Partida Rol por web

Tras vestirse a la moda de finales del siglo XIX, los tres hombres y la chica deciden probar suerte y encaminarse hacia la plaza. El policía, antes de dejaros marchar, insiste en que debéis ir a ver al padre Savall, el párroco local, por la cuestión del pago de la ropa.

Las calles de la localidad siguen un esquema bastante anárquico conforme os acercáis al casco antiguo. El paisanaje y paisaje os comienza a hacer sospechar que no se trata de una broma, y que realmente habéis viajado en el tiempo: coches de caballos, hombres y mujeres con gestos y actitud de época, cartelería con tipos de imprenta e ilustración con carboncillo...

Preguntando a los lugareños, vais dando con el camino hacia la plaza mayor. Sin embargo, de camino os topáis con la fachada del templo aparentemente más antiguo del lugar.

Cojo la ropa que me ofrece el oficial y las miro con recelo.

No son muy atractivas... pero al menos parecen de buena calidad...

Alzo la cabeza y miro a un lado y a otro.

Esto.... ¿hay algún lugar donde pueda cambiarme?... No me gustaría que me acusasen de nuevo por alterar el orden y esas cosas...

El cabo te señala una puerta allí cerca, con todo el aspecto de tratarse de un primitivo cuarto de baño, con esos "meaderos" a ras de suelo que se estilaban en el año de la polca.

Al ver la puerta que me señala aparece en mi cara una expresión contenida de repugnancia, pero no hago ningún comentario y me dirijo decidido hacia allí.

Tras un momento salgo del lugar con la nueva ropa. Me detengo junto a la puerta y me miro de arriba abajo.

¡Vaya cutrería!

Después me dirijo a Varcarcel, mostrando mi nuevo atuendo y girándome sobre mi mismo con los brazos extendidos para que no se le escape detalle.

¿Y bien? ¿Puedo irme ya?

No me suena de nada.

Tanto Jessica como Alessandro se percatan de algo singular. Aquella iglesia les recuerda, casi como si fuera un calco, a una de las más antiguas de Salou. Han tenido ocasión de veranear por allí, y lo cierto es que Jessica se fija en que, ademas de la iglesia, la calle y la placeta donde está se parecen mucho, aunque no son idénticas por razones de mobiliario urbano.

Hay una mujer vestida de negro barriendo el rellano de la iglesia, y os ha echado un par de miradas furtivas. De las dos puertas de madera claveteadas de hierro, una de ellas está abierta a espaldas de la señora.

Ignacio se siente como en un día de carnaval. Aquellos pantalones a la antigua, muy bastos, la camisa, el chaleco y la gorra. Parece un gañán de pueblo, o eso ha pensado al mirarse en el pequeño espejo del servicio. El cabo asiente, aprobador.

-Sí, puede usted marcharse.

Afuera, nuevamente, todos parecen seguir con la ficción decimonónica, algo que ya comienza a inquietarte demasiado... ¿Y si? En ese momento, escuchas en una calle cercana la voz de un pregonero.

-¡Se hace saber, por órden del señor alcalde, que hay caja de recluta para servir en Cuba en la plaza mayor y frente al ayuntamiento! ¡Todos los hombres sanos de entre 18 y 50 años deben presentarse en la plaza para el sorteo de quintas!

Antes de salir del cuartel me acerco al cabo.

¿Puede devolverme el mapa?... Si no.... - Recuerda seguirle el juego... - ...no me orientaré en esta ciudad.

El hombre duda un momento y me da el papel de mala gana, tras lo cual le agradezco el acto con una semireverencia.

Tras salir a la calle de nuevo veo como siguen todos aquellos actores a lo suyo.

Está muy bien, pero esto me ha cansado un poco.... ¡¿De dónde demonoios habrán sacado tanto extra?!

Doy unos paso entre la gente que, al menos, ya no me mira con tan mala cara como antes. Al poco escucho a una especie de pregonero decir no sé qué de la plaza mayor para Cuba.

Debe ser algún tipo de espectáculo. Creo que ya he tenido bastante con lo del cuartel pero... ¡Qué demonios!... Se supone que estoy aquí para probarlo todo...

Saco mi mapa y trato de orientarme para llegar a la plaza mayor. Al poco me pongo en camino.

El mapa no te sirve de mucho. Parece que el parque y ese sitio son diferentes. Sin embargo, preguntando te encaminas hacia allí fácilmente.

Poco antes de llegar, te topas frente a una vieja iglesia con unas siluetas familiares. Jurarías que es la misma gente con la que te subiste en el tren del parque y que acabaron contigo allí. Eso si, van vestidos de época, incluída una chica rubia que está allí con ellos.

Esta iglesia me resulta sumamente conocida, es una replica exacta de otra que he visto pero mucho mas vieja.

no recuerdo el nombre. Vayamos donde esa mujer a ver que nos dice?

dicho esto empiezo a caminar en direción a la mujer

Camino tratando de orientarme en el mapa, pero no soy capaz de encontrarme. Al final me guio por lo que la gente me va diciendo.

Desde luego... lo que es en organización... les voy a poner una mala puntuación bestial...

AL levantar la cabeza veo que me encuentro junto a una gran iglesia que no aparece en el mapa. Allí al lado distingo a una gente que, por su expresión de asombro distinta a la del resto, creo que son algunos de los voluntarios que llegaron conmigo al parque.

Me acerco a ellos sin dejar de mirar mi mapa.

¡Hola! ¿Os está gustando el parque? Un poco exageradas algunas actuaciones me parece a mi. Por cierto. Ando un poco perdido. ¿Podría alguno decirme dónde estamos? - Digo mostrando el mapa.

Se despierta un tanto desconcertado y mira a su alrededor de nuevo, parece que era un sueño y que realmente si esta metido entre rejas "joder..menudo marron se supone que venia de vacaciones".

Me levanto y cojo las rejas con ambas manos

-¿Esque no pensais sacarme de aquí?

Me quedo un rato mirando aquella que parece haberse quedado inmovil. Al ver que no me hacen caso supongo que son parte de la gran marea de extras del parque y que me he confundido.

O bien eran extras que llegaban tarde... ¡Bah!

Hago un gesto despectivo con la mano y me alejo del grupo en dirección a la plaza que era mi objetivo.

Aún pensando en las palabras que rondaban mi mente cuando un chico aparece.

Hola no nosotros también somos los testeadores de la atracción, me llamo Alessandro y igual que tu andamos meiod perdidos

Me detengo al notar que al fin uno de los tipos del grupo parece hacerme caso. Me giro y le extiendo la mano.

Ignacio. Y, si están "medio perdidos", ya están mejor que yo.. porque estoy completamente perdido. - digo volviendo a mirar el mapa. Escuché hace un rato que habrá una especie de teatro o algo parecido en la Plaza Mayor, algo de unos reclutamientos para Cuba o algo así. ¿Quieren acompañarme? - digo señalando en dirección a la plaza.

Hacia ahí ibamos a ir pero antes queriamos ir a preguntarle algo a esa supuesta monja, esta iglesia es un replica exacta de una de españa pero esta es obvio mas nueva, no se pero las cosas creo que ya pasaron de los limites