Partida Rol por web

Chespin miró al Pidgey que se encontraba en la rama y empezó el ataque con un gruñido, el efecto fue bueno, pero no fue lo suficiente como para evitar que Pidgey atacase, el pokémon volador voló un metro de altura y cayó en picada sobre Chespin, de todas formas el pokémon de planta logró bloquear el ataque y salir con muy poco daño.

El segundo golpe de Chespin fue una serie de Látigos Cepa que golpearon brutalmente a Pidgey, el pokémon volador tenía serias dificultades para mantener el vuelo, por lo que prefirío quedarse en tierra y atacar con un gruñido, este ataque tampoco fue muy efectivo pero fue mejor que el de Chespin.

Por último Chespin embistió a Pidgey dejandolo fuera de combate con este ataque.

-¡Fantástico Chespin!- exclamo mientras choco la mano con mi pokemon. Era increíble pero de un salto llegaba hasta mi mano jajajaja. Quiero pensar que salta mucho y no sea porque soy bajito T.T

Acto seguido y tras asegurarme que el Pidgey no está muy malherido uso mi pokeball para capturarlo.

-Vaya ya solo me quedan 3 pokeballs... Tengo que empezar a seleccionar un poco más, eso sí Chespin. Ahora con Pidgey seremos imbatibles en el bosque.

Antes de adentrarme en el bosque prefiero ir a curar a mis nuevas adquisiciones. Quiero que me quieran desde el principio y un buen cuidado lo facilita mucho.

-Vamos Ches, volvamos al pueblo un segundo y curemos a nuestros nuevos amigos.

Miro emocionada al Pidgey, mi próxima presa, mientras busco con la mano la PokéBall de Fennekin. Pequeñín, tendremos que hacerlo juntos. Pienso con una sonrisa en la boca. Mientras sostengo la PokéBall con las ambas manos frente a mi cara ligeramente sonrojada por la emoción. Después, la sujeto con una mano y la lanzo hacia delante para que salga Fennie.

- Venga Fennie, demostremos el fuego interior. - digo tras coger la PokéBall de nuevo. - ¡Atácale con arañazo antes de que escape! - sus ojos parecían brillar de la emoción.

Un primer combate no se olvida y debe ser perfecto. Pensaba mientras tenía las manos sobre el pecho y moviéndolas con las instrucciones.

Vuelves caminando, pero a mitad de camino algo te llama la atención, Shirma está combatiendo con un Pidgey, al parecer es su primer pelea pero se la nota decidida.

Fennekin salta con una gracia de una bailarina y araña al Pidgey con fuerza, esto hace que vuelen algunas plumas pero claramente no le gustó al pokémon volador, porque apenas logró remontar vuelo cayó en picada sobre tu Fennekin, el daño de este ataque no fue tanto como el de tu pokémon, Pidgey intenta alejarse un poco y volar a un metro de altura para estar listo frente al proximo ataque, al ver como vuela notas que le cuesta hacerlo, al parecer el primer ataque fue uno bueno.

De vuelta al centro pokemon veo algo luchando contra un pidgey... ¿qué es eso? ¿es un metapod? ¿es un koffing? ¡Ah NO! ¡Es Shirma!

-Hola Shirma, voy al centro pokemon a curar a mis 2 nuevas adquisiciones- digo orgulloso y como lo digo sigo mi camino. En parte no quiero molestar, está concentrada combatiendo y en parte no me apetece escuchar su irritante voz.

-¡¡¡Nos vemos!!!- digo mientras salgo corriendo -¡Vamos Chespin!

Una vez cure a mis pokemon volveré a encauzar mi camino y me adentraré en el bosque... Si a la vuelta me encuentro otra vez con Shirma o quizá Lucian, quizá les proponga ir juntos... Solo ¡quizá! :P

Mira de reojo a su distracción más cercana y luego chasquea la lengua.

- Tch, el renacuajo me lo va a espantar.-  murmuró sin que se llegase a escuchar mientras volvía la vista hacia su objetivo.

