Partida Rol por web

07:00 AM, Apartamento de Karim

Aquella mañana amaneció en su apartamento junto a Jessenia, su prometida. Era muy temprano, así que la dejó dormir tranquilamente. El día anterior había viajado varias horas en tren y estaba agotada. Mientras se preparaba un café en la cocina recibió el inesperado mensaje Joshua Brown.

Al principio creía que era sólo para desearle suerte o quizá algún pequeño contratiempo de última hora. Lo que no esperaba era tener a la prensa tan pronto, antes siquiera que el proyecto viera la luz o se presentaran estudios por pares. Todo esto le parecía demasiado precipitado, casi una encerrona. Empezó a ponerse nervioso, las manos le sudaban y tuvo que dejar el café a medias.

Entonces empezó a recibir mensajes en los chats del grupo de trabajo. Brian que era más parecido a él parecía estar de los nervios. A Liam en cambio no parecía afectarle a menos que la procesión fuera por dentro...

- Lo haremos lo mejor posible. Llevamos mucho trabajando en esto para que ahora tengamos que aplazar la exposición aludiendo cualquier excusa. Yo soy el primero en sentirme bajo un nivel de presión extra tras el mensaje. Mantengamos la calma y demos lo mejor de nosotros. - respondió intentando aparentar entereza, cuando por dentro estaba más nervioso que nunca. - Sabemos trabajar bajo presión y lo hemos demostrado a lo largo de estos últimos años. Animo, el Proyecto Eón será una realidad.

Luego empezó a vestirse, le dio beso en la frente a Jessenia y sin querer preocuparla, le dejó una nota. En ella le dejaba la hora y el lugar de la exposición que se daría a lo largo de la mañana. Ahora era momento de ir a la universidad y ultimar todos los preparativos.

- Estaré allí junto mi equipo lo más pronto posible. Gracias por avisarnos Dr. Brown.  - escribió antes de tomar las llaves de la moto, el casco y salir por la puerta. Hoy le esperaba un día muy largo.

El día comenzaba con una mezcla de incertidumbre y nerviosismo para los ingenieros. Habían visitado el aula magna en muchas ocasiones los últimos meses para practicar la exposición allí mismo, por la única de razón de hacerse con el sitio. Mañanas enteras e incluso tardes para conocer las medidas de la pizarra, la distancia con los tutores e ingenieros jefe desde los atriles, el espacio lleno de asientos vacíos...

Pero a solo unas horas del gran día, una llamada del Sr.Brown les hizo tener que desplazarse a terreno "desconocido". Los ingenieros habían visitado la asamblea principal al inicio de su licenciatura, en la graduación y en eventos varios; pero nunca, nunca se hubieran imaginado tener que defender el Proyecto Eón en esa gigantesca sala repleta de asientos repartidos en varios niveles.

Brian y Liam fueron los primeros en llegar al salón de actos principal de Harvard. El asiático iba de un lado a otro, hablando en voz baja sujetando su frente con una mano; Liam parecía algo más entero, pero por dentro estaba igual de nervioso que su compañero. A los pocos minutos, llegaron Dharma y Karim. La primera bromeaba para quitar hierro al asunto; el segundo, con rostro serio intentaba hacer con el control de sus nervios con una entereza convincente. Aún así, reunirse los cuatro hizo ver la situación desde otro punto de vista, ganaron confianza entre los ánimos de unos y otros, pero aún así, sabían que tenían un cometido más que imponente en aquel gigantesco salón de exposiciones.

El salón, ahora vacío de público, presentaba a varios operadores de cámara que colocaban sus videocámaras en sitios estratégicos para poder captar la mejor imagen de la presentación. En el escenario, personal de mantenimiento ajustaba cables en la pantalla de proyección y altavoces y micrófonos. 

Su equipo no estaba colocado en el escenario, a diferencia de la máquina que les había llevado construir cuatro años. En una de las esquinas, una enorme bulto tapado por una tela roja se alzaba por encima de los dos metros y medio. Les pareció que era más grande, más importante. Vista desde lejos, era enorme, hasta tal punto que por un momento pensaron de que no podía tratarse de la misma máquina que habían construido años atrás.

