Partida Rol por web

Llegas a Ventópolis con Mari cuando ya está anocheciendo. El pueblo está en calma y no se ve a mucha gente por las calles. El Centro Pokémon lo encontráis fácilmente ya que su arquitectura tan característica destaca sobre las casas de la zona. 

Nada más entrar por la puerta os recibe la Enfermera Joy. 
- Buenas noches, en qué os puedo ayudar? - pregunta con la educación que caracteriza a las enfermeras de los Centros Pokémon. - Los servicios del Centro Pokémon son gratuitos para los entrenadores. Me encargaré de hacer que vuestros compañeros sanen sus heridas y recuperen toda su energía. - El tratamiento suele durar unas 6 horas, así que la Enfermera os recomienda que descanséis en la sala de espera del Centro Pokémon. 

- Bueno, ya que vamos a estar aquí toda la noche, qué tal si nos conocemos un poco mejor? - Te comenta Mari en cuanto la enfermera Joy se lleva vuestros pokémon a la Sala de Cuidados. - ¿De dónde eres, Hiroshi? Yo soy de la región de Hoenn pero trasladaron a mi padre a Almia por motivos de trabajo, así que ahora estoy aquí empezando mi carrera como entrenadora.

¿Hoenn? Es una región que me encantaría visitar algún día. Yo vengo de Kanto, mis padres se trasladaron recientemente en busca de un nuevo tipo de bayas. Ellos las cultivan en mi región y estudian los diferentes usos en los pokémon así como los diferentes sabores que le dan a los pokelitos. Es un tema muy interesante y apasionante, pero yo me aburría de estar con ellos siempre mirando crecer las frutas. Así que, un buen día decidí hacerme entrenador pokémon. Sé que ya soy algo mayor, pero ha sido cuando he sentido interés en empezar mi carrera pokémon. Dijo mientras miraba el cinturón con sus pokéball. Escogí de pokémon inicial a un Magnemite, aunque dudé si empezar con un lotad. Es el pokémon de mis padres, y el pokémon perfecto para llevar un jardín o una huerta. Pero al final opté por algo contrario a lo que siempre había visto, y ahora estoy muy contento con él. También atrapé un fletchling. ¿Tú qué más pokémon tienes?

- Pues a parte de Poochie, tengo otros dos pokémon. - La chica saca una foto dónde se la ve a ella junto a un Torchic y un Ralts - Esta foto me la saqué en Ciudad Portual, el último día que estuvimos allí, antes de embarcarnos en el viaje para venir a Almia.  El de la izquierda es Elvissa, un Ralts que al principio es muy tímido, pero en cuanto conoce a las personas y coge confianza resulta ser de lo más divertido. El de la derecha es Pollico, un Torchic de los más cuqui. Él fue mi pokémon inicial. Me lo regaló mi vecino, el Profesor Abedúl, como agredecimiento por haberle salvado la vida. - Mari te tiende la foto para que puedas ojearla tranquilamente mientras te comenta todo esto.

- Vaya, pues parece muy interesante el trabajo de tus padres - dice Mari con claro tono de admiración - A mi me gustaba ir recogiendo bayas en Hoenn y dárselas a mis pokémon. Pero siempre que recogía, plantaba algunas nuevas para evitar la deforestación! Mi padre era Líder de Gimnasio en Hoenn, pero aquí no tiene gimnasio propio. Su trabajo ha sido el de ayudar a los nuevos líderes a establecerse en la región, hacer todo el papeleo que conlleva abrir un gimnasio y todas esas cosas. 

Entiendo. Dijo asintiendo ante las palabras de Meri. ¿Y tu Ralts y tu Torchic? ¿Han venido contigo o los has dejado allí? Dijo mientras hojeaba la foto con sumo interés y cuidado para no dejar las huellas marcadas.

- Los traje conmigo, por supuesto - comenta Mari guiñando un ojo - Pero no estaban en condiciones de luchar cuando nos hemos visto antes. Al menos ahora están con la enfermera Joy, en buenas manos. 

Sí. Dijo sin saber qué más añadir a la conversación. Esperaba que la enfermera Joy terminara pronto para poder ponerse en marcha y seguir con su aventura. Estaba tardando demasiado.

Se hizo un silencio un poco incómodo entre Mari e Hiroshi y la  chica se ruborizó un poquito - Bueno, ya se ha echo muy tarde... creo que es hora de irse a dormir. 

Efectivamente vuestros pokémon no estarían recuperados al 100% hasta primera hora de la mañana y al menos en el Centro Pokémon podíais dormir y descansar de manera gratuita.

Con la primera luz del alba escuchas un sonido muy característico en los centros pokémon y en cuestión de segundos la Enfermera Joy aparece ante ti. 

