Partida Rol por web

El Club Pink Unicorn abre sus puertas por primera vez, nadie conocia acerca de este proyecto hasta que se encendió el gran cartel con el unicornio rosa. Un nuevo club estaba abierto y ahora... hay que conseguir que haga dinero.

Ethel entró en el club. El sonido que los altos tacones hacían al andar acompañaban cada uno de sus pasos. Sus piernas moldeadas se dirigieron hacia la barra para apoyarse en ella con gesto sugerente. Portaba un vestido negro con el cuello pasándole por la nuca y un pronunciado escote en V, abierto hasta mostrar el ombligo. La espalda al descubierto sugería que no llevaba sujetador, y la falda era tan corta que parecía que con cada movimiento de sus caderas se le iba a subir, revelando así qué había bajo aquella tela. Echó su media melena rubia hacia atrás mientras observaba el lugar y aguardaba la llegada de los clientes, lista para empezar a trabajar.

Hermann ya había llegado hace semanas a la ciudad. Se instaló en un hotel costoso y se propuso relajarse. Con el paso de los días y sin mucho para hacer, comenzaba a aburrirse de nuevo y se decantó por solicitar a su recepcionista una recomendación de sitio. El primero que le dijo, terminó por visitarlo una noche y el segundo era el Pink Unicorn. El hombre le comentó que tal vez podría ir a verlo, que era nuevo. Está claro que hablaron en privado, pues habría sido muy raro que un hombre de un lugar con clase le recomendase un burdel a un adinerado.

De esta forma, el alemán se colocó colonia y su reloj característico, una camisa, pantalones y zapatos y salió a destino. Con su coche rentado llegó a las puertas y se acercó para poder ingresar. Si antes lo cachearon, se dejó sin problemas. Una vez dentro y con algo de experiencia en estos lugares, revisó los rincones con una pequeña sonrisa.

Ethel vislumbró al apuesto hombre que acababa de entrar por las puertas del club. Le miró de arriba a abajo. Tenía pinta de tener dinero, pero precisamente aquello hizo que no se lanzara hacia él. Paseó por el lugar pasando por delante de él. De espaldas parecía llevar únicamente una corta falda que se amoldaba a sus caderas hasta que hundió los dedos en su melena y la apartó hacia un lado, mostrando así el cuello de la parte superior del vestido tras su nuca. No quería asustar a lo que parecía un buen cliente de buenas a primeras. Debía pensar bien cómo aproximarse a él si es que no era el hombre quien daba el primer paso, pero esperaba que al caminar frente a él al menos se hubiera hecho ver.

         Tras haber llegado Alexa con un ligero vaivén hipnótico de sus piernas y caderas al bello local del Pink Unicorn Club con un uniforme de mesera con una camiseta delgadita y falda corta, abrazar y saludar con un beso en la mejilla a los dos o tres hombres de seguridad antes de al pasar uno le propinara una breve y rápida nalgada que la tomo por sorpresa, provocando que la chica le mirase molesta solo por un momento antes de seguir hacia la barra para saludar al cantinero antes de guardar su maleta en algún compartimento por detrás y agarrar una comanda y una pluma antes de ir a tomar la orden del atractivo cliente que acababa de legar y a quien parecía querer provocar Ethel a quien saludo al pasar junto a ella cerrando le el ojo pícara:

       " ¡Hola Ethel!  ¿Como te va? !Que tengas buena noche de cacería y mucho éxito! "   

       Entonces se acomodó Alexa con aparente inseguridad el cabello y el título con su nombre en la blusa antes de acercarse a Hermann para saludarle jovial y con aparente inocencia:

       " !Buenas noches guapo! ¡Le doy una cordial bienvenida al Pink Unicorn Club! Donde todos estamos muy alegres en atender le.   ¿De que manera y con que bebida o comida desea comenzar una placentera noche? "   

Hermann vislumbró primero a la bella Ethel y le dedicó una miradita sutil, manteniendo una pequeña sonrisa amistosa. No era nuevo en burdeles y sabía que se encontraría bellezas como ella, pero el adinerado parecía tener experiencia con las mujeres, por lo que no se desesperó ni baboseó a la primera.
Luego de escasos segundos se acomodó el reloj y revisó la hora, pues no veía a mucha clientela todavía y tal vez había llegado temprano. Sin embargo la bella pelirroja lo sacaría de su mundo y le depositaría su atención frente a su pregunta.

—Gracias —dijo cándido con la muchacha y miró a su alrededor buscando un lugar para sentarse—. Tomaré un whiskey si es posible.
Al hablar, resonaba su acentazo alemán, pero su pronunciación era fluida. Sus pequeños ojos azules y algo inexpresivos se posaron en la muchacha y desde sus casi dos metros la miró hacia abajo con curiosidad.
 

Se dio la vuelta al oír a Alexa, haciendo que sus cabellos se movieran con el giro. Vislumbró a la mujer y torció sus labios en una media sonrisa, guiñándole un ojo.
-Gracias, querida -contestó-. No te canses demasiado.
Volvió a girarse para seguir recorriendo el local. Parecía disfrutar de la música que había, bailoteando divertida al compás.

David, un hombre joven, de facciones angulosas, barba bien recortada y cabello lacio, recorre el club con aire de pertenencia. Viste una camisa oscura, abierta hasta la altura de los pectorales, a juego con su costoso traje negro y sus zapatos pulidos.
Camina a paso lento y altanero, sonriendo a varios conocidos a lo que ha invitado a aquella inauguración. Su mirada viaja más rápido que sus pies, deteniéndose de manera fugaz en sus empleados. Sin ningún tipo de prisas se encamina hacia una mesa libre.

Le hace gestos a una de las chicas con los dedos indice y corazón para que se acerque. Adopta una expresión más seria mientras aguarda la reacción de la joven.

Maldito cabrón! odio cunado se meten comigo, y mas is son mis padres y amigos,"ni comprando novia dejaras de ser tan patetico..." hasta de dieron "presupuesto" para la noche, ahí estaban, delante de lo que va siendo un nuevo local de la ciudad, no se iriran hasta que entrase... pero bueno... ya que estoy, veo como es.

Tras entrar, detras de unas luces, vi ya que hay algunas personas, y unas sillas, con lo que me sente en casi la oscuridad, esperando a ver que lo que puede pasar, y como funciona esto.

      " Si me permite le recomiendo un Buchanan’s señor, así como a la bailarina 'Scalett', dicen que es una chica especial! Le dejo una carta de bebidas y un menú por si desea algo mas señor"  

      Tras decir lo anterior Alexa se despidió del guapo hombre con con una pícara sonrisa, cerrando un momento después el ojo y caminando con un ligero y breve contoneo para alejarse de camino a donde su jefe le había llamado, entonces miró de reojo a un chico que acababa de ingresar al lugar

Hermann sonrió, se notaba que no era un hombre que necesitase estar ahí pero parecía que en sus vacaciones estaba de visita por lugares como ese recorriéndolos, aunque solía elegir los que mejores estaban. No parecía ningún turista sexual tampoco, tal vez sólo quería entrar a esos sitios y sentirse uno más o conocer cómo se divertía la gente de ese país.
—¿Ah si? ¿Es buena esa baila-. —Enarcó una ceja cuando la camarera se fue sin siquiera preguntarle por su orden. Ladeó un poco la cabeza y luego le restó importancia yendo a sentarse a una mesa con la carta en su mano. No sabía qué whiskey iba a traerle, pues si bien le recomendó uno, él iba a pedir algo más conocido por él.

Una vez acomodó sus casi dos metros sobre el asiento, se dispuso a observar lo que daban en el sitio. Le resultaba raro ver esa clase de cosas en un burdel, pues las cartas le sonaban más de un restaurant.
 

        " Por favor señor Fassbender indique nos lo que desea, porque le acabo de dejar al cliente rubio que acaba de llegar la carta con bebidas, botanas y aperitivos del club para que la lea y regresaré con él en un momento para apuntarle la orden, ya que no ha llegado una de las meseras y aun no tenemos mas gente para comenzar los números "   

        Mientras que esperaba la respuesta del jefe Alexa se giró hacia Hermann y con una sonrisa le hizo la seña de que regresaría en un momento para tomar le la orden    

Nota su ademán y le dedica una pequeña sonrisa, para luego bajar la vista a la carta y continuar ojeando en silencio. De vez en cuándo dedica miraditas al lugar y lo compara con otro en el que ha estado. Sin lugar a dudas la muchacha rubia llama su atención, pero no es como si fuera a ir a llamarla o semejante, no es del tipo de hombre que va detrás de las mujeres ni tampoco lo necesita. En cierta forma y a pesar de que se lo ve habituado, parece ajeno a esa clase de sitios.

