El tubo del centro pokémon ascendió en el mismo momento en que se cerró la puerta de cristal. Una sensación de temor y nervios inundó su estómago. ¡Era la emoción del principio! Segundos después se encontraba en un extraño lugar:

Había llegado al jardín zen, allí había cuatro portales con diferentes colores que podría atravesar para dirigirse a una nueva zona de la arena. En ese lugar había un rico aroma debido a la cantidad de incienso que había en el lugar, además el suelo de arena blanca y piedras grises invitaba a la relajación y a la meditación. Era casi un lugar paradisíaco y parecía mentira que ese lugar perteneciese a una zona de combate.

Por fortuna no había nadie allí y podría aprovechar para buscar algo antes de que su pokémon empezase a sufrir el daño que la sala pudiera causarle por culpa de pasar demasiado rato allí.

Estaban muy nerviosas para lo que las esperaba. Espeon no paraba de dar vueltas inquieta. Al atravesar el tubo salieron a una especie de jardín zen, desde luego el lugar llamaba a la calma.

Speon que te parece que primero miremos los alrededores a ver que encontramos y luego ya seguiremos.

Espeon olfateó el centro dal jardín y lo señaló a Haru. Cuando se puso a escarbar entre la arena, Haru se dio cuenta de que había un pequeño compartimento. Cuando lo abrió se dio cuenta que en su interior había un cofre y dentro de él una manzana roída y prácticamente terminada.

Tsuki se enfadó al pensar que aquello no resultaría de utilidad y lo lanzó contra una de las paredes, pero Espeon salió corriendo para cogerlo con su boca y asentir ansioso. ¡Aquel objeto eran "Restos"! Uno de los mejores objetos con los que se podía equipar a un pokémon antes de un combate.

lo siento Speon creía que no valía.

Toma todo tuyo, vayamos por el camino azul a ver qué encontramos.

Había llegado al jardín zen, allí había cuatro portales con diferentes colores que podría atravesar para dirigirse a una nueva zona de la arena. En ese lugar había un rico aroma debido a la cantidad de incienso que había en el lugar, además el suelo de arena blanca y piedras grises invitaba a la relajación y a la meditación. Era casi un lugar paradisíaco y parecía mentira que ese lugar perteneciese a una zona de combate.

Por fortuna no había nadie allí y podría aprovechar para buscar algo antes de que su pokémon empezase a sufrir el daño que la sala pudiera causarle por culpa de pasar demasiado rato allí.

Isao se alegro de ver luz en la nueva zona. No vio a nadie por ella. El lugar le tranquilizaba y se sento en cualquier luga con las piernas cruzadas. Pidio a su pokemon que buscara algun objeto en el lugar. Sabia que tenian su importancia, y esperaba el mejor momento para usarlos.

Gri, nos quedamos aqui un rato para ver si aparece alguien. Este lugar favorece a no tener emboscadas. Aprovecharé para relajarme un poco y meditar.

Había llegado al jardín zen, allí había cuatro portales con diferentes colores que podría atravesar para dirigirse a una nueva zona de la arena. En ese lugar había un rico aroma debido a la cantidad de incienso que había en el lugar, además el suelo de arena blanca y piedras grises invitaba a la relajación y a la meditación. Era casi un lugar paradisíaco y parecía mentira que ese lugar perteneciese a una zona de combate.

Pero esta vez ya no estaba sola. A aquella sala había llegado Isao Modena junto a su exhuberante Greninja.

Mientras Isao descansaba, su Greninja se dedicaba a mover cada piedra que había en el jardín. Tras mover la decimoquinta piedra, Greninja encontró un objeto que llevó corriendo a su entrenador. Había encontrado una especie de canica:

Se trataba de una vidasfera, el ataque y el ataque especial de cualquier pokémon que lo lleve equipado aumentará un 30%, pero su vida se verá reducida cada asalto un 10%

Mientras Greninja parecía contento por lo que había encontrado, un chasquido iluminó el portal azul y tras él aparecieron Haru y su Espeon. Un pokémon que tendría una pequeña ventaja en aquel entorno de batalla.

