Partida Rol por web

De la pokéball sale aleteando un natu. Mira a su alrededor un momento para ubicarse. Luego se posa en el respaldo de una de las sillas del despacho, desde donde mira a Dan tranquilamente y con algo de curiosidad, ahuecando las plumas

-¿Pío?

Un natu? !!bueno tiene razón en lo de picotazo!! pienso al ver salir de la pokebola a la pequeña avecilla.

!!Hola yo soy Dan!!digo sonriendo a la pequeña avecilla y mirándole a los ojos con curiosidad, Seremos compañeros en esta misión ¿que Te parece? debemos irnoscuanto antes, asi que en cuanto manifiesta su punto de vista al respecto, digo la clave recibida de Charlotte: vámonos, !!Teletransporte. A casa!!

El natu salta del respaldo de la silla al hombro de Dan. Parece un pokémon muy dócil. En cuanto oye la orden, pía una vez más y ambos desaparecen instantáneamente del despacho.

-Al día siguiente.-

Solo me aparece tu mensaje y no, Dan no me sale por defecto así que todo bien.

El pidgeotto y Shiert aterrizan suavemente entre los árboles al norte de Ciudad Azafrán. Ya empieza a apretar el calor.

Miro la hora de mi reloj, e perdido demasiado tiempo mucho mas del que me hubiera gustado aunque al menos tengo el premio que buscaba, no puedo dejar de pensar en la pobre Astrid tirada en el suelo dormida, por suerte habia llamado para pedir auxilio eso aseguraba que vinieran a ayudarla y por lo tanto que ningun pervertido ni nada por el estilo pudiera hacerle daño.

Pero ahora tenia cosas mas importantes en las que pensar, guarde la Pokeball de Iri en un lugar seguro y me asegure ademas de cerrarla dentro de una pequeña bolsa bien cerrada para que no se pudiera abrir, despues tendria que lidiar con el pokemon robado, pero ahora necesitaba robar un par mas de Pokemon y aquella ciudad llena de gente que venia de todas partes era el lugar ideal donde hacerme con cosas antes de coger un tren hacia mi destino.

Antoguamente ciudad Azafran habia sido cuna y base del Team Rocket una ciudad completamente controlada por la organización desde las sombras hoy en dia ni yo mismo sabia que cosas controlabamos del todo, por si acaso claro estaba lo mejor era no llamar la atención y para robos silenciosos tenia el mejor plan de todos y sin duda el mas eficaz.

Esperaria tranquilamente escondido entre los arboles a que pasara algun entrenador incauto que llevara sus Pokeball en uno de esos cinturones de entrenadores tan populares, populares aunque a mi parecer pateticos por que dejaba a descubierto que eras un entrenador y que tenias Pokemon y por lo tanto te transformaba en un objetivo facil de asaltar.

En cuanto el entrenador pasara y con el maximo sigilo o incluso haciendo que fuera Pidgeotto el que lanzara el saco de sonmifero desde el cielo dejaria al entrenador dormido y despues simplemente robaria sus Pokeball y me alejaria rapidamente de alli sin que nadie me viera, un trabajo rapido y seguro muy usado en la organización, claro esta tenia sus pegas como no saber exactamente que era lo que robabas ni nada por el estilo, por contra su ventaja radicaba en que nadie te veia robar los pokemon y si como era mi caso no te importaba de que te apoderabas por que solo necesitabas carnada para distraer a diferentes objetivos aquello era todo lo que necesitaba.

Shiert espera pacientemente oculto entre los árboles. Por el camino principal pasan automóviles y personas, aunque ninguno se detiene

Al rato llega un chaval de unos 10 u 11 años, caminando entre los árboles, apartado del camino principal, el típico entrenador novato. Va solo y totalmente despreocupado, con una gorrilla de propaganda y un pikachu subido al hombro.

