Partida Rol por web

La situación era desde luego complicada, el centro Pokemon estaba repleto de mis antiguos compañeros y todos parecian encantados con el caos que habian desatado en la ciudad, ninguno parecia darse cuenta del verdadero daño que estaban causando y dudaba realmente que ninguno se diera cuenta.

- Bueno... tener tengo otra alternativa, si no podemos ganar tal vez si podamos forzar una empate tecnico, si consigues hacer que toda la gente de la ciudad se aleje del centro Pokemon lo suficiente Blake y yo podriamos colarnos dentro y una vez alli podria dejar caer un pequeño explosivo y amenazar con que dejasen el lugar o murieran luchando, no es un plan muy fiable y destruiriamos con casi seguridad el centro Pokemon, pero si no logramos atraer mas aliados para que luchen a nuestro lado temo que es la unica alternativa que veo viable -

Estaba con Astrid en lo de luchar, pero eran demasiados y no tenia muy claro que la gente de la ciudad fuera siquiera a molestarse en lugar.

-No lo veo -contesta Blake a Shiert. -Podríamos llegar a convencer a la gente de que se alejase, pero ¿qué pasa con los pokémon heridos que estén dentro? Muchos no se podrán mover. Además, en el estado en el que está la ciudad el Centro Pokémon es un recurso demasiado vital para sacrificarlo. Lucharé si hace falta y entiendo que a veces hay que sacrificar cosas, pero el Centro Pokémon... No podemos permitirnos perderlo.

Mira al Centro Pokémon pensativamente y luego se vuelve a sus compañeros con el ceño fruncido, dudosa.

-¿No podríamos... ya sabéis... -mira de reojo para asegurarse que nadie está pegando la oreja y baja la voz- ...no tenéis a Celebi en la manga o algo por el estilo? Creo que tenéis alguna relación con él, ¿o me estoy liando? ¿No se le puede invocar, atraer o algo? Porque si luchara a nuestro lado sería la hostia en patinete. Creo que tiene que valer por lo menos por tres gyarados y dos dragonite juntos. Igual se lía parda, pero total, no creo que pueda ser mucho peor que volar el Centro Pokémon con todos los pokémon heridos dentro.

-Somos amigos -explicó con cuasi irritante sencillez- Y Celebi es pacífico en general, dudo que quiera luchar aunque quizá lo haría por una buena causa. pero, el está ocupado ahora mismo, creo yo. Estoy segura de que me escucharía mis plegarias, pero no creo que sea el momento. Los milagros es mejor guardarlos cuando toda la situación sea crítica. Es cierto lo que dice Blake, dentro esta lleno de pokemon y personas no asociadas al Team Rocket que serían presas de ello. Creo que no queda mas opción, tendremos que confiar en nuestros camaradas y en la gente de la ciudad. Y si no...creo que puedo pensar en algo para sacarnos del embrollo.

Asintió, conforme.

-No es el plan ideal, pero, nada de esto lo ha sido. Por ahora, dejen salir a sus pokemon, los Houndour incluidos, por favor.

Esperó un momento a que sus acompañantes accedieran (o bien no) a lo pedido, y se acuclilló delante de los pokemon. Recogió a Iri del suelo y le pidió que liberara a Houndour del influjo del rayo confuso. Se acuclilló delante de los pokemon, y acarició con cariño la cabeza del "admirador" de Iri.

-Necesitamos hacer frente a algo importante ahora, y contra mas seamos, mas animaremos a otros a luchar, así que necesito que sean valientes. Entiendo que ustedes -miró a los Houndour concretamente- estén molestos con nosotros. No se como les trataban, si estaban conformes o no con ello, pero, les aseguro que cuando el día termine no estarán retenidos en una pokeball por extraños. Serán libres de marcharse, volver con su dueña original, o quedarse. pero, lo que hacemos aquí es para tratar de que las cosas sean mejores para todos. ¿Nos ayudarían, por favor?

El plan era simple, luchar hasta que nos de los dos bandos cayese, un plan simple pero efectivo, si nuestros Pokemon luchaban junto con la fuerzas de Celebi tendriamos una gran oportunidad, si luchabamos solos posiblemente nos derrotarasen y algunos acabaramos muertos, aun así no seria yo precisamente quien se diera por vencido.

