Partida Rol por web

Morriset se levantó y se encaró a Bings.

- Si lo que quiere es largarse, no pienso detenerle -dijo-. No me importa una mierda si su culo acaba carbonizado como una colilla en mitad de la selva. Pero lo que no va a hacer es ponernos en peligro al resto, y mientras no sepamos a qué nos enfrentamos no abriremos esa jodida puerta.

Se quedó de pie, mirando al soldado. Sentía que tanto la autoridad del sargento como la suya empezaba a desvanecerse a medida que aquellos hombres se acercaban al límite de su resistencia mental. ¿Iban a tener que pelear entre ellos? Morriset esperaba en lo más hondo de su ser que la respuesta fuera no, pero por si acaso, mantenía la mano en la empuñadura de su arma de cinto.

De pronto la voz del científico habló de nuevo. Todos se volvieron hacia la pantalla de forma instintiva. El tipo parecía haber salido de su estupor y continuaba hablando como si en ningún momento hubiera parado:

- No tenemos claro a donde han conducido los Portales ni si vendrá ayuda desde ellos. El comandante insiste en que traslademos el cubo y ha enviado a su subalterno a por instrucciones concretas. Sabíamos que los Ocultos guardaban este elemento para contener algo llamado el Sello. Y por los escritos sumerios debemos deducir que existen más elementos parecidos y, probablemente, más Sellos.

El científico bajó un poco la voz antes de continuar:

- Creo que he encontrado la forma correcta de manipular el cubo. Si lo hacemos bien puede que abramos el portal correcto... eso podría suponer un contacto con los Ocultos. El comandante puede ser un problema, teme de nuevo traer a los espectros de luz. Pero creo que puedo convencerlo... no podemos esperar el regreso de Michael, si es que regresa, y aunque regresara el Legado de Astaroth podría adelantársenos y descubrir nuestro plan. No hay tiempo...

-Está... está... está cla.. claro... ese "fiambre" de a...ahí, -dijo baronetti señalando a uno de los cuerpos tras escuchar el segundo mensaje-, es el co...comandante del que ha... ha.. habla, al pa... parecer su sospe...pecha se hizo reali...dad: se convir...tió en un... problema....¡¡aaaaaaaaaahhhhhh!!! -el dolor en la herida tras taponarla era inmenso.

-Es evi... ¡joder, cómo duele!, es evidente que la ú...ú...única manera de sal... salir de aqu...aqu...aquí es  -Baronetti carraspeó-, manipul..., manipular ese cu...ese cubo... abrir una de esas pu...puertas... con un poco de suert...suerte podremos, ejem, podremos estar en una bo...bonita playa del Pací..fico y tumba...dos en una hama, hama, hamaca con un bran...brandy en la mano.... -todo era una ironía de Baronetti, aunque, quizá la idea...mm...-, ¡¡Menudas gilipolleces!!  ¡¡Aaaaahh!! Siento los gri...grito, cabo Morr..Morriset.... usted apriete...

Baronetti, pese a estar pendiente de su herida, no había hablado desde antes de comenzar la grabación, pues se quedó pendiente, estupefacto de aquel espectáculo. Luego, en vez de estar tendido, se sentó para que le siguieran curando. Escuchaba cosas de sumerios, puertas, cubos, pruebas científicas y otras tantos despropósitos de los Federales o incluso la CÍA. Incluso no descartaba los rumores de posibles acciones en los propios Estados Unidos contra los símbolos musicales de aquella época, la cuales adoraba... "¿Es posible que haya una conspiración tan lejos de casa?" ¿Quién sabe? Ciertamente creía que era posible, pero todos esos tecnicismos y datos aparentemente inservibles negaban esa idea en su cabeza, parecía todo de una ficción cinematográfica...

-¿Algui...alguien quiere un pu... un puto cigarro? -dijo finalmente el chico mientras sacaba su paquete de Pall Mall con ahora disumuladas muecas de dolor.

Sinceramente, a Baronetti no le importaba toda esa mierda. Su propósito era otro, muy diferente.

-No!- respondió súbitamente Bings –nadie tocara ese jodido cubo-. Bings se mostraba seriamente tenso, su mano izquierda empuñaba firmemente su Colt con clara expresión hostil, pero sin llegar a levantarla. –esa cosa lo único que hará es matarnos, nadie tocara ese jodida cosa, ese tipo estaba equivocado, el mismo me lo dijo- Bings señalaba ahora con mano izquierda a la pantalla, aun empuñando el arma.

- ¡Oye, chico! ¡Ese cubo quizá sea la única manera de...! -el cabo se interrumpió y miró a Bings extrañado-. ¿Cómo que ese tipo te lo dijo?

