Partida Rol por web

Problemas en La Mafia [HLdCN+]

Taller de narraciones

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16/11/2017, 08:27
Marcelo Giggio
Sólo para el director

20 de Enero de 1954
Chicago 18:25
Courtneys Pool Bar

Marcelo Giggio entraba en un extraño local atendiendo a quién le había citado allí. Se había corrido la voz del encuentro con Andrea y el comisario jefe, así que Marcelo supuso que Horace Ferguson había elegido un lugar donde se sintiera a salvo, rodeado de gente que sabía ajena a la organización de Las Cuatro Familias pensando especialmente en su mala experiencia en el Ristorante.

Cuando llegó al local, el orondo comisario jefe del departamento de policía de Chicago le salió al paso y amistosamente, repartiendo palmaditas en la espalda a Marcelo, le guió hasta una mesa de billar algo apartada.

¿Le gusta el bola 8? Seguro que sí. Yo era todo un especialista cuando era joven, aunque ha llovido mucho desde entonces. Venga, echemos una partida mientras hablamos.

Al pasar junto a la barra de bar le indicó al camarero levantando dos dedos.

Dos escoceses dobles con hielo.

Marcelo se dejó agasajar. Estaba intrigado por la extraña reunión, pero ese no era motivo para rechazar una copa y una partida. Además, le encantaba el bola 8. Tenía una mesa de billar en la sala común y caso cada día echaba una partida.

Mientras Marcelo se quitaba el abrigo y el sombrero y los colgaba en el perchero, Ferguson fue preparando la disposición de las bolas sobre el tapete. Después, ambos cogieron el taco de billar y el comisario jefe rompió el juego dando comienzo a la partida.

Alternaron varios turnos en silencio hasta que, en uno de los turnos de Marcelo, Ferguson rompió el silencio.

¿Es que no me va a preguntar para que le he pedido que viniera?

Usted lo ha dicho: Es usted el que me ha pedido venir, por lo tanto es a usted a quién le interesa contármelo y no necesariamente a mi me interesa escucharlo.

Ferguson estalló en una carcajada que tenía algo de porcino. Su papada temblaba rítmicamente.

Créame, le interesará.

Eso está por ver. - Dijo justo antes de golpear la blanca con el taco.

Supongo que ya estará al tanto de la oferta que le hice a Grimaldi.

No de los detalles de la oferta, pero sí de la respuesta de Andrea. - Dijo Marcelo encogiéndose de hombros.

Comprendo. ¿Sabe que están próximas las elecciones a alcalde? Voy a presentar mi candidatura, y pretendo ganarla. Su jefe rechazó apoyar mi candidatura, pero creo que no sopesó bien los pros y los contras. Piénselo, una organización como la suya contando con el respaldo de la alcaldía.

¿Protección a cambio de apoyo económico y político?

Protección y amistad, por supuesto.

Marcelo detuvo su juego y se apoyó sobre el taco mirando fijamente a Ferguson.

Y si Andrea ya le ha dado respuesta... ¿qué pinto yo en todo esto?

Usted es un hombre influyente en la organización. Uno de los cabezas de lanza. Estoy seguro de que podrá hacer entrar en razón a Andrea y si no... bueno... El señor Grimaldi no va a estar aquí para siempre.

Espero que no esté sugiriendo nada ilegal.

No necesariamente. Hay muchas formas de que deje de estar en activo. Un accidente es sólo una de ellas. También puede ser que posea algún sucio e ilegal secreto por el cuál acabe entrando en prisión.

Marcelo Giggio dejó el taco en la pared, apuró el vaso de whiskey y se dirigió al perchero para recoger sus cosas.

Señor Ferguson, hemos terminado. No pienso participar en ninguna de las opciones que está usted planteando.

¡Espere! ¡No se vaya todavía! Le he dicho que esas eran solo algunas de las opciones, después de todo el señor Grimaldi no está exento de que la casualidad se vuelva en su contra. Por supuesto no quiero que usted empuje los acontecimientos en esa dirección... Que tontería. - Acompañó sus palabras de una risa nerviosa. Estaba empezando a sudar. Marcelo pensó que ese imbécil quería jugar a los gangsters y no sabía cuáles eran las reglas del juego. Horace Ferguson continuó hablando.