- Bulbasaur, Pidgeotto, Sandshrew, Hoppip, abra Salid - Dije sacando cada una de las Pokeball para liberar a mis Pokemon, junto con Hoothoot eran mis 6 Pokemon y estaba seguro de que lucharian hasta el final por mi, sobre todo Bulbasaur.

Deje que Astrid dire su discurso sin decir nada ni oponerme, los Pokemon la escucharian y seguramente agradecerian sus palabras, esperaba ademas que algunos salvajes se uniera a la lucha, pero cuando Astrid termino su discurso mande un mensaje telepatico a Abra, tenia que estar preparado para lo que vendria despues.

Abra, si la cosa se tuerce, si todo sale mal y no podemos ganar, quiero que cojas a Astrid y te la lleves lejos de aqui, trata de llevarla junto a Celebi o si no puedes encontrarlo al bosque donde nos juntamos con el, no permitas que muera, cuando creas que esta perdida sencillamente hazlo, sacala y no se te ocurra volver a traerla sin que yo te lo pida.

Blake saca a los dos houndours restantes -en cuyos collares hay grabado, respectivamente, "1" y "2"- y a su dunsparce, Cicuta.

Bulbasaur, Pidgeotto, Sandshrew, Hoppip, Hoothoot, Abra, los tres houndour, Cicuta, *Shuichi, Fearow e Iri forman un corrillo alrededor de la chica, muy atentos a todo lo que dice. Es como si estuvieran bajo un hechizo: se la comen con los ojos, se beben sus palabras, los houndours sacan la lengua amistosamente e incluso Cicuta mueve la cola deseoso de participar.

Astrid se fija en que no parece que los houndours estén maltratados; tienen un peso adecuado y el pelaje de un negro intenso y uniforme, sin embargo, parece que ya se hayan olvidado de su antigua entrenadora, lo que da idea de que probablemente no tuvieran una relación demasiado estrecha. Teniendo en cuenta que no tienen nombres sino meros números, es posible que no fueran sus pokémon de manera permanente, sino que solo estuviera a su cargo durante esta misión.

Cuando termina su pequeña arenga, Astrid se ve aclamada por una cacofonía de ladridos, graznidos y demás sonidos pokémon. Parecen dispuestos a seguirla hasta la muerte. 

Blake la observa cruzada de brazos, visiblemente admirada.

-¿Cómo lo haces? En serio, los has embrujado ¿verdad? O tienes un... antepasado Delphox o algo ¿verdad?

No bien la doctora ha terminado de decir estas palabras cuando un grupo de Rockets se acercan por detrás, desde el Centro, flanqueados por sus pokémon.

-¡Eh, vosotros! ¿Qué coño estáis haciendo ahí con todos esos pokémon?

Son cuatro y van acompañados de dos raticates, un arbok, un poliwhirl, dos golbats, dos grimers y un koffing.

-Claramente, proceder a expulsarlos del centro Pokemon y de la ciudad.

Astrid se paró firme y no dejó que ninguna duda empañara su declaración, e hizo un gesto con la mano, para indicar a sus aliados que se extendieran en una fila delante de ella.

-¡¡Vamos!! -habló en alto- Si Trigal es para los trigaleños, todos los que posean un pokemon en condiciones ayudennos. Juntos son mas que el Team Rocket, y los pokemon salvajes están de su lado para expulsarlos. Por eso...¡prestennos su fuerza para unirnos y expulsar a estos rufianes! ¡A la carga, todos!

Señaló con un dedo la comitiva de pokemon enemigos, abriendo la ofensiva.

Desde el punto de vista tactico, Astric no era precisamente la mejor estratega del mundo, un grupo armado se nos acerca y en lugar de dejar que lo arreglemos los que podemos hacerlo con relativa facilidad se lanza a combatir, sin un plan ni nada parecido, pero bueno esa era precisamente la gracia de Astrid, tenia idea extrañas y actuaba de corazón sin pararse a pensar y esta vez yo pensaba ayudarle.

