Partida Rol por web

PRAAN

ENZO

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23/05/2015, 18:41
Director

Con una sonrisa que enseña unos dientes negros y los ojos cerrados el marinero se encoge de hombros. Es su manera de darte a entender que esas son sus condiciones y que no negociará a la baja.
En vista de la inexistente competencia y de las nulas alternativas que hay, parece que tiene todas las de ganar. Una isla llena de peligros con un solo puerto donde los barcos apenas amarran unas horas antes de volver a por mas valientes. Un negocio redondo para cualquiera que tenga una embarcación.

El tabernero acepta el trato, parece de fiar y confías en que si Tess pregunta por el caballo o por ti recibirá su parte del pago. Sin embargo las posibilidades son tan remotas que no dudas en que al cabo de un tiempo el tabernero se gaste el dinero sabiendo que ninguno de los dos volveréis para reclamarlo.

El vino de la taberna es malo, has probado buenos vinos en Gran Mercado e incluso en Seis Torres, pero llamar vino a esto es ser generoso. Sin embargo si cumple su función de embriagar al osado que bebe mas de un par de vasos.
El viejo sigue conversando, su borrachera no parece ir a más pese a que sigue bebiendo.

- ¿Esperar? A estas horas ese loco debe estar en el estomago de varias rapaces. Llegamos anoche y dijo que solo tardaría unas horas en regresar, se fue corriendo, literalmente, subió las escaleras corriendo y apuesto a que atravesó esos paramos a toda velocidad. Iba en busca de un templo o un santuario... no lo se... no para de hablar, es imposible recordad todo lo que dice.

Se queda unos segundos en silencio, mirando al vacío, después levanta la vista hacia la puerta como esperando que entre alguien.

- Roar, así se llama. Lo he sacado de esta isla en varias ocasiones, y cada vez que lo veo tiene una nueva cicatriz. Pero también un nuevo trofeo. Si quieres podemos esperar un par de horas, me vendrá bien despejarme antes de partir, es una ruta con piratas y tener los ojos abiertos ayuda a evitarlos.

Vuelve a encogerse de hombros y levanta su vaso casi vacío.

- O podemos irnos ya, solo me ha pagado la ida y si sobrevive ya encontrará la forma de salir de aquí.

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25/05/2015, 13:56
Enzo Vertural / Abnel

-Démosle un par de horas de cortesía. Aunque solo sea para que estés en condiciones de esquivar a los posibles piratas. Te esperare fuera.-

Enzo se marcho. ¿Estaba haciendo el ridículo cuidándose de que dejar el dinero que debía y esa clase de detalles? Quizá, pero tenía la conciencia muy tranquila, eso tenía que valer de algo. Esperó al viejo en el puerto, escuchando el agua chocar contra las rocas, sintiendo el olor salado del mar y el astro rey acariciarle la piel. Por un momento no era un cazador, ni un mago, ni estaba perseguido por asesinos, solo era un tipo que disfrutaba de la costa. Sin más preocupación que lanzar alguna eventual mirada a los caballos. Pero aquello no duraría, pronto con Goar o sin él tendrían que partir. Buscar a un vendedor de libros que años atrás había vendido un ejemplar al oscuro… La aguja en el pajar. Pero por algún lugar tenía que empezar a buscar información sobre los cazadores.

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26/05/2015, 10:43
Director

Dejas al capitán solo en la mesa, queda poco vino y confías en que no va a seguir bebiendo. De hecho el sueño y el alcohol harán mas por su descanso que cualquier otra cosa.

Isla de Gigantes es un lugar extraño, seguramente sea el único punto de Praan donde haya mas gente arriesgando su vida en mitad de la nada que disfrutando de ella en la civilización. Si es que se puede llamar civilización a un puerto y tres casas cavadas en la roca.

Tras una hora, o algo mas, perdido en tus pensamientos comienzas a oír una sucesión de golpes procedentes de las angostas escaleras que descienden al puerto. Al girarte ves a un hombre arrastrando algo pesado, se trata de uno de esos pájaros enormes que tuviste el placer de conocer al poco de llegar a la isla. La cabeza del ave muerta golpea cada escalón a medida que baja.
El hombre que lo sostiene por las patas parece indiferente al daño que está recibiendo su presa. Se trata de un humano, con la cabeza rapada y una cicatriz que le atraviesa media cara. Desciende pesadamente ataviado con una armadura tan pesada como excesivamente decorada.
Por eliminación, nadie viene solo a este lugar, deduces que se trata de Roar.
Te dedica una mirada indiferente, su expresión parece una eterna mueca de hastío.

