Partida Rol por web

"Paolo"... No sé si es "Paolo", pero mi amiga -una nueva imagen, una chica con gafas, parece tímida, pero a la vez un fuego arde en su interior- quería vengarse de él. Quería matarlo. Lo culpa de haber matado a su padre, o de que su padre murió por su culpa, explica Celebi con calma. Ella quería que yo la ayudara a vengarse del "Team Rocket", pero yo no sabía cómo alguien puede vengarse de una palabra, así que... le dejé mi oferta de ayuda aplazada para cuando se decidiera por una persona en concreto. Parece que ha encontrado a esta persona. Ella piensa que esta persona es el "Team Rocket". O algo así. Quizás no lo he entendido muy bien... 

-¿Bii? -¿Suicune?

El legendario can azul estira sus patas delanteras, deleitándose perezosamente en ello y arqueando el lomo. 

No entiendo los nombres ni las categorías de los humanos, no me pidas que te los explique.

Durante la conversación, el abra no le ha quitado ojo de encima a Shiert. Aunque los tiene cerrados, el chico -y todos los presentes- pueden sentir cómo sus sentimientos encontrados por su entrenador se debaten en su pequeña cabecita. Duda. Es innegable que le tiene miedo, sí, pero otro sentimiento pugna con este otro reclamando su hueco: ¿compasión? ¿comprensión? Débilmente, ya que sólo piensa para sí, los demás perciben vagos ecos de cosas que ella ha visto, quizá sólo en los propios recuerdos de Shiert: los actos de violencia más despiadados que ha cometido, pero también el trato cordial que siempre ha brindado a sus pokémon. Su odio, pero también su dolor. O al menos, la parte de esto que ella ha podido ver. Se está debatiendo, intentando decidir qué pensar sobre él, pero debido a su timidez natural está demasiado cohibida como para intervenir.

Iri, por su parte, se acurruca entre los brazos de Astrid, sin perderse un solo detalle, sabiéndose segura y disfrutando de ello.

Los caterpies comen hojas.

-Si no puedes confirmarlo deberías dejar de hacer teorías conspirativas de una buena vez -dijo, un poco aburrida de esa actitud.

-Por Team Rocket se refiere al grupo de personas que pertenecen a esta organización. Una organización es un grupo de personas que trabajan independientemente de otras, todas juntas por un fin específico. En el caso del Team Rocket, usualmente por dinero y por pokemon raros y cosas así. Otro ejemplo de organización es el Centro de Voluntarios de Lavanda, donde tratamos de hacer la vida lo mas fácil posible a los pokemon.

Miró alrededor, con cierta ansiedad.

-Quizá deberíamos ir yendo.

-¡Biiih!

¡Aah! ¡Entonces todas y cada una de esas personas son "Team Rocket"! :D Ahora entiendo. Shiert es Team Rocket, el amigo de Shiert era Team Rocket, la persona que mató al padre de mi amiga era "Team Rocket", "Paolo" es "Team Rocket"... Y en Ciudad Trigal habrá muchas personas que son "Team Rocket" y otras que no lo son. Parece muy orgulloso de todo lo que está aprendiendo sobre el comportamiento humano y lo bien que lo está entendiendo. Astrid, sin embargo, es "Centro de Voluntarios de Lavanda". ¿Iri y Shuichi también son "Centro de Voluntarios de Lavanda"? Ah, pues entonces... las personas que me cerraron la entrada al mundo también son una organización. Los que crearon a los unown... Astrid no los ha visto nunca: unos extraños pokémon que casi no parecen seres vivos sinos símbolos flotantes en blanco y negro. Parece que Celebi se siente incómodo hacia ellos. Los padres de la civilización... Aunque quizá vosotros no los llamáis así.

Un poco repentinamente se encoge de hombros y echa a volar.

-¡Biii, bi!

Tienes razón, Astrid. Será mejor que nos pongamos en marcha. Por lo que me habéis explicado y por lo que sé de estas personas, esos padres de la civilización, será mejor que no me deje ver demasiado, al menos no de primeras. Os seguiré desde el aire.

Conforme estos pensamientos llegan a su destino, el pequeño pokémon verde se pierde entre las copas de los árboles más altos, pero Astrid y Shiert pueden sentir que aún se encuentran dentro de su campo telepático y que sigue presente.

