Partida Rol por web

Prólogo a Mundos extraños: La huida de la Hipotoonte

Escena 0 - Naves de batalla en llamas más allá de Orion

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15/05/2014, 16:07
Malcom Young.

- "¡A la orden, Sargento!" -

Me encaro hacia el Sur, a retaguardia y vigilo que no se acerque nada por ahí.

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16/05/2014, 02:28
Jack Logan

Veo con felicidad que las puertas se cierran para alejar a los bichos de nosotros, lo que nos da la tranquilidad de unos segundos más de vida. Camino hacia dentro del Hangar escuchando al Sargento, cuando oigo el comunicado por los parlantes y me pongo un poco pálido de pensar en que las puertas se abran y nos caigan esas garras encima.

Corro a la terminal más cercana y empiezo a buscar en los sistemas informáticos qué mierda ha provocado esa orden para poder cancelarla de inmediato.

- Tiradas (2)

Motivo: Technical (Electrónica)

Tirada: 1d20

Resultado: 3(+9)=12

Motivo: Punto de Acción

Tirada: 1d6

Resultado: 5

Notas de juego

Hago una tirada de Technical Eléctrico para hacer lo descrito. Saco un 12 y gasto un Punto de Acción por si lo necesito para sumarle 5. El total es 17.

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18/05/2014, 07:29
Charlie Prinston

Una de aquellas criaturas que me atacó erró su último golpe antes de que la puerta se cerrara en las narices de ésta y quedáramos en la zona segura, mientras la puerta sufría el embate de aquellas patas que querían penetrar en la sala.

Sudaba y estaba nervioso, el pulso me temblaba como la arma que sostenía había estado a punto de ser ensartado como un pescado por una lanza, pero en este caso la lanza era una pata con una ornamenta ósea que podía asemejar a un caparazón de gran envergadura, terminado en aguijones que más que inocular veneno producían el desmembramiento directo de su objetivo.

El Sargento no nos dejó descansar y acaté su orden dirigiéndome con los demás al norte, viendo por si había alguna trampa o mecanismo que pudiésemos activar antes de avanzar. 

- Tiradas (1)

Tirada oculta

Motivo: Percepción

Tirada: 1d20

Resultado: 17(+3)=20

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18/05/2014, 18:11
Artemiz Iosi
Sólo para el director

Notas de juego

DJ, estoy tan desubicado, que preferiría no seguir. No tengo personaje, la historia no mantiene un hilo que yo siga y la verdad, estoy tan perdido que no creo ser de utilidad.

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21/05/2014, 14:16
Artillero Malrick Dyrdek

Las palabras de la computadora nos ponen en alerta sobre una situación más que peligrosa, el Sargento rápido da instrucciones y las cumplo. - Si, señor. - Respondo automáticamente y me sitúo a 25´ y me pongo en actitud vigilante hacia la compuerta indicada.

Notas de juego

Eso, me pongo a vigilar para tener mejor tirada de aparecer algo del otro lado.

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23/06/2014, 19:58
Federación

El olor a antisépticos, unido al de la sangre, productos de limpieza y varias otras trazas dejan la característica impresión de un hospital de campaña ubicado en el centro médico de un complejo minero no lo suficientemente grande como para tratar a todos los heridos presentes. A vuestro alrededor, ocupando los múltiples espacios disponibles, hay otros tres soldados rasos de la Infantería Móvil, uno de ellos con una pierna amputada, así como cuatro civiles y un cabo de la Flota con buena parte de la cabeza vendada. Vuestro estado es ligeramente mejor gracias al Sargento Hullman, pero aun así os han impuesto un reconocimiento médico general, y a partir de ese momento no habeis podido abandonar la habitación. O al menos así era hasta la aparición de un teniente -al que solo los galones reconocen como tal- vestido totalmente de negro. Sin lugar a dudas, un miembro de la escuadra de Inteligencia. Con un protocolo absolutamente formal, os conmina a levantaros y seguirlo a una sala cercana, donde un coronel os observa entrar y sentaros dándole la espalda a una pantalla proyectora en posición descansada, con las manos sujetas entre sí a la espalda.

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23/06/2014, 19:59
Coronel O'Neal

-Infantes, permítanme anunciarle que se encuentran todos ustedes oficialmente fallecidos en acto de servicio durante el abordaje de la estación espacial Hipotoonte.  -Separando las manos para volver a juntarlas frente a él, el coronel observa los rostros compungidos, aflijidos, sorprendidos o ligeramente extrañados que tiene frente a sí. Y no es para menos, considerando lo ocurrido, para que ahora la Federación los marque como fallecidos y los destierre a la irregularidad.

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23/06/2014, 19:59
Federación

Aproximadamente 29 horas antes del Salto. Estación espacial Hipotoonte, zona de popa, hangares 1 y 2.

Con el chirrido del metal contra metal, los altavoces del hangar anuncian la apertura automática una última vez antes de sumirse en el abismo del silencio. Al otro lado de vuestra posición, apenas respaldados por unas pocas armas capaces de escupir metal, las garras de los insectos guerreros empiezan a asomar mientras se abre el acceso. Las palabras del sargento os instan a replegaros ligeramente, mientras también las puertas que habeis de cruzar inician su apertura. La tensión de la situación se podría cortar con un cuchillo de combate, si alguno se atreviese a abandonar su arma por otra peor. Entonces, el sargento abre fuego, y el resto de rifles lo acompañan, algunos buscando únicamente causar daño y el resto procurando intimidar e impedir el avance de la horda. Un par de bichos logran acercarse, sin conseguir nada antes de caer, y los infantes se repliegan hacia el hangar 1.

La situación parece decentemente controlada hasta el momento en que del acceso lateral del hangar 2 empiezan a aparecer también guerreros. Uno de ellos carga contra el fusilero Holbert en la misma puerta entre hangares, atravesándole el pecho con una de las garras mientras el pobre infeliz no puede sino seguir disparando, hasta que un segundo bicho le cercena la cabeza con sus mandíbulas. Para su desgracia y suerte del resto, el fusilero y sus asesinos obstaculizan el único acceso permitiendo el repliegue progresivo mientras el fuego continúa por parte de todos los rifles, gastando munición como única salvaguarda para la supervivencia. Y de repente, de la marabunta de insectos surge una figura que sobresale del resto tanto por tamaño como por contar todo su cuerpo manchado por rallas atigradas, y pareciese que la temperatura del hangar desciende varios grados hasta que el grito de furia del sargento Hullman os saca a todos de vuestro estupor.

-¡Infantes de la Juliet, avance total en dirección a las lanzaderas! -El primero en actuar, o quizá quien ya estaba huyendo antes de todo esto, es el cabo, que se acerca el primero hacia las puertas que comunican el hangar 1 con las lanzaderas. Y así, mientras el resto de los infantes huyen, el sargento avanza abriendo fuego con su morita hasta que el cargador anuncia la falta de balas y, no contento con haber derribado un par de bichos, tira el arma al suelo para agarrar dos granadas HE. Lo último que se puede ver de él es su carga final en dirección a las puertas entre hangares, mientras el insecto tigre se abalanza sobre él dispuesto a destrozarlo. La explosión en un area no preparada para eso abre un agujero entre la cubierta superior y la inferior, lo que proporciona al resto otro puñado de valiosos segundos. Mientras eso ocurre, la risa del cabo aporreando el teclado es otro síntoma más de su desequilibrio, y podeis escucharle gritar hacia vosotros a la vez que las puertas detienen su apertura y, lentamente, vuelven a iniciar el cierre. Sus palabras son directas, "dadme tiempo, quiero vivir." una y otra vez.

En ese momento, dos cosas se suceden en un intervalo de menos de diez segundos. La primera de ellas es que un bicho guerrero aparece desde el pasillo que sale de la puerta en dirección contraria a las lanzaderas, contactando con el resto de la nave, para proceder a enganchar al pobre infeliz entre sus fauces. Y mientras otro bicho aparece para orientarse hacia vosotros, una lluvia de balas impacta en ambos y los que al parecer se encuentran detrás, derribándolos. Al cruzar el umbral a paso raudo mientras las puertas siguen cerrándose, doce soldados de la IM, alguno malherido y casi todos tocados al menos, junto con dos pilotos de bajo rango de la Flota os observan durante un instante, hasta que uno de los pilotos habla.

-¡El escuadrón Juliet, espero! Recibimos un aviso de que llegabais y aguantamos posición. Quedan dos lanzaderas, así que ¡arriba y fuera! -Los bichos parecen daros algo de cuartel, probablemente por la confusión causada por la explosión junto con el cierre de la puerta, y la mayor parte de los soldados excepto un par y un piloto suben a una lanzadera, dejándoos la otra para los demás. Dentro hay varios civiles que alzan la vista ante vuestra aparición, y uno sonríe cuando el piloto toma los mandos e inicia los preparativos para despegar.

Y así, los restos del escuadrón Juliet junto con los del Hotel salen en dos naves de la Hipotoonte en dos lanzaderas mientras una enorme sombra cubre el sol a estribor de la nave, y una fragata de la Federación entra en el territorio espacial desde lejos. Sin embargo, la extraña sombra se ilumina con resplandores azules, revelando lo que parecen ser pedazos del bicho más grande que ninguno haya observado antes. Los bichos lanzaplasma abren fuego en batería, y uno de los impactos os pasa al lado mientras otro causa una explosión en la popa de la estación espacial. Una segunda explosión mientras vuestro piloto realiza una maniobra para cubrirse con la Hipotoonte aparece a vuestro lado, y los restos de la otra lanzadera se esparcen por el espacio mientras avanzais rumbo a la fragata.

A partir de ahí, la situación se vuelve complicada. La nave espacial y la nave-insecto inician una pequeña escaramuza, mientras entrais en la fragata. Se os pone en cuarentena, y teneis oportunidad de daros una ducha y descansar unas horas antes de que la nave descienda por la órbita de la cuarta luna de Therion hasta un complejo junto a una de las minas de tritio activa. Y luego todos los miembros de la lanzadera, junto con personal de Inteligencia, marchais en una nave planetaria hasta otra mina de tritio, ésta abandonada, no así su complejo. Allí, sufrís otro examen médico antes de ser colocados en un ala de enfermería, antes de ser reclamados por un miembro de Inteligencia.

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23/06/2014, 20:00
Coronel O'Neal

-Se lo repetiré, pues parece que alguno no me ha entendido. Todos y cada uno de ustedes, así como el resto de miembros del escuadrón Juliet, han sido considerados fallecidos en acto de servicio durante el asalto a la estación espacial Hipotoonte. La Federación ya ha iniciado los trámites correspondientes para galardonarlos con un corazón púrpura así como varias medallas de servicio meritorio personal y para el escuadrón, y una medalla al servicio distinguido para vuestro sargento. Yo no estoy manteniendo esta conversación actual con ustedes, y bajo ninguna manera puede cualquiera de ustedes volver a territorio de la Federación sin ser considerados traidores de guerra por abandonar el puesto de combate, lo que significa una ejecución sumaria por una corte militar.

Dicho eso, el coronel hace una pausa en la que aprovecha para sentarse a su extremo de la mesa y beber un trago de agua de un vaso colocado sobre un posavasos de la Federación. Luego, os mira uno a uno.

-Chicos, aquí nos salimos de la línea oficial, y la información que me ha pasado Inteligencia es, cuanto menos, escasa. Quiero dejar esto claro porque soy el único que ha aceptado meterse en todo este fregado. No estais muertos, y dejareis de estarlo cuando todo esto termine. Sin embargo, es posible que pasen meses o incluso más tiempo. Acabais de presentaros como voluntarios forzosos para una misión secreta de Inteligencia, y no hay otro personal actualmente que pueda sustituiros. Bienvenidos al proyecto País de las Maravillas, permitidme que os enseñe la boca de la madriguera.

Notas de juego

Fin del Prólogo