Partida Rol por web

Clarissa se dio cuenta que la mediana estaba tratando de ayudar. —Disculpad, mi buena señora— dijo bajando un poco la voz.— Pero creo que un objeto o poder de los... "asesinos" —ya se había percatado de lo que eran— ha reducido mis facultades auditivas. Dejo a mis compañeros que traten con usted. — Y entonces hizo una reverencia, temiendo el juicio de sus compañeros... pero sin ninguna otra opción. 

Movimiendo de un lado a otro la cabeza el paladin se centra en la mediana.

- Mi señora, valorad vos misma lo oportuno. Si el mensaje puede requerir alguna aclaracion puede ser recomendable que vengais. Si al mensaje no le aportais nada por ir, nosotros lo transmitiremos.

Asiento ante las palabras de Ethelnir.

Al cabo de unos instantes, William aparece de nuevo por el tejado y baja del mismo. Con una cara de bastante mosqueo.

La muy zorra se ha metido entre la multitud. Y allí es dificil seguirle el rastro. O se ha ido a una posada de la zona comercial o a las puertas de la ciudad.
Espero que haya sido lo último. Porque como la vuelva a ver.

Se da cuenta de repente, de que están hablando con alguien más y, desconfiado todavía, sus manos van a las empuñaduras de sus curiosas armas.

Pues llevadme a él, por favor.

- Deme un momento. ¿Quien es usted señora Ciendedos? ¿Lleva usted algun tipo de arma? ¿Es meramente una mensajera o tiene capacidad de decisión?

Empleo detectar el mal enfocado en la mediana durante tres asaltos. 

Cuando sus compañeros parecieron querer irse, Clarissa registró durante un momento a los caídos para averiguar quiénes eran y que llevaban. Cualquier pista sobre esos asesinos sería bienvenida.

Visto que e perdido definitivamente a la maldita tendera regreso junto a mis compañeros. Cuando el pitido en mis oídos al fin remite, empiezo a escuchar lo que el paladín y la señora hablan. No puedo salir de mi asombro, ya estamos otra vez hablando mas de lo que deberíamos. 

- No si me parece muy bien que la gente se nos presente y eso, ¿pero después de recibir un ataque en plena calle nos vamos a fiar de cualquiera?. Que ya se que el paladín se fía de cualquiera pero los demás parecemos nuevos en esto.

Al menos la clérigo tiene el buen hacer de "saquear" los cuerpos de nuestros atacantes

Si os quedáis más tranquilos, os doy el mensaje y se lo lleváis vosotros... - dice la mediana después de ver cómo la examináis.

Ese examen revela que lleva una espada corta de su tamaño y una honda.

El examen de Clarissa revela que los matones estaban bastante bien equipados.

- Chicos, hay muchas cosas que hacer - miró a la mediana, después a sus compañeros - ¿Podemos acabar ya con esto?

- Señora Ciendedos, igual es preferible que nos acompañe. Entienda que preguntemos a quien llevamos, no como una descortesía por nuestra parte.

La mediana os sigue hasta el refugio de vuestro patrono. En esta ocasión lo encontráis en una camilla recibiendo un masaje y en cuanto la mediana lo ve le dice lo siguiente:

La Mantis Roja está buscando por todo Eto a un hombre lleno de cicatrices...

Ahora que dice esto los que visteis el amuleto de Kura Shehr con un insecto en su interior recordáis que era una mantis religiosa...

Mmmm... Lo único que puedo decir es que son persistentes... Pero la persistencia no garantiza un asesinato exitoso...

Tras esto os despide con la mano mientras sigue recibiendo el masaje.

- Vayamos a visitar a Ionacy Lozar.

Clarissa iba recuperando la audición, pero además escuchaba un pitido persistente, lo que hacía que estuviera más irritada de lo habitual.

—¿Alguno está herido? No os pregunté después del combate con los tipejos esos. 

Sin más asuntos que tratar con Maese Torch os retiráis para ir al lugar en el que el erudito Ionacu Lozar está preparando su expedición.

Más de una docena de camellos se encuentran agolpados fuera de una gran carpa mientras un montón de porteadores empaquetan suministros para lo que parece ser una gran expedicion arqueológica. Cajas con herramientas, metros de cuerdas y sacas de comida seca se encuentran apiladas esperando a que las distribuyan entre las distintas bestias de carga.

En el interior de la suntuosa carpa, pilas de pergaminos y mapas dibujados a mano se encuentran esparcidos sobre una cama con dosel.

Un hombre del norte de cabellos oscuros con un pronunciado acento del este y el ceño fruncido de forma persistente supervisa la tormenta de actividad mientras mira una y otra vez un inventario garabateado en un cuaderno que ha visto mucho uso.

¿Dónde se encuentran las ánforas de agua? ¡Esta expedición no durará ni una semana en los Pilares del Son sin agua!

Se le nota algo tenso...

Le observo con disimulo buscando su bolsa o mochila. 

El libro de oraciones es bastante ordinario con un broche con forma de escarabajo para abrir y cerrar el mismo. Ninguna de vuestras detecciones os revela nada extraño.

Tampoco el sexto sentido de Ethelnir le indica nada sobre el hombre o sus empleados.