Partida Rol por web

Al sur de Pueblo Chicole tras avanzar por un pequeño sendero se encuentra la Playa Céfiro. Un lugar ideal donde los habitantes del pueblo, y algunos turistas, aprovechan para descansar tumbados al sol y se bañan en sus limpias y cristalinas aguas mientras los niños corretean y juegan en la orilla. 

Ester y Ayaka habían cambiado de opinión y, tal vez con la esperanza de encontrar pokémon de tipo agua, deciden dar media vuelta. Atravesaron Pueblo Chicole de punta a punta en cuestión de minutos puesto que es un pueblo muy pequeñito, y salieron por la parte sur rumbo a Playa Céfiro. 

Allí pudieron encontrar un pequeño paraíso escondido. En un extremo de la playa había un par de familias disfrutando de un espléndido día de sol y baño. En el otro extremo pudieron ver a dos señores pescando. Y cerca de la orilla se dejaban ver algunos pokémon salvajes, en concreto, había dos muy ruidosos. Un Krabby y un Corphis tenían sus pinzas en alto, agitándolas de manera agresiva. Parecían enfrascados en una pelea territorial.

Con el ánimo alto, las dos chicas se desviaron de la ruta principal para hacer acopio de pokémon para empezar a construir sus equipos. Tardaron relativamente poco en llegar a la playa Cefiro y el olor a salitre del agua de mar inundó las fosas nasales de Ester.

 -¡Qué sitio tan bonito! Seguro que viven aquí un montón de pokémon. ¡Venga Ayaka, vamos a buscar!

Pero ni siquiera eso iban a tener que hacer, ya que había dos pokémon de agua peleándose en la playa. Si su memoria no le fallaba eran un krabby y un clauncher. ¡No, un corphish, un krabby y un corphish! Estaban muy ocupados peleándose entre sí y no parecían haber reparado aún en la presencia de ambas entrenadoras. Rápidamente Ester sacó una pokéball y susurró:

 -Ayaka, tal vez podamos cazar a ese par de pokémon sin tener que pelear contra ellos. Lánzale una pokéball al krabby, yo se la lanzaré al corphish.

-¡Mira, se están peleando entre ellos! -comentó la niña como si Ester no se hubiese dado cuenta aún. Cuando vio que su compañera agarró una Pokéball para capturarlo, mencionando que quizá no haría falta ni pelear contra ellos, la chiquilla pareció decepcionarse un poco-. ¿Qué...? ¿Es que no vamos a pelear...? ¡Pero yo quiero saber cómo pelea Shinx! -inmediatamente después agarró la pokéball que contenía dicho Pokémon y lo lanzó lejos, cerca de los Pokémon que luchaban-.
-¡Venga, Shinx! ¡Sal a pelear y demuestra que eres el mejor! ¡Derrota a ese Krabby!

¡Caramba con la niña entusiasmada! Ahora los dos pokémon de agua pelearían contra su Shinx. ¡Y era un pokémon que no había entrenado nada! ¡Se lo iban a comer crudo! Con un suspiro la entrenadora sacó la pokéball de su bulbasaur.

 -¡Adelante Bruteroot!

No pensaba dejar a Ayaka en la estacada, no señor. Además, aunque la perspectiva de una captura fácil era tentadora, lo cierto es que se moría de ganas de probar a su compañero en combate.

Shinx salió de la Pokeball y se puso en posición de combate en cuanto vio que tenía que enfrentarse a Krabby. Pequeñas descargas de electricidad salían de sus orejas y lo envolvían, como si estuviese diciendo que está preparado para el combate... Aunque parecían muy débiles. De todos modos daba la impresión de que ese pequeño Pokémon tenía la misma energía y determinación de su entrenadora.

Tras eso, Ayaka alzó los puños con mucho más entusiasmo cuando vio que Ester se unía al combate junto a ella, sacando a su pequeño Bulbasaur.  

-¡Bien! ¡Ahora van a ver esos Pokémon cómo somos capaces de ésto y más! -rápidamente señaló hacia Krabby con el dedo índice-. ¡Venga, Shinx! ¡Atácalo con un fuerte placaje!

Y ante su orden, Shinx sale corriendo para cargar contra Krabby sin dudarlo un instante.

Ayaka había pasado rápidamente a la acción y viendo la pose combativa que había adquirido el bulbasaur nada más sacarle de la pokéball, hizo que la confianza de la entrenadora morena subiera bastante.

 -¡Muy bien Bruteroot, placaje tú también contra ese corphish!

Iban a machacar a esos dos pokémon en menos de lo que un Snorlax tardaba en dormirse.

Los dos pokémon de agua se ponen en guardia cuando ven que dos humanas se les acercan y mandan a sus propios pokémon a luchar contra ellos.