Cuando pasa por la puerta de la taberna da un golpe para abrirla y grita algo que no logras entender, parece ser el nombre del marinero o puede que haya sido un insulto.
Sin esperar respuesta se aproxima al pequeño barco y deja caer el cadáver sobre la cubierta. Sube a bordo y comienza a quitarse partes de su pesada armadura.
Oyes como el capitán aparece corriendo por la puerta de la taberna, te hace un gesto con la mano y se detiene para recuperar el aliento.

- ¡Nos vamos! Ese es Roar.

Cuando el aludido oye que te indica su nombre se levanta y se yergue altanero.

- ¿Quién demonios es ese? Yo he pagado por este barco.

El dueño de la nave se apresura a desatar el caballo para subirlo a bordo. Roar, viéndose ignorado, se acerca a ti con la mitad superior de su armadura quitada. La colección de cicatrices es sorprendente para alguien que apenas supera la treinta de edad.

- Tu no eres un grumete, hueles a mago y vas armado. ¿Has pagado a ese viejo borracho por un pasaje? ¿A donde te ha dicho que te llevaría?

El capitán ya ha embarcado al caballo y comienza a preparar el barco para partir, pese a que puede oír vuestra conversación parece ignorarla por completo.

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27/05/2015, 19:43
Enzo Vertural / Abnel

-Mi nombre es Abnel- Mintió el mago. – Es un placer conoceros.- Que aquel tipo fuese un poco bárbaro no iba a hacerle perder las buenas maneras a él. -Efectivamente soy un mago. ¡Y por supuesto que voy armado! Viajo solo por el mundo, ¿quién recorrería los caminos sin un arma en estos tiempos?

Luego responde sus preguntas.

-Claro que le he pagado, un precio abusivo además. Yo me dirijo a la Costa Rota.- Se vuelve al marinero borracho –Supongo que si has tomado pasaje a ambos es que nos dirigimos al mismo lugar o en la misma dirección-

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31/05/2015, 00:03
Director

El capitán se apresura a soltar cabos y preparar el barco para zarpar de inmediato. Roar, que no parece entender las preguntas retoricas, te responde señalando su pecho con el pulgar.

- Yo puedo viajar desarmado. ¿Ves heridas de arma en esta bestia?

Levanta su enorme presa con mas orgullo que intención de reforzar su argumento.
Al preguntar al borracho sobre sus intenciones Roar y tú claváis vuestras miradas en él. Sus ojos se abren de sobremanera y comienza a balbucear algo. Entonces notas como el barco se comienza a alejar del puerto y tienes que saltar para no quedarte en tierra.

- ¿Creías que no iba a volver? Oh, viejo y sucio borracho, no pensabas esperarme. - Roar parece mas ofendido por la falta de confianza que por el hecho en sí de abandonarlo - Te dije que volvería, solo necesitaba una noche y este pájaro sería mio.

El marinero se da la vuelta para manipular, o fingir que manipula, sus aparejos. Elude así responder a ambos.
Mientras el barco se adentra en el mar Roar se acerca a ti, mira de reojo al capitán con una clara expresión de sospecha.

- No me fío de él, en cuanto se duerma lo arrojamos al agua y nos quedamos el barco. ¿De acuerdo?

Antes de que puedas responder suelta una carcajada y te golpea el hombro, pese a haber sido un contacto amistoso casi te ves en el suelo.

- No voy a Costa Rota, pero realmente no tengo destino alguno. Solo quería salir de esta isla y mandar disecar esta cosa. Así que Costa Rota me sirve, alguien allí sabrá hacerlo. No te preocupes, Abnel, llegaremos a tu destino y podrás recuperar parte de tu pago a este timador.

El aludido se limita a desplegar una pequeña vela, rápidamente notas el empuje del viento que se escapa de la isla.

- Apuesto a que ya lo sabes, pero mi nombre es Roar. También viajo solo, al menos desde hace meses. Aunque yo me preocupo por mi seguridad. Aunque esta piel es mas dura de lo que parece.

Se golpea las partes de armadura que le quedan para acto seguido seguir desmontandola y dejándola sobre la cubierta.

