatiendo, si no fuera porque estaba casi convencido de que había sido ella quién le había recuperado con sus curaciones.

Sacando una de las pociones de antitoxina de mi mochila tiendo a beberla antes de que el dolor causado por el mordisco de la serpiente me consuma.