Antes de que las chicas ordenen a sus compañeros que embistan a sus rivales, Krabby se adelanta y escupe unas burbujas contra el Shinx de Ayaka que por suerte no produce daños severos en el pokémon eléctrico.

Seguidamente Shinx y Bruteroot se abalanzan contra Kraby y Corphis respectivamente usando el ataque más básico que conoce un pokémon, placaje. Los pokémon de agua aguantan bien el envite, sobre todo Krabby, que hace gala de una excelente defensa física gracias a su caparazón.

Por último Corphis pellizca con sus pinzas la planta que lleva en el lomo el Bulbasaur de Ester.

El combate empieza a levanta la expectación de algunos de los bañitas que se acercan a ver cómo se desarrolla.

-¡Uis...! -exclama Ayaka cuando Shinx recibe un débil ataque de Krabby. Sin embargo recupera la compostura y vuelve a señalar al Pokémon de agua-. ¡Eso no fue nada, tú eres fuerte! ¡Venga, atácale de nuevo con un placaje!

Shinx gruñe un poquito para parecer intimidante en el momento en el que se lanza de nuevo a placar a Krabby. Akaya sonreía de entusiasmo y no se perdía detalle del combate... Aunque cuando vio que el otro Pokémon pellizcaba con sus pinzas al Bulbasaur de Ester se llevó una mano a la boca, preocupada de que le haya hecho demasiado daño.

-¡Ay, pobre Bruteroot! ¡Venga, que tú puedes con él! -lo anima también, al Pokémon de su compañera.

Ese dichoso corphish era fuerte. Muy fuerte teniendo en cuenta el grito que Bruteroot había soltado al recibir aquel agarre. Tenía que ser suyo.

 -Bruteroot, cambio de estrategia, ¡usa drenadoras!

Le debilitarían mientras la energía de su pokémon se recargaba. Estrategia pura y dura. Lo malo es que debería haber usado ese movimiento el primero… Sobre todo porque si no ganaba el combate quedaría mal delante de Ayaka. ¡Y la niña la admiraba demasiado como para manchar ahora su imagen!

 -Vamos bien Ayaka. Sólo un poco más y les tendremos en nuestro equipo.

Las dos entrenadoras siguen luchando decididas. El krabby salvaje toma ejemplo de su compañero acuático y pellizca con sus pinzas a Shinx. El agarre resulta doloroso para el pokémon eléctrico pero por suerte la intimidación de Shinx hace que el ataque pierda parte de su potencial. 

Shinx contraataca con un placaje cuando Ayaka se lo ordena. La excelente defensa física del pokémon cangrejo queda patente después de recibir esos dos golpes, todavía le queda energía para rato. 

Por su parte, Ester y su rival Corphis comienzan una lucha de aguante. La joven entrenadora aplica sus conocimientos estratégicos y ordena a su Bulbasaur que utilice el movimiento Drenadoras. Éste, obediente, lanza unas semillas que se enredan en Corphis y empiezan a drenarle energía lentamente mientras Bulbasaur la recupera. Corphis decide aumentar su defensa física con Fortaleza, endureciendo su ya de por si duro caparazón.

-¡Ais, Shinx...! -Ayaka parecía preocupada, se veía en un apuro luchando contra ese Krabby... No sabía si su pequeño compañero podría vencerlo, y le dolía verlo recibir daño de esa forma. En ese momento se quedó pensando qué debía hacer a continuación... Pedirle que use Malicioso le bajaría la defensa, pero no sabía si merecía la pena ahora... No sabía si eso sólo le daría más oportunidades al Krabby de debilitar a Shinx con un par de golpes más. 

Un poco desesperada quizá, Ayaka empezó a patalear en el sitio y finalmente señaló al Pokémon rival con determinación.

-¡Shinx, vuelve a intentarlo! ¡Placaje, placaje, placaje...! ¡Túmbalo, venga, tú puedes! -le dijo, intentando animarlo.

El Shinx, pese a las heridas, recuperó la compostura con la misma determinación de su entrenadora y volvió al ataque, dispuesto a volver a placar al rival.

Perfecto, la estrategia funcionaba, el corphish se había visto obligado a ponerse a la defensiva.

 -¡Muy bien Bruteroot, lo estás haciendo genial! ¡Usa gruñido!

Mientras el corphish defendía, ella le debilitaría antes de atacarle. Sin embargo, Ayaka parecía estar usando únicamente el placaje.

 -Ayaka, intenta debilitar el ataque o la defensa de tu rival para que la victoria sea más sencilla. ¡Tu shinx es muy fuerte, seguro que puede con ese krabby de sobra!

Mientras Ester animaba a su compañera, el bulbasaur se colocaba en posición para lanzar su ataque gruñido.