- Creo que ya la habeis escuchado, vamos a expulsaros del centro Pokemon -

Shiert se fija en los rostros de los Rockets que se acercan, dispuestos a pelear, pero no le suena ninguno. Son tres hombres y una mujer.

Tampoco le parece que conozca a ninguno de los que hay aún guardando el Centro Pokémon, aunque no pondría la mano en el fuego a que nunca los ha visto ni de lejos: en el Team Rocket hay mucha, mucha gente.

Por su parte, parece ser que el entusiasmo de Astrid no solo se ha contagiado a los pokémon, sino también a las personas. Al oír sus exclamaciones, enseguida surgen voces de los distintos grupos de gente.

-¡Esa chica tiene razón! ¡Juntos podemos darles una paliza! -clama una voz de mujer.

-¡Team Rocket fuera de Ciudad Trigal! -Es el hombre de la cara ensangrentada.

-¡Vamos, a por ellos!

Al ver a Astrid, Shiert, Blake y su pequeño ejército pokémon, la gente que había por allí se arma de valor y sigue su ejemplo, lanzándose a la lucha contra los Rockets aún apostados en el Centro Pokémon. Además de con sus pokémon -aquellos que tienen compañeros en condiciones de luchar- van armados con cosas como palos y botellas.

Los Rockets, por su parte, están bien preparados y parecen dispuestos a darlo todo en la lucha.

La tensión que se había ido acumulando en el ambiente estalla como una burbuja de gas ante una chispa. En un abrir y cerrar de ojos, el claro ante el Centro Pokémon -pues Celebi había respetado el edificio, ateniéndose a su promesa- se ha convertido en un auténtico campo de batalla.

Esta situación ya me gustaba mas, este era mi terreno una verdadera lucha, la guerra que yo habia predicho una y otra vez y lo curioso del asunto es que habia sido Astrid la que la habia provocado, pero bueno eso era lo de menos ahora, teniamos a demasiados enemigos cerca y muchas cosas que tener en cuenta, para empezar necesitaba a Abra partado de los combates y listo para actuar siguiendo las ordenes que yo le había dado, podría pedirle a alguien que le protegiera pero Abra podia defenderse mucho mejor de otras formas.

- Abra si alguien se te acerca teletransportate a una zona cercana segura y ya sabes que hacer si ocurre algo, cumple las ordenes que te di antes -

Por otro lado quedaban todos los demás Pokemon, con algunos nunca había luchado pero conocía bien el fuerte de mi equipo, ellos y yo no peleábamos por la fuerza, utilizábamos trampas y artimañas para ganar combates y eso seria precisamente lo que haría.

- Bulbasaur, Hoppy somnífero juntos, Pidgeotto usa tornado para empujar el somnífero sobre nuestro enemigos, trata de cubrirlos a todos - Era un ataque combinado complicado, pero si salia bien puede que nos dejase con el campo de batalla medio despejado.

- Hoothoot usa confusión evita que puedan acercarse a nuestra posición, Sandshrew ataque arena intenta cegarlos - 

Ahora me tocaba a mi, los Pokemon se encargarían de los Pokemon, pero yo me haría cargo de los entrenadores, agarre la navaja que llevaba encima y la sujete con una mano mientras sujetaba el somnifero que me quedaba con la otra, era el momento de empezar, lanzaría el somnífero sobre el Rocket mas cercano para una vez dormido o simplemente que dejase una apertura apuñalarle, no pensaba tener piedad de ellos igual que ellos no la tendrían de mi.

Astrid acomodó el dulce entre sus labios. No le gustaban las batallas, pero tenía el suficiente conocimiento para desempeñarse en una.

Los Houndour se ven bien cuidados y no demasiado jóvenes, pero será mejor que no me arriesgue a pedirles algo muy avanzado.

Observó que Shiert estaba dedicándose a artimañas -nada sorpresivo realmente- así que decidió concentrarse en el ataque. Hizo una pose curiosa, realmente solo para los ojos de Iri era entendible, así como tenía su lenguaje corporal con ella, esta postura indicaba que no iban a atacar con todo.