-¡Arooou!

¡Astrid! Toma un poco de agua del estanque. Los pensamientos de Suicune son directos, categóricos. Cuando me necesitéis en la ciudad, sólo tenéis que encontrar un poco de agua y acudiré en vuestra ayuda. Si no podéis encontrarla, vierte el agua que recojas ahora y apareceré.

Dicho esto se zambulle en el estanque y, cuando las ondas en el agua cristalina se apaciguan, sólo se ve el fondo de suave arena, como si la legendaria bestia nunca hubiera estado ahí.

Una vez más reina una aparente calma en el bosque.

Astrid asintió y vació el odre de cuero que llevaba entre sus cosas y llenó la mitad con el agua como se le había indicado.

-Hmm eso es algo mas complicado -dijo a Celebi- Sabes lo que es un hospital, ¿verdad?. Entonces sabes que este tiene pacientes que aunque están ahí no son parte del equipo, estos vienen a recibir sus cuidados y se marchan luego. Lo mismo con los pokemon del Centro de Voluntarios.

Se puso de pie y colgó el odre cruzado con su cuerpo.

-Vayamos de vuelta. Tenemos una gran campaña por delante, no puede esperar.

- Pedirme que no haga teorias conspiratorias es como si te pidieras a ti misma que no cuidaras Pokemon enfermos cuando los ves, algo sencillamente imposible pero bueno tratare de contenerme, aun así creeme si es Paolo no estamos hablando de una persona agradable -

Lo de vengarse de todos los miembros de team rocket me parecia un tanto exagerado, al fin y al cabo habia muchisima gente que era buena trabajando para la organización incluida gente que estaba obligada a trabajar, pero era complicado explicar esto a celebi.

- Si, sera mejor irnos si queremos que todo esto tenga algun sentido -

Como de costumbre, el abra extiende las manos, solícita, hacia los viajeros.

Señor del Bosque, iremos antes a casa de Shiert, nos reuniremos con vos más tarde. Con un último mensaje telepático para Celebi, la pequeña pokémon psíquica los hace volver a todos a la casa.

Cuando se materializan en la casa de Shiert se encuentran a Blake repantingada en el sofá de Shiert, bebiéndose una lata de la cerveza* de Shiert.

-Hey -dice a modo de saludo, levantando un poco la lata en su dirección. -Ya creía que os habíais perdido. 

El Dr. Greenhilt está más o menos donde lo dejaron, algo más calmado pero aún con mirada de aprensión. Da un respingo al verlos aparecer.

- Disculpad la tardanza - digo nada mas aparecer - Hoy es un dia muy importante y por desgracia tenemos demasiados asuntos que atender en estos momentos -

Miro a todas las personas que hay en mi casa, creo recordar que nunca habia visto tanta gente dentro de ella.

- Vereis, Astrid y yo vamos a ir a ciudad Trigal, vamos a detener al Team Rocket y su estupida guerra, vosotros podeis elegir vuestro propio camino, si quereis uniros a ellos podeis hacerlo, si preferis quedaros aqui tambien, podemos llevaros a cualquier lugar donde querais estar, vosotros sereis quienes decidan su propio destino -

-¿Lo que estás proponiendo es un motín, soldado? -Contesta Blake con una sonrisa irónica y los brazos cruzados- ¡Me apunto! -Sin embargo, dicho esto hace una pausa y parece perder todo el fuelle. Incluso pierde todo rastro de su cinismo habitual, quedándole solo una mirada de una cierta desilusión. -O, bueno, eso es lo que me gustaría contestar, pero en realidad no sé si podré seros de mucha ayuda. La verdad es que, aparte de cosas de biólogos pokémon, no sé hacer mucho más y en cuanto a mi pokémon... Solo tengo uno y... Digamos que es un pisapapeles excelente. Atlas es un cafre y no me apetece nada quedarme sentada mirando mientras nos conduce a todos a la ruina pero, en serio, si voy a ser un estorbo, prefiero irme a mi casa a dormir. De verdad. Pongo a mis ojeras por testigo.

