Partida Rol por web

¡Caty se lo impide! ¡Hay que meditarlo antes!

-¡Déjame presionar botones, mujer! QUIERO QUE PASEN COSAS

Dice Jacobo intentando zafarse de Caty sin mucho éxito

-Está bien, subamos las escaleras y veamos primero lo que hay.

Caty le da un golpetazo en el coco y Jacobo pierde el interés de pulsar botones y se pone a buscar churros al piso de arriba.

Caty, gracias a los cielos, evita que Jacobo abra TODAS las puertas. Quizá estaría bien abrir alguna, quizá para abrirse una salida.

- Ahora subimos las escaleras, Jacobo... primero hay que ver si podemos aprovechar esto. - Caty miró pensativa el mapa del lugar. - Deberíamos abrir la puerta este de la sala 5, así no tendremos que dar tanto rodeo para salir como hemos dado para entrar. Y, uhm... - ladeó la cabeza, pensativa. - Tal vez abrir la puerta norte de la sala 4, donde están nuestros amigos... - echó un vistazo a las cámaras a ver cómo iba su pelea contra los Pokemon salvajes. - Así podrían acceder al piso inferior... Ah, y les podriamos ofrecer una ruta fácil para salir abriendo las puertas que conectan la sala 4 y la 5, aunque... esas puertas no me dan mucha confianza. El pasillo está cerrado... por ambos lados, como si hubiera algo ahí dentro, uhm... - sacudió la cabeza. - ¿Qué opinas, Jacobo?

-Sí sí sí sí sí, cosas de inteligentes, vámonos a la sala cuatro a ayudar a Naminé y Blake

Jacobo le da al botón para abrir la puerta de la 3

Al abrir la puerta de la sala tres, un grupo de tres Banettes pasan a aquella sala. Parece que al igual que los Gastlys, estaban haciendo maldades por esa esquina del pasillo.

-Me cago en todo, deben ser las empleadas del Primark que se han enterado que estamos toqueteando el ordenador, intentemos pasar sin que nos vean, que todavía no hemos llegado a la tienda de churros.

Abre la puerta de la 5 aprovechando que Caty estaba distraída.

Al abrir la puerta, un gas verde inunda la estancia número cinco, tapando así la salida.

-Bueno Caty, antes de que digas nada, piensa que yo quería subir las escaleras y tú toquetear las puertas... ¡ya está todo hecho, así que ahora podremos subir sin preocuparnos de dejar algo por hacer!

Jacobo se ríe intentando distraer a Caty de la tremenda cagada que acababa de marcarse.

- ¿Hm? ¿Qué dices, Jaco... bo...? - Caty habia estado investigando tranquilamente el resto de la habitación cuando se giró para ver lo que su compañero Munchlax habia hecho. Vio el gas verde extenderse. Vio el grupo de Banette. Luego miró a Jacobo. - ¡Ja... co... booooooooooooooooooo! - un aura de enfado rodeó a Caty, sus colas se levantaron y comenzaron a ondear, incluso sus ojos parecieron iluminarse de puro enfado. - ¡¿Por qué tocaaaaaaaaaaaaaaas?!

- Agh, esto es terrible... ¡A saber lo que puede pasar...! - se quejó Caty después de tranquilizarse un poco, mirando las pantallas del ordenador e intentando arreglar algo del desastre si era posible. Después suspiró y accedió a marchar.

Jacobo sale corriendo asustado y se esconde detrás del cadáver del Rattata, mirando a través del agujero que las metralletas le hicieron para ver si Vulpix seguía enfadada.

-Tranquila Caty, seguro que podemos salir por otro lado, los Primark siempre tienen salida de emergencia, es por ley.

Caty toquetea los botones, pero parece que la puerta se ha quedado atascada arriba. Sin embargo, parece que podéis pasar sin problemas por el pasillo que os lleva al piso de arriba, eso si, aguantando un poco la respiración.

Al subir por las escaleras, encontráis solo una habitación. Es una gran biblioteca polvorienta, llena de libros en su gran mayoría de química y cosas científicas, para vuestra alegría, al final de la habitación podéis ver a Miru ¡está flotando, inconsciente, en mitad de una especie de esfera extraña!

- ¡Y no toques nada! - le iba diciendo Caty a Jacobo mientras subían, y cuando llegaron se encontraron en una especie de... ¿biblioteca? Pero lo que más llamaba la atención de todo lo que había en el cuarto era... - ¡¡Miru!! - exclamó Caty. ¡Estaba... flotando! - ¡Miru, Miru! ¿Estás bien? ¿Qué te ha pasado? - Caty ya estaba mirando a todas partes en busca de algo o alguien sospechoso. ¡Los Pikachu no flotan porque si!

A pesar de los gritos de Caty, la gente inconsciente tenía la mala costumbre de no contestar, menos aún si estaban flotando de una extraña esfera morada.

Pero aquellos gritos de alegría por encontrar a Miru, pero a la vez de preocupación, no pasaron desapercibidos para alguien que si que estaba muy consciente en aquella habitación.