Partida Rol por web

Cierto, cierto, en qué andaría yo pensando - me quito el anillo encantado y se lo pongo a la mujer en la mano - Bueno, tómalo. Es más fiable que una antorcha y te permitirá usar las dos manos si las necesitas. No me lo pierdas o puede haber quejas ¡Qué digo quejas! ¡Lágrimas incluso! Así que ya lo sabes. Vuelve de una pieza y te enseñaré más trucos.

Me despido de la guardia y vuelvo a la hoguera, donde no tardo en encontrarme incómodo al verme a solas con el bardo y la ¿qué? ¿Mercenaria de permiso?

Ventiscas ¿Es que me he olvidado de bañarme y huelo mal o qué? ¿A qué viene este velatorio? ¿Se ha muerto alguien y no me he enterado? Bueno, así que Morrigan y Feniel ¿Verdad? ¿Qué os trae por Valle del Oro?...

- ¿Eh? ¿Morrigan has dicho? - me acerco un poco más a ella para escuchar su susurrante voz, al tiempo que le respondo también en susurros. Ya sea por la costumbre de hablar en el mismo tono que tu interlocutor o... Simplemente por hacer la gracia - No te preocupes, no lo serás. Además como intente algo contigo, Calisca es capaz de usarme en el próximo estofado... Tanto como para carne como para calentarlo. - alzo las cejas y sonrío divertido por esa promesa de vigilancia, ignorando la posible amenaza escondida en esas palabras - Por favor, si tienes ganas de verlo sólo tienes que decirlo. Oírlo, lo oirás tú como el resto del campamento. Y no te preocupes, me aseguraré de que no se quede con las ganas. 

Con incluso mejor humor que antes, sigo comiendo sin importarme si el estofado está ardiendo. Levanto ligeramente la cabeza al escuchar al ricachón y me encojo de hombros. 

- Puef beful... - hago un gesto para que espere mientras termino de tragar y doy un sorbo a la copa con el caro vino, soltando un pequeño suspiro de felicidad - Con vino caro todo entra... Bien, como decía, pues resulta que regalan tierras. Y para gente sin tanto poder adquisitivo como usted, señor Ekron, - digo con toda la pomposidad que puedo, medio riéndome - es una oportunidad única. Y sí, puede que no sepa gestionar territorios ni nada parecido, pero a caballo regalado... 

A duras penas logro contener la risa ante lo que me cuenta el divino de fuego, pero no es cuestión de desperdiciar un vino tan caro - "Regalan tierras" ¿Así, sin más? ¡JAJAJAJA! Eso no se lo cree ni el que puso el anuncio. Venga, en serio ¿Dónde está el truco? ¿Es una zona llena de monstruos? ¿De bandidos? ¿De monstruos bandidos? ¡Menuda historia!...

La divina alzó una ceja al escuchar la forma de expresarse de aquel noble. Curioso. Pero era un hombre divertido, y el fogoso no se quedaba atrás. Así que, a pesar de su semblante, una media sonrisa suavizaba ligeramente sus rasgos

_{- Lo mismo -} dijo confirmando la respuesta de Feniel del motivo de su viaje. _{- Muy bueno su truco de cortar el tronco. Mañana será más fácil despejar el camino -} le dió una fuerte palmada en la espalda _{- Y tranquilo. Huele como cualquier macho de la comarca -} en sus ojos relampagueó un brillo extraño, porque no se sabía si era para tranquilizarlo o una burla hacia los del sexo masculino.

Se mojó de nuevo el gaznate con la bebida que le habia ofrecido Calisca. Antes de que pudiera preguntarle a él el motivo de su presencia en la caravana, soltó aquello y se quedó un poco a cuadros. Su mirada se alternó de uno a otro esperando ver en que derivaba aquello

Sonrío al escuchar a Morrigan dándome la razón y miro divertido a Ekron al ver su reacción. Levanto una ceja al escuchar al noblecito tan convencido de que eso es mentira y echo un rápido vistazo a la gente de alrededor, empezando a entender ligeramente por qué no se quieren acercar. Los mismos que van a por esas tierras "falsas". Entiendo que te quieras enfrentar a mi palabra, pero si le quieres decir que no a ella, o a la rubia que te ha rechazado, adelante. Y encima ésta es tan sutil como desgarradora... Me encanta. 

