Partida Rol por web

Los Miller viven en una finca a las afueras del pueblo, a menos de un kilometro, viven el sr. Y la sra. Miller y su hijo de 8 años, tienen campos de cultivo de maiz. Mientras te diriges allí, recuerdas que hace tres días, Jerry Miller, el marido de la Sra. Miller, te dijo que había visto caerse un ovni o algo muy grande en el lago Bayles. Pero todos en el pueblo saben que no hay que hacer demasiado caso al Jerry Miller. Por eso mismo lo dejaste pasar.
Llegas a casa de los Miller pero parece que no hay nadie allí, no falta mucho para el partido y seguramente estén ya allí.

El tan esperado momento Deportivo ha llegado, son las 17.00 horas y tan solo falta media hora para el comienzo del partido, el pueblo esta claramente mas animado, hay varios autobuses procedentes de otros condados la gente empieza a acomodarse en el estadio.

El estadio de béisbol del pueblo es una explanada rectangular con unas gradas de cemento en el lado oeste, cubiertas con un techo metalico, justo debajo de las gradas y a ambos lados están los vestuarios y la entrada principal.
Todo el recinto está cubierto por una valla metálica, y en el lado este del campus hay una entrada de servicio con puerta metálica.
El campo es de césped bien cuidado y hay seis focos bien distribuidos por todo el campo. Y un gran marcador en el córner sur del estadio.

Poco a poco va llegando la gente, los dos equipo están calentando y las animadores haciendo su labor.
La doctora del pueblo llega pronto y se sienta en las gradas errando a su esposo. Al poco tiempo llega la ayudante del shérif, y a pocos minutos del inicio del partido llega el shérif del pueblo, aparcando el coche patrulla en la entrada.

Llamó a la puerta y nadie contestó. No era extraño, posiblemente fuesen a ver el partido de baseball, como la mayoría del pueblo. Sin embargo, quería asegurarse, extrajo la linterna del cinturón y la activó para permitirse ver mejor a través de las ventanas de la casa unifamiliar, semi-inclinado observó el interior tratando de asegurarse que allí no había nadie en problemas.

Después, volvió al coche y se dirigió al campo de baseball. Donde probablemente encontraría a la señora Miller, y podrá averiguar que demonios le ha pasaba.

Das un par de vueltas a la casa antes de dirigirte al partido y efectivamente corroboras que no hay nadie en su interior.

Después del trabajo me fui para casa a darme una ducha y cambiarme de ropa y seguídamente me dirigí hacia el estadio para ver esa esperada final de beísbol de la que todos hablaban. Aunque no me interesen mucho los eventos deportivos, este partido era uno a los que yo no podía faltar aunque solo fuese por protocolo. Debía estar allí acompañando al sheriff como ayudante de él que era y poner buena cara a todos los que me saludasen o me comentasen cosas sobre el partido. Así que aquí estoy yo en el estadio, mientras aun están calentando los jugadores.Subo a las gradas para ocupar mi asiento y me encuentro con que la Doctora Felicia ya ha llegado [Parece mentira que a esta mujer le gusten estas cosas, me la imagino más viendo la telenovela del medio día] pienso dibujando una sonrisa en mi cara. Cuando la tengo a mi lado la saludo cordialmente:

- Hola Felicia, has sido muy puntual. Y Jack, ¿aun no ha llegado? ¡Él no se perdería el partido por nada del mundo!

Detuvo el "Crown Victoria" en el aparcamiento, cerca del campo y salió de el colocándose la tonfa en su lugar, antes de cerrar la puerta del coche, lanzó el sombrero vaquero que iba implícito en el cargo - y que odiaba - al interior y echó a andar hacia el estadio.

Sonrió al ver a su esposa y le guiñó un ojo, estaba con Bianca a su lado. Señaló la esquina inferior derecha de la grada, indicando que como sheriff, tendría que quedarse allí, de pie; durase lo que durase aquel partido. Desde allí, buscó a la señora Miller y a su esposo.

Suenan los altavoces, y suena la musica típica de los partidos de beisbol, y seguidamente el reportero de radio del pueblo comienza el comentario del partido.
Bienvenidos señores y señoras, hoy se enfrentan en la final de la XIV liga de los condados sur de Indiana, el equipo estrella los Paxton's Red Cross contra los Bull River, va a ser un partido muy emocionante...y ya están señores los jugadores posicioanndose en sus puesto...y en 3, 2 , 1 comienza el partido!!!!!!!

Un fuerte pitido da comienzo al partido.

El jugador estrella Tom Rainer esta haciendo un buen partido, se le ve algo reservado, quizás por el diagnostico de la doctora Barker de esta mañana. Aún así los Paxton's Red Cross van ganando por una carrera.
Han pasado los primeros 15 minutos pero un suceso inesperado da la vuelta al partido, que los jugadores empiezan a detenerse.
Al fondo del campo por la puerta metálica de servicio aparece alguien con un mono azul grisaceo, parece que es Jerry Miller y lleva una escopeta en la mano.