-Su fantasma, el que he estado viendo desde que entre a este jodido lugar- Bings estaba seriamente asustado, en el fondo no recordaba bien lo que ese tipo le había dicho –Dijo que era peligroso, eso dijo, y mira ahora esta muerto al igual que todos los demás. No debemos tocar ese jodido cubo- Bings sabia que algo mas le había dicho el fantasma, pero no lo recordaba o quizá incluso no quería recordarlo.

El cabo alzó las manos para calmar a Bings.

- Bueno, tranquilo, tranquilo -dijo-. Mira, hagamos una cosa. Veamos esa jodida grabación hasta el final, y luego ya veremos qué hacemos. Si salimos fuera ahora, no duraremos ni dos segundos. Esa luz seguro que sigue ahí, ese tipo dice que es un experimento mortal. Pero por aquí hay una forma de salir con vida, créeme... Yo lo sé.

Se volvió hacia el sargento, deseando que interviniese en la conversación.

-Es por eso que no te mostraste tan reacio cuando te dije que la muralla del exterior del templo... sangraba. -pensaba el chico.

Luego se dirigió a Bings, que estaba nervioso.

Bi...bi... bings, ahora el que... el que... el que está esperando a dis... dis... dispararnos eres tú... ¿que te de...detiene? Adelante... ¡Dis...dispárame! ¡Dispáranos! ¡Má...mátanos a to...dos! De lo contra...trario, busqu...busqu...busquemos una maldita soluci...ci...ción para salir de aqu...aquí... y po...podrás segu...seguir maldiciendo y afirm...mándo lo asquerosos que so...que so... que somos los blancos...-dijo con ansias Baronetti mientras su herida seguía ardiéndole...

Sorprendentemente, Baronetti focalizó una especie de sarcasmo para decir cosas lúcidas y con sentido. Eso si que era extraño, ¡No, no no! Un milagro.

-¡No...!. ¡Ya... ya veo que ni te atreves, Bings, y tienes derecho a hacerlo! ¡Créeme que si!, pero... pre...prefiero ocupar el rol de "loco" yo an... antes que lo hagas t...t...tu, ¡joder! Al me...al menos parecías el más... más... más cuerdo... Guar... guarda el arma, maldición, ¿viste lo que... lo que...-Baronetti se miraba de reojo su hombro-, viste lo que me... hi...hice? Luego advertí las palabras del cabo y volví la vista a la pantalla, con la pretensión de ver el final.

El Tio Sam y el Tío Pelucho nos había mandado a una guerra que, a esas alturas, teníamos ya perdida.

Mavs se habia quedado absort con la segunda grabacion. Bings comenzo a amenazarles y depronto la mente se volvio clara.

-Bings, pasa de Baronetti, ¿en serio puedes ver a ese tio? ¿o su fantasma? ¿o lo que coño sea? y te ha dicho que fallo en su experimento- Mavs miro hacia los lados como buscando, esa habia sido su corazonada, pero el se habia dirigido a la pantalla- ¿Puedes verlo aun?-Mavs estaba mas ansioso de lo normal, fantasmas...

Nunca se habia planteado la existencia de fantasmas como la tipica escena de pelicula, un ente fisico visible solo por los que tenian el don. Toda su vida habia estado cambiando almas de otras personas por salvar la suya propia y ultimamente mas aun con los amarillos ¿estaba bien eso? ¿que le depararia tras su muerte? ¿el pago final? ¿su propia alma? el abuelo no le habia contado nada de eso...

-Bings, baja ese trasto y habla con el. Concentrate, buscalo y habla con el, preguntale como cojones salir de aqui sin usar ese cacharro-Dijo señalando el cubo- Preguntale que son los Ocultos, que es este sitio y que cojones pintamos nosotros en todo esto- Los ojos de Mavs se salian de las orbitas por la ansiedad- Preguntale si algun dia la alimentare a Ella-Mavs cambio el semblante y supo que la habia cagado- Olvida eso ultimo, pero habla con ese "tio", eres el unico que puede...

El tipo de la pantalla seguía hablando ignorante de las decisiones de los soldados:

- He tomado una decisión.- dijo finalmente.

Apagó la pantalla. 

La pantalla se encendió de nuevo. Seguía estando el tipo en primer plano pero ahora, tras él, se veían los cadáveres del militar y de su compañero. El tipo tenía una pistola en la mano y se columpiaba de un pie a otro sin mirar directamente a la cámara.