- Lo sabremos cuando lleguemos. Pero si quieres tirar por tierra las expectativas de todo el mundo antes de tiempo, no te lo voy a impedir... Pero tú verás cuánto odio quieres ganarte. Sólo te diré que más de la mitad de la caravana viaja con el mismo objetivo. - me encojo de hombros y ladeo la cabeza, señalando al resto de pasajeros con los cuernos. Después volvió a apoyar su barbilla sobre su mano y le sonrió de forma traviesa - ¿Y si no es por ese motivo, por qué estás tú aquí? Al final es posible que encuentre una historia interesante y todo...

Lo creeré cuando lo vea - resulta divertida la inocencia del bardo. Aunque yo también he oído los rumores sobre Raedric VII, no se me quita de la cabeza que hay gato encerrado. Ni el santo más santo de todos los santos da algo a cambio de nada. Tan sólo espero que el pago por esas tierras no sea algo que haya que lamentar... demasiado - Pues vengo a hacer negocios, por supuesto. Ver qué quiere la gente de aquí que mi familia le pueda ofrecer. Conocer nuevos socios comerciales, hacer acuerdos y todo eso - suspiro - Ésa es la parte aburrida. Lo divertido es ver mundo, conocer gente y tal vez dejar a algún marido o amante estrenando cornamenta. Vamos, que vengo a expandir el apellido Winterbite en toda la acepción de la palabra ¡Ja!

Vuelvo a servir otra ronda de vino, dejando ya la botella vacía - Oh, por los cuernos de mi ancestro. Mira que le he sugerido veces a mi padre que hagamos botellas más grandes, pero no hay manera - pongo vozarrón ronco intentando imitar el tono de mi padre - Hacer las botellas más grandes sólo conseguirá vulgarizar nuestro producto - y me echo a reír con mi propia broma - Va, en serio - sí, seguro - Quiero a mi padre, pero tenemos una visión comercial muy distinta. Aunque según él la mía me la corregirán a guantazos - me encojo de hombros - Bueno, bardo, dime una cosa. Cuando tengas tu nueva hacienda ¿Qué tipo de vino querrás para tu bodega? ¿Del que se sirve caliente o casi helado? ¿Con o sin especias? O tal vez seas más de cerveza ¿Negra, rubia, roja, de malta, de cebada, de centeno? También tenemos licores varios, destilados y unos alcoholes capaces de tumbar a un enano después de dibujarle una sonrisa de felicidad en la cara...

La guerrera apoyó su codo derecho sobre la misma rodilla para poder inclinarse algo más hacia el noble. _{- Un padre es lo mas sagrado que hay. Se le debe honrar y obedecer -} En su rostro se leia que creía fielmente en sus palabras. No se inmiscuyó en la conversación ya que mentaban solamente al divino de fuego, pero se imaginó los distintos sabores de aquellas cervezas que mencionaba mientras paladeaba con gusto la bebida de la que pronto dió cuenta.

Su mirada se perdió unos momentos por donde Calisca se había marchado, calculando cuanto tiempo llevaba fuera. Luego hizo una inspección visual de todo lo que rodeaba la caravana. Al menos hasta donde le llegaba la vista, alerta a cualquier sonido extraño.

¿Cornamenta? Por un instante y de forma inconsciente levanto la mirada a mis cuernos, antes de entender el otro significado. Oh, que además de comerciante viene de seductor... Bueno, el dinero siempre es algo que atrae compañía, pero me pregunto si lo creído que se lo tiene estará justificado. Suelto una carcajada al oír lo del tamaño de las botellas y apoyo el plato vacío de estofado en el suelo, reclinándome hacia atrás con los brazos tras la cabeza. 