Por un segundo, un escalofrío les recorrió todo el cuerpo; pero la sensación fue interrumpida por una voz más que conocida.

- ¡Buenos días, chicos! - saludó Joshua Brown, mientras apoyaba una mano sobre el hombro de Dharma - ¿A que parece más imponente desde aquí? - comentó refiriéndose a la máquina del Proyecto Eón, mientras la miraba sonriendo -. Vamos, todavía tenemos tiempo para traer todo el equipo del aula magna; la máquina se ha encargado de transportarla el personal de mantenimiento con una grúa motorizada debido a la urgencia de la situación - el Sr. Brown dio un golpe a las gafas, colocándolas por el entrecejo -. Seguidme.

Se pusieron en marcha dirección el aula magna. El Sr. Brown andaba por delante de ellos, carpeta de cuero en mano. Los ingenieros se lanzaban miradas furtivas, entre algunos resoplidos. La sala que habían visitado durante tanto tiempo, no sería finalmente donde darían vida al Proyecto Eón.

El Sr. Brown dejó la carpeta en una silla y se sentó sobre una pierna en el borde de la mesa.

- Está bien, voy a explicaros la situación - se colocó las gafas -. Hace una semana me notificaron del cambio de sala y su apertura a los medios de comunicación. El Sr. Garber, rector de Harvard, me "propuso" - enfatizó con los dos a la altura de las orejas - darle una difusión especial a este proyecto revolucionario. El Proyecto Eón, que impulsaría en un grado más la física y la ciencia espacial, era un escaparate para nuestra Universidad - hizo una pausa mirando al suelo para volver a mirar a los ingenieros -. Sí, no es ningún interés económico, sino más bien de prestigio. Como no me dieron otra alternativa y tras una larga charla con el Sr. Garber, tuve que acceder sin más remedio. Pero lo hice desde la confianza que tengo en vuestra capacidad y en vuestro trabajo.

El Sr. Brown bajó de la mesa, se colocó bien la camisa y la chaqueta.

- He seguido día a día la evolución de vuestra obra y sé que estáis más que preparados para realizar uno de los cambios más grandes que se han visto en la ciencia. No obstante... - sonrió - vuestro cambio de última hora no será en vano, saldréis de ese salón principal con el título "cum laude", el máximo rango del doctorado. Era lo menos que podía hacer por vosotros - hizo una pausa, alternando la vista en cada uno de ellos -. ¡Venga, se nos echa la hora encima! Os ayudo a recoger y dejamos todo listo antes de que comiencen a venir los invitados.

Dharma texteó a un par de amigas, Yoshimi y Carole, a las que les había dicho del examen pero que no, no podían venir porque era a puerta cerrada, de que siempresí vinieran para acá.   Finalmente ya venía todo el mundo, ¿no?    

Invitadas.  Aula Magna.  Y la localización.  

Guardó el cel en la bolsa y se puso a revisar el armatoste para que no hubiera sorpresas. 

Busca por cucarachas, también, Dharma; recuerda la etimología de un "bug" en software. 

Karim, ¿está bien el descombulador ese o alguien le movió?   Yo lo veo chueco.

Todo parecía estar listo para dar inicio a la presentación del proyecto. El lugar había sido acondicionado para acoger los equipos de grabación. Los medios de comunicación estaría muy atentos a lo que estaban a punto de presentar y si era lo bastante impactante para sus audiencias, miles o incluso millones de americanos serían testigos ante tal avance.

Todo eso no hacía más que agravar los nervios de Karim, que ya empezaba a tener la frente perlada de sudor.

- Sí, la verdad es que es impresionante y deja ver la confianza que la universidad ha depositado en nuestro proyecto. Esperaremos estar a la altura de los acontecimientos y no defraudar a nadie... - respondió al Dr. Brown.

La noticia de que tras la presentación serían doctores cum laude, le hizo despejar en parte su temor, dejando que su anhelo por ser reconocido le inundara de fuerzas renovadas.