-1, 2, 4 -era mejor referirse a ellos por sus números, y realmente ahora mismo no tenía forma de organizarlos de mejor forma. Además, sería mejor que atacaran como jauría debido a su naturaleza -Mordisco al Poliwhirl -lo lamentaba por él, pero era el objeto mas dañino para Iri y el grupo de sabuesos de fuego.

-¡3! Tu ayuda a Iri, mordisco con el Arbok. ¡Iri, Lanzallamas al mismo objetivo!

Suichi aguantará un poco mas que el resto con su caparazón duro, confiaré en él. Dudo que puedan alcanzar a Fearow, aunque el seguramente tenga que cuidarse del asedio aéreo. Así que si se concentran en Shu, el puede darle apoyo.

-¡Shuichi, aguanta a esos Raticate y preparate para Venganza! Fearow, Golpe Aéreo contra el Raticate de la izquierda!

Por su parte se mantuvo estoica, no tenia la mínima intención agresiva por si misma, aunque estaba consciente de que dar ordenes era igualmente ofensivos. Por supuesto, viendo que incluso los humanos tomaban ofensiva estaba consciente de que iban a haber lastimados o peor.

Pero, no debería durar.

Cerró los ojos un momento, no tenía ni una nube de duda al respecto. Un conflicto así recibiría aliados acordes en cuestión de brevedad, lo cual debería terminar las hostilidades.

Nada más oírlos, los Rockets dan también sus órdenes.

Sin detenerse a esperar los resultados del combate, Shiert se adelanta y le estrella un somnífero al Rocket más cercano, que cae dormido, pero no llega a caer al suelo: Shiert lo intercepta con una puñalada. En un segundo, Shiert se encuentra con que tiene entre los brazos a un hombre sangrante y sumido en un sueño tan profundo que ha sido capaz de anular el dolor.

Mientras tanto, Iri se lanza a por su objetivo resuelta, armada del valor que le da la confianza en su entrenadora. Fwosh. El arbok se ve envuelto en llamas.

El fearow también está dispuesto a darlo todo por Astrid, se lanza en un Golpe Aéreo con toda su mala leche (y no sin cierta satisfacción) sobre el raticate indicado, que no es capaz de esquivarlo. En respuesta, no obstante, los dos raticates se vuelven hacia el fearow, aprovechando que se ha puesto más cerca de su alcance al atacar. El primero falla su Hiper Colmillo, pero el segundo consigue que su Superdiente le impacte. El fearow grazna de dolor, pero no se amedrenta. En todo caso, parece más cabreado.

Por su parte, pidgeotto, bulbasaur y hoppip se están coordinando entre sí. Pidgeotto retrasa sus movimientos y se coloca en posición para adaptarse a las plantas. Aunque el hoppip no consiga ejecutar el ataque con la suficiente potencia o calidad, bulbasaur y pidgeotto son ya viejos compañeros de batalla. Cada uno sabe lo que tiene que hacer y les basta una mirada para sincronizarse... pero los golbats son más rápidos.

¡Zis! ¡¡Zswiish!!

Sin piedad. Uno tras otro, los golbats lanzan ráfagas de Aire Afilado que se cruzan sobre el bulbasaur. La segunda, además, ha sonado demasiado aguada, demasiado fuerte. Los Rockets no han dudado a la hora de seleccionar el objetivo de los voladores. Bulbasaur cae inconsciente, con un tajo en forma de cruz con bastante mal aspecto en el bulbo de la espalda.

Los tres houndour se lanzan sin miedo a por el pokémon de poliwhirl. Viéndolos venir y como le han ordenado, el pokémon lanza su Rayo Burbuja dirigiéndose a todos los pokémon de fuego... pero ya se sabe que quien mucho abarca, poco aprieta. El ataque pasa limpiamente por en medio de todos ellos sin impactar en ninguno.

Los houndour no le tienen miedo al agua. No le tienen miedo a nada si es Astrid la que los respalda. Uno de ellos falla, pero dos fuertes mandíbulas caninas sí logran cerrarse en torno al anfibio azul quien, sobrepasado, retrocede.

Cuando las llamas provocadas por Iri se despejan, una humareda ácida se dispersa desde la serpiente chamuscada. El arbok se vuelve así contra los pokémon de fuego que la hostigan a ella y a sus compañeros. Iri y los houndour no consiguen escapar y se nota que se resienten del ataque, aunque tampoco ha sido muy fuerte. El arbok, por su parte, aprovecha el momento para comerse una baya que llevaba en un bolsillito atado a su cuerpo con una banda negra (+1 PS).