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02/06/2015, 09:22
Enzo Vertural / Abnel

-En efecto le has dado una buena paliza al pájaro. Supongo que no sabía lo que hacía cuando se lanzó en picado a por ti. Uno de esos también trato de atacarme, aunque no quedó digno de disecar-

Estaba claro que si quería entenderse con el grandullón tenía que dejar atrás preguntas retoricas, conjugaciones difíciles y una buena parte de su léxico. Al menos era amigable, aunque no le había desencajado el hombro por bien poco. –Menos mal que era una broma- dice riéndose -por un momento me vi teniendo que aprender marinería sobre la marcha-

-Gracias, la verdad es que quiero resolver cuanto antes el asunto de Costa Rota para poder comenzar un viaje al oeste que me llevará más tiempo.–

-¿Antes viajabas con un grupo? ¿Qué pasó?- Busca un sitio donde sentarse –Yo empecé a viajar hace poco. Hasta ahora me acompañaba otra hechicera, pero nuestros caminos se separaron en la isla de los gigantes- Se quedó a pasar un tiempo en el impresionante hogar de su amante. esto último solo lo piensa. No tiene especial envidia de la casa del oscuro. Más que llorar por no tener una así, ha tomado ideas sobre la distribución y estructura. Enzo es un optimista.

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02/06/2015, 19:15
Director

Os acomodáis como podéis en la pequeña cubierta del barco. Realmente no hay mucho espacio con el caballo a bordo y el despliegue de armadura que ha hecho Roar.

- La única ventaja de viajar en grupo es la seguridad, cualquier se piensa dos veces atacar a un grupo y las bestias no son tan peligrosas contra varias personas. Los problemas son bastantes mas: Discusiones, reparto de botines, esa estúpida manía de dialogar durante horas cuando el metal lo puede solucionar en segundos... ya sabes, cada persona piensa de una manera y es difícil encontrar a alguien que lo haga como tú.

Isla de Gigantes se va haciendo mas pequeña a medida que os alejáis, la bruma hace que desaparezca la tierra y tras unas horas todo a tu alrededor es agua. Roar te narra una tras otra su colección de hazañas y aventuras por todo Praan. Cada historia va acompañada de una cicatriz, parece que aprendió a las malas. De donde provienes aprender a las malas significa quemarse las cejas o recibir algún castigo humillante.
Pese a tu retahíla de experiencias por el mundo no parece que su intención sea presumir de las mismas, la mayor parte del tiempo se limita a contar lo sucedido sin añadir épica o asegurarse el protagonismo.
Y sin embargo calculas que no debe llegar a la cuarentena, pese a que su relato podría pertenecer a alguien mucho mas veterano.

- ...y entonces el úrsido murió victima del veneno de la daga. Era una pequeña junta de su armadura, pero fue suficiente para que la hoja entrase. Apuesto a que no hubiéramos ganado esa lucha si no fuese por ese golpe de suerte, a veces no es necesario un arma grande contra un enemigo grande...

Interrumpe su relato a ver tu rostro, tu mirada parece perdida en el horizonte pero en realidad estás intentando ver algo lejano que se acerca. Roar se gira para ver que te distrae pero es el capitán quien despeja tus dudas.

- ¡Es un barco! Esto no es una ruta comercial, van mas rápido que nosotros y no los hemos sobrepasado.

- Nos persiguen. - escupe Roar.

Poco a poco el barco se aproxima. Roar se apresura a ponerse de nuevo su armadura y el capitán corre en busca de un arma. Cuando regresa con una vieja espada roma sabes que no podéis contar con él para una posible lucha.

A medida que el barco está mas cerca descubres mas detalles. Posee dos velas y es fácilmente el triple de grande que vuestro pequeño pesquero. Al acercarse directamente de frente no ves la cubierta, pero tres cabezas asoman por la proa y os hacen señales para que os detengáis.
No ves bandera o señal que los identifique, aunque no es habitual que ningún barco lo haga. Tan solo los cargueros de las grandes familias o los barcos que transportan a personajes importantes lucen banderas o escudos.
Unos minutos os separan de ser alcanzados, Roar se muestra humorístico ante tal situación.

- Puede que solo quieran comprar el caballo. O acompañarnos para que no nos sintamos solos. ¿Que dices, mago? ¿Preparado para una dura negociación?

Notas de juego

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05/06/2015, 14:55
Enzo Vertural / Abnel

Enzo escucho las historias con interés. Aquel aventurero era todo un personaje, en el buen sentido. Con un poco de talento redactando e ilustrando, su vida podría dar para un interesante tomo de aventuras épicas, o para una colección de cuentos infantiles. Además sus historias parecían reales, así que toma buena nota de los detalles. Como se comportaba tal o cual criatura, o como resolvió cierta situación. Incluso se anima a hacer alguna pregunta que pueda refrendar o refutar los conocimientos teóricos del mundo que posee.