- Haremos que se sienta orgulloso de nosotros. Dejaremos a la universidad en buen lugar y cosecharemos el esfuerzo de tantos años, sí. - se dijo en parte a su mismo y a los demás para animarse.

En ese momento le dio por mirar el móvil para ver si Jessenia ya se había despertado. Podría estar presente en su gran día ¿Que podía salir mal?

- Tienes razón. Deberíamos asegurarnos que todo funciona como debe. - le dijo a Dharma y empezaba a revisar que todo funcionara como se suponía debía hacer.

-Quizás lo he dejado movido mientras lo revisaba antes. Bueno, luego hacemos una última pasada, que quiero comprobar los condensadores antes de empezar.- Pero Liam ya sabía que los condensadores estarían en perfecto estado, como la última vez que los vio, y como la anterior.

  Aun así, tenía que comprobar las partes más débiles del proyecto, pues no podía predecir ni quien o que podría llegar a hacer algún daño a aquel gigantesco monolito de metal. ¿Quizás algún cámara demasiado decidido en tomar una buena imagen?¿Algún despiste de alguien de mantenimiento? Toda la mañana había pasado el hombre barajando las posibilidades, impidiéndole incluso disfrutar del hecho de que, a lo mejor, pronto estaría doctorado con un "cum laude".

  Las palabras Sr. Brown le resultaban traicioneras, como a la luz de un pez linterna, la cual hace que la presa se sienta segura antes de que, desprevenida, se vea luchando por su vida. No es que dudase de las buenas intenciones de Brown, pero, a sus ojos, le estuviera tendiendo una trampa que le conduciría a fracasar. "Yo no estoy aquí para conseguir un titulo" se decía Liam, tratando de armarse de valor. "Estoy aquí para desvelar la verdad única del universo".

Brian estaba al borde del colapso: —¡Lo han toqueteado todo! Joder, joder, joder...

El equilibrio simétrico que había dispuesto para la presentación en aquella aula había desaparecido por completo. En su lugar se encontraban con la urgente necesidad de trasladar el equipo al aula magna y volver a encajar toda la estructura armónica.

—Lo primero es llevarlo todo al nuevo recinto —propuso Brian—. Así tenemos ocasión de revisar todo el equipo desde cero, paso por paso, siguiendo la secuencia que establecimos. Vamos, ayudadme chicos.

El joven comienza a cargar cosas y a sacarlas de allí.

Los ingenieros comenzaron a llevar el equipo al salón de actos principal. Ayudados por su tutor, Joshua, todavía tenían un tiempo valioso para colocar lo necesario e incluso repasar por una última vez diapositivas y guiones. Con una sensación de nervios y emoción, los ingenieros se pusieron en marcha.

Pero lo que más les preocupaba es que la máquina hubiera sufrido algún percance durante el transporte. Daban por hecho que ellos mismos no hubieran podido llevarla al salón principal, pero al menos les hubiera gustado supervisar el proceso. Nada más llegar del aula magna al salón principal, comenzaron a examinarla. Dharma fue la primera en interesarse. Destapó la tela roja y se asomó de cuclillas. Karim, que hizo lo mismo, revisó junto con la africana los puntos vitales de la máquina . Para relajación de ambos, todo estaba en orden. Liam y Brian respiraron tranquilos al confirmar la normalidad en el aparato.

 – Chicos – dijo el tutor mientras miraba su reloj -. Es la hora, van a abrir las puertas para dar paso a los invitados, acompañadme a la parte de atrás del escenario. Esperaremos allí a la presentación y discurso oficial, no quiero que estéis allí hasta que os den paso; estaréis más tranquilos. Yo tengo que volver a los asientos oficiales, así que mucha suerte y tranquilidad, los haréis genial. Confío y confiamos en vosotros - su rostro se volvió amable.

En ese momento, el sonido de las tres puertas principales que se veían en lo alto de la sala, se abrieron, dejando paso a un hilo de personas que comenzaron a bajar las escaleras ocupando las sillas dirección izquierda y derecha, como si una fila de hormigas se tratara.

