Partida Rol por web

Tsk.. - suelta Vargo al oír las palabras de Eli, después de mostrar una mueca de dolor.. pués la sangre revosaba por todo su cuerpo, ese tipo de mágia no la había visto en su vida y no lo esperaba para nada. Ya hacía oídos sordos a lo que decía de Vries.. sabía que sólo conseguiría que le dolieran más las heridas poniéndose tenso.

En ese momento, mientras todos estáis mirando a quién curar, a quién no, donde va el doctor y Stanley y esas cosas...

En la sala contigua se escucha un fuerte ladrido de un perro...

Y otro más...

Stanley sigue caminando tar el doctor. Cuando escucha el ladrido busca el origen del mismo con la mirada.

-¿Lassie?

Lentamente, el Doctor prepara su pistola de duelo.

Al escuchar los ladridos, recupero mi seriedad y me adelanto preparado por lo que pudiera pasar.
Mientras lo hago, digo.
Que algunos de nosotros se queden atrás cubriendo a nuestros heridos. Quizá esto no haya terminado aun.
Y dicho esto, cruzo el umbral de la siguiente sala para ver que es lo que hay y si es peligroso.

Algunos de los piratas dejan atrás a los heridos mientras entran a la otra habitación...

La visión de un dormitorio completamente colorido, contrasta con lo que realmente era el maligno ser que habitaba esa mansión.

A un costado de la puerta, podéis ver una especie de jaula con un animal encerrado dentro, el cual no para de ladrar hacia un costado de la cama con dosel que se encuentra justo en el centro de la habitación.

Os asomáis un poco para ver de lo que se trata, y véis una mano engrilletada a una de las patas de la cama. Continuáis con la mirada por la mano, hasta que por fin, descubris el cuerpo de una chica, la cual se encuentra inconciente.

La chica presenta moratones en todo el cuerpo, también arañazos y escoriaciones... seguramente, era la siguiente víctima del Capitan ya muerto.

El perro continúa ladrando mientras os acercáis...

Carmen se arrodilla junto a una de las mitades del cuerpo de Crow y trata de juntar las dos partes del cuerpo. Le cierra los ojos. - Siento dejarte aqui, ahora luego volvemos a por ti.... - Se levanta y sigue a los demás hasta la otra habitación.

Vamos, quitadle eso! - dice desde el fondo

Maldiciendo la mala sangre de los que se han ido, abandonando allí a los heridos sin siquiera hacer nada, Elisabeth intenta aliviar como puede las heridas de Vargo, aunque no consigue nada. Al final decide estarse quieta pero no dejarlos solos por si acaso aparece alguien más.

El Doctor dio dos pasos rápidos hacia la cama. Apoyó el cañón de la pistola en la sien de la mujer y con mucha precaución, procedió a tomarle el pulso.

- Stanley, si puedes hacer que ese chucho se calle...

Veo que Carmen, Stan y el doctor, parecen tener controlada la situación en la habitación. Y sonrio cuando veo las precauciones que toma el doctor con la dama maniatada.
Curiosa manera de tratar a una dama en apuros.
Pero tras mi comentario, añado.
Stan, si te vas a ocupar de ese chucho, que sea del todo. Ya tenemos bastante a bordo con un loro y una cabra.
Dicho esto, me doy la vuelta y atisbo desde el umbral de la habitación, a nuestros compañeros caídos.
Veo como Elisabeth trata de ocuparse de Vargo. Pero tras contemplar el borboton de sangre que brota de la herida de Vargo, giro un poco la cabeza para que el doctor pueda oírme con mayor claridad.
Parece que el trabajo no solo se te acumula, también, se torna mas difícil.
Por tanto, salgo de la habitación y me encamino hacia Rodrigo, nuestro oficial.
Veo el tajo que se ha hecho en la pierna y he aquí que no presenta muy buen aspecto.
Saco de la caña de mi bota el cuchillo que llevo aqui guardado, y me dirijo a las cortinas en las que limpie mi sable.
Rasgo varias tiras de tejido de la parte que me parece mas limpia y no puedo evitar decir.
¡Pero que bien nos vendría un poco de ron!.
Con las tiras de tela, me acerco a Rodrigo.
Uso el cuchillo para rajar lo que queda de su pantalón y su bota. Y, como puedo, voy haciendo unos torniquetes con las tiras de tela por donde parece que sangra mas la herida.
Lo hago con cuidado para no provocar una nueva hemorragia y una vez que he terminado, digo en voz alta.
Espero que se espabile. Aun nos quedan cosas que hacer en este lugar.

Stan sacude se cabeza como si fuera un chucho secándose el agua.

-¿Que haga que? O vaya... ¿Donde estamos? ¿El perro? Claro claro...

Stan se acerca hacia la jaula, descolgando su rifle del hombro. Observa el perro con cuidado.

-Vaya, vaya, ¿que tenemos aquí?- dice, intentando llamar la atención del perro, a evr si es razonable.

Cuando os acercáis, el perro no para de ladrar...

Pero no parece querer atacaros... sino más bien advertiros de la chica que está engrilletada a la pata de la cama...

No diras en serio lo del perro!! - enfadada mira a Peter antes de que se vaya - Se acerca hasta la muchacha y se pone en cunclillas frente a ella. ¿Cómo está, doctor? - pregunta preocupada, acachando aún más la cabeza para verle la cara, sin tocarla.

Peter se acerca a Rodrigo y se pone de rodillas frente a él...

Por las ventanas véis como el sol comienza a salir por el horizonte alumbrando la sala un poco más...

En cuanto el sol incide sobre la masa gelatinosa de lo que antes era Necros, está comienza a tornarse negra y a hacerse más pequeña, hasta desaparecer...

Peter hace lo que puede con Rodrigo, pero a pesar de estar estabilizado gracias a la pericia del cañonero, no parece despertar...

El sol continúa saliendo, entrando por las ventanas...

Entonces, a Peter se le enciende una bombilla... y le mete un dedo en la herida de bala, haciendo un poco de fuerza...

¡Y RODRIGO DESPIERTA GRITANDO!