Como le decía, nada de eso será necesario. Quizás le interese saber que el señor Grimaldi planea un viaje a Europa.

Aquello empezaba a interesarle. Se detuvo cuando estaba recogiendo el sombrero del perchero y miró al orondo comisario jefe.

¿Y qué? ¿Acaso un viaje es algo definitivo?

No necesariamente, pero suele serlo cuando sólo se compran billetes de ida.

Marcelo dejó sus cosas y se acercó a la mesa. Si eso era cierto, podía ser la oportunidad que él había estado esperando.

¿Para qué fecha?

Febrero. Por las fechas y el número de billetes, diría que es un regalo sorpresa de San Valentín.

Eso no dejaba mucho margen de maniobra, de repente Marcelo volvía a tener prisa por marcharse. Tenía muchas cosas por preparar y muy poco tiempo. Ferguson leyó sus acciones y le volvió a detener.

¡Espere, hombre! Piense en mi oferta ¿qué me dice? Yo le apoyo desde el exterior en su ascenso con las acciones que sean necesarias - Recalcó las palabras "que sean necesarias" dotándolas de un mensaje implícito. - Y a cambio usted dirige el apoyo de los negocios de la organización a mi candidatura. Por supuesto ambos tendremos que actuar con subterfugio, pero es un negocio provechoso, ¿no cree?

Marcelo pensó unos instantes. Era un buen trato, pero Andrea ya había rechazado a ese hombre, y Andrea era bueno calando a las personas. ¿Debería fiarse?.

Finalmente, tomó una decisión. Se acercó a la mesa de billar y se deshizo de la mayor parte de las bolas, dejó sólo las dos amarillas y la negra. Las amarillas pegadas a la banda del fondo y la negra en el centro del tapete. Después se fue a la mesa más próxima para tomar prestada la bola blanca. Después situó las dos bolas blancas en el tapete formando un rectángulo con las amarillas cuyo centro aproximado era la bola negra.

Esto es lo que haremos: Un único golpe, los dos al tiempo. El que más aproxime la bola amarilla a la negra gana. Se puede tocar la bola negra únicamente con la amarilla, pero no debe moverse perceptiblemente. Al acabar el tiro, la negra debe seguir en el centro del tapete. Si yo gano, olvidaré su trato y le contaré a Andrea nuestra reunión para prevenirle. Si usted gana, aceptaré sus condiciones.

Horace Ferguson evaluó la disposición. Era un jugador experimentado, pero Marcelo dudaba que tanto como él.

Acepto.

Ambos jugadores se situaron con sus respectivos tacos de billar delante de las dos bolas blancas y prepararon la tirada.

Los tacos avanzaron y golpearon con excelente precisión las bolas blancas. Ambos tiros habían sido muy similares, dotando a la bola de fuerza pareja y del mismo efecto, para evitar que la bola blanca estorbase el movimiento de la amarilla. Las bolas rodaron por el tapete hasta chocar con las amarillas y estas comenzaron su recorrido perdiendo fuerza en su avance gracias al efecto transmitido por la bola blanca, que las hacía girar en contra dirección.

Para cuando ambas bolas estuvieron cerca del centro del tapete, prácticamente estaban frenadas, pero continuaban avanzando. Finalmente dos suaves "clacks" anunciaron el resultado cuando ambas bolas besaron, primero una y luego otra, a la bola 8 sin hacerla perder su posición.

Eso sí que no se lo había esperado Marcelo. Presa del momento, supo que debía sellar el trato y tendió la mano al comisario jefe, que le devolvió apretón con una sonrisa estúpida en la cara.

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16/11/2017, 10:30
Darek Houston
Sólo para el director

5 de Marzo de 1954
Comisaría 29 del Departamento de Policía de Chicago.
Sala de interrogatorios.

Así que así fue como averiguó lo del retiro de Andrea. - Dijo Darek Houston atando el último cabo suelto pendiente que le quedaba por atar.

Marcelo afirmó con la cabeza.

Dígame, hasta que punto es verídico su relato en lo que respecta a las palabras del señor Ferguson.

Marcelo sonrió antes de contestar.

Esas son las palabras tal y como las recuerdo.

De las palabras de Marcelo se deducía que Ferguson volvía a entrar en la rueda de sospechosos. De algún modo, después de terminar todos los interrogatorios, seguía con los mismos sospechosos todos con una motivación suficiente para asesinar a Grimaldi.

Le resultó descorazonador y decidió que no iba a sacar nada más en claro de ese interrogatorio, así que mandó llamar al funcionario de prisiones.

Mientras el funcionario llegaba, dedicó unas palabras a Marcelo que le congelaron la sonrisa.

Quizás le interese saber que durante el receso no sólo me he dedicado a contrastar sus visitas. También he hecho algunas llamadas. En este instante, un equipo de Asuntos Internos está investigando el expediente de Horace Ferguson y se ha fijado un comité para evaluar su destitución en el próximo mes de Abril. Las investigaciones del equipo de Asuntos Internos serán por supuesto cruciales sobre la decisión de si será necesaria o no la destitución. Entre tanto, en lo que a usted respecta, he solicitado transfieran el caso de los cargos que sobre usted pesan en relación a su detención a los federales. Oficialmente, el caso que pende sobre ustedes y la organización de las Cuatro Familias es ahora responsabilidad del FBI.

Marcelo comprendió instantáneamente que esas dos medidas prácticamente imposibilitaban su puesta en libertad. Si aún existía alguna posibilidad de que el comisario jefe ya hubiese movido los hilos de su liberación antes de la destitución, con el caso en manos de los Federales, el juez y jurado asignados ya no serían estatales, y por tanto, estarían fuera del alcance de los brazos de Ferguson. Miró con furia a Darek Houston.

En el momento en que el funcionario de presiones sacaba a Marcelo de la sala, Darek añadió.

No se preocupe, es probable que nos volvamos a ver. Aún está a mi cargo el caso de homicidio.

Marcelo no pudo evitar dedicar una sonrisa. Aunque estuviese cargada de odio, era una sonrisa de respeto.

No me equivoqué con usted. Años de meterse en la mente de otros han hecho de usted un viejo zorro astuto.

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27/11/2017, 01:09
Darek Houston
Sólo para el director

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27/11/2017, 14:58
Il mediatore
Sólo para el director

7 de Marzo de 1954
11:30 AM
Ristorante della Quattro Famiglie

Nada más entrar en el local, os dais cuenta de que, para bien o para mal, ésta podría ser la última vez que lo pisarais.

El asunto no parecía estar resuelto y os tocaba hacer un último esfuerzo para salir de esta situación. ¿Lo haríais con vida y descubriendo a las ratas o daríais con vuestros huesos en la cárcel o, lo que era aún por, en el fondo del lago?

Esa era la única pregunta que importaba en el día de hoy y parecía evidente que il mediatore empezaba a impacientarse; no comprendía por qué se estaba prolongando de semejante manera.

- Otro miembro de la organización ha sido detenido. Se trata de Bonny Vizancy, "Cerradura". - Aprieta los puños con un amago de furia contenida.

También se ha llevado a cabo la ejecución de Joe Salvatore, esta vez sin interferencias. Me veo en la obligación de compartir con ustedes que Joe era alguien débil de voluntad y con propensión a venderse bajo presión*

Hace una breve pausa para que sus palabras os lleguen a todos.

Pueden votar cuando estimen oportuno. Este puede ser el final, para bien o para mal. Piensen mucho cómo quieren actuar. Cuando todos hayan votado, nos retiraremos hasta ver el resultado de sus votaciones al día siguiente.

Notas de juego

Rol de Joe Salvatore: Soplón

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30/11/2017, 20:18
Il mediatore
Sólo para el director

8 de Marzo de 1954
11:30 AM
Ristorante della Quattro Famiglie

Il Mediatore os recibe en el exterior del restaurante fumando un pitillo.

Los dos últimos supervivientes, Estefano Buscemi y Federico Morosini llegáis al Ristorante prácticamente a la vez.