Los ingenieros cogieron sus pertenencias de la mesa principal y se movieron rápidamente. Los cámaras comenzaron a recoger la llegada de la gente y flashes de fotógrafos rebotaban entre las cuatro paredes, sobre todo apuntando a celebridades de la ciencia, científicos de universidades vecinas como Stanford, Yale, Columbia… y como no, al Sr. Alan Garber, rector de Harvard, que saludaba a ambos lados envuelto en una sinfonía de obturadores de cámara.

Alrededor de diez minutos más tarde, la sala estaba abarrotada de gente, expectante para conocer de primera mano el Proyecto Eon: un invento que revolucionaría la física y el tabú de los viajes en el tiempo.

- Salón de actos principal de Harvard -

Una voz por megafonía pidió amablemente a los asistentes que terminaran de ocupar sus asientos y que guardaran silencio. Los ingenieros, que veían la situación entre los huecos laterales que el escenario tenía, pudieron ver como Kasinda Abioye, doctorada en Física y en Ciencias del Espacio, subía al escenario.

Kasinda fue la única galardonada “cum laude” el año anterior con un proyecto basado en la transformación de la energía basada en los agujeros negros para materializar una pasarela de viaje entre dos puntos. Los ingenieros habían escuchado hablar de ella en muchas ocasiones, pero nunca la habían visto tras su éxito pues se trasladó a Europa para un cargo importante nada más terminar su proyecto.

- Buenos días a todos y a todas, gracias por asistir a un evento tan importante; me alegra ver con mis propios ojos como Harvard sigue siendo una de las universidades pionera en materia física y espacial - bajó la vista unos segundos para echar un vistazo a los papeles que tenía en el atril -. Gracias a todas las celebridades públicas, científicos, investigadores; y como no, a nuestro rector,  el Sr. Alan Garber por brindarnos todas las facilidades y el apoyo que está en su mano - un estruendo de aplausos resonó en la sala -. Hoy estoy encantada de poder dar paso a un gran proyecto, el Proyecto Eón...

El discurso de Kasinda se alargó cinco minutos, cinco minutos que para los ingenieros fue una eternidad, a pesar de deshacerse en elogios por el proyecto Eón y repasar sus años de licenciatura y doctorado en Harvard de la mano de grandes compañeros. También, mencionó al Sr. Brown, que se encontraba sentado en la primera fila del salón, al lado del Sr. Garber.

Los flashes retumbaban en la sala, los aplausos rompían el silencio cada cinco o seis frases. El escenario, era perfecto para una exposición épica, una exposición sin igual. Los ingenieros estaban a muy pocos minutos de hacer historia.

- ... Para ello - finalizó Kasinda -, debemos dar las gracias a los cuatro compañeros que han hecho posible este proyecto: Liam Harrison, Brian R. Yamaguchi, Karim Haddad y Dharma Mandelbröt. Gracias por pertenecer a Harvard y por hacer de ella una Universidad digna de considerarse la más prestigiosa del mundo. Gracias.

Aplausos.

Un nudo en el estómago se hizo en cada uno de ellos al escuchar sus nombres. La voz de megafonía invitó al rector, el Sr. Alan Garber, a subir al escenario. Se cruzó con Kasinda a mitad de camino para brindarle un abrazo afectuoso.

Nuevos aplausos, flashes de cámara, nervios en cada uno de los ingenieros.

Karim que se intentaba hacerse fuerte frente a la adversidad, tragó saliva y con una gota de sudor cayéndole por la frente, se secó salió encabezado al grupo.

Estaba lleno de determinación y confianza pese a las cámaras y el gran público asistente. Allí seguramente se encontrara su prometida, orgullosa de él tras tantísimo esfuerzo.

- Gracias por su presentación Doctora Abioye. - agradeció a su compañera de facultad entre aplausos. - Es un placer que hoy nos acompañe. Agradezco también a nuestro rector y el Sr. Garber la confianza que ha depositado en nosotros. A todos aquellos aquí presentes y a los medios de comunicación por divulgar la ciencia de vanguardia. - se aclaró la garganta antes de proseguir y bebió de una botella de agua mineral que tenía bajo el atril.

