Partida Rol por web

- Claro preciosa mía. Acaba con él. Luego iremos al cuartel general y mataremos al druida que queda y a las dichosas ratas. Al fin y al cabo ya no sirven para nada - dice sin el más mínimo problema moral el hechicero

Miro a la sacerdotisa, y de reojo a mi compañero. La verdad es que no me agradaba nada aquella situación, con tanta maldad supurando por cada poro. Pero uan cosa era cierta, y es que de aquella manera podríamos encontrar más fácilmente a nuestro compañero de la Sociedad... Habría que hacer de tripas corazón y soportar la situación, aunque vigilante por si la tipa hacía algo extraño.

Luscilia chasqueó los dedos y señaló al culstista. Su zombi se acercó y empezó a machacarlo a puñetazos, derribándolo y partiendo su espinazo de un patadón. Los gemidos del hombre y sus lloros se desvanecieron rápido mientras el no-muerto le hacía papilla contra los tablones del muelle.

-Pues vamos allá... os llevaré al cuartel general... así me quedaré con todo el dinero de ésta remesa de esclavos y no lo compartiré con Dalirio ni el resto de patanes.

Maedros observó como el zombie eliminaba al druida y pareció pensar un instante

- Si, vayamos a terminar con este asunto. Chicos - dice en tono de autoridad mirando al resto del grupo- Adelantaos con mi querida amiga y protegerla de todo mal. Aquí llamamos demasiado la atención. Yo revisaré que los esclavos estén bien asegurados y me reuno con vosotros junto a la fuente que hay en la plaza por la que pasamos hace unos minutos, la plaza de G* - tras estas palabras miro a Luscilia- Amiga mía, acompáñalos. Sólo faltaría que volvieras a ser atacada e insultada. Ellos te protegerán de todo peligro, y yo, como bien sabes, se apañármelas. Veré que nuestra carga está en buen estado, y segura, y me reúno con vosotros en seguida

Id con ella, yo acompañaré a Maedros. Acabamos comprobar que esta zona no es segura, y es posible que necesite ayuda. Además, son muchos los rescatados y sería imposible para ti solo defenderlos en el caso de que un matón quiera aprovecharse de vosotros.

Vamos, pongámoslos a salvo. Nos vemos en dos minutos.

Me acerco a Maedros y le doy una palmada en el hombro.

Vamos, no tenemos tiempo que perder. Llevemosles a una casa franca de la Sociedad.

- Por mi vale. Mirad a ver si en la casa franca pueden prescindir de alguna poción de curación. Yo estoy que no me tengo en pie, y es posible que nos hagan falta si los combates continúan a este ritmo.

Maedros y Hothar volvieron al barco, allí utilizaron la llave que encontraron en uno de los semiorcos para liberar a todos los esclavos de sus cadenas y llevarles hacia una casa franca... a la que no llegaron porque todos los liberados se fueron a las suyas, o a hablar con la guardia.

Sin tener mucho tiempo más, ambos compañeros se dirigieron hacia el punto de reunión...

Fist, Hendrick, Luscilia y el zombi (al que le habían puesto una capucha para disimular su aspecto), se dirigieron a una placita cercana, a medio camino del cuartel general.

-¿Estás herido? Pobrecito-Hendrick nunca había escuchado un sarcasmo así.- espero que tu jefe pueda conseguirte pociones... porque mira.-Luscilia sacó una poción.-Yo si tengo, ¡Y es toda para mí! Me la voy a beber a traguitos, poco a poco, mmmm que bien sabe, y sabe mejor porque tu quieres una y no la tienes... ¿Tu crees que eres muy importante para tu jefe? ¿Te aprecia mucho? A ver si puedo convencerlo de que son mejores criados los zombies...

15-20 minutos.