Pero la paz parece decida a ignorarles y pronto aparecen problemas en el horizonte. Se levanta con la mano en el pomo de la espada rúnica que le obsequio el mago oscuro, posiblemente pronto comprobara que tal funcionaba.   

Cuando el capitán sale con una espada tan cutre, se siente un poco decepcionado, vaya perro de mar que les había tocado. Enzo se acerca a  él –Te declaro bajo mi protección mágica- dice solemne antes de murmurar unas palabras y extender su mano, soplando sobre la palma. Unos destellos salieron volando y orbitaron unos segundos alrededor del marino antes de desaparecer. (conjuro Protección)

Después mira hacia Roar. –¿Quieres un conjuro defensivo?- Tanto si se anima como si no, después Enzo se lo lanzara a sí mismo.

 

- Puede que solo quieran comprar el caballo. O acompañarnos para que no nos sintamos solos. ¿Que dices, mago? ¿Preparado para una dura negociación?

-Listo tanto para dialogar durante horas, como para resolverlo en segundos a golpe de metal... o de magia.- Una vez más estaba aterrado, aunque ya no tan sorprendido por el susto. Poco a poco, uno va pasando de simple civil a aventurero. Evidentemente siempre temes por tu vida, pero que unas arañas gigantes ataquen el campamento mientras duermes o que unos tipos de la taberna intenten matarte por encargo de un noble deja de parecerte imposible. Cuando ocurre, no rompe tu realidad. De echo el subconsciente de Enzo empezaba a considerar que una vida normal y sin problemas era desmasiado aburrida. También había que decir que tener a Roar en su bando era una ayuda a la tranquilidad.    

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09/06/2015, 11:02
Director

El capitán, lejos de disminuir la velocidad, mantiene el avance pese a la proximidad del otro barco. Agarra el timón preparado para, en caso de necesitarlo, girar y alejarse. No eres un experto en navegación pero sabes que vuestro barco es mucho mas maniobrable que el otro, aunque mas lento.

A medida que se acerca el barco descubres mas detalles. Posee un par de mástiles con unas velas innumerable veces remendadas. Los agujeros y quemaduras en el casco indican que ha sobrevivido a bastantes batallas.
En la proa ves el cuerpo de una sirena tallado, levanta los brazos como si sujetase el barco sobre su espalda. Puedes ver en sus manos un par de cuchillos y su expresión no es precisamente tranquilizadora.

Cuando el barco se sitúa a unos diez metros de vuestra estribor solo podéis ver al timonel, se trata de una muchacha que apenas alcanza la veintena. Al ser una nave mas alta la perspectiva os impide observar la cubierta, cosa que aprovechan para hacer un repentino acto de presencia dos personas mas.
Ambas son mujeres, una es alta, rubia y posee un cuerpo tan sumamente musculado que si no fuese por sus facciones podría pasar por un hombre.
La otra es la versión atlética de la musculosa. Un par de sables cuelgan de su cinturón.

- Aah del barco, somos las Sirenas.

Roar parece relajarse, no sabes si es porque son mujeres o porque solo son tres. Pese a haber aceptado tu hechizo termina de ajustarse la armadura sin apartar la mirada de las recién llegadas.
El capitán pone un gesto de terror al escuchar la presentación de las mujeres, su voz tiembla al responder.

- ¿Q-Que queréis de nosotros?

La forzuda se cruza de brazos orgullosa al notar el miedo en el capitán. Señala distintos puntos de vuestra embarcación a medida que los enumera.

- Venimos a liberaros de las cargas innecesarias. Como ese caballo, ese pájaro muerto y esa armadura tan cara que lleva el de la cara rajada.

Roar sonríe de medio lado mientras clava su mirada en la mujer.

- Por supuesto, baja aquí y coge lo que quieras. Te daré también mi espada, aunque solo será la hoja.

La que se ha presentado levanta una mano impidiendo el siguiente comentario de su compañera y evitando así un cruce de desafíos e insultos.

- Mi padre solía decir que todo en la vida se puede negociar. Lamentablemente yo no tengo sus dotes comerciales, por eso robo. Queremos el caballo y la armadura, esa ave no tiene valor para mi. Por supuesto también nos llevaremos todo el oro que tengáis. Si aceptáis pacíficamente esta situación os dejaremos el barco y los suministros que llevéis, si os negáis no necesitaréis ni el barco ni los suministros.

Hace una seña y se dejan ver dos mujeres mas. Ambas están armadas con arcos y no tardan en apuntar hacia vosotros.
Roar se adelanta un paso para colocarse junto a ti y poder susurrar sin ser oído por el enemigo.

- Mago, espero que seas de esos que lanza fuego o hace aparecer bestias. Te puedo cubrir mientras lo haces, después abordaremos su barco y mataremos a todas esas necias. No cuentes con ese borracho, me sorprende que no se haya escondido todavía.

Alguien habla desde un punto que no puedes ver, la que parece liderar el grupo mira hacia atrás y asiente con la cabeza. Después se gira hacia vosotros y te señala.

- Tú, pareces un mago. Si es así ¿conoces hechizos para sanar enfermos?

Ves como Roar niega lentamente con la cabeza y te mira de reojo.

- Es una trampa, no reveles tus poderes. Ataquemos cuando menos se lo esperen, si nos movemos junto al casco no podrán disparar sus flechas contra nosotros. Puedo hundir ese barco a golpes, nadie intenta robarse.

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11/06/2015, 13:08
Enzo Vertural / Abnel

-Me encantan las trampas, y quizá hasta sea verdad que tienen una herida.- susurro a Roar antes de volverse hacia el barco de las piratas y gritarles -Soy Abnel, tan famoso por mi compasión como por mi ira. Subir a vuestro enferma a la cubierta y echarme una escala. pero os aviso que, como sea una trampa, habrá fuego mágico en cantidades inimaginables.

Mientras ellas reaccionan le comenta al guerrero en tono casual, pero audible desde arriba si hacen oreja. -Hace bastante que no incendio nada, como empiece no se si podre parar. Hay algo en esos destellos rojizos y naranjas que embelesa el alma. 

Enzo no mentía, no del todo. Él siempre había sido fiel al paradigma emocional de la magia. Esta forma de entender la magia defendía que la "vibración" de una hoguera era la misma que la de dos amantes, la de un incendio descontrolado era similar a un estallido de ira, el perdón a una fina lluvia, el ahogarse en emociones similar a una lluvia muy densa con ríos desbordados,... El mago podía controlar el efecto mágico con sus emociones. No era la forma más precisa y exacta de hacer magia, pero si la que menos brecha causaba entre la faceta de mago y persona normal. Además de no ser incompatible con otros paradigmas más asepticos relacionados con los números o la lingüística. Así que efectivamente, todo lo que pudiese emocionar al alma podía, en teoría, ser reproducido con magia. Y en efecto Enzo conocía la ira dirigida (en forma de cono), el placer de rendirse a ella y dejarla salir investida de mana. 

En lo que si que había mentido era  en lo de tratar de parecer un piromano. No lo era. Aunque, si estas amazonas iban a matarle, intentaría que aquellas que le sobrevivieran se encontraran flotando en soledad en el medio del mar. Y subir a cubierta era una ventaja para él, ya que el cono de fuego, a diferencia de la bola funcionaba mejor en las cortas distancias. 

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14/06/2015, 11:59
Director

La capitana, o al menos la mujer que parece estar al mando, sonríe ante tu actitud. No tardan en facilitar tu abordaje y en cuanto pisas la cubierta te das cuenta de que cualquier resistencia sería un acto suicida.
Las dos arqueras permanecen apuntando a Roar y al capitán, pero hay otras dos que no dejan de vigilarte.

- Por muy rápido que puedas lanzar tus hechizos no creo que lo seas tanto como para ademas esquivar flechas, reserva tu fascinación para las hogueras nocturnas. - te dice la capitana.

Hasta ahora has contado siete tripulantes, todas mujeres, todas jóvenes y todas con aspecto de saber luchar.

La capitana te invita a caminar hacia una puerta delante de ella, puedes ver de reojo como su mano se posa sobre la daga de su cinturón.
Entras en un camarote de popa y te encuentras con una mujer de poco mas de treinta años, está tumbada en una cama y por la cantidad de sudor y la palidez es evidente que está enferma y su fiebre es alta.
A su lado hay una niña de unos catorce años, limpia el sudor de la enferma y cambia los paños húmedos.
En el suelo hay un plato de comida, frío e intacto.
La niña te mira con desconfianza en cuanto entras, después sus ojos se fijan en la capitana y su expresión se relaja.

- Nuestra maga se desmayó ayer, desde entonces está así. Ella es quien nos sanaba, pero en su estado no puede curarse a si misma. Haz que se recupere y os dejaremos marchar.