- Damas y caballeros. Hoy van a ser testigos de una de las mayores avances en tecnología de nuestro siglo. El Proyecto Eón es sólo el primer paso a un nuevo campo en el estudio de las aberraciones espacio-temporales. Lo que vamos a mostrar hoy y de lo que van a ser testigos es sólo un pequeño ejemplo de lo que está tecnología será capaz en las próximas décadas. Gracias a mus colegas y a ustedes esto será una realidad y permitirá un salto cualitativo en la humanidad.

- Pero no voy a demorar más está primera intervención. A lo largo de las próximas dos horas expondremos con detalle cada uno de los puntos clave. Más tarde haremos una rueda de preguntas y por último una demostración delante de todos ustedes. Les dejo con... - y se giró para decir el nombre del próximo en hablar tras él.

Su arranque había sido bueno, pero no excelente. Pero sabía que era lo bastante bueno como para captar la atención de todos los asistentes y no robar todo el protagonismo a sus compañeros que de seguro darían su parte del discurso de apertura antes de la exposición propiamente dicha.

Brian logró dominar los nervios lo suficiente para poder disfrutar del discurso de su colega Kasinda Abioye y del ambiente del gran recinto. Pero todavía no lograba creerse que estuvieran a punto de salir a presentar su trabajo.

Mientras los flashes de las cámaras lo acosaban a él y a sus compañeros, una idea fugaz pasó por la mente de Liam, aliviando todos sus pesares. ¿Porque había de estar nervioso, si el resultado de aquella presentación ya estaba decidido?

Dharma se puso un poco nerviosa, pero nada del otro mundo.  Más bien se concentró en calcular el tamaño de la audiencia física que tenían enfrente, y en la audiencia, uno o dos ordenes de magnitud más grande que tendrían de manera virtual.   Más otro par de ordenes de magnitud a lo largo del las siguientes semanas.   

Si todo sale como planeado. 

Bueno, algo de nervio si le daba.

¿Cual es la probabilidad de éxito de la prueba, muchachos?  La que calculamos la semana pasada.  ¿Seguros que se la enviaron al Dr. Brown?  ¿No se nos habrá ido un punto decimal?  

Y luego Kasinda Abioye.   Tan influyente que fue para que ella solicitara a este programa tan difícil.  Tanto que la animó en sus correos, vía las asociaciones de estudiantes.    ¡Tipaza!

Sin ella no estaría aquí.   

¡Bravo! ¡Bravo!   Se unió a los aplausos.  

Luego se chiveó cuando oyó su nombre.   No es para tanto, la verdad.   Le deberían bajar tantito.  Si nos suben mucho nos vamos a caer o a marear. 

Se le quedó viendo a Karim con los ojos grandes grandes.  ¿Qué hace? 

^{- Alan Garber, rector de la Universidad de Harvard -}

El rector saludó desde el atril del escenario hacia ambos lados del salón de actos, sonriente. Los aplausos se alargaron, lo que hizo que el Sr. Garber pidiera calma, humildemente. Ajustó el pequeño micro a su altura y comenzó a hablar.

- Gracias, Srta. Abioye, es un honor volver a tenerla aquí después de tantos años. Nos alegra saber que su carrera está siendo todo un éxito. Para nosotros es un orgullo y un ejemplo a seguir. Desde Harvard, le deseamos todo lo mejor.

Aplausos. Kasinda asentía en su asiento, sonriente, mientras aplaudía tímidamente por las palabras del rector.

