Partida Rol por web

Estas unos segundos volando en un paisaje negro, hasta que detrás tuya aparece una tenue luz.

Sales expulsado de un portal. La caida no es gran cosa, pero la silla acaba destrozada.

Mientras te levantas y te quitas el polvo, echas un vistazo a tu alrededor.

Los cielos estan teñidos de un rojo sangre y oscuros, extrañamente esto te recuerda a la pesadilla que tuviste hace unos días.

Lo que parece el Sol... ¿O la luna? Está completamente rojo.

Tu alrededor está desolado y marchito. Los arboles y hojas que parecen mas vivos están negruzcos.

Este no es tu mundo.

Asombrado, y con cierto deje de temor, echo un vistazo por los alrededores con la mayor cautela posible.

"Maldita sea mi suerte" digo entredientes. "Cuando las cosas parece que no pueden ir a peor..."

Echas un vistazo a lo que te rodea.

Te encuentras en una zona con mesetas, mirando colina abajo, ves que hay una aldea pequeña, con bastantes piedras salientes a su alrededor. Lo demás es todo asilvestrado.

La oscuridad se va haciendo mas notable, a la vez que una densa capa de niebla va apareciendo por todos lados.

Comienzo a caminar hacia la aldea, cauteloso, pero seguro, prestando atención a todo cuanto me rodea y aprovechando las sombras que puedan ocultarme.

Te acercas a la aldea, una vez entrando, te das cuenta de que son las piedras.

Todas son personas talladas en piedra, y aunque no tienen poses muy horrorosas, es bastante realista el como están hechas.

Mientras vas inspeccionando las piedras, escuchas como una puerta se abre y una mujer te habla.

"Eh tu, el de afuera."

Giras tu cabeza hacia la dirección de la voz.

"Sí, tu, cariño, veo que estás bastante perdido, ¿Quieres entrar?" - una anciana bastante pequeña y encorvada te hace señales para que entres a lo que parece su tienda.

Los demás edificios de la aldea parecen abandonados. Parece que no va a oscurecer más, pero la niebla empieza a tornarse roja debido a los elementos rojizos del cielo.

"Saludos, mujer, la verdad es que soy forastero" Digo mientras me acerco timidamente, intentando ver mejor a la mujer y lo que hay tras ella "¿Qué lugar es este y qué son todas esas estatuas" Continúo cuando me detengo a una distancia prudencial, ybcon disimulo presto a dar una vuelta a la honda y disparar si es preciso

Te acercas a la anciana.

"Estás en las praderas rojas."

Mira a las estatuas, se acerca a una y pone la mano encima.

"Las estatuas sirven para alejar a los espíritus malígnos."

La anciana parece lo que es, una persona bastante mayor, frágil, lleva una túnica y un pañuelo en la cabeza. El poco pelo que tiene es completamente cano. Detras, su tienda, donde alcanzas a ver que tiene bastantes objetos mágicos, según tus conocimientos.

"¿De verdad no sabes donde estás? ¿De donde vienes?"

Después de decir esto último, mira a su alrededor, la niebla se va haciendo más notable.

"¿Entras y hablamos dentro? La niebla es densa, y en ella se ocultan toda clase de seres..."

Le dice que le dara un guia, el trato es que le saque de este mundo. Saca un contrato. Solo tiene que poner la palma en el papel y todo listo

"Usted primero por favor" Digo amablemente "Nunca he oido hablar de las praderas rojas, creo que quedan bastante lejos de casa".

Antes de acompañarla al interior echo un vistazo a las estatuas "Desde luego estan muy logradas, tienen un gran realismo para encontrarse en un lugar tan apartado".

Pasáis a la tienda y la anciana se sienta tras el mostador. Observas lo que hay en la tienda.

"Tengo entendido que necesitas un guía, ya que no sabes nada de aquí. Por tu aspecto supongo que no eres de este mundo, ¿Hmm?"

Sin dejarte responder, saca una especie de papel.

"Conozco a alguien que te puede sacar de este mundo y llevarte al tuyo, pero para ofrecertelo requiero un pago."