 - Tus pokémon ya están recuperados - Anuncia la enfermera que enseguida te devuelve a Magnemite y a Fletching totalmente recuperados. - Ha sido un placer cuidar de ellos. - Después se acerca a Mari para despertarla y entregarle también a sus compañeros.

- Muchas gracias, enfermera Joy - comenta Mari entre bostezos, ya que aún estaba adormilada - Bueno Hiroshi, ¿qué vas a hacer ahora? - te pregunta mientras se rasca los ojos para quitarse las legañas.

Hiroshi se despertó un poco nervioso porque era la primera vez que sus pokémon habían estado heridos y no sabía si iban a terminar de recuperarse. Por fin la enfermera le informó de que todo había ido bien así que se fue a buscar a Mari. Le dio los buenos días y después se fue al baño para ducharse y asearse. Después fue a tomar algo y cuando ya estaba suficientemente despierto se volvió a acercar a la muchacha. Ayer me dijiste que querías ir a la laguna. Si quieres podemos ir allí, aunque me tienes que recordar qué tenía ese lugar de interés. Sino, a mi me gustaría ir a buscar mi primer gimnasio. ¿Sabes en qué ciudad está o dónde puedo encontrarlo?

- Si, verás, resulta que esa laguna es el hogar de un pokémon muy especial - Mari se echa mano al bolsillo y saca su pokédex. La chica la abre y busca una de las entradas para enseñártela. En ella aparece un pokémon de tipo agua... bastante feo.

Este es  Feebas, un pokémon originario de Hoenn que resulta que también habita en Almia. Según la pokédex aparece en la ruta que une Chicole y Ventópolis. He recorrido esa ruta de arriba a abajo y la única zona con agua es esa pequeña laguna. - Mari guarda de nuevo su pokédex - Me gustaría intentar atraparlo. Se que es muy escurridizo, pero tengo que intentarlo! Además, a parte de Feebas hay otros pokémon de agua allí, te dejaré usar mi caña de pescar si te interesa alguno.

¡Genial! Dijo Hiroshi al ver al extraño y feo pokémon. La verdad que estoy interesado en completar toda mi pokédex, así que cuantos más pokémon encontremos más feliz seré. Si encima me dejas tu caña... dijo encogiéndose de hombros. ¿A qué estamos esperando? ¡Vamos! Dijo comprobando que su mochila estaba lista, que sus pokémon estaban preparados y dispuesto a capturar algún pokémon de agua, aunque no fuera ese misterioso Feebas.

Llegas a Ventópolis cuando ya está anocheciendo. El pueblo está en calma y no se ve a mucha gente por las calles. El Centro Pokémon lo encuentras fácilmente ya que su arquitectura tan característica destaca sobre las casas de la zona. 

Llego con todo el sentimiento de un campeón hasta el centro pokemon, realmente no había logrado un logro como el capturar un nuevo compañero. Entro al lugar con una leve sonrisa en los labios y algo de polvo en la ropa, se acerco a la enfermera y le entrego su pokebola. -Buenas tardes. Me gustaría que pudieran curar a mi pokemon. Por cierto. ¿Sabe donde y como puedo atrapar a un tentacool o si aparecen pokemon fantasma por estos lugares? -Realmente le emocionaba el poder tener a un tentacruel en su equipo, sería un excelente compañero en su equipo, en conjunto de un tyranitar y algunos otros que podrían hacerle frente a todos los demás. -Además, no creo haber sido el primer entrenador que ha llegado desde pueblo chicole ¿verdad?

- Buenas tardes y bienvenido al Centro Pokémon de Ventópolis - te contesta la enfermera Joy - Déjame a tus pokémon, me encargaré de que recuperen su salud. El proceso tardará unas horas, mientras tanto puede visitar Ventópolis - dice la enfermera cuando se hace cargo de tu pokémon - Lo siento, pero por esta zona no se qué pokémon salvajes pueden aparecer, es que soy nueva y no estoy familiarizada con la fauna local  - la enfermera se rie nerviosamente pero enseguida te da una solución - Busca al señor Nelson. Tengo entendido que es todo un experto y vive cerca de aquí. Seguro que él tendrá respuesta a tus preguntas. En cuanto a si han venido más entrenadores desde pueblo Chicole, solo he visto a un chico de azul con perilla. Vino a curar a sus pokémon y enseguida se fue. Creo que volvió a la ruta que viene desde Chicole...

-¿Un par de horas? Vaya no pensé que fuera tan mal. Pero creo que me dará tiempo para poder ir a visitar a ese sujeto que has dicho. ¿Donde se encuentra? -Espero la respuesta y cuando ya supiera donde era el lugar saldría trotando de allí agradeciendo con anterioridad a la enfermera. Esperaba que el sujeto pudiera conocer los secretos de donde se escondian los pokemon que el buscaba.