- No... no ha salido como esperaba. El comandante... no ha querido escucharme... la solución está en el cubo. Pero John... el muy traidor... seguro que es un sirviente de Astaroth... y probablemente Michael también... no volverán... no...- juguetea con la pistola, siempre con la mirada baja, evitando la cámara - Quizás eso sea lo que quieren los Ocultos... o quizás no les importemos una mierda... a lo mejor ya no quedan Ocultos para recoger ningún resultado...- el tipo miraba la pistola - He visto el futuro y el pasado. He visto cosas increíbles. Hehehehe... tienen... habría... si ganamos... ¡si ganamos tendremos la verdadera tecnología! ¡un paso adelante! ¡quizás podamos duplicar el experimento de los Ocultos! ¡Ser una nueva generación! Lo he visto pero... ¿y si tienen razón los nefaritas? ¿Y si todo es un engaño de nuestros sentidos?

El tipo se puso la pistola en la sien. 

- Si es un engaño sólo hay una manera de saberlo. El comandante debió escucharme... quizás el cubo deba permanecer oculto... no abrir el Sello... ¿valdrá la pena conocer la verdad?

¡BANG! 

La pistola hizo su trabajo eficientemente. El tipo cayó al suelo. La escena queda congelada mostrando los tres cadáveres tal cual estaban cuando los soldados irrumpieron en la habitación.

Morriset estaba con la vista fija en la pantalla, que reproducía el estado de la sala cuando habían entrado.

- Genial... -dijo-. Simplemente genial. Bien, ya sabemos cómo acabaron estos tipos así. Habrá que procurar no acabar nosotros igual. Ahora aclaremos las cosas, Bings. ¿Ese... fantasma o lo que sea, puedes comunicarte con él cuando quieras?

Tras la sorpresa del tiro y la secuencia de vídeo, Mills recuperó la compostura y contempló con desagrado cómo sus hombres discutían. De vez en cuando hacía ademán de interrumpir pero se lo repensaba y callaba. Realmente no tenía mucho que opinar sobre fantasmas, planes secretos y demás. No le gustaba plantearse esas cosas, demasiados fantasmas amarillos podrían estar revoloteando a su alrededor para su gusto.

Sin embargo, algo le llama la atención, la afirmación de Morriset de que sabe que hay una forma de salir vivos de ahí. Hasta el momento no había fallado la intuición (o como se llamara a la predicción por sueños) del cabo, así que bien merecía una oportunidad. Sin embargo, antes había que poner orden en el grupo o de lo contrario nunca saldrían de ahí. Bings había hecho una sugerencia inaceptable, pegar un tiro a un compañero soldado y la cosa podía ir a peor.

- Aquí nadie va a pegarle un tiro a nadie, no vamos a acabar como ese científico. - dijo con más convicción de la que sentía. - Y nadie va a tocar el cubo, tampoco. Al menos hasta que haya decidido qué vamos a hacer. - Añadió. - Morriset, dijo que sabía que hay una forma de salir de aquí con vida. ¿Y bien?

Aunque la situación rayaba la absurdidad, hablando de que nadie iba a pegar un tiro a nadie mientras sujetaba su escopeta, Mills ponía toda su convicción en sacar a toda su patrulla de ese lugar de una pieza. Luego si querían ya podrían matarse o suicidarse cuando no estuvieran bajo su cargo...

Morriset esperaba la respuesta de Bings, pero no se había dado cuenta de que el sargento había captado con interés sus palabras. Se volvió hacia él y le miró a los ojos.

- Sí, señor -contestó-. En mi sueño me veía buscando este lugar, y lo hemos encontrado. En él había algo que teníamos que recuperar para lograr salir de aquí con vida. Aunque en mi sueño no sabía qué era, sospecho que es ese cubo.

Señaló la especie de cubo rompecabezas que esperaba en su soporte, silencioso, como dominando la escena.

- ¿Qué otra cosa podría ser? -continuó el cabo-. Pero eso no nos da muchas respuestas... No sabemos qué diablos tenemos que hacer con él, y menos después del discursito póstumo de nuestro amigo... -concluyó echando una mirada al cadáver del científico al que todos habían visto volarse los sesos.

-Hablar con el?, que creen que soy? Un jodido médium de circo?- Bings parecía muy molesto, aunque en ningún momento daba muestras de perder el control de si, aunque claro, en aquel lugar y en aquel momento quizá ya todos hubieran perdido el control de si mismos. –Uhh… Uhhh, salgan espíritus, salgan!. Y se supone que ese imbecil es el loco- decía Bings con sarcasmo señalando al malherido Baronetti –Lo vi antes de entrar al templo..., al fantasma, y me hablo cuando acabábamos de entrar aquí; eso fue todo, que creen que me invito a tomar un café en la séptima avenida mientras platicábamos sobre como salir de esta habitación con vida?- Las cosas estaban claras, Bings no sabia nada mas y no podía contactar con los muertos si el así lo quería, y en el fondo Bings no quería, mucho menos en esos jodidos momentos.