Te mira fijamente a los ojos y sigue hablando.

"Solo te pediré que le permitas volver contigo a tu mundo. Si estás de acuerdo con esto, pon tu mano aquí." - dice poniendo su dedo indice en un cuadrado en el papel que sacó. La palma de tu mano cabe perfectamente.

"¿Quién es ese guía del que hablas? ¿Tan sólo quieres eso como pago? ¿Permitirle viajar conmigo a mi mundo?"

"Es un aprendiz mío, pero ya no puedo enseñarle más aquí, por lo que seguirá su instrucción en tu mundo, viajar agudizará sus habilidades, el conocer otras sociedades, las mágias exclusivas de allí..."

"Solo te pido eso, nada más."

Observas el papel, de un color blanquecino y bastante limpio, está escrito en un idioma que no conoces.

"Sea entonces, si ese debe ser el pago por volver a mi mundo." Parezco a punto de poner la mano en el papel. "Pero antes me gustaría saber qué es este lugar. Lo cierto es que no estoy aquí por voluntad propia, y quien me envió aquí lo hizo por que hay algo que necesito saber antes de volver... pero no me dijo qué. Sin duda alguien con vuestros conocimientos podría ilustrarme bien"

La anciana pone una cara algo triste.

"Lo que ocurrió, fue una tragedia..."

"Un gran demonio fue invocado, pero el necio que lo intento someter cometió un fallo catastrófico... liberando al ser diabólico y destruyendo todo, su fallo acabó sumiendo a este mundo en la miseria, hace ya muchos años de ese suceso."

"Los pocos que quedamos sobrevivimos usando la magia para protegernos, incluso hay alguna ciudad en pie usando cúpulas de magia para aislarse del mal."

"Vaya, lo lamento de veras. A menudo la ambición de poder lleva al hombre a la destrucción, pero lo peor es que arrastra a los que estan a su alrededor. Debia ser un demonio terriblemente poderoso si sumió vuestro mundo en esta oscuridad" Hago una pausa realmente afligido por lo que cuenta la anciana.

"Quizás era esto lo que Melzir quería que viese" Digo en voz baja. "¿Podríais, señora, contarme algo más? Mucho me temo que lo que pasó aquí esta a punto de acontecer en mi mundo. ¿Cómo empezó todo? ¿Sabéis el nombre del demonio?" 

"Me encontraba muy lejos de aquí cuando sucedió todo, pero si sé que el ritual de invocación se cobró muchas vidas."

"El nombre del demonio... Sakka'ra."

"Sakka´ra..." Repito meditabundo- "Jamás había oido algo parecido, pero sin duda no lo olvidaré. Gracias, mujer."  Dando una vuelta por la tienda continuo "Quizás sea hora de volver a mi mundo, no creo que aquí pueda ser de gran ayuda. Cuando queráis podéis llamar a vuestro aprendiz y partiremos"

"Tenéis gran cantidad de objetos curiosos aquí. Sólo por curiosidad ¿Están a la venta? Aunque no creo tener nada del valor suficiente como para intercambiarlo"

"Antes de llamarlo, necesitaré que firmes el papel, es como hacemos las cosas aquí."

"Basta con que pongas la mano en ese cuadro de ahí, impregnate la mano con esta tinta." - dice mientras saca un receptáculo con tinta, bastante ancho para poder meter la mano. "Una vez lo hagas, pon tu mano sobre el cuadrado."

"Dudo que puedas usar alguno de los objetos de aquí, necesitan un gran conocimiento y control sobre la magia para poder usarlos. Pero sí, están a la venta."

"¿Y no tendrá usted por casualidad alguna piedra cristalina, de vetas azules, y que sólo crece en ambientes volcánicos?" Señalo el papel y continúo ¿Y seríais tan amable de explicar qué es ese papel? ¿Para qué sirve? ¿Es algún tipo de contrato? Si es así, y dado que no entiendo muy bien qué es lo que dice, no se si estoy dispuesto a firmarlo" Busco algún sitio en el que sentarme "¿Por cierto, conocéis a un tal Melzir?".