Partida Rol por web

A cambio de su dinero, Joe recibe 30 Safari balls que solo podrán utilizarse durante 3h antes de desactivarse automáticamente y algo de cebo para los pokémon.

-¡El cebo de hoy son plátanos :D! -le dice el azafato* alegremente mientras le pone en las manos un gran racimo de plátanos enormes y de aspecto lustroso. -¡Son estupendos! ¡Son de la plantación del viejo Yagi, de aquí al lado! Tenemos unas cuantas cajas. -Dice mientras pela uno él mismo y le pega un enorme bocado. -Ofras vefes uhamos pohéjubos o paffeliios, pero hoy fenemos effo, ¡a los pohémon les enhanffan, pojje effán muy dulfes! -Traga. -Pues eso, tienes tres horas. Puedes ir adonde quieras y capturar todos los pokémon que quieras... eso sí, los tuyos no pueden combatir. Dame la mano. -Le toma la mano y le pone una pulsera de plástico. -Lleva un chip para localizarte en caso de que no sepas salir o te caigas a un estanque o algo. También hay algunas cámaras de seguridad y varios de mis compañeros están dentro por si necesitas cualquier cosa y para indicarte la salida cuando se te pase el tiempo y esas cosas. Cuando pasen tres horas, la pulsera pitará y las Safari balls se desactivarán. Por favor, devuélvelas a la salida para que otros entrenadores puedan utilizarlas. ¡Eso es todo! ¡Disfruta del safari! :D

Ha dicho casi todo de carrerilla, se nota que se lo sabe de memoria, pero aún así lo ha dicho con mucha energía. Se nota que es una persona bastante entusiasta. Pega otro bocado al plátano y parece caer en algo, de repente, así que detiene a Joe y exclama otra vez con la boca llena:

-¡Ah, fe me olvidaha! -dice, escupiendo trocitos de plátano. -Traga. Se limpia con el dorso de la mano. -Perdón. Deberías llevar una gorra para el sol. Si no, te vas a achicharrar. Puedes comprar una aquí mismo, mira, las tenemos en varios colores y ¡solo valen 500P! -Señala unas baldas que hay detrás de él donde hay unas gorras color verde militar en las que pone "Zona Safari". También hay camisetas, muñecos, pósters, etc.

Joe agradece las SafariBalls y las bananas, así como la advertencia del calor, pero decide no comprar ninguna gorra. Se agacha para no estar del todo a la vista del hombre y con cuidado saca el pañuelo emblemático del Equipo Aqua y se lo coloca de tal manera que el logo de la "calavera" quede del lado de adentro. 

Una vez afuera ojea el lugar y respira de aquel aire puro. La vegetación es impresionante. Un lago que hay allí cerca y el sol hacen del sitio un verdadero paraíso. Y aquello apenas era la entrada. Muy cerca se encuentra un cartel con un mapa del lugar, donde muestra las diferentes zonas. Joe se acerca a el y se lo queda observando un momento. El lago que tiene cerca es apenas una extensión de uno mas grande al cual se puede acceder desde un camino mas extenso. Aquella idea le gusto, después de todo disponía de tres horas. 

Mientras caminaba tomo una de las bananas y la probo. Estaba deliciosa. Le hubiese gustado compartirla con sus Pokemon, pero no estaba seguro de si era posible sacarlos. Entendía que no debía usarlos, pero por las dudas prefirió dejarlos en sus Pokebolas, no quería tener problemas antes de tiempo. 

Así que debo capturar los Pokemon por mis propios medios ¿eh?. Suena realmente interesante. Y tal vez pueda capturar algo que no sea del tipo agua, para así no llamar tanto la atención en el Equipo Rocket. Y pensándolo bien... necesitaría un Pokemon tipo Tierra. Me vendría bien para el Gimnasio Ninja y también en algún futuro en contra de Pokemon Eléctricos. Vaya... como me gustaría un Wooper o un Gastrodon o un Palpitoad. 

Era inevitable. Cuando se trataba de Pokemon, Joe Baun no podía pensar en otra cosa que no fuesen del tipo Agua. 

La Zona Safari se extiende ante sus ojos. Un poco más allá puede ver a otros entrenadores, algunos buscando pokémon entre la vegetación, unos cuantos peleando y otros pocos, pescando en las orillas del lago. También divisa a lo lejos unas cabañas rústicas de madera, que son las áreas de descanso. Aquí y allá puede ver algún miembro del personal de la Zona Safari, fácilmente reconocibles por su uniforme verde y su gorilla.

A simple vista no se ve ningún pokémon, pero Joe sabe con certeza que, en medio de una naturaleza tan exhuberante, los pokémon están campando a sus anchas por docenas.

Era extraño ver en un sitio así a tanto humano y Pokemon suelto. Entendía que no podían armarse peleas entre Pokemon, pero aun le resultaba demasiado llamativo. 

Joe se adentra en la hierba alta, atento por si ve algún pokémon de tipo Tierra, en dirección al lago, aunque no puede evitar que su mente divague un poco...

Joe va andando mirando alrededor, cuando le llama la atención una mole grisácea entre la hierba. Se trata de un rihorn que dormita al sol entre las matas.

Sorprendido por su hallazgo, Joe se queda paralizado. Un Rhyhorn... no puede ser. Es un Pokemon muy poderoso... y siendo Tierra, e inmune a ataques Eléctricos seria ideal en mi equipo. El Team Aqua no lo aprobaría, pero... si voy a fingir no ser mas un miembro de ellos, tendré que romper algunas reglas. 

