Partida Rol por web

Guiados por Dit, llegáis hasta un edificio abandonado. Parece que se vaya a derrumbar de un momento a otro, pero esto no parece detener al pequeño Dit, el cual se adentra sin dudarlo.

Parece que se han metido por una puerta trasera, tanto Dit como el resto del equipo, pero consideráis que el edificio es muy grande como para ir todos por el mismo sitio, así que decidís entrar por la puerta principal.

Llegáis a un sitio que parece la recepción del edificio, está completamente en ruinas, pero podéis distinguir que era un edificio humano, aunque no sabíais cual podía ser, pues todo, incluidos los símbolos de las mesas, estaban en muy mal estado y no se podían reconocer.

- Uhm... qué sitio tan curioso... - murmuró Caty mientras entraban en aquel edificio por la entrada principal, tras separarse del otro equipo. Casi parecia un edificio humano, ¿no? - ¿Que estará haciendo aquí Miru...? - se preguntó en voz alta, y miró a Jacobo. - Vamos a ver si encontramos algo.

Jacobo entra por la puerta junto a Caty, caminando distraído.

-No te preocupes, encontraremos a Miru muy rápido, sólo hay que buscar por algo amarillo con una raya roja y yo soy experto en eso.

Dice Jacobo haciendo una pequeña pausa

-Porque son los colores de mi país, ¡arriba España!

-Un momento, noto una perturbación en este entorno, abrir los ojos me ha permitido ver bien lo que hay escrito sobre esta puerta, sí, está clarísimo. Estamos en un Primark, en uno de los grandes.

Jacobo empieza a corretear la estancia de un lado a otro, canturreando el Cara al Sol y gritando "¡ARRIBA ESPAÑA! ¡ME ENCANTA EL PRIMARK!" hasta que finalmente, se chocó contra la mesa de la recepción, haciendo que cayera un cartel que había colgado y no se podía leer muy bien. Al caer, una nube de polvo salió de el cartel y pudisteis leer "Laboratorios Centrific". Recordáis que ese nombre os suena mucho haberlo oído junto con la noticia de la enfermedad que apareció y era imparable...

- Uhm... ¿Jacobo...? - murmuraba Caty mientras el Munchlax daba vueltas por la habitación. ¿De verdad era aquello un Primark? No... no lo parecia, pero el Munchlax parecia tan seguro que... - ¡Ah! ¡Cuidad...! - intentó advertirle, con la cola y las orejas en punta, pero fue inútil. El Munchlax se chocó contra la mesa e hizo caer un cartel. - ¿Laboratorios... Centrific...? - murmuró Caty. - No es un Primark, Jacobo... - murmuró la Vulpix negando con la cabeza, y se quedó mirando aquel cartel, cuyo nombre le sonaba mucho. Sus colas bajaron, y sus orejas se agacharon también. - Este nombre me recuerda... me suena haberlo escuchado, junto al de aquella enfermedad... - murmuró la Vulpix, y miró a su alrededor. - Si esto es un laboratorio... mejor que vayamos con cuidado, no sea que nos topemos con alguna sustancia peligrosa...

Revisáis la puerta cerrada y podéis observar un cartel amarillo con una calavera, a pesar de que es un pasillo parece que alguien la ha colocado a posteriori. Aún así decidís ignorarlo por el momento y avanzar por el pasillo que os llevarían a la habitación que en el mapa esta marcado con el número tres. Está algo oscuro y cochambroso el pasillo, pero parece tranquilo, de momento...

- Uhm... - Caty no estaba muy segura de aquella expedición. Un cartel con calaveras nunca era buena señal, y se preguntaba que era lo que les esperaba a continuación. El pasillo parecia tranquilo al menos, pero nunca se podia estar seguro... así que Caty permaneció atenta en todo momento.

Jacobo estaba con la boca abierta mirando hacia el techo empanado mientras Caty le hablaba, con un chichón en la cabeza por el golpe contra la mesa.

De repente, al escuchar que no es un Primark, sale de su embobamiento.

-Claro que sí es un Primark, lo que pasa es que antes era unos laboratorios; pero quebraron y el edificio fue reutilizado, lo único peligroso que quedará ya serán unos pantalones a muy buen precio con una talla engañosa.

Anda, vamos a la sección de zapatería, que estas zarpas me están matando, espero que vendan chancletas con tres agujeros.

Jacobo y Caty se mueven a la sala tres, donde el primero decide ponerse a oler el ambiente para ver si están cerca de una tienda de churros o si huele algo en especial.

Avanzáis por el oscuro pasillo que os lleva a la habitación número tres, preguntándoos con preocupación que habría en el pasillo que lleva a la habitación cuatro y por qué habría esas advertencias de peligro. Caty va revisando con la mirada cada esquina, pero es incapaz de ver nada destacable, por suerte para ellos, Jacobo olisquea el ambiente y justo antes de girar la esquina que os lleva a la derecha, nota un olor que no es nada agradable.

El olor a cerrado y humedad del lugar no era de por si muy gustoso a la nariz, por lo que había que estar olisqueando un buen rato para notar una diferencia en el ambiente. Un olor a muerte y putrefacción llegó al olfato de Jacobo ¿qué demonios sería? Al asomarse brevemente a la esquina, observáis dos Gastlys riéndose dando vueltas a lo que parecía ser unos huesos humanos.

- ¡Gastlys! - exclamó Caty... en susurros. ¡Menos mal que Jacobo los habia identificado! La Vulpix tomó nota mental: usar más el olfato en adelante. Era una Vulpix, deberia poder hacerlo. - ¿Eso son huesos... humanos...? - murmuró. Aquellos Gastlys no parecian trigo limpio... - ¿Qué hacemos, Jacobo? - le preguntó. - ¿Intentamos pasar sin que nos vean?

Jacobo puso una cara de asco al oler el fétido hedor de los Ghastly. -Puaj, pensé que habría un puesto de churros por aquí cerca... -Susurraba él al ver a los Pokemon salvajes. -Me parece bien, intentemos pasar desapercibidos.

Jacobo y Caty se mueven de puntilla rodeando a los enemigos intentando no ser descubiertos; pero el polvo del lugar empieza a acumularse en la nariz del Munchlax, haciendo que éste empiece a aspirar aire peligrosamente para estornudar como un reflejo.

Caty comenzó a caminar por las sombras, rodeando a los Gastly...

Jacobo sigue aspirando aire como si fuera a estornudar.
-Ahhhh, aaaaaaahhhhh... Ñam
Un mosquito entra de repente en su boca y Munchlax cierra las fauces para comérselo, evitando así el estornudo.

Pasáis discretamente por detrás de los Gastlys, de hecho el despistado Jacobo al aspirar aire para evitar respirar le da con la cabeza a uno de esos fantasmas, pero al ser de tipo normal, no lo pudo tocar y no se enteró, por lo que pasó sin problemas. Os llamó la atención que el cuerpo eran puros huesos, no había ni lo más mínimo de carne ¿cómo podía ser?

Tras llegar a la siguiente sala, echasteis un ojo al rededor, reconocisteis lo que parecía ser una sala de espera, aunque en bastante mal estado, como el resto del edificio. Habían varias sillas, una nevera con la puerta decaída, una pequeña estantería con algunos libros, sofás, una televisión rota, una mesa de billar. Cosas que habría en cualquier sala de descanso.