Partida Rol por web

Arthur no era el mejor tirador por lo que le dió miedo disparar a dos personas peleando, se acercó y de algún sitio de su tunica salió disparada una daga hacia el conjurador.

Angel apuró sus opciones con el último de sus dardos. Esta vez el proyectil bien dirigido se acercó peligrosamente al rostro del elfo, el cual levantó la mano de forma instintiva intentando protegerse. El dardo golpeó algo invisible un palmo antes de alcanzar su objetivo y cayó al suelo de forma inofensiva, mientras el mago se recuperaba del susto.
Auris se revuelve contra el combatiente pero apenas consigue molestarlo para conseguir tiempo para rodar sobre si mismo y alejarse lo suficiente para estar fuera de alcance.
Hert aprovechó la distracción de su compañero para golpear a traición la espinilla de su adversario, el cual gruñó debido al dolor y se vió obligado a hincar la rodilla mientras se le aliviaba el dolor.
Agnes cambió de objetivo pero el elfo había conjurado algún tipo de energía protectora frente a él y la daga golpeó contra aquella barrera invisible.
Arthur aprovecha que el elfo está entretenido evitando diversos ataques, pero su daga, aunque bien dirigida se topa con el mismo conjuro protector que le está salvando la vida.

El elfo parece algo confuso al verse rodeado de amenazas y decide ponerse en posición defensiva mientras ve como su compañero a recibido la primera herida.

Elfo conjurador: "-Lo tienes... todo controlado... ¿no?", preguntó a su compañero mientras jadeadaba entrecortadamente.

El combatiente miró a Hert con cara de pocos amigos y le propinó un duro golpe en la cara que le hizo volver a tumbarse mientras recuperaba un poco verticalidad y lanzaba un corte ascendente a Agnes para intentar aliviar un poco de presión sobre su compañero. El golpe chocó contra el escudo de Agnes, pero el golpe llevaba mucha fuerza y le rasgó el brazo dejándole una gran cicatriz sangrante.

Humano combatiente: "-Solo preocúpese de seguir con vida un poco más..."

Sansthrew por su lado vagaba sin un rumbo fijo intentando encontrar a sus hermanos mientras no terminaba de aclararse si su arrepentimiento por haberse dejado seducir por la tentadora Madeleine era real. Cualquier ruido llamaba su atención, cuando no era un perro hurgando entre unas cajas de pescado podrido era un borracho intentando mantener el equilibrio mientras una fuerza invisible le zancadilleaba a traición. Ya casi estaba empezando a perder la esperanza cuando le pareció escuchar un ruido de pelea proveniente de la zona de almacenes abandonados.

Con desesperación, como un borracho que desea llegar a su casa aun sin saber donde está, y sólo el vago conocimiento de que en algun sitio estará, me lanzo hacia el ruido de peleas, llevando la mano a mi querido Mangual.

"Por favor, que esten bien. Por favor, que no leshaya pasado nada"
"Por favor, que Ángel no la haya liado"

Angel gruñó apretando los dientes cuando vio que su dardo perfectamente lanzado pareció rebotar contra aquel elfo sin causarle daño, parecía que las palabras que aquel había murmurado antes invocaron alguna clase de magia que lo envolvía... como una armadura. Por si fuera poco, el elfo resultó ser bastante ágil.

— Maldición, ojalá que este cuente. — Murmuró para si mismo Angel mientras hurgaba una vez más en su bolso de cuero para sacar su último dardo, el cual rápidamente lanza... aunque esta vez escogiendo como objetivo nuevamente al hombre con la espada larga, ya que ahora mismo el elfo tenía a demasiados de sus compañeros cerca y resultaba un tanto arriesgado intentar lanzarle algo nuevamente.

 Me levanto y doy un paso para flanquear al combatiente y le ataco, consiguiendo un golpe de refilón.

Rendíos y buscaremos una solución que  sea beneficiosa para ambos bandos, la pelea esté generando un ruido que atraerá mas gente y tu compañero brujo sera una presa muy codiciada , 100 monedas por su cabeza según la ley antimagia. 

Ante mi golpe, al contrario de lo que creía, el espadachín ni retrocedió y rápidamente me golpeó el a mi. El malnacido iba morir si o si en este día. - ¿Eso es todo lo que tienes?. Digo mientras escupo un hilillo de sangre. - Yo aun puedo repartir mas 

Aprobechando que la conjuradoras se había puesto a la defensiva se colocó  junto al combatiente que estaba siendo asediado por varios costados. El único truco sucio que sabía usar en una pelea servía una vez por persona, una vez visto ya no servía, por lo que esperaba que saliera bien esta vez.

Delante del combatiente dejó caer la daga cuando le miró, y con un movimiento agil e imprevisto sacó otra daga que tenía oculta y volvió a intentar apuñalarle. Pero practicar con un arbol no era ni mucho menos lo mismo y su golpe volvió a ser parado, esta vez por la armadura.

Puedes narrar cuando quieras tu aparición en escena (solo aparición). Postealo marcando "Solo para el director" y la recolocaré justo tras sus acciones.

la magia era complciada, por eso se habia prohibido...bueno eso y por lo del hierro... Asi que simplemente pivoto sobre si misma para encarar a quien le habia echo un tajo en el brazo

Seras hijo de perra!

Intenta apuñalarlo en el pecho pero este lo esquiva retrocediendo parte del cuerpo

Tras una carrera infumable y una sudada espectacular, los hados me sonrien.
La afortunada sonrisa de los dioses de la fortuna son casi tan hermosos como un guiño de la sensual saler.... ¡Oye! Ya vale! ¡Deja de pensar siempre en la misma chica!

Como sea, salto sobre un cajón de los muchos que se apelmazan en los callejones, dejando tintinear mi mangual y cortando la retