Partida Rol por web

Hermann tomó el mechero y sin necesitar las indicaciones se dispuso a encenderlo en lo que inspiraba y exhalaba por las comisuras de sus labios, había fumado antes pero se lo tomaba con calma porque hacía algo de tiempo que no tenía un negocio en el que debía hacerlo.
La pregunta de David le hizo mirarlo un momento y luego le devolvió el mechero a través de la mesa, dejándolo frente a él.
—No me gusta hablar de mi vida pública en un ambito privado, pero tiene que ver con inmobiliaria —dijo con una pequeña sonrisa y volvió a dar otra calada. Pronto expulsó el aire y revisó a Ethel cuando David la llamó.
 

Cuando notó a David llamar su atención antes de llegar a donde deseaba, se acercó. Inspiró profundamente y luego sacó la mejor de sus sonrisas, procurando que no se notara que le había molestado la forma en que el cliente le había cogido. Dirigió los pasos hacia el gerente y se colocó de pie a su lado, sonriendo también al germano.
—¿Puedo ayudarle en algo, señor Fassbender, o tal vez a nuestro distinguido visitante?

Cierto e increíble, lo que al principio era ella quien me acompañaba hacia las salas, fue la misma que se fue de la sala… y con aires de cabreo…no entendía lo que pasaba.

Revisé mi Smartphone y vi que ya había pasado bastante tiempo, ya podría salir del local sin levantar sospechas, pero… fallaba un punto en mi plan… no se revisaría gasto ninguno en ninguna de las tarjetas de crédito… tenía que hacer algo con respecto a eso.

- Buenas noches, Ethel. - Le sonrió a la muchacha - Te presento al señor... Bueno, aun no me ha dicho su nombre, pero confío que tu tendrás más suerte. Estoy seguro de que podrás ayudarlo de varias maneras. - Le guiño un ojo antes de desviar la mirada de nuevo a Hermann.

- No lo entretendré mucho más por ahora, aunque tal vez volvamos a cruzarnos más tarde o algún otro día, si decide volver. - Su voz no reveló que estuviera dándole demasiada importancia, pero le lanzó una mirada significativa a Ethel. Se puso de pie, en un amago de alejarse. antes de hacerlo le tiende la mano a Hermann.

—Herm, puede decirme Herm. —Intercambió la mirada entre ellos con una sonrisa y cuando le tendió la mano, la estrechó inclinándole la cabeza—. Un placer.

Había estado viendo a Ethel con curiosidad y ahora le prestaba más atención cuando estaba frente a él. Se demostraba abierto con una pequeña sonrisa, pero no baboso. Tenía la frivolidad típica de un hombre de negocios.
—¿Ethel, entonces? —preguntó con simpatía.

—Yo me ocupo, descuide —le aseguró con una sonrisa.
Se sentó en su sitio cuando se puso de pie, cruzando una pierna sobre la otra y prestó atención a Hermann, aguardando a que su superior desapareciera para atenderle como era debido.
—Ethel, así es —le dedicó un pequeño guiño de ojo.

En vez de irme, como debería de hacerlo, decidí gastar un poco en la barra, esperando a encontrarme desocupada la camarera que me atendió antes.

Hermann ensanchó la sonrisa frente a su guiño y se le quedó mirando en lo que fumaba del habano en silencio. Luego expulsó el humo hacia un lado y lo descendió un poco.
—¿Hace mucho que trabajas aquí, Ethel? Me agrada la forma en la que vas vestida, pareces una clienta más que una chica. —Asintió mostrándose amistoso y abierto, tenía un poco de experiencia en esos lugares.

-Es mi primer día aquí, y también el del club -le recordó con amabilidad y sonrió ante su halago. Ya se le estaba olvidando el cabreo de antes-. Hay que conocer los gustos de los hombres para trabajar para ellos.
Jugueteó brevemente con uno de los mechones de sus cabellos y luego los colocó sobre uno de sus hombros.
-¿Tu acento es... alemán?

—¿Ah sí? ¿Abrió hoy? —No parecía tener idea de verdad, no estaba bromeando. Dio una calada ensanchando un poco la sonrisa frente a lo que dijo luego—. Al parecer los conoces, entonces —agregó amistoso.

—Sí, mi acento es alemán, ¿trataste con alguien así antes, Ethel? Puedes decirme Herm. —Se mostraba abierto para con ella, siempre confiado en sí mismo y con el porte relajado contra la silla. Sus pequeños ojos azules se percibían apagados por el humo del habano que le llegaba al cerebro.

-En este negocio terminas conociendo a los hombres y muchos acentos, y llevo ya un tiempo ejerciendo.
Sus labios se torcieron en una media sonrisa, hablando perfectamente de su trabajo como si se tratara de otro cualquiera. Había conocido ya a muchos y al fin y al cabo lo hacía por placer, no porque lo necesitara, así que se tomaba ciertas libertades de selección.
-¿Y qué te ha traído aquí, Herm? Espero que no sea el trabajo, eso es siempre aburrido.

Asintió frente a uss primeras palabras, comprendiendo. Luego se inclinó a dejar el habano en el cenicero sin desear más por ahora y se acomodó contra el respaldo, extendiendo sus casi dos metos en la silla un momento. Cuando estuvo acomodado, se relajó y prosiguió a hablar.
—Vacaciones, no las tengo desde hace años y he decidido gastarlas ahora. Desde aquí hago algunos trabajos, nada que consuma mucho tiempo. Tenía un tiempo esta noche y decidí pasarme, deseaba ver cómo se divertían por aquí. —Rió nasal y sutil, detallando su rostro con curiosidad.
 