- Buenos días a todos los asistentes – fue nombrando a las eminencias, una a una -. Es un honor para mí estar hoy aquí como rector de la Universidad de Harvard. A lo largo de mi cargo, he visto pasar por aquí grandes mentes, grandes personas que han hecho de este mundo un mundo más asequible y más productivo, grandes mentes que han aportado a la sociedad unos avances que han hecho cambiar lo que hoy en día conocemos como ciencia, en algo más grande…

El Sr. Garber hablaba de forma fluida y sin ningún apoyo en papel. Sus palabras eran convincentes y seguras, basadas en logros históricos sobre alumnos y alumnas destacados; así como en el papel de la Universidad en la ciencia y en otras ramas sobre medicina, ingeniería, educación, etc.

- Me gustaría – continuó el rector - destacar también el papel de los grandes docentes que actúan como pilares de estos proyectos durante años y años.  Sin su labor de tutores, proyectos como este no tendrían el alcance que hoy tienen. De esta manera, pido un fuerte aplauso para el Sr. Joshua Brown, director del Área de Física y Ciencias Espaciales y también culpable de que hoy estemos ante un día muy especial para nuestra universidad.

El Sr. Brown saludó tímidamente entre aplausos girándose sobre su asiento a su espalda. Colegas de profesión cercanos a su silla, insistieron en que se levantara para recibir la ovación. El Sr. Brown, se levantó finalmente ayudado por varios compañeros de área, que le tiraban de los brazos. El sonido de los aplausos se intensificó, mientras que Joshua enrojecía levemente y se sentaba a los pocos segundos. Los aplausos fueron disminuyendo poco a poco.

- Y ahora sí – el Sr. Garber hizo una pausa y miro ampliamente a los asistentes del salón -. Ahora es el momento de presentar un proyecto esperanzador, un proyecto convincente e innovador que ha sabido madurarse durante cuatro largos años. A partir de hoy, la ciencia, el espacio y los viajes temporales; estarán más al alcance de todos. Sus responsables: Liam Harrison, Brian R. Yamaguchi, Karim Haddad y Dharma Mandelbröt; creadores del Proyecto Eón. Damas y caballeros, pido un fuerte aplauso para cuatro de los alumnos más brillantes que Harvard ha descubierto.

El sonido de las palmas retumbó por todo el salón de actos. Los ingenieros pudieron ver tras el hueco que dejaban las cortinas y el escenario como el rector se giraba hacia sus posiciones, aplaudiendo.

Era hora de salir allí y defender lo que podría ser el proyecto que cambiaría sus vidas para siempre.

Karim que se intentaba hacerse fuerte frente a la adversidad, tragó saliva y con una gota de sudor cayéndole por la frente, se secó salió encabezado al grupo.

Estaba lleno de determinación y confianza pese a las cámaras y el gran público asistente. Allí seguramente se encontrara su prometida, orgullosa de él tras tantísimo esfuerzo.

- Gracias por su presentación Doctora Abioye. - agradeció a su compañera de facultad entre aplausos. - Es un placer que hoy nos acompañe. Agradezco también a nuestro rector y el Sr. Garber la confianza que ha depositado en nosotros. A todos aquellos aquí presentes y a los medios de comunicación por divulgar la ciencia de vanguardia. - se aclaró la garganta antes de proseguir y bebió de una botella de agua mineral que tenía bajo el atril.

- Damas y caballeros. Hoy van a ser testigos de una de las mayores avances en tecnología de nuestro siglo. El Proyecto Eón es sólo el primer paso a un nuevo campo en el estudio de las aberraciones espacio-temporales. Lo que vamos a mostrar hoy y de lo que van a ser testigos es sólo un pequeño ejemplo de lo que está tecnología será capaz en las próximas décadas. Gracias a mus colegas y a ustedes esto será una realidad y permitirá un salto cualitativo en la humanidad.

- Pero no voy a demorar más está primera intervención. A lo largo de las próximas dos horas expondremos con detalle cada uno de los puntos clave. Más tarde haremos una rueda de preguntas y por último una demostración delante de todos ustedes. Les dejo con... - y se giró para decir el nombre del próximo en hablar tras él.

Su arranque había sido bueno, pero no excelente. Pero sabía que era lo bastante bueno como para captar la atención de todos los asistentes y no robar todo el protagonismo a sus compañeros que de seguro darían su parte del discurso de apertura antes de la exposición propiamente dicha.