Mientras tanto y aprovechando también el momento, de los cuatro atacantes la mujer intenta agarrar a Shiert en una llave, pero en el caos de la batalla no es capaz de agarralo como es debido y pierde su oportunidad.

El hoothoot no sabe muy bien a qué acudir, pero viendo cómo han eliminado al bulbasaur, decide que "no dejes que se acerquen" debe referirse a eso y, aprovechando la bajada y freno de los golbats, consigue alcanzarlo pese a lo cortas que son sus alas y sorprenderlo con una Confusión que no esperaba.

-¡Ci! ¡Deslumbrar! ¡No dejes que esos grimer actúen! -grita Blake en algún momento.

El durnspance no parece entender muy bien lo que pasa a su alrededor, pero tiene una especie de amor ciego y bobo por su entrenadora que hace que cumpla sus órdenes (y que deje que ella lo use como almohada si hace falta). Uno de los grimer tiene la desgracia de mirar a los redondos ojos de ese proyecto de serpiente amarillo y FLASH. Cae en la trampa. Cegado. Como una estatua de cera. Literal.

La sandshrew también cumple órdenes lo mejor que puede. Con su ánimo resuelto, lanza un Ataque Arena, que sin embargo no hace más que mezclarse con la Pantalla de Humo que el koffing lanza en ese momento, lo que no hace más que añadirse al caos ya reinante.

Lento pero seguro, el grimer que queda se dirige a la sandshrew. Extiende su cuerpo. Supura veneno. Tóxico. Su víctima no tiene realmente posibilidad de escapar*. El veneno se introduce en su cuerpo. Progresivo. Letal.

A todo alrededor, gritos. Vuelan piedras. Alaridos de dolor y de rabia. Sangre. Sangre humana, pokémon, de trigaleños, de Rockets. Y más. Más pokémon. El ambiente caótico, híbrido deforme de campo de batalla y bosque centenario, parece oscurecerse aún más, enrarecerse, bullir. Decenas de pokémon salvajes empiezan a surgir de entre los árboles y a sumarse a la batalla.

Humanos...

Un eco en el pensamiento. 

¿Es esto lo que desean los humanos...?

Aquí, allá. En ninguna parte.

Humanos luchando contra humanos...

Sin cuerpo. A Celebi no se lo ve por ninguna parte. Y sin embargo esos pensamientos, como un susurro en el oído, dulce, profundo, oscuro, ajeno. 

Y pokémon... Pokémon luchando contra pokémon, contra humanos...

La batalla predicha. 

Dolor, sangre. Savia. Vidas dispuestas a lanzar su silueta sus bordes, sus límites, su individualidad, su yo al río resplandeciente.

Astrid no lo ve. Shiert no lo ve. Pero saben que está ahí. Su voz despierta ecos en sus mentes, pero su misma presencia se derrama, se huele en el aire, se siente en el vello de la piel.

Y yo...

-1, Mordisco al mismo objetivo, 2, ayuda a Iri y muerde a Arbok. Iri, lanzallamas de nuevo. Fearow, ayúdalos también, golpe aéreo contra el Arbok. 3, Mordisco a Arbok.

Tendría que confiar en Shu, exponer a Fearow de nuevo no le era una opción. No tenía la gran experiencia en batalla, pero creía que a partir de ahora sería mejor dedicar a todos a ir debilitando a un objetivo entre todos. Observó mas allá, Shiert se estaba moviendo...y apuñalando a alguien. No le dijo nada al respecto, aunque su mirada expresaba que no lo creía necesario. Pero, alrededor había mas gente en ese mismo plan. Los soldados Rocket así lo habían querido, y estaba preparada para ello. Pero no le atormentaba el hecho, estaba convencida de que no habría victimas fatales indiscriminadamente.

Levantó la cabeza, escuchando el susurro de las hojas, que se le antojaba tomaba forma de una voz conocida.