La gente comienza a alaramarse, el sujeto va andando hacia el centro del campo, mientras los jugadores salen corriendo del campo hacia las gradas.
La gente cuchichea y algunos gritan

Ohh mirad!! mirad!!! un loco!!!! LLEVA UNA ESCOPETA!!! es Jerry Miller!!! como? AHHHHH!!!! si miradlo es Jerry !!!!........

Había llegado incluso pronto, pero no me importó esperar sentada, saludando o intercambiando saludos con la gente que iba apareciendo en las gradas. Alguno se molestaba en decirme que pasaría mañana por la clínica para que le mire "nosequé que me pasa nosédónde"; lo hacían muchos, pero pocos cumplían.

Al ver a la ayudante de Jack la saludé con entusiasmo, y justo cuando iba a decirle que Jack no tardaría mucho (era una suposición mía sin ninguna base científica), le vi entrar en las gradas y saludar. Hice lo propio, pero supongo que esperaba ver el partido con él. En lugar de poner morros, me quedé con Bianca.

Me quedé absorta mirando a Rainer, fijándome en sus movimientos para tratar de ver hasta qué punto podían molestarle las articulaciones, hasta que los murmullos de todo el público y la voz del comentarista me hicieron mirar hacia...

Jerry Miller, armado.

-¡Oh, dios mío!-exclamo, llevándome las manos a la boca. Mi primer pensamiento es mirar hacia Jack, preocupada, esperando (en vano) que no tuviera que intervenir. Confío en su capacidad, por supuesto, pero la forma de caminar de Miller no me dice que vaya a tener miramientos.

Corrió hacia el centro del campo a paso ligero, mientras con la derecha quitaba el anclaje de seguridad de la funda de la pistola - ¡Jerry! - gritó decelerando y convirtiendo el caminar en unos pocos y cautos pasos - ¿Que estás haciendo? - preguntó extendiendo la mano izquierda hacia el hombre y apoyando la diestra en la empuñadura del arma, listo para desenfundar - Suelta el arma y hablemos, Jerry. - sentenció tratando de calmar al hombre, sin embargo este no se detenía, así que Jack continuó dando pasos atrás, para mantenerse en un alcance no letal de la escopeta, la mano izquierda continuaba extendida hacia el frente, con el brazo alzado, parte del protocolo policial.

Jerry no contestó al Sheriff y siguió caminando a paso normal, parecia estar fuera de si, incluso parecía drogado o alcohilizado.
Has que de repente se detuvo en dirección a Jack, a pocos metros del centro del campo y de repente con un bruco movimeinto apuntó con su escopeta al sheriff.

OOOhhhhhh!!!! aahhh!!!!!-gritó la gente desde la gradas, y de repente se hizo el silencio, mientras Jerry apuntaba a Jack con su escopeta

Apretó la empuñadura del arma con firmeza y se obligó a no desenfundar refrenándose con una mueca, puso los ojos en blanco y realzó la mano izquierda volviendo al protocolo - Jerry no hagas una tontería, - sentenció tratando de hacer entrar en razón al hombre - baja la escopeta y hablemos, - asintió sonriendo con amabilidad - piensa en tu hijo, Jerry; ¿quieres que tenga que visitar a su padre a la prisión del condado? - preguntó con cierta seriedad - Yo creo que no. - suspiró calculando la distancia y rezando por que el chaleco se lleve la peor parte si es que Miller llegase a disparar.

Tras las palabras del sheriff Jerry parece hacer caso omiso.
Felicia y Bianca podeis ver a la Sra. Miller desde las gradas con cara de gran asombro y agarrando a su hijo fuertemente, mietras le tapa la cara.

Jerry levanta más la escopeta apuntando a la cabeza de Jack

Desenfundó el arma con rapidez y disparó a la mano derecha del hombre, la mano del gatillo, buscaba herir e incapacitar la extremidad con la que Jerry resultaba una amenaza.

Sentada al lado de Bianca veo cómo van sucediéndose los acontecimientos, Jerry Miller en el campo de juego con su escopeta en la mano y apuntando hacia Jack. Decido entonces que tengo que ir con el sheriff por si necesita refuerzos:

- Felicia, tú quédate aquí y si las cosas se ponen feas sal corriendo del estadio, pero bajo ningún motivo se te ocurra bajar al campo.

Tras decirle esto a la doctora bajo corriendo las escaleras de las gradas para situarme en el terreno de juego, cerca de donde está Jack. Desenfundo mi pistola y apunto hacia la dirección del pirado para cubrir a  mi compañero. Noto cómo la gente enloquece y los gritos que llegan desde las gradas se hacen ensordecedores.

Creo que si Bianca no me lo hubiera dicho, hubiera bajado sin pensarlo al campo para intentar hablar con Jerry Miller, pero dos cosas me lo habían impedido. La primera, obviamente, Bianca (había despertado mi sentido común); la segunda que Jerry ya había alzado el arma contra Jack.

Sentí dos impulsos: uno de quedarme totalmente quieta, con la vista fija, mientras el cuerpo me temblaba llevada por los gritos y los nervios del resto de gente que se agolpaba por salir de ahí; la otra era encogerme como un niño y no mirar por lo que pudiera pasar.

Acabé simplemente mirando, congelada en el asiento.