La niña te mira fijamente, ahora con mas esperanza que recelo. La capitana se queda a tu espalda, con los brazos cruzados, esperando tu respuesta o tu reacción.
A unos metros dos mujeres armadas se aseguran de que no intentes nada.

En un primer análisis parece una enfermedad provocada por la alimentación, puede que haya comido algo en mal estado o alguno de los numerosos peces o plantas venenosas que venden los mercaderes sin escrúpulos.
Sea como sea un hechizo de Curar el Mal podría mejorar su estado, aunque las secuelas necesitarán reposo y alguna medicina para desaparecer.

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23/06/2015, 15:21
Enzo Vertural / Abnel

-Muy bien, si mi magia la cura nos marcharemos en paz… con nuestras pertenencias.- Si algo le enseñó su infancia en Gran Mercado es que no había que dejar nada por entendido. Todo debía manifestarse explícitamente.

Tras un asentimiento de la capitana se pone manos a la obra. -Una toalla limpia y un cuenco y una jarra de agua- pide a la más joven –No me mires así, si preferís que deambule por vuestro cuartel general buscándolo.

Mientras le traen lo que ha pedido comenta con total tranquilidad: -Esta mujer ha sido envenenada. O bien una de vosotras la quiere muerta, o ha comido algo que la ha intoxicado. Repasar que comió y bebió las veinticuatro horas anteriores a ponerse así.-

-Muchas gracias- Dice tomando lo que ha pedido. Pone el cuenco en la mesilla y con cuidado deja caer el agua en un fino hilillo desde la jarra. De esta manera tarda un buen rato en llenar el cuenco, pero el hilillo de agua pasa cerca de sus labios mientras pronuncia antiguas palabras arcanas de poder. Las palabras las memorizo hace años de un libro, aunque sospecha que lo que propulsa el conjuro es la compasión que brota de su corazón y sale por su boca, junto con parte de su energía espiritual.

Cuando termina tiene un cuenco de agua lleno de poder y sanación que, con cuidado para no atragantarla, hace que beba la mujer inconsciente. Unos segundos después ella comienza a moverse febril mientras el veneno abandona su cuerpo en forma de sudor.

-He aquí una muestra del veneno- dice, mostrando la toalla húmeda con tono solemne y escurriéndola un poco aunque caiga al suelo. Para ser un gran mago legendario hay que tener cierto espíritu cirquense, de lo contrario te conviertes en un amargado que estudia libros en la soledad de su salón.

-La magia evitara que el veneno entre en su cuerpo en las próximas horas, pero sería mejor que se bañara y que lavarais estas sabanas- Evidentemente habla con la joven. -En los próximos días necesitara reposo y mejor que no coma cosas muy fuertes, nada de peces raros o platos muy especiados.

-Y ahora viene la parte en la que me dan las gracias y me marcho o en la que trato de prender fuego el barco como ultima acción en la vida.– Sonríe, imaginando lo irónico que seria que un cazador no muera a manos de un antiguo sino a las de unas piratas.  

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26/06/2015, 11:37
Director

Todas las piratas observan tus movimientos con recelo, no sabes si desconfían de ti por ser mago, por ser hombre o porque desconfían de todo el mundo.
Olvidas que estás rodeado de miradas recelosas y adornas tu hechizo para convencer al publico mas allá de los resultados. La muchacha asiente a todo lo que dices e inmediatamente se pone con ello.

Una vez has terminado las dos mujeres se apartan de la puerta y te permiten salir justo delante de la capitana. Os acercáis a la borda de babor para comprobar que el capitán y Roar siguen allí. El guerrero permanece sentado, con los brazos cruzados y con gesto desafiante, esperando tu regreso.

Antes de que lancen la escalinata la capitana pone una mano sobre tu hombro, deteniéndote brevemente.

- No puedo dejar escapar a un mago capaz de quemar barcos y curar heridos. El mismo motivo por el que te quiero aquí es el mismo que por el que no puedo retenerte. Se que no perteneces a ese mundo. - señala al otro barco - Y tampoco eres un pirata, pero tu vida podría ser mucho mejor aquí con nosotras.

Detectas una mirada seductora, pese a no poseer una gran belleza parece que sabe como resultar atractiva.

- Viajar rodeado de mujeres, conociendo mundo y coleccionando tesoros. ¿Quién podría negarse a eso?

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04/07/2015, 14:53
Enzo Vertural / Abnel

Escuchó a la capitana mientras el viento marino le mecía el cabello. Parecía que su vida estaba plagada de compañías interesantes desde que había abandonado la vida estudiantil.