Krabby vuelve a lanzar una andanada de burbujas contra el pokémon eléctrico de Ayaka. Las burbujas le explotan en la cara y la determinación brilla en los ojitos de Shinx. Dispuesto a darle una victoria a su entrenadora, Shinx vuelve a embestir al Krabby salvaje con un placaje. El combate está muy equilibrado entre ambos pokémon.

Ester por su parte parecía que tenía la situación bajo control. Con las drenadoras debilitando poco a poco a Corphish, la chica decide seguir mermando las condiciones físicas de su oponente. Bruteroot emite un gruñido que sin duda surte efecto e intimida un poco a Corphish. El pokémon de agua sigue fortaleciendo sus defensas y su duro caparazón ahora es más resistente.

Los curiosos que se estaban acercando a presenciar el combate ya estaban rodeando a las dos entrenadoras y empezaban a lanzar gritos de ánimo a las chicas.

Ayaka estaba un poco preocupada... Veía que Shinx estaba empezando a debilitarse tanto como el contrincante, así que no sabía quién iba a caer primero. Estaba demasiado igualado... Por otro lado veía que a Ester le estaba yendo especialmente bien. La chica le había dicho que probase a bajar sus defensas, pero eso era algo que tendría que haber hecho al principio para que mereciese la pena...! Ahora no podía perder un turno tan importante en intentarlo, tenía que hacer una prueba de resistencia contra Krabby.

-¡Shinx, ánimo, ya casi lo tienes...! -se dispuso a animar a su pequeño y determinado Pokémon, el cual asintió y esperó la próxima orden... Jadeando un poquito del esfuerzo-. ¡Dale, dale otro placaje y...! 

La chiquilla se distrajo un momento al ver que otra gente de la playa estaban mirándolas luchar... Y se puso un poquito roja de la vergüenza... ¡Ojalá esas personas no la vean perder! Shinx sin embargo ya se lanzó a obedecer la orden de su entrenadora, yendo a placar de nuevo al pobre Krabby. 

-Aichi... Mira, Ester... N-nos están mirando todas esas personas... -volvió a mirar el combate de su Pokémon mientras metía mano en su bolsa y sacaba una Pokéball... Haciéndola crecer en su mano pulsando el botón central-. ¡Creo que le voy a lanzar la Pokéball en cuanto le dé el siguiente golpe! 

Por mucho que intentara incrementar sus defensas, las drenadoras le debilitarían igualmente. Ahora sólo le restaba bajar el ataque del corphish para evitar que debilitara a Bruteroot y podría atraparlo en nada.

Sin embargo sus pensamientos de combate se desvanecieron al escuchar no sólo la voz de Ayaka, sino las voces de los que los rodeaban admirando el combate. Sus mejillas se tiñeron de rojo al verse tan observada.

 -No pasa nada Ayaka, lanza la pokéball cuando quieras ese krabby parece estar bastante debilitado.

Por supuesto no estaba prestando atención al krabby, pero eso Ayaka no tenía por qué saberlo.

 -¡Bruteroot, usa gruñido de nuevo! Las drenadoras se encargarán de tumbar a ese corphish, aunque siga subiendo su defensa.

Lo que era el sentir que te estaban mirando. Las estrategias que había planificado mentalmente ahora las estaba diciendo en voz alta para que el público se enterara de lo que hacía. Tenía que acordarse de no hacer eso luchando contra otros entrenadores.

El Krabby salvaje empieza a chapotear en la arena húmeda y ésta salpica, cubriendo su zona y debilitando así los posibles ataques eléctricos que Shinx pudiera hacer. Pero Ayaka y su Shinx seguían atacando con placajes y poco a poco Krabby se iba agotando...

Por su parte, Ester empezó a comentar sus jugadas en voz alta y Bruteroot emitió otro Gruñido para seguir intimidando a Corphish. El pokémon de agua pasa de nuevo a la ofensiva y pellizca con su tenaza a Bulbasaur, pero por suerte los gruñidos habían surtido efecto y el ataque no es tan potente como la primera vez. Así, la estrategia de Ester estaba funcionando bastante bien y las drenadoras iban haciendo su trabajo.

-¡Ya está débil, ya está débil! -grita Ayaka dando pataditas en el suelo de alegría-. ¡Shinx, hazte a un lado, voy a lanzar la Pokéball ya...! -era la primera vez que lo hacía, y estaba súper agitada... Se preparó para el lanzamiento, igual que un jugador de Baloncesto, y la lanzó con fuerza hacia Krabby-. ¡Kyaaaa...! ¡Pokéball, atrápalo! 

Ayaka lanza con fuerzas su pokéball y ésta impacta de lleno en la cabeza del Krabby. Una luz roja envuelve al pokémon y lo atrae al interior del dispositivo. Tras tres eternos segundos en los que la pokéball no para de moverse, finalmente para y se da por concluida la captura. ¡Ayaka acaba de capturar a su primer pokémon!

Por su parte, Ester todavía no había acabado su combate contra Corphish...