Se subió a uno de los sitios dedicados para las bailarinas y comenzó a bailar al son de la música. Se movía de forma sugerente, nada exagerado o lascivo. Sabía que su falda era demasiado corta y por ello, cuando se agachaba, lo hacía de forma que no se le viera nada. La tela de su escote ondulaba con sus movimientos, pero nunca mostrando nada. Sus cabellos estaban sobre su espalda, ocultando el cuello del vestido que lo mantenía sujeto al cuerpo, dando así la sensación de no llevar nada más que una falda.

-Una de las meseras no ha llegado - Repitió absorto, acariciando su barba de pocos días, perfectamente recortada. Sonrió con una extraña mueca que no develaba demasiado de que estaría pasando por su mente y se centró en el hombre con el que había estado conversando Alexa, reparando en su forma de vestir y la seguridad con la que se movía.Volvió la vista a Alexa, sonriendo con naturalidad.- Hazme un favor, querida. Discúlpame con el caballero e invítalo a compartir esta mesa. Me gustaría intercambiar una palabras con el.

      " Como usted diga señor Fassbender, si me permite recomendarle usted podría invitarle su primer bebida parar invitarlo a su mesa, eso podría alentarle a tomarse confianza de compartir la mesa y consumir mas después "   

      Dijo Alexa vestida como mesera, cerrando le pícara el ojo antes de escuchar la respuesta y darse la vuelta con mayor seguridad, tras escuchar las palabras de su jefe para regresar con el guapo cliente rubio para decirle:

      " Hola guapo! ¿Ya has visto algo que te interese de las cartas que te he mostrado?  Disculpa que te haya dejado así hace un momento, pero me ha llamado mi jefe, el gerente del Pink Unicorn Club, quien me ha pedido que le extienda una invitación a su mesa para intercambiar una palabras con el "    

Hermann observó a Ethel bailar un momento, agradándole todas sus sugerencias sin mostrar nada. No obstante, los pasos y voz de Alexa lo sacarían de sus pensamientos para dedicarle toda su atención a ella.
—Me he decidido por un whiskey típico de aquí, un Jack Daniels —dijo eso con su pequeña sonrisa amistosa—. Deseo probarlo.

No obstante, su comentario de ir con el jefe le arrancaría la curiosidad y lo buscó con la mirada.
—¿Para qué me quiere tu jefe?

He estado demasiado tiempo dentro de aquí… lo suficiente para analizar todos los movimientos e inquietudes de cada persona, no sé leer labios, pero algo se cocía dentro, es más, seguro que ya se irían esos pesados de la puerta…

Me levanté, sin tener ni siquiera una copa delante mía, y con tranquilidad me dirigí hacia la puerta… menos mal que esto no es como una discoteca… que se paga por la entrada…

Al llegar a la entrada… revisé el lugar… y empecé a cruzar la puerta.

      " Exactamente no lo se guapo, pero me pidió que me disculpara con usted y le invitara a compartir esa mesa porque a él le gustaría intercambiar una palabras con usted, mas que eso realmente no se.  Si me permite señor le levaré allá un Jack Danielsen en las rocas. Claro, ... ¿Si no desea usted algo mas? "  

      Alexa espero con una cándida sonrisa la respuesta de Hermann Leyendecker mientras que jugaba coqueta sutilmente con su cabello pelirrojo 

Hermann sonrió al ver cómo jugaba con su cabello y se puso de pie lentamente, para luego verla hacia abajo.
—No, gracias. Iré a hablar con él, me lo puedes llevar ahí —sugirió, escueto. Luego le guiñó el ojo y caminó hacia David en silencio, llegando hacia donde él estaba sentado.
—Oí que me envió a llamar, ¿sucede algo? —Luego de preguntar aquello, se quedó frente a él sin sentarse todavía.