-Lo cierto es que no tengo muy claro mi sitio. Y, aunque la oferta no podría ser más tentadora, me temo que debo rechazarla. Soy más un peligro que una ayuda. Me he ganado la enemistad de entidades muy poderosas sin buscármelo. Y ahora estoy en una búsqueda de secretos mágicos ya olvidados hace siglos para tratar de protegerme antes de que me encuentren. Lo cual, por cierto, es ilegal según el código de los magos.  

Aunque… ¿no tendréis pensado viajar a la forja negra en los próximos días? En cuanto arregle un asunto en la costa rota planeo dirigirme en esa dirección.

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05/07/2015, 11:27
Director

La capitana no puede evitar disimular un gesto de decepción, aunque en seguida se muestra comprensiva.

- Nosotros también hemos creado numerosos enemigos, aunque a no ser que ataquen todos a la vez no estamos en peligro.

Cuando nombras tus dos próximos destinos la mujer mira en ambas direcciones, como si pudiese ver los lugares que mencionas desde su posición.

- No debemos alejarnos de estas aguas, poseemos varios escondites por aquí e irnos a otros mares sería un riesgo muy elevado. Aunque, si me permites un consejo, busca un barco grande y abandona esa barcaza en cuanto puedas. Ese trasto no aguantará un viaje largo, lo último que necesitas es naufragar.

Despliegan una escalinata hasta el barco pesquero, allí Roar permanece desafiante aunque mas relajado al ver que sigues vivo. El capitán por su parte apenas asoma la cabeza, clama con su mirada que regreses para marcharse de allí.

- Eres libre de marchar, pero antes quiero agradecer tu ayuda. - se quita uno de los numerosos anillos que lleva y te lo ofrece - Esto te mantendrá seguro en el mar, pero no lo muestres en tierra.

El anillo contiene un sello con un dibujo simétrico que no logras descifrar. Cuando miras al otro barco ves a Roar haciéndote gestos para que vuelvas.

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02/08/2015, 09:27
Enzo Vertural / Abnel

Enzo sonríe. –Desde luego que buscare un barco mejor. En la isla de los gigantes no habia nada mejor que elegir- Luego bajando la voz añade, con cierta sorna: -es más inútil el capitán que el barco-

 

Parece que va a salir de allí con vida, la escalerilla es desplegada de nuevo. -Es usted muy amable- Dice tomando con cuidado el anillo y poniendoselo. Parece que entre las mujeres que iba conociendo se estilaba recompensar con sellos mágicos -Cuando este en tierra firme lo mantendré a buen recaudo.

-Señoritas- Les hace una reverencia como si fueran unas damas de alta alcurnia de Gran Mercado y se dirige a la escalinata. Listo para bajar al barquito donde Roar se movia como un tigre enjaulado.

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04/08/2015, 12:00
Director

Regresas al pequeño barco junto a Roar y el cada vez mas decepcionante capitán. Os alejáis mientras tu compañero de viaje desafía con la mirada a una de las piratas, ves como el barco da media vuelta y se adentra en el mar.

La tarde comienza a dar paso a la noche cuando por fin llegáis a Costa Rota. No tardas en comprender el nombre del lugar, la erosión ha desgastado las rocas hasta convertirlas en afiladas guadañas que emergen del mar. Además numerosas embarcaciones siguen clavadas y varadas en la roca, destrozadas por el fuerte oleaje de la zona.
A lo largo de la costa observas varias ruinas, no parecen muy antiguas pero su estado es de un total abandono. Muros caídos, casas sin puertas y con el techo caído, incluso ves el esqueleto quemado de lo que podría ser un faro o una torre de vigilancia.

Al llegar al muelle compruebas que la ciudad no es mucho mejor que su entorno. Todo el barrio portuario está hecho con casas remendadas y parcheadas con todo tipo de materiales. La pobreza contrasta con el nivel que se ve a medida que la ciudad se adentra en tierra. Casas mas grandes, lujosas e incluso calles iluminadas. Al fondo de la ciudad un recinto amurallado delimita las posesiones del gobernador local.
Mas allá de la ciudad montañas y bosques todavía mas oscuros que la Costa Rota.

En cuanto el capitán ata los cabos Roar salta del barco con su presa al hombro y corre por el muelle.

- Espero que hayan cambiado de prostitutas, de lo contrarío será mas seguro acostarme con este pájaro.

Con un rápido vistazo puedes ver varias tabernas y posadas alrededor del puerto. El ruido que proviene de ellas indica que están llenas, incluso hay hombres bebiendo en la puerta de los locales.