Bien, id pasando. En seguida estoy con vosotros y os cuento como vamos a terminar este asunto de una vez por todas.

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30/11/2017, 20:35
Narrador
Sólo para el director

Entráis en el restaurante y os miráis con desconfianza.

Al poco rato, la puerta se vuelve a abrir y Mediatore la atraviesa. Su rostro es tan inescrutable como siempre lo ha sido y estáis nerviosos por el final que os tiene preparado.

Veis que tras Mediatore entra una silueta.

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30/11/2017, 20:37
Darek Houston
Sólo para el director

Al poco, reconocéis la silueta que entra tras Mediatore. Es el comisario Darek Houston.

Mantiene una pistola apuntando directamente a la espalda del sádico mafioso con la que le mantiene a ralla.

Tras Darek Houston, entran en el local un grupo de varios policías que os mantienen inmóviles a punta de pistola.

Ocupaos de este. - Dice a dos agentes señalando con la pistola a Il Mediatore. - Y una cosa más, chicos. Cuando lo saquéis de camino al coche, tened mucho cuidado con la placa de hielo de la escalera de bajada. No queremos que nuestro preso se caiga y golpee severamente antes de llegar a comisaría. - Tanto los agentes como vosotros entendisteis el mensaje claramente: No había ningunos escalones en la entrada.

Centró su atención en vosotros.

Bueno chicos, hemos llegado al final. Es justicia poética que lleguéis al final justo vosotros dos, ¿verdad?

Hizo un gesto con la pistola y 3 agentes se abalanzaron sobre cada uno de vosotros. Dos os sujetaban mientras que el otro os cacheaba buscando armas. Darek se aproximó a vosotros.

Bueno, bueno, bueno. Parece que la misión imposible ha terminado. Hemos acabado con los dos últimos miembros relevantes de las Cuatro Familias. ¿No es cierto? ¿Cuál es el cómputo final? 8 muertos y 8 en la cárcel, sin contar con mis dos agentes y con vosotros dos, claro.

Por cierto, no sé si os interesará saber que hemos descubierto quién estaba detrás de los telegramas anónimos. Horacio Ferguson. Ahora mismo conspirar para el asesinato de agentes de la ley es otro de los cargos a los que se tendrá que enfrentar en el juicio federal que hay contra él. Pero eso ya no importa, ¿verdad?

¿Queréis decir alguna última cosa antes de que terminemos con esto? Pensadlo bien. Quien sabe cuantos oídos os estarán escuchando.

Notas de juego

Tenéis derecho a un último post. Un epílogo de cada personaje antes de que todo termine.

Todos los jugadores os estarán leyendo, así que podéis ser tan épicos como queráis.

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01/12/2017, 20:53
Darek Houston
Sólo para el director

14 de Marzo de 1954
Chicago 09:37 AM
Despacho del Comisario Darek Houston

Darek Houston se encontraba sentado en su despacho repasando los documentos del expediente del caso Grimaldi.

Un agente golpeó con suavidad la puerta de su despacho y abrió la puerta.

Comisario, ya ha llegado.

El comisario asintió.

Hágala pasar.

El agente desapareció por la puerta y, al rato, entró una mujer que siempre había sido hermosa, pero en el último mes había perdido parte de su habitual vitalidad, que siempre le había hecho parecer más joven de lo que en realidad era. Iba vestida de escrupuloso luto.

Señor Houston, quería usted verme. - No era una pregunta, sino una afirmación. Houston asintió con un gesto de su cabeza.

Tome asiento, por favor, señora Grimaldi.

Muchas gracias, pero prefiero quedarme de pie. Me esperan un taxi y un avión.

Darek pareció sorprendido.

¿Se va usted?

Me voy. Mi marido compró esos billetes para mi y desde que usted me liberó de la acusación que pendía sobre mi soy libre para irme. ¿No es cierto?

Es cierto.

Además - Continuó la viuda como si no hubiese obtenido una respuesta del comisario -, Nada me una ya a esta ciudad sucia y corrupta. Una ciudad en la que un buen chico es pervertido hasta convertirse en un criminal y un parricida.