Brian sale al estrado visiblemente nervioso, cegado por los flashes y asombrado por el lleno absoluto del recinto. Se acerca al micrófono, lo coloca en el centro exacto del atril y lo curva en un ángulo armonioso. Le da un pequeño toque con el dedo, carraspea, bebe un poco de agua y comienza a hablar como si alguien hubiera roto el muro de una presa.

—En primer lugar quisiera reiterar los agradecimientos expresados por mi colega Karim Haddad a nuestra alma mater, la Universidad de Harvard y a su excelentísimo señor rector Mr. Alan Garber, por haber acogido nuestro proyecto cuando no era más que un puñado de líneas esbozadas sobre un fichero Word y haber creído en él.

»Gracias especialmente al Departamento de Física y Ciencias del Espacio y a nuestro mentor y tutor el Prof. Dr. Joshua Brown, cuya guía, tutela, profesionalidad y dedicación a lo largo del proceso de gestación de este trabajo, nos ha inspirado e infundado el valor y las ganas necesarias para afrontar un proyecto de tal magnitud.

»Agradecer igualmente a nuestra colega, la Dra. Kasinda Abioye, sus palabras de respaldo; a mis colegas todos estos años de esfuerzo y camaradería; a mi familia su paciencia y, finalmente, a todos ustedes público y medios de comunicación, agradecerles su generosidad y su tiempo.

»Permítanme que les lea un breve fragmento de nuestra tesis:

                   »De acuerdo con la descripción convencional de la teoría de la relatividad, las partículas materiales al moverse a través del espacio-tiempo se mueven hacia adelante en el tiempo (hacia el futuro) y hacia un lado u otro del espacio. El hecho de que la energía total y la masa sean positivas está relacionado con el hecho de que las partículas se muevan hacia el futuro (en mecánica cuántica un cambio de signo en el tiempo o una masa negativa son equiparables).

»El eón, como la unidad geocronológica de mayor intervalo en la escala de tiempo geológico, equivale a 1000 millones de años. En geología, un eón (en griego "eternidad") se refiere a cada una de las divisiones mayores de tiempo de la historia de la Tierra usadas en la escala temporal geológica. La categoría de rango superior es el supereón y el rango inmediatamente inferior son las eras. El término proviene del griego antiguo, Aión, significando una eternidad, una cantidad indefinida de tiempo.

»A pesar de la propuesta hecha en 1957 en definir un eón como una unidad de tiempo igual a mil millones de años, la idea no fue aceptada como una unidad de medida en sí y fue raramente usada para especificar un periodo exacto de tiempo, sino que se usa como una cantidad grande pero arbitraria de tiempo.

»De ahí, de esa arbietrariedad, surge el Proyecto Eón. El objetivo del mismo es el de poder controlar la época que se quiere visitar, a conciencia. Evidentemente, el rango de viaje no maneja calendarios tan amplios en referencia al eón, si no que está dentro de un abanico que oscila entre cien y mil años. 

»Para ello, hemos diseñado una máquina basada en determinadas formulaciones para crear portales, donde existiría la posibilidad de unir dos puntos, de forma que una distancia que se alargaría miles de años luz podría ser salvada de forma instantánea saltando de un extremo a otro. Estos túneles en el espacio serían los agujeros de gusano. Dada la continuidad espacio-tiempo que postula la teoría de la relatividad, estos agujeros de gusano podrían no sólo unir dos regiones apartadas del espacio, sino también dos puntos diferentes en el tiempo, lo que posibilitaría el viaje en el tiempo.

Hace una pausa para beber más agua, mira al borde del escenario y descubre al profesor Brown haciendo visibles gestos de que corte el discurso y dé paso a su compañera Dharma.

—Bien... —duda un segundo y retoma el discurso—. Sirva esta breve introducción teórica para situarles ante la demostración que llevarán a cabo mis colegas. Les dejo con mi compañera Dharma Mandelbröt. Muchísimas gracias.

Abandona el estrado y camina con paso ligero al lateral del escenario.