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11/08/2015, 15:22
Enzo Vertural / Abnel

Con el frescor de la noche y las estrellas y llego la tierra firme. Por fin salía de aquella peligrosa cascara de nuez. Guardo el anillo de la capitana envuelto en un trapo y se dispuso a pisar continente. –Roar espera, ¿qué taberna conoces que sea barata y recomendable?-Preguntó tratando de conseguir información del guerrero que parecía irse como loco en busca de mujeres. Aunque no podía negarle que era un buen plan, él tenía otras cosas que hacer, como asentarse y descansar, para mañana hacer la búsqueda del viejo librero. Por no decir que la prostitución te gustaba menos cuanto más sabias de enfermedades y medicina en general.

Se encaminó hacia la posada indicada para reservar dos noches. Cada moneda que gastaba le dolía ya que ahora tenía más difícil conseguir reponerlas.   

Se tomó algo caliente para cenar y un vaso de vino mientras hacía oídos a las historias que recorrían el lugar, tratando de fijarse en el acento y palabras propias de la ciudad para, en adelante, parecer lo menos extranjero posible. Alerta a cualquier indicio de algo sobratural o de sentirse observado.

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13/08/2015, 16:16
Director

Sigues las indicaciones de Roar y acabas en un oscuro callejón lejos del puerto y del transito de personas. Por el camino has pasado por delante de varias tabernas y el ambiente del interior no es precisamente acogedor, las manchas de sangre a las puertas de un local nunca son una buena señal.

Al fondo del callejón, como queriéndose esconder, está la puerta de una posada: El Dragón Errante. El nombre peca de poco original aunque en cuanto abres la puerta descubres que el lugar no es como lo que has visto hasta ahora. Ajeno a las fiestas y los conflictos el Dragón Errante ofrece un incomodo silencio y una oscuridad que genera mas temor que privacidad.
Apenas cuatro mesas ocupan el centro del local mientras a su alrededor todo está lleno de reservados con tupidas cortinas para ocultar a los comensales. Tras la barra hay un hombre de pequeña estatura, su bigote está mas poblado que su cabeza y se yergue en cuanto apareces por la puerta.

Roar tenía razón, el lugar es barato y te cobran casi la mitad por las dos noches y la cena. La comida, puede que por el hambre, te parece exquisita y el vino no parece estar mezclado con agua.
Lo único que oyes a tu alrededor son susurros, alguna risa aislada y chasquidos de dedos para llamar al tabernero. Casi parece que estés solo en la taberna hasta que una figura encapuchada se sienta a tu lado. Con mas de una docena de asientos libres pronto descubres que no se trata de una mera casualidad.

- ¿Que lleva a un mago a pretender dormir en una posada de mala muerte cuando puede hacerlo en la lujosa sede del colegio?

Ni siquiera ha girado la cabeza al lanzar la pregunta, si no fuera porque no hay nadie mas parecería que realmente habla con alguien que no eres tu.
El tabernero ni siquiera está cerca, se encuentra el fondo sirviendo a uno de los reservados.

- No es habitual ver a alguien como tú en un lugar como este. Sobretodo sin protección, lo cual me lleva a pensar que puede que necesites alguien que te cubra las espaldas. ¿Cuanto oro cuesta tu seguridad?

La versión oscura de los charlatanes de pueblo suena menos entusiasta, pero el mensaje es el mismo.

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21/08/2015, 19:18
Enzo Vertural / Abnel

Había sido buena idea preguntar al bárbaro del pájaro muerto, el lugar parecía un oasis de paz en medio de un montón de tabernas truculentas. Pero la paz no duraba mucho en su nueva vida, o eso parecía.

Enzo decidió que tenía que hacerse con otra ropa, aunque fuesen harapos de mendigo. -Digamos que en todas las familias hay enemistades. Ya sabes, un cuñado con el que no te hablas o un primo cuya casa no visitarías ni aunque estuvieras muriéndote de frío y hambre. Los magos del colegio somos una gran familia, y como tal no anda escasa de primos y cuñados.- Enzo habla como distraído y sin mirar al misterioso encapuchado.

-Dime, ¿Está cantidad me permitiría disponer de un escolta para mañana?- deposita unas monedas en la barra. No tenía muchas opciones, si el otro se iba de la lengua de que había un mago esquivando el radar del colegio posiblemente alertara a sus persecutores. Amenazarlo con magia no sería más discreto precisamente.- Me temo que aunque opino que mi seguridad vale todo el oro del mundo, eso es todo lo que puedo ofrecer.