- Fennie, da un elegante salto y enséñale tus garras - dijo señalando al Pidgey. Volvió a sonreír emocionada. - Enséñale que quién es el mejor.

Volvió a poner las manos cerradas por delante de su pecho y mientras lanzaba golpes al aire a la vez que Fennie atacaba.

Fennekin hizo exactamente lo que su entrenadora le pidió, saltó con fuerza y arañó al Pidgey haciendo que el pokémon volador perdiera el control de su vuelo y caiga al suelo con fuerza, eso fue lo último que pudo hacer el Pidgey, la pelea había terminado.

Sigues de largo y llegas al centro pokémon, esta vez te vuelve a recibir la enfermera pero notas que hay bastante más gente, es esa cantidad de gente lo que te sorprende, al parecer muchos están mirando la televisión con preocupación, desde donde estás no logras ver lo que miran, pero el susurro que ronda en el lugar te dice que no es nada bueno.

Sonrío con satisfacción al ver el resultado del combate. -Buen trabajo Froakie.- Digo mientras lo guardo en su Pokeball. Acto seguido me pongo camino al centro Pokemon mas cercano, Froakie necesita recuperarse.

Tras curar a mis pokemon me doy cuenta de la cantidad de gente que está en el centro pokemon. Algo sucede y están dando parte por la televisión.

Al ser bajito no logro ver lo que sucede así que me hago hueco hasta el televisor.

-Dejenme pasaaaar- hago fuerza entre las personas para pasar y como soy pequeñito me puedo llegar a colar por debajo de las pierna de la gente. -Vamos Ches, veamos que ocurre.- cual niño que va a ver la tele, me siento cerca de ella atento a lo que acontece.

Shirma corrió emocionada hacia su Fennekin y lo cogió en brazos.

- Eres el mejor, precioso, ardiente y fuerte - frotó su cara contra la de Fennie y después miró al Pidgey. - Vamos a intentarlo. - Cogió una PokéBall¹ y la lanzó contra el Pidgey.

Miró atenta cómo la PokéBall hacía su trabajo capturando el Pokémon, con suerte sería su nuevo compañero.

- Esperemos que quiera ser tu amigo, Fennie. - Dijo juntando las manos a modo de una insonora plegaria.

En ese momento Lucian volvió al centro pokémon, abrió la puerta y parte de la multitud lo miró como reprochadole algo. En ese momento alguien sube el volumen de la televisión y se puede ver un hombre de pelo rojo.

Mi nombre es Lysson, soy un investigador pokémon, este mundo en el que vivimos está podrido y necesita ser mejorado, es por eso que invitamos a todos a que se unan a nuestro grupo, el Team Flare buscará crear un nuevo mundo, sin maldad y con alegría para todos.

Al decir esto empiezan a pasar fotos de pokémon felices y personas felices, en el cuchicheo se escucha que ese grupo en realidad oculta una intensión más oscura, pero nadie sabe mucho más.

La pokebola atrapó a Pidgey y quedó quieta en su lugar mostrando que el pokémon estaba atrapado.

Una vez que tienes a Pidgey en el equipo sigues caminando hasta el limite de la ruta 2 con un inmenso y denso bosque. A lo lejos puedes escuchar los sonidos de muchos pokémon bicho, incluso si miras a los árboles en cuentra a varios Scatterbugs, Caterpies, Weedles, etc. Además sientes algunos sonidos de pokémon que no parecen del tipo bicho.

Desde la ruta 2 sueles ver varios entrenadores que se adentran el bosque, pero no logras ver a Lucian por ningún lado.

Pues bueno, las noticias no me dicen demasiado... es decir, ese tal Lysson parece que quiere cambiar el mundo pero ¿a caso no lo intentamos todos los que amamos los pokemon? ¿A caso no lo intenta mi familia protegiendo la naturaleza? Mucha palabrería pero poca acción veo yo ahí. Además por aquí rumorean que no son trigo limpio ese Team Flare. Estaré atento por si les veo.

Cuando entra Lucian por la puerta puedo notar como la gente le mira un poco mal, lo veo lógico... ¡Es un estirado! Realmente no quiero que me asocien a el, tengo una reputación que mantener.