Por supuesto estaba haciendo referencia a su hijo, Nicola. La investigación de Darek había llegado a sacar a la luz que, al final, el asesinato de Andrea había sido obra de su propio hijo. Al final, después de todos los motivos de unos y otros para acabar con Il Capo, atendiendo a la confesión final obtenida hacía apenas unos días, uno de los principales motivos del asesinato acabó siendo una malsana y antinatural obsesión del hijo con el vehículo de su padre. Era triste y absurdo. Era el motivo más ridículo al que se había enfrentado en todos sus años, pero también Nicola era un niño mimado demasiado pagado de sí mismo.

Pensó que la culpa no había sido de la ciudad, sino de sus padres. De su madre por sobreproteger y conceder a su único hijo todo lo que quería siempre que lo quería. De su padre por permitir que su hijo creciese en un entorno criminal con una falsa sensación de ser intocable y el dueño del submundo de la ciudad. Pero no dijo nada. Él no era quién para infringir más dolor a una viuda, aunque fuese la viuda de aquel hombre.

La viuda le sacó de sus pensamientos con su habitual comportamiento directo.

¿Para qué me ha hecho venir?

Hemos encontrado esto durante nuestra investigación. Creo que le corresponde a usted tenerlo, y no creo que lo necesitemos ahora que el caso ha sido cerrado y archivado.

Darek Houston le tendió un pequeño cuaderno a la viuda, esta se acercó a la mesa para coger el librito de su mano...

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01/12/2017, 21:18
Henrietta Grimaldi
Sólo para el director

...Henrietta recogió el pequeño cuaderno de manos del comisario de policía. El hombre que había proporcionado a su marido la Vendetta que merecía.

A pesar de que ese hombre era el responsable del comando que terminó por desarticular la organización de su marido, ella no le guardaba rencor. Ni a él ni al señor Buscemi. En realidad, Henrietta siempre había odiado esa organización con todo su ser.

Examinó el cuaderno dándole algunas vueltas en la mano y abriendo sus tapas de cuero para examinar la primera página.

¿Qué es esto? ¿Mi marido tenía un diario? - Preguntó sorprendida.

Darek asintió.

Henrietta no pudo contener la expectación y acudió a las últimas páginas escritas del diario y las leyó. Mientras leía y por primera vez desde hacía meses, sus ojos se llenaron de lágrimas delante de alguien.

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01/12/2017, 21:58
Detective Douglas Spencer
Sólo para el director

14 de Marzo de 1954
Chicago 17:30 AM.
Graceland Cemetery

Un hombre envuelto en una gabardina con las solapas subidas para refugiarse del frío paseaba por los pasillos del cementerio. En una mano llevaba una bolsa de papel de esas que dan en los supermercados o en los restaurantes cuando pides comida para llevar. En la otra mano, llevaba un cigarrillo humeante.

El hombre avanzaba dando esporádicas caladas a su cigarro y soltando el humo que se mezclaba con la niebla difuminando aún más su silueta.

De pronto, en un lugar que parecía idéntico a cualquier otro se detuvo. Mirando a uno de los pasillos de tumbas, sacó de la bolsa de papel una botella de vin santo. La descorchó y le pegó un largo trago.

Después, dejó la botella junto a la losa de mármol de una de las tumbas, rodeada por flores ya marchitas. De la misma bolsa que había sacado la botella, sacó un recipiente en cuyo interior había cannolis caseros y lo dejó junto a la botella.

Ciao bella - Le dijo al aire. Y después se fue.

Mientras se alejaba por el pasillo de tumbas, pegó una nueva calada al cigarrillo y el humo volvió a difuminar su silueta. Justo antes de perderse en la niebla, la silueta lanzó al aire la bolsa de papel ahora vacía.

La bolsa se dejó mecer por el viento hasta posarse delicadamente en el suelo. Mirando hacia el cielo, en un lateral de la bolsa, se podía ver el logo de un establecimiento rodeado de letras. Las letras rezaban "Casa Reinaldo, cucina italiana come quella della Mamma".

El viento volvió a soplar y la bolsa se perdió en la niebla siguiendo los pasos de aquella silueta.