- Sólo diré que cuanto más borracha está la gente, menos calidad notan en lo que beben. Todas las tabernas lo saben: Las mejores cervezas se sirven al principio y a medida que va pasando la noche y los clientes piden más, sacan las aguadas y las malas. Si es probable que la eche a los cinco minutos en el callejón de al lado, ¿para qué malgastar un buen producto?

Abro los ojos sorprendido ante tal avalancha de preguntas y ofertas, que vuelvo a inclinarme hacia delante a riesgo de caerme con tanta información. Una suave risa se me cuela entre dientes, mientras alzo la mirada a los cielos, casi pidiéndoles una respuesta válida a todo aquello.

- ¡Ekron, amigo mío! ¿Crees que alguien que está viajando en una caravana para ir hacia una promesa realmente incierta, esperando que le den algo a cambio de nada, llevará mucho dinero encima? - le respondo con toda mi sinceridad, esperando que no se ofenda - Me encanta cualquier tipo de bebida, la verdad que no le hago ascos a nada. Pero te diré que el vino del que mejor recuerdo tengo fue uno caliente, especiado hasta el punto de que picaba en la garganta y la lengua al beberlo y cuyo sabor era tan potente como el golpe que te daba después en la cabeza. Si tienes alguno de esos, entonces es posible que me interese. - le respondo guiñándole un ojo.

No obstante, no se me pasa por alto el comentario de Morrigan y aunque me esfuerzo por contenerme, necesito decirlo. No por mandar por tierra sus ideales, pero... Necesito que me lo explique.

- Bien, pues entonces dime, Morrigan. - me acerco un poco a ella, todavía sonriente aunque con el ceño ligeramente fruncido, y le digo en voz más baja - Si tienes que obedecer a tu padre, ¿qué harías si te obliga a ponerle fin a tu vida cuando apenas eres consciente de ella? ¿Lo harías por mucho que sea tu padre? 

La conversación cerca de la hoguera se alarga haciendo que el paso del tiempo sea olvidado por los tres, o al menos por dos de ellos. Pues la divina de la muerte no puede evitar desviar la mirada hacia el borde del campamento esperando ver aparecer a Calisca. Y realmente no debe ser la única que se ha dado cuenta de que la mujer está tardando pues después de un buen rato el jefe de la caravana se acerca.

- Hey Morrigan, Calisca estaba contigo, ¿verdad? Me empieza a preocupar que tarde tanto, de Sprinzel me lo puedo esperar. El chico dedica más tiempo a cazar que a trabajar pero la rubia nunca me ha fallado.- comenta bastante preocupado mientras mira hacia el linde del bosque.

Morrigan puede comprobar durante toda la conversación el resplandor del anillo que le había entregado Ekron a Calisca durante la mayoría pero llegado un momento para de moverse o al menos Calisca se desplaza más lentamente. Cuando la divina de la muerte está segura de que algo pasa es justo cuando Odema se acerca a preguntar.

Justo en el instante de las últimas palabras todos comprobáis como la luz del anillo de Ekron ilumina la entrada del campamento, anunciando la entrada de Calisca. Solo que su tez está mucho más pálida, la mujer hace un esfuerzo por hablar pero termina por toser sangre y caer al suelo dejando al descubierto una flecha clavada a su espalda.

Como señal de mal agüero es el momento exacto en que una lluvia de flechas cae sobre la gente que ya gritaba asustada ante el estado de la rubia guía. La mayoría de estas son certeras y golpean a los distintos miembros de la caravana resultando letales en algunos de los casos , y solo un rasguño en el hombro para Feniel. Al instante que Odema desenvaina su espada un enorme lobo sale de la espesura mordiéndole el cuello y lanzando su cuerpo contra uno de los carromatos. El lobo tenía pinturas de guerra y por si quedaban dudas de que tenía dueños detrás de él aparecen varios elfos con vestimentas glanfathianas portando unas regias hachas de piedra.