-Yo también apoyo vuestra postura -El Dr. Greenhilt mira a Shiert y a Astrid directamente a los ojos- pero, al igual que Blake, dudo que os pueda ser muy útil. Y yo ni siquiera tengo ningún pokémon. Creo que, en mi caso, lo mejor es que vuelva a casa, con mi familia. Por favor, si pudierais acercarme a Ciudad Azafrán...

- No propongo un motin ni nada parecido, lo que propongo es acabar con el absurdo plan de Atlas, el no es el lider del Team Rocket, no es mas que un idiota pretencioso que planea tener un final absurdo y glorioso, pues bien yo no estoy dispuesto a consentir que mate a toda la gente solo para llenar su ego -

Mire a Astrid a la espera de que dijese algo, esperaba que ella les dijese algo para animarles o cualquier cosa.

-Aunque alguien es fatalista hasta el cansancio, dudo que vaya a ser necesario que solo tengamos que relacionarnos con gente que pueda tener fuerza con sus pokemon. Yo misma no soy entrenadora y hasta hace un día como mucho, solo tenía a Iri conmigo.

Miró al hombre.

-Como están las cosas y como parece que estarán, podría ser peligroso ir solo. ¡Tome esto! Por favor.

Le tendió una pokeball rosa y blanca, claramente una sana ball.

-Es un Elekid que atrapé hace pocas horas. Es bastante enérgico y le gustan las cosas dulces. Ojalá no tenga que defenderse de nada y pueda disfrutar de su compañía solamente.

- Alguien tiene que ser fatalista por los dos, si fuera por ti solo tendriamos en cuenta lo bueno de las cosas -Dije mas a modo de broma que otra cosa por hacer una pequeña gracia absurda en un momento de tensión, no serviria de nada pero al menos así daria algo de tiempo a los cientificos para decidir que hacer.

Cuando Astrid le entrega la ball al doctor Greenhilt, este estrecha un breve momento las manos de Astrid entre las suyas -enormes y robustas, pero gentiles-, mirándola a los ojos, admirado por su gran corazón.

-Muchas gracias, niña. Lo cuidaré lo mejor que sé. Además, estoy seguro de que le gustará a mi hija. Siento no acompañaros, pero... pese a tener a este chavalín conmigo -dice, refiriéndose al elekid- creo que es hora de que vuelva a casa.

Al oír esto, Blake le da una afectuosa palmada en el hombro, visiblemente satisfecha. En realidad le dolía más saber que el doctor Greenhilt estaba retenido contra su voluntad de lo que admitiría.

-Pues, como la Srta. Alegre Florecilla ha dado permiso para que los militarmente inútiles vayamos, me apunto y apunto a mi bicho. A las muy malas puedo tirárselo a la cara a Atlas. Nunca esperará que utilice a mi pokémon como arma arrojadiza. Eso lo confundirá.

Su forma de expresarse está llena de bromas, pero claramente no bromea. En sus ojos brilla una determinación muy seria.

Ambos científicos parecen listos para partir.

- No te preocupes, yo me enfrentare a Atlas y de paso le recordare que el Tam Rocket no fue fundado por ególatras maquiavélicos - guardo silencio un segundo justo antes de decir - bueno puede que si, pero no con objetivos suicidas como el de destruir la tierra -

Me giro para mirar a Greenhilt - Greenhilt, si estas listo solo tienes que formar una imagen mental del lugar al que quieras ir y Abra nos llevara hasta alli -

-Entonces, hasta luego.

Se despidió con un corto abrazo del hombre, contenta de que fuese a reunirse con su familia de una vez. Miró entonces a la doctora, curiosa.

-¿Que clase de pokemon es al que se refiere?

El hombre devuelve el abrazo a Astrid.

-Gracias. 

Tras esto, Blake toma su turno para abrazarlo también, lo que él corresponde.

-Ha sido un placer trabajar con usted, Dr. Greenhilt. Ojalá... hubiera sido en otras circunstancias.

Él asiente. Claramente, el sentimiento es mutuo.

Tras las breves despedidas, Greenhilt se reúne con Shiert y su Abra y, siguiendo las instrucciones del joven, inspira hondo y cierra los ojos para concentrarse en un lugar y los tres desaparecen.

La doctora se vuelve hacia Astrid para contestar su pregunta. Con una cierta parsimonia, saca una pokéball, la agranda y libera al pokémon que contiene.