-Nos divertimos de muchas formas, pero lo importante es cómo te quieres divertir tú.
Le guiñó el ojo, habiéndose inclinado ligeramente hacia adelante al pronunciar esto último, y volvió a acomodarse en el asiento.
-¿Qué es lo que te apetece, Herm? Tal vez te pueda ayudar con ello.

        Tras dejar le Alexa la carta a Ruben, caminó a la barra, saltó ágil por encima y le preparó a Hermann la bebida que le pidió junto con una botana fría para acompañar, cortesía de la casa y de regreso paso de nuevo con el lindo chico de la bbarra de candado y le preguntó coqueta:

        " Entonces guapo, por favor dime ¿que te puedo servir?   Con tal de que te saque una sonrisa y recomiendes a todos tua amigos este lugar.  Disculpa pero por favor dime tu nombre y a que mesa te llevo lo que me pidas.   Si me permites recomendarte en un momento bailará Alexa, seguramente le pedirás un privado después de verla bailar "  

        Tras escuchar a Roberto y tomar le su orden llevó la bebida con la botana de carnes frías que llevaba en las manos hacia la mesa donde se encontraban platicando Ethel y Hermann a quien le dijo:

        " Hola guapo! Te he traído lo que me has pedido y me he tomado la confianza de agregarte un poco de botana de carnes frías por parte de la casa, que yo espero disfruten! ¿Pero no se si tu o la linda Ethel quieran algo mas, si vayas a invitarle algo a mi amiga guapo? "   

Hermann iba a contestarle a Ethel, pero se interrumpe cuando llega Alexa y a quien miró con una pequeña sonrisa. Observó lo que le traía y ensanchó un poco su gesto, para luego volver a verle.
—Muchas gracias —dijo y luego se quedó mirando a Ethel—. Una copa para ella, de lo que desee —agregó para luego asentirle a la pelirroja mirándola hacia arriba.

El germano no se mostraba molesto por la interrupción, pues recién había llegado así que actuaba con calma y yendo despacio, tenía toda la noche para hacer lo que quisiera. Tomó un poco de botana y se propuso comer en silencio con la boca cerrada.

Sonrió agradecida a Hermann y luego desvió la vista hacia su compañera.
—Un refresco, pero que esté bien frío.
No quería beber alcohol en horas de trabajo, aunque no le habría importado probar lo mismo que se había pedido él. Aguardó a que Alexa se retirase y a que el alemán le contestara.

Por fin un club cerca de casa, ya estaba harto de tener que irme a tomar por saco para pasar una noche. James entró en el local sin ánimo de llamar la atención el club estaba cerca de su casa y no le apetecía ver a algún conocido.

Acercandose a la hermosa pelirroja que estaba tras la barra -Buenas noches me pones una cerveza y un chupito de whisky. Tras hacer su pedido decide echar un vistazo a la mercancía después de todo no venía a beber. La camarera está bastante buena me pregunto si tambien ofrece sus servicios, vaya con la rubia está para empotrarla.

        " En un momento mas les traigo lo que me piden chicos!  Espero que se la pasen bomba!  Cualquier otra cosa que necesiten por favor pídanme la, que yo trataré de complacer los "    

        Dijo Alexa tras incorporarse después de agacharse para entregarle su bebida a Germann y provocar le un poco con los pechos asomándose breve por el escote de la camiseta antes de cerrarles el ojo y girarse para caminar con un andar un tanto provocativo para regresar a la barra con Ruben y allí se encuentra con un nuevo cliente a quien saluda con cierta jovialidad:

        " Buenas noches guapo, con mucho gusto te pones una cerveza y un chupito de whisky, quieres que yo te recomienda que cerveza y Whiskey elegir o lo haces tu? "  

        Tras pasar a su lado para abrir una puerta para pasar al otro lado de la barra, desde allí le dijo a Rubén:

        " ¿Ya te decidiste en lo que quieres para tomar cariño? No me has dicho tu nombre aún "   

Hermann recibió su copa y miró a Alexa con una pequeña sonrisa, riéndose breve frente a su guiño y correspondiéndolo con uno similar. Pronto la siguió con la mirada y volvió a ver a Ethel en lo que probaba su copa tomándola con la zurda. Su mirada recorrió sus ojos y su rostro más que nada.
—Veo que desde las camareras hasta las bailarinas son bellas —dijo bajando su bebida para proceder luego a tomar algo de bocadillo y proceder a comer. Se mostraba abierto y tranquilo, no había demasiadas prisas para él, pues la noche recién comenzaba.

Sonrió brevemente a Alexa, sin apartar la mirada de Hermann, y se acomodó en la silla mientras aguardaba a que le trajera lo que había pedido. Le observó con detenimiento, tanto su rostro como su cuerpo. Se mordió ligeramente el labio, parecía haber recobrado la suerte perdida.
—¿Sí? Porque me parece tener al propio Dioniso frente a mí.
Tal vez aquel comentario era demasiado culto como para emplearlo en un lugar como aquel, pero se veía alguien que tal vez pudiera entender lo que había querido decir.