En su cabeza no entraba aquella posibilidad. Era como si le pidieras a tu cuerpo que no respirar ¿quien en su sano juicio haría eso? Así que su respuesta a lo que el divino de fuego le decia fue otra pregunta, lanzada con la calma de quien sabe que está en lo cierto _{- ¿Si vuestro padre fuera quien os tuviera que obedecer le pediriais algo como eso? -} en su rostro se leia que ya sabía de antemano la respuesta. _{- Aún así yo no tengo problema en correr a reunirme con Berath si es así como debe ser -} no se notaba pasión alguna en su discurso.

_{- Pero sigo pensando que si de verdad vuestro padre quisiera deshacerse de vos solo tiene que hacerlo cuando aún sois una criatura indefensa. Creedme. Se de lo que hablo -} una sonrisa irónica mientras se incorporaba, pero no en toda su altura, sino semiagazapada, espada en mano. Ese gesto fue su contestación a las preocupaciones de Odema.

_{- Si. Algo va mal -} su voz ya de por si susurrante y algo tétrica sonó más áspera todavia mientras intentaba desplazarse sigilosa por donde se había ido Calisca. Pero apenas habia dados dos pasos cuando aquel lobo apareció, desgarrando al pobre hombre.

Blandió su arma para ejecutar a la bestia....

Hablo de cara al futuro, amigo Feniel - contesto con alegría - Ya que veo que tienes buenos conocimientos sobre enología si es tu destino convertirte en un rico hacendado yo quiero ser quien provea tus bodegas de cara a agasajar a tus invitados o encandilar a las mozas que pretendas hacer pasar por tu lecho. En cuanto a ese vino que mencionas, es un Ghalien rojo, ideal para hacer sopas cuando hace frío.

La conversación entre el bardo y la guerrera me quita la agradable modorra en la que me había dejado sumergir por el vino - Hey, vamos ¿A qué viene tanta charla sobre matar a tu padre, a tu hijo o a quien sea? Los dioses os castigarán si desperdiciáis una buena bebida hablando de cosas como...

Me interrumpo al ver a la vigilante. Ya me estaba levantando para ayudarla cuando la veo caer y comprendo que ya no puedo hacer por ella más que rezar por su alma. Una flecha cae a mi lado reventando la botella que había vaciado, sacándome de mi estupor justo a tiempo para ver cómo el lobo se abalanza sobre Odemas.

¡A cubierto! - digo mientras corro hacia uno de los carros y voy acumulando energía mágica en mis manos...

- Así que Ghalien rojo.... De acuerdo, entonces tal vez tengamos una oportunidad de comerciar. - sonrío agradecido a Ekron - Aunque lo de "rico hacendado"... Con la calma.

Me quedo pensando un buen rato la pregunta de Morrigan. Casi debería de habérmelo esperado de una divina de muerte, pero el hecho de no saber responder me molesta aún más. ¿No soy mejor que él para negarme a pedirle eso? Claro que si tuviera la opción de hacerlo... Sólo para pagarle con la misma moneda... Alzo las cejas sorprendido al escuchar su respuesta final y se me escapa una carcajada ácida.

- Sí, claro, es lo más sensato, eficiente y en resumen, la mejor forma de hacerlo. Y no te preocupes... - le guiño un ojo, devolviéndole la sonrisa sarcástica - ... yo también sé de lo que hablo.

Mientras la divina se levanta, le doy una vueltas al vino que me queda, estando de acuerdo por una vez con el noble. No debería malgastarlo pensando en cosas que ni van ni vienen ahora mismo. Me termino el resto de un trago y cuando termino veo aparecer a la rubia con no muy buena cara. Ni siquiera me da tiempo a preguntar cuando veo la flecha en su espalda. Pero ¿cómo...? ¿He bebido de más o algo? En esos segundos de duda es cuando siento un escozor en el hombro y por instinto me llevo la mano a él, viendo un pequeño tajo sangriento por una flecha. El pelo me refulge por un instante y aprieto los dientes con un siseo, mientras echo mano de la ballesta y compruebo la situación. 

A pesar de la sorpresa del momento tanto Morrigan como el hechicero actúan velozmente, sin embargo Feniel claramente aún dolorido por el rasguño tarda en reaccionar mientras que el lobo ruge ante los ataques que recibe.