Tu sabes que los humanos somos caóticos, y muchos de nosotros hacemos cosas tontas. Pero que una minoría quiera poder sin mesura o reserva, no hace que todos deseemos esto, ni cambia nada. Este hecho hubiese sucedido aún y sin estarse cubriendo el mundo de verde.

No se si este planteamiento es porque sientes culpa o pesar, pero, no eres responsable de lo que los humanos hacemos de forma egoísta. La mayoría de nosotros somos criaturas desconsideradas que pueden -y a menudo lo hacemos- obviar la tragedia ajena, excepto cuando le toca a uno mismo o a sus cercanos.

Ahora mismo podría decirse que esta es la fealdad del mundo en su máxima expresión. Yo la he visto, y he visto a victimas de ella en el Centro donde he pasado gran parte de mi vida. Por la oportunidad de que eso desaparezca o amaine de forma considerable, con gusto me lanzaré al río.

Celebi...

El tono de ese único nombre fue cálido, el que uno toma al hablar de alguien muy querido.

Yo tomé mi decisión.

Entiendo que tu manera de ver las cosas es la mas sabia, y lo mejor para nuestra intoxicada especie y para los pokemon que sufren a manos de muchos. Si hay algún camino para que el sufrimiento de ambas especies sea reducido al mínimo posible, es este.

Por eso y sin importar que, seré tu aliada hasta el final. No dudes ni un segundo sobre tus actos.

Creo en ti.

https://www.youtube.com/watch?v=8XOV2L-eM38

La sangre resbalaba por mis manos, no era la primera vez pero si la primera que realmente me dolia, habia apuñalado a un antiguo compañero, alguien que antaño habia luchado por los mismos ideales que yo, aquella batalla se podia haber evitado, si tan solo el hubiera estado aqui, si Giovani aun estuviera vivo, el abria ordenado detener esta locura, nos habria llevado hasta un mejor camino, pero ahora solo teniamos esto, una guerra contra los Rockets para que Celebi retornase el mundo al estado que el creia el mejor.

Casi como en un resorte las palabras de Celebi comenzaron a resonar en mi, humanos luchando contra humanos, matandonos los unos a los otros, esta es la guerra que yo habia predicho, el dolor y el sufrimiento que su transformación causaria, el mundo podria haber aguantado en paz si el no hubiera intervenido al menos durante algunos siglos mas, hasta que la codicia humana se hubiera desbordado hasta los mayores limites, pero esto es lo que nos quedaba, el mundo tenia que cambiar, Celebi lo sabia, no podiamos dejar el mundo como estaba, abocado a un horrible fracaso donde todo acabaría destruido.

" Esta es la guerra que te dije, esta es la destrucción que tus obras han causado Celebi, cuando lo dije no mentía"

Vi como Bulbasaur caia derrotado justo mientras pensaba en aquello, mientras intentaba que mis pensamientos llegaran claros a Celebi, no pude evitar que un odio enfermizo se apoderase ligeramente de mi, Bulbasaur era mi compañero, el primero que habia estado conmigo, el que me habia compañado en cada misión.

"Pero esto Celebi no es el final, el mundo griara de dolor durante meses, la gente morira y los humanos nos lanzaremos al cuello los unos de los otros en busca de sangre hasta que todo se calme, y el mundo se calmara y la paz volvera a todos y todo sera como tu has soñado, un mundo verde donde humanos y Pokemon puedan vivir en harmonia, donde la gente no se guie solo por la codicia de destruir este mundo"

Esquive el ataque que me lanzaba una de las Rockets y deje caer entonces el cuerpo de aquel soldado que se desangraba sobre mi, en un segundo di un giro y me lanzo sobre la soldada que me habia atacado en una finta con intenciones de clavarle mi Navaja, pero esta vez no habia apuntado al torso si no al cuello, queria matar y no dudaria en ello.