La enfermera Joy te da las indicaciones para llegar hasta una casita blanca, decorada con muchas flores,cerca de la entrada de Ventópolis. No tiene pérdida y la encuentras con suma facilidad.

En el porche de la casa se encuentra sentado en una mecedora un señor anciano. De pelo blanco, prácticamente calvo, arrugado y un poblado bigote. El hombre observa desde su porche a cuantos pasan por la puerta de su casa y los saluda con una amable sonrisa. Tu no eres una excepción y también recibes el saludo cordial del señor Nelson.

No demoro mucho en llegar al lugar, el señor era reconocible y no dudo en ir hacia donde este se encontraba. -Hey, ¿eres el señor Nelson? La enfermera del centro pokemon me dijo que sabías mucho de pokemon. -Pregunto de manera educada, dentro de lo posible. -Mi nombre es Dante, vengo de Jhoto. No conozco mucho por estos lugares y me gustaria saber donde atrapar pokemon Fantasmas, siniestros o tipo veneno. -FInalizo con una sonrisa.

- Buenos días, buenos días! - responde Nelson con una amable sonrisa - Es un placer conocerte Nelson. Si, yo soy el señor Nelson. Y si, creo que te puedo ayudar. - El hombre hace un ademán con la mano para que tomes asiento en un banco que hay a su lado - Así que vienes de Jotho. Una región estupenda, si señor. En mis tiempos mozos me recorrí Kanto y Jotho, pero terminé volviendo a mi Almia querida. Eso fue mucho antes de que instaurasen los gimnasios y la Liga Pokémon en Almia, y con ello la llegada masiva de entrenadores, jo jo jo! - el hombre se va un poco por las ramas contando historietas - Así que Fantasmas, Siniestros y Venenosos... debes de ser un entrenador muy experimentado. Normalmente los primerizos se conforman con los tipos básicos. Veamos, déjame que piense - el Señor Nelson mirá hacia el cielo y cierra los ojos. Pasan varios minutos y empiezas a creer que se ha dormido hasta que finalmente reacciona - ¡Ya lo tengo! Bueno, para empezar tienes el bosque Vento bien cerquita. En él hay todo tipo de pokémon tipo Bicho que también son Veneno. Aunque creo que no es eso lo que estás buscando exactamente. - Nelson se chupa el dedo índice y después apunta al cielo con él. Si miras la dirección a la que está apuntando puedes ver una montaña a lo lejos - También puedes ir al Monte Brisa. Tendrás que cruzar parte del Bosque Vento para llegar allí, pero si lo logras estarás en el lugar indicado para capturar a un escurridizo pokémon de tipo Siniestro. Camina a cuatro patas, su pelaje es blanco como la nieve y cuentan que su sola presencia es sinónimo de catástrofes... 

Sus ojos se llenaron de brillo, realmente le interesaba lo que el sujeto estaba hablando y el como podía saber tantas cosas de los pokemones que rodeaban el lugar, si bien aún no se ubicaba en la región, lo que más rescato fue el cabello blanco del pokemon tipo siniestro y a pesar de que su pokemon tipo fantasma tuviera una gran desventaja ante estos no podía dejar pasar la oportunidad de ir a por él. -¡Eso fue increible señor! ¿Entonces de verdad se encontrará un pokemon tipo siniestro en ese lugar? Me ha ayudado demasiado, muchas gracias. -Hizo una reverencia y rapidamente decidió salir corriendo en busqueda de su pokemon que se encontraba en el centro pokemon.

Agradeció a la enfermera Joy y decidió que era mejor salir en camino hacia el Monte Brisa pero primero debía pasar por el bosque Vento. Aunque no tenía mucho dinero aún poseía las pokebolas que le habían entregado por lo cual podría tener una oportunidad de atraparle, esbozo una sonrisa mientras continuaba corriendo. -Gracias enfermera, volveré apenas pueda capturar a ese pokemon de cabello blanco. -Grito a la par que levantaba la mano luego de retirarse del lugar. 

Al llegar a Ventópolis, Mari por fin se despide de ti y se pierde por las calles en busca del buffet de comida. El pueblo es un lugar con encanto. Hay muchos árboles en los alrededores. A parte del centro pokémon, también hay una tienda para entrenadores donde venden pokéballs, pociones y demás objetos, así como una pequeña tienda de ropa, varias cafeterías y el buffet de comida que te había dicho Mari. 

Una suave brisa hace moverse continuamente las aspas de un molino de madera gigante que se encuentra en lo alto de una pequeña colina en el centro del pueblo. Sin duda podría ser un monumento más pero algo llama tu atención, y se trata de un letrero que reza: "Gimnasio de Ventópolis - Líder: Arannea"