Partida Rol por web

Tharan dice: Compañeros, no ataquemos al resto. Al explotar la primera he notado cómo el suelo se ha hundido un poco y las vigas que lo sostienen han crujido. Debemos avanzar con cuidado por los bordes. 

Tras decir esto, Tharan se desplaza hacia el borde para ir acercándose poco a poco hacia el norte del patio.

¿Qué es lo que está sucediendo?

Sin vacilar, Grunyar se acerca a Tharan con la esperanza de que no se hunda el suelo que está a sus pies.

Mientras hace el movimiento le pregunta en voz baja a Agatha.

¿Es la primera vez que ves calabazas que se quejaran al ser golpeadas?

Grunyar avanza poco a poco con el hacha en mano y el escudo vigilando las diferentes calabazas y comprobando donde pisa.

-Me parece una idea muy juiciosa, Thoran. Dice el paladín, mientras avanza siguiendo a sus compañeros.

-Nuestro objetivo es la reja, y las plantas no parecen una amenaza directa. O eso creo.

-Estoy de acuerdo. Sean lo que sean, dejémoslas tranquilas y vayamos a por la verdadera amenaza.

Agatha se desplazó tras los demás hasta llegar a la reja.

Agatha comienza su movimiento, cuando de entre las malezas una segunda calabaza le escupe un montón de semillas. La hechicera consigue esquivar la mayoría de ellas, pero alguna le causa un pequeño arañazo.

Tras este ataque la calabaza parece hablar en un extraño lenguaje

Agatha retrocedió a la carrera y se refugió tras una columna para huir de las espinas. Una vez allí, se arrancó las espinas del brazo, una a una.

-Yo diría que no va a dejar que pasemos así como así, chicos. Voy a encender una antorcha y a pegarle fuego a todo esto! ¿Aguien entiende en qué hablan?

Alarmado por la iniciativa de Agatha Grunyar le comenta.

Vigila que si enciendes la maleza puede que nos sea difícil salir de aquí, mejor atacat diréctamente a la calabaza. Si eliminamos la que hay entre la puerta y nosotros ya podremos acceder por la puerta.

Pese a actuar lentamente, Grunyar decide actuar pìdiendo ayuda a Sarenrae, apuntando con su mano a la calabaza le lanza un rayo. Y tra esto se cubre detrás de la columna para evitar ser atacado por la calabaza.

Tharan ataca a la calabaza que bloquea la puerta y se cubre en la columna. 

Agatha busca refugio mientras se quita las pocas espinas que le han impactado.

Grunyar, alarmado por la nueva situación lanza un proyectil ígneo, pero por desgracia, lo precipitado de su acción hace que sus llamas se estrellen contra la pared

Tharan intenta golpear la calabaza, pero su ataque golpea la vegetación que cubre la zona.

Nalfeim sigue a sus compañeros y golpea con la alabarda a la calabaza. Pero que coño es esto? calabazas que escupen pepitas? muy normal no es...

-Amigos, tengo un mal presentimiento...

Nalfeim golpea a la calabaza con su Alabarda.

-Amigos, tengo un mal presentimiento...

Tras estas palabras la calabaza explota. La vegetación situada a su alrededor comienza a crecer desmesuradamente. Ante este incremento de peso, las viejas vigas no pueden soportar el peso y ceden.

Grunyar, Nalfeim. Notáis como el suelo bajo vuestros pies cede. Intentáis agarraros a lo que sea para evitar la caída, pero vuestro esfuerzo es inútil y os precipitáis hacia ´los sótanos de la fortaleza. El impacto os causa 1 punto de daño.

Agatha se sujetó al pilar cuando el suelo se derrumbó y, cuando volvió a asomarse, contemplo el oscuro vacío creado donde, segundos antes, estaban sus amigos. 

La hechicera esprintó hasta el borde del abismo y se asomó a la oscuridad. Encantó una pequeña roca con un conjuro simple y la lanzó al fondo para que pudieran ver algo.

-Amigos! Estais bien?

Tharan acude junto a Agatha para conocer el estado de sus compañeros.

-Compañeros! grita el paladín. La caída ha sido dura pero estamos bien!

En ese momento la piedra luminosa golpea el suelo y Nalfeim se lanza a cogerla. Muchas gracias Agatha! Has estado muy rápida. Si podéis, intentad bajar, puede que por aquí encontremos algo.

Dicho esto, el paladín se vuelve en busca de algún indicio de donde se encuentran....

La caída ha sido dura, pero la misma vegetación que provocó el hundimiento del suelo os ha amortiguado el golpe.

El sótano al que caéis está totalmente a oscuras. Grunyar. Tu visión te permite ver que habéis caído en una amplia sala. en un extremo hay una escalera de subida mientras que en el extremo opuesto hay un trono en el que se encuentra alguien sentado. Desde la distancia apenas puedes discernir sus facciones, pero lo que si que te das cuenta es que está inmobil.

El gemido lastimoso que habéis oído anteriormente se hace más claro aquí abajo. parece venir de un pasillo situado en el lado oeste de la sala en la que habéis caído.

Un poco maltrecho por la caída Grunyar se incorpora y ve al fondo un trono con una figura inmóvil en él. Tras intentar definir que tipo de criatura hay en el trono, Grunyar desvía la atención hacia el lugar de donde viene el gemido. 

Voy a acercarme a la fuente del gemido a ver si es alguien que necesita ayuda. ¿Nalfeim, vienes conmigo por si acaso hay algún problema? 

Grunyar se dirige hacia el pasillo de donde sale el gemido con precaución y hacha y escudo en manos, vigilando la figura del trono y el pasillo. 

Voy a acercarme a la fuente del gemido a ver si es alguien que necesita ayuda. ¿Nalfeim, vienes conmigo por si acaso hay algún problema? 

-Por supuesto, compañero. Dijo el paladín. Aunque quizás fuese mejor esperar a tener un poco de luz. ¿Podrías iluminar el camino con la luz de los dioses?

Mientras esperaba que llegase un poco de luz, Nalfeim se preparó con la alabarda en la mano, a la espera de que algun ominoso ser les atacase.