El sargento no tenía ni idea de lo sobrenatural pero sí que entendía un poco de sentido común.

- Bings... ¿ese fantasma te dijo algo útil? - no le valía un "no toquéis nada o moriréis"; ese iba a ser su destino (de hambre o por locura) si no hacían nada. - ¿Cómo lidiar con la cosa de fuera, por ejemplo? En caso contrario... ¿Tenemos alguna opción quitando la de trastear con ese cacharro a ver si hace algo? - añadió con una mueca de repelús. Una cosa era llevar los juguetitos misteriosos de los científicos del ejercito y otra, muy diferente, era intentar usarlos.

Por fin retomaba su rol. El imbécil volvía a ser "el imbécil", aunque, quizá, nunca había dejado de serlo. Taponándose la herida con la camiseta empapada y el uniforme imprengado, Baronetti se levanto con algo de esfuerzo, caminó hasta su pistola y tras tomarla se la guardó en la parte trasera del pantalón.

Luego se acercó hasta Mills. El sargento nunca perdía la cordura y decía cosas coherentes. Quizá iba siendo hora que Baronetti dejara su insensatez y mente opaca e infantil y comenzara a buscar sugerencias "prácticas" para salir de allí, bueno... o algún milagro. Sin embargo, a Baronetti había dos cuestiones que le preocupaban especialmente, justo en esos momentos. No, no era lo que hubiera afuera del refugio, pues perfectamente podría haber sido aquel ente que vio devorarle las tripas a un charlie,  pues era altamente probable. La primera de sus dudas la formuló en alto:

-Esta bi...bi...bien, Bings, es evi...dente que "tu fan...fan...fantasma querido" no nos dará más info,info, ejem, información, y es mucho más evident...te que estos tres fanto...fantoches -dijo pegando una patadita a uno de los cadáveres- están total, tal, tal...totalmente fiambres. Ahora bi...bien... ¿Quién dem...demonios ha reproducido esa esp...esp...especie de grabación p...para que la viéramos?

Tan pronto Bings le contesto, Mavs perdio la ilusion y la ansiedad denuevo. No era el momento de indagar esos temas. Y como siempre habia respondido "a la Bings", si realmente pudiesen volver a comunicarse....    La curiosidad seguia haciendo mella en Mav.

Baronetti parecia haber dicho algo con sentido para variar.

-Quizas el tio ese- Dijo señalando al cientifico- Queria que encontrasen la grabacion, y de alguna forma hizo que al abrirse y sellarse la estancia denuevo, la reproduccion saltase sola. Quizas esperaba que "sus amigos" encontrasen esto denuevo en algun momento, o dios sabe porque, pero dice que no es dificil entender el grabador, quizas haya mas videos...

Mientras decia esto se puso a buscar algun tipo de consola de control, mandos y botones.

-Por otro lado hay algo que me inquieta y tranquiliza. Habla de extraterrestres, habla de viajes en el tiempo. Es una locura, pero quizas ese astronauta que habia fuera y esos simios mecanicos... bueno... quizas sean del futuro y no un experimento de los charlies.

Se quedo mirando a los demas, buscando aprovacion o repulsion a lo que habia dicho.

- Desde luego no son experimentos de los charlies... - señala el sargento. Si conocía a los charlies, estos no se caracterizaban por emplear tecnologías misteriosas; más bien empleaban mucha mala baba y desprecio por el género humano (especialmente el americano).

Mientras los demás hablaban Maverick revisaba los paneles. ¿Había alguno que fuera distinto, que pudiera esconder una consola? Miró de arriba a abajo la superficie de la sala. Desanimado se dio cuenta de que ninguno le parecía distinto de los demás: quizás era una reproducción automática. Igual que los charlies ponían explosivos en la selva que reventaban al paso de las patrullas ahora un científico demente parecía haber puesto un vídeo automático que jugaba con su mente. Aunque bien mirado ya habían jugado con su mente antes de entrar allí.

Baronetti calmó sus ansias de saber con la explicación más o menos razonable acerca del automatismo de esas grabaciones.

-Es po... posible Maverick... Po... Po... Por cierto, mi se... mi se...ejem...mi segunda pregun...ta era: ¿Qui... qui... quién es "Ella", Ma...Maverick?

Esto pareció importar más al chico. Hacía un rato acababa de oir referirse Maverick a alguien o algo ¿quien sabe?, y también lo hizo tras la muralla,  horas atrás... Baronetti se quedó esperando una respuesta.