-¿Verdad Ches?- pregunto al pokemon sin darme cuenta que todo lo anterior simplemente estaba en mi cabeza.

El pokemon me mira extrañado. -¿¿Ches??? ¡¡PIN!!!- dice tratando de seguirme la corriente.

-Gracias amigo, tu me comprendes jejeje

Dicho esto e intentando que Lucian no me vea, pregunto a la gente del centro sobre ese Team Flare y donde les puedo encontrar... ¡Por si me apetece investigar!

Que mala suerte. He ido a entrar cuando más gente había. Siempre había odiado las multitudes. Por suerte todos desvían su atención a la televisión. Incoscientemente también le presto atención mientras me acerco a la enfermera con la Pokeball en la mano.

Después de escuchar al hombre solo puedo llegar a la conclusión de que son estúpidos. Una vida sin tristeza, una vida sin mal... Al parecer no comprendían que sin mal no hay bien y que la oscuridad es otra parte de la vida. Aunque es bastante normal, la gente teme a lo que no comprende y no comprenden la oscuridad; ni siquiera yo la comprendo, todavía...

Cuando la gente se pone a cuchichear me dirijo a la enfermera. -Disculpe, mi Froakie esta herido, ¿podrían atenderle?

Cuando la PokéBall se quedó quieta, la miré con atención. Poco a poco una sonrisa se me levantaba en la cara y finalmente dí un salto.

- ¡Sí, sí! Fennie, es nuestro primer compañero. - dije casi gritando mientras cogía la PokéBall. Luego se la mostré a Fennie. - Ahora debe encontrarse exhausto gracias a ti, lo curaremos y procuraremos que no se enfade con nosotros.

- ¿Dónde se habrá metido el enano? Quería restregárselo por la cara. Da igual. - guardó la PokéBall y miró a Fennie. - Iremos a un Centro Pokémon, debemos mirar a ver si tienes alguna herida y comprobar que Pidgey no vaya a tener problemas.

Mientras la enfermera atiende a Lucian y mete sus pokémon en la bandeja para curarlos, la masa de gente empieza a discutir con cada vez más fuerza sobre los rumores del Team Flare, es más algunos los defienden diciendo que es solo una organización humoristica, que en realidad es solo una campaña publicitaria viral, pero al parecer nadie sabe realmente nada de ellos.

Entre todo eso las puertas se vuelven a arbrir, esta vez es la entrenadora pelirroja con su Fennekin quienes entran al centro pokémon, el cual está empezando a subir su volumen cada vez más.

- Tsk, el enano -murmuró. Lucien ni le venía ni le iba, pero siempre era mejor pasar de él.

Se dirigió directamente a la atención, lo más alejada posible de ellos dos. Lanzaba alguna mirada furtiva a Bicho, pero no se atrevía a acercarse. Ojalá no se hubiera ido tan pronto, hubiera visto mi excepcional actuación.

Esperaba a que le atendieran para procurar las escasas, pero importantes, heridas de Fennie y tratar al maltrecho Pidgey, por el cual se empezaba a sentir mal. Luego debería acercarse a alguna tienda, quería saber qué cosas había que pudiera utilizar.

Nadie me hace caso, ¿será porque soy bajito? ¿no me ven? ¿no me oyen? De todas formas veo que están más perdidos que yo en este tema. A veces los mayores son absurdos, hablan hablan y hablan pero sin saber lo que dicen, simplemente por debatir de algo y discutir. "Nunca seré como ellos"

-Chespin vamonos... me están poniendo de los nervios todas estas personas...- cuando voy hacia la puerta veo como entra Shirma. -¡OH MY GOD! ¿Has conseguido un Pidgey? Pues yo también- saco la lengua a la muchacha. -El mío se llama Flecha y es tan rápido como estas, ¿vale?

Me quedo atento a como se relacionaran Lucian y la niña repelente. Siempre me han gustado los experimentos sociológicos y aquí podría suceder uno de un momento a otro. "Conversación entre un seto y una cerilla". Mal puede acabar.