¿Combate a dos?

 VS 

Isao escucho como se abria otro portal y se levanto dejando su "meditación". A su lado tenia a su pokemon que le trajo una especie de canica. Sin tiempo para saber que era exactamente, decide guardarla en su bolsa, y busca a ver quien aparece en la zona.

Al ver que era Haru, se pone contento y le saluda llamandola:

Ey Haru!! Soy Isao!! Que tal todo?

Bajo su mano, y la puso horizontal evitando que Gri se moviera. Le indicaba que habria tiempo de combatir. Este se mantuvo a la orden de su entrenador y se quedo a su lado mirando al pokemon de Haru. Isao no lo conocia, y aunque relajado, mostraba algo de cautela por si ella decidia combatir.

Haru parecía ausente y no respondió a Isao.

Haru no reacciono a las palabras de Isao. Este al ver que no queria interactuar, decidio pasar a otra zona. Aviso a Gren de su decision y le indico el portal azul.

Haru, me marcho. Sea lo que sea en que estés pensando, me preocupa. Pero tengo que avanzar. Esperaba poder formar equipo.

Tras esas palabras se acerca al portal azul para saltar a otra zona.

Por desgracia estaba un poco distraída y no reaccione. Antes de que se fuera le grité.

Isao perdona, estaba pensando en mis cosas. ¿Equipo? ¿De verdad quieres hacer equipo conmigo? Por mi no hay problema.

Esperaba que me oyera antes de irse y no se haya enfadado por ignorarlo.

Isao poco antes de cruzar la puerta, se giro de forma repentina al escuchar la voz de Haru.

Haru por Dios, me has asustado. Pensé que te habias paralizado. No reaccionabas. Vamos sigueme y ya hablamos en otra zona.

Con la mano le dio señales para que le siguiera. Gri ya estaba a su lado esperando tambien.

vale te sigo pero igual es mejor otra zona esa da a la sala veneno y mi speobn se puso mal ¿Igual el verde?

Al escuchar a Haru, Isao decide cambiar la sala. 

Busquemos otra sala mejor. La verde puede estar bien. El veneno siempre es un mal ayudante.

Le respondió mientras indicó a su pokemon la sala verde. 

Había llegado al jardín zen, allí había cuatro portales con diferentes colores que podría atravesar para dirigirse a una nueva zona de la arena. En ese lugar había un rico aroma debido a la cantidad de incienso que había en el lugar, además el suelo de arena blanca y piedras grises invitaba a la relajación y a la meditación. Era casi un lugar paradisíaco y parecía mentira que ese lugar perteneciese a una zona de combate.

Por fortuna no había nadie allí y podría aprovechar para buscar algo antes de que su pokémon empezase a sufrir el daño que la sala pudiera causarle por culpa de pasar demasiado rato allí.

Por su parte, Kumi había llegado a un lugar mucho más tranquilo y relajado, por lo que decidió hacer lo que tenía que hacer, acariciar a su querido "Pikachu" y mandarle a buscar algo que pudiera servir para curarle de las heridas que había sufrido de la sala anterior.

-Vamos, Pikachu -dijo sonriendo a su Pokemon- ¡Seguro que por aquí hay algo!.

Desgraciadamente paraa "Pikachu" y su entrenadora no fueron capaces de hallar absolutamente nada allí. Quizá porque no lo hubieran buscado con demasiado interés o porque quizá ya alguien se les había adelantado.

Kumi frunció el ceño ante no haber encontrado absolutamente nada de valor en el lugar, suspirando miró hacia su querido "Pikachu" y le acarició la cabeza antes de seguir pensando en qué hacer, en concreto, ir a través de otra de las puertas, quizás la azul fuera la correcta en esta ocasión.

-¡Vamos! -Dijo aún con entusiasmo- ¡Seguro que aquí encontraremos algo!.