Aquel entrenador es perfecto, camina por entre los arboles lo que me asegura que nadie pueda vernos por desgracia lleva un Pokemon fuera de su Pokeball y eso me hace las cosas algo mas complicadas pero bueno no tanto como para que realmente sea un problema mi Pokemon esta bien entrenado para sincronizarse conmigo en caso de atacar varios objetivos y un pikachu... no, una rata electrica no era lo que necesitaba.

Con una ligera señal de mi mano indique a mi Pidgeotto que sobrevolara al entrenador y dejara caer sobre el la bolsa de sonmifero, no la veria venir desde arriba y al mismo tiempo y con cuidad yo me acerque sigilosamente por detras para lanzar tambien una bolsa de sonmifero al Pikachu de esa forma tendria dormidos a entrenador y Pokemon y solo tendria que agarrar el cinturón con las Pokeball y largarme de alli antes de que se despertaran.

Con una sincronización perfecta, Shiert y su pidgeotto disparan y aciertan de lleno en sus respectivos blancos. El chico inspira fuertemente por la sorpresa, lo que solo sirve para que trague aún más somnífero, y cae al suelo enseguida, frito.

No pierdo el tiempo en absoluto y aprobechando que estoy cerca del Pikachu y del chico agarro las Pokeball de su cinturon y me las guardo, no voy a llevarme el Pikachu ya que no se cual es su Pokeball y no tengo tiempo para rebuscar si el chico tiene alguna vacia donde guardarlo, así que sencillamente tras coger el resto de sus Pokemon doy una orden rapida a Pidgeotto para que me saque de ese lugar, voy a la estacion de tren ya e perdido mucho tiempo en aquel lugar y tengo ordenes y aun no tengo el billete ni nada parecido y sobre todo tengo que alejarme de aquel chico y su Pokemon antes de que despierten, si no me ven nunca sabran quien fue el que les robo.

-Hoothoot

-Hoppip

-Sandrew

Shiert se aleja de allí enseguida, dejando al chaval desvalijado y a su pikachu durmiendo a pierna suelta entre los árboles, cerca del camino.

En el cinturón de entrenador del muchacho había tres pokéball.

Sin más dilación, se dirige a la estación del Magnetotrén. Es un edificio grande y muy nuevo, que se halla no muy lejos de la entrada norte de la Ciudad. Junto a la estación hay una plaza donde hay algunos viajeros sentados esperando a que llegue la hora del tren y por donde pasan algunos viandantes. Hay unas niñas jugando y riendo, en un banco hay un señor mayor leyendo el periódico y en otro banco, un chico con una maleta jugando con su cherrim, un pokémon poco visto en Kanto.

Tras guardar las Pokeball en mi mochilla sencillamente me acerco a la ventanilla del magnetoren y compro un billete para el siguiente tren que salga, cuando antes mejor claro esta, no me preocupa demasiado que aquel chico pueda despertarse ya que no me a visto pero bueno es evidente que cuanto antes se ponga tierra despues de un robo mejor.

9 de Julio. 14:54. Ciudad Azafrán. Estación del Magnetotrén

La estación bulle de actividad. Hay un chico con un cherrim hablando con un azafato. Parece agobiado, aunque mantiene la compostura. Otro chico, de pelo y traje oscuros, entra a la estación con paso ligero...

El tren ha llegado y saldrá otra vez en breves minutos. Los viajeros tienen el tiempo justo de comprar los billetes, los que no lo hayan hecho ya, y subirse al tren que los llevará a Kanto en un santiamén.

En la ventanilla de venta solo hay un hombre de cabello castaño y ondulado y boca ancha con aspecto impaciente. Solo lleva una cartera grande colgada en bandolera*.

El joven trata de responder con la mayor amabilidad y eficiencia posible, pero no está seguro de poder ayudar a Kaoru:

-¿Un objeto personal? Lo siento, señor, no podemos hacer eso. La empresa no se hace responsable de los artículos de los pasajeros. Hay unas taquillas, puede guardar lo que quiera en ellas y darle la llave a otra persona, pero todas se abren y se vacían al anochecer... ¿De qué se trata?

Shiert llega a la estación con tiempo suficiente para coger el tren.