"Nosotros los humanos lucharemos esta guerra por ti Celebi, nosotros nos enfrentaremos a nuestros hermanos y derrameremos toda la sangre que sea necesaria para que el mundo de tus sueños llegue hacerse realidad, confia en nosotros, danos tiempo y aguanta el dolor, se que las muertes no te agradan, se que cada golpe y cada grito de agonia de este mundo se te clavara en el alma por toda la eternidad, por eso te pido que dejes que seamos nosotros los que carguemos con esta batalla, mis manos se llenaran de sangre para que tu sueño se haga realidad, tu solo dejanos cumplir tu sueño celebi, dejarnos crear el mundo que solo tu puedes darnos"

Si mi golpe acertaba sacaria rapidamente la Pokeball de Bulbasaur y le haria regresar, no permitiria que sufriera mas daños, pero necesitaba acabar antes con aquella maldita Rockets para poder controlar a mis Pokemon como era debido, una muerte mas y podria ayudarlos a todos, eso era todo lo que necesitaba.

¿Muertes causadas por mi sueño…? ¿Luchar por mí? ¿El mundo gritará?

Tras poner a salvo a su bulbasaur en su pokéball, en un segundo y sin dudarlo, Shiert degüella a la soldado Rocket a la que se enfrentaba que cae al suelo, inerte.

Shiert... ¿Acaso crees que es la primera vez que veo algo así? Oh, mi pequeño humano... Tú acabas de nacer. Yo ya estaba aquí antes de que hollaran la tierra pokémon que se extinguieron antes de que vuestra especie naciera. Cuidando de los bosques.

-¡Basta! -grita uno de los dos Rocket que queda, horrorizado. Su voz suena quebrada y mira a Shiert con los ojos desencajados. No parece en absoluto dispuesto a morir igual que sus compañera.

He visto a muchos humanos y pokémon morir. Morir de todas las formas inimaginables y volver una luz limpia y brillante al río resplandeciente. También los he visto pelear y matarse. Luchar entre ellos. Humanos contra humanos, humanos contra pokémon. Parece que los humanos no sepan más que destruir. Siempre que los recuerdo lo están haciendo…

-¡¡Cabrón, vas a morir!! -grita el otro, no obstante-. ¡Golbats, Raticates a él! ¡Ataque Ala! ¡Hipercolmillo!

Eres tú quien tiene las manos manchadas de sangre, Shiert… y son ese hombre y esa mujer, a los que pertenece esa sangre, los que se lanzaron a la batalla. Astrid, tú me has brindado tu amistad y tu apoyo, lo que es más, tu confianza, pero... Si vivís o morís, si huis o lucháis… Astrid, Shiert, Bulbasaur, Pidgeotto, Iri, Shu, Cicuta… todos y cada uno... yo no os lo he pedido. No es vuestra misión. Yo haré lo que tenga que hacer.

Dicho y hecho, los dos golbats se lanzan sobre Shiert en un poderoso aleteo azul. El joven consigue esquivar el primero, pero el segundo lo recibe de lleno (-9 PV). A continuación llegan los raticates: dos poderosas dentelladas que se clavan en su carne. Shiert puede sentirlas hasta el hueso y se derrumba, anulado por el la gravedad de las heridas y el dolor (-24 PV).

Antes de caer al suelo, su mente se sumerge de nuevo en la niebla de la inconsciencia, ya una vieja amiga.

Pero eso no lo libra de seguir oyendo los pensamientos de Celebi...

-Mierda... Ese alma de cántaro... -Astrid oye a Blake mascullar a sus espaldas. Aunque apenas ha participado en la batalla, a la chica le basta oír su tono para saber que se siente como un pez fuera del agua... y para darse cuenta de un ligero deje de preocupación en su voz. Aunque se refiera a Shiert como "alma de cántaro". 

-¡Ja, ya eres mío, puto asesino! -El Rocket que ordenó los ataques se lanza hacia el cuerpo caído del joven y saca su propia navaja, con la que pretende darle el golpe de gracia.

-¡¡No!! -En un impulso, Blake se lanza a detener el golpe*. No es muy buena luchadora. De hecho, probablemente nunca se haya peleado con nadie ni en el colegio, pero consigue parar el golpe. Vaya si lo para. Con su propio cuerpo (-3 PS).

La doctora grita de dolor, pero, haciendo gala de mucha cabezonería y muy poca maña, se agarra al soldado Rocket, tratando de impedir que avance.

-Ci... No dejes que lo maten... Deslumbrar al que se acerque... Astrid... de-detén esta locura...