El muchado se acerca con cuidado mientras toma una de las bananas y la va pelando. La deja en el suelo, a unos metros del Pokemon, y decide esconderse entre unos arbustos cerca de allí. Si el Rhyhorn aun no lo nota, tirara una roca pequeña cerca de el para despertarlo y ver que ocurre. 

Cuando Joe se acerca, el rhyhorn ni se inmuta, así que el muchacho, una vez se ha distanciado prudentemente, decide lanzarle una piedrecilla que había por ahí.

El pokémon abre los ojos, enfadado, pero su olfato capta enseguida el olor dulce de la fruta, y ve la banana ante él, así que, olvidando por completo lo que lo haya despertado, se acerca a comérsela alegremente.

El plan parecía funcionar, aun así Joe estaba expectante, hasta no tener a Rhyhorn dentro de su Pokebola no podía cantar victoria. Aguardo detrás de un arbusto, casi sin respirar, hasta que el Pokemon estuviese a punto de terminar la fruta y entonces lentamente empezó a levantarse con la Pokebola lista. Y cuando vio la oportunidad, se la lanzo por la espalda. 

La safari ball golpea suavemente el lomo del rhyhorn, se abre y su rayo atrapa al pokémon, que ha levantado la cabeza de la fruta al notar el golpe. La ball cae al suelo, donde se agita varias veces antes de abrirse dejando libre a un alarmado rhyhorn que mueve la cabeza en todas direcciones, buscando la procedencia de la ball.

Al no encontrar la fuente de la bola que lo ha intentado atrapar, coge con la boca lo poco de plátano que le quedaba y echa a correr entre la hierba con un trote ligero.

¡Rayos! ¡Se escapo! -piensa mientras echa a correr detrás del Pokemon y antes que este de media vuelta y lo embista, vuelve a lanzar una SafariBall. Una vez mas ve como desaparece el bichajo armatoste en un rayo carmesí y la esfera se queda alli, al lado del fruto a medio comer girando de un lado al otro. 

Tras agitarse unas cuantas veces, la safari ball queda finalmente inerte.

-¡Si! Grita Joe pegando un salto y luego corriendo a recoger la SafariBall. La mira un instante, con una amplia sonrisa. Oprimiendo el botón de la Pokebola deja salir a su nuevo compañero. -A ti te llamare Rhino. Si que tienes una gran coraza ¿eh?. Ten, esto te gustara. Joe saca otra de las bananas, la pela y la mantiene en su mano esperando a que el Rhyhorn coma.  

Cuando el recién capturado armatoste termino de comer, Joe lo regreso a su Pokebola y como aun le quedaba tiempo se encamino al lago que había cerca de la zona. Ya ansiaba ver algún Pokemon de Agua raro. 

Joe se acerca al lago. Hay algunos entrenadores pescando, y uno o dos se han lanzado al agua con la excusa de usar Surf o Buceo y buscar pokémon acuáticos, pero Joe sospecha que si fuera invierno en vez de este horriblemente ardiente julio, no lo habrían hecho.

El lago es bastante grande, con una forma ovalada irregular, y tiene una islita central, como un banco de arena, donde se ven unas manchas rosadas que presumiblemente son unos slowpoke tomando el sol.

Cuando llego al lago, Joe quedo maravillado. Siempre le ocurría cuando veía el agua y mas aun en un día como ese. El reflejo del sol y las nubes en el cristalino liquido le provocaba una sensación de paz interior inigualable. 

Al ver a aquellas personas pescando, estuvo a punto de ponerse a hacer lo mismo, pero entonces vio aquellas manchas rosadas en el islote. Vaya, si aquellos son realmente Slowpokes debo atrapar uno. Que mejor opción contra un tipo Venenoso que los tipo Tierra y Psíquicos. 

Mientras pensaba en aquellas cosas se fue quitando la remera y los zapatos. Al sentir el agua con los pies no pudo mas que sonreir y agradecer el buen clima. Se mantuvo un rato de pie y finalmente se zambullo en su elemento preferido. 

El agua del lago está muy limpia, aunque no es del todo transparente ya que se ve algo enturbiada por las algas y el lodo del fondo. Dentro de ella hay plantas acuáticas varias. A lo lejos, puede ver las siluetas de otro par de entrenadores cerca de la orilla exterior. En la parte más profunda del lago, también puede ver las siluetas de algunos pokémon moviéndose, pero están demasiado y sus figuras demasiado veladas por el agua como para reconocerlos.

El agua estaba preciosa. Aunque no hubiese pasado ni un día en que Joe nadase, siempre le resultaba una experiencia única, como si fuese la primera vez que lo hiciese. Decidió no apresurarse. Nadaba tranquilo, brazeaba un poco, metía la cabeza bajo el agua e intentaba encontrar algo que le llamase la atención. Incluso en un momento de fatiga, se puso panza arriba y cara al sol para disfrutar del momento. Unos cuantos días en barco se le aproximaban y aunque era su medio de transporte preferido, le causaba ciertas ganas insaciables de nadar. Así que ahora estaría saldando cuentas para el futuro. 

Tomando una buena bocanada de aire, se adentro un poco mas en el lago. Los Slowpokes podían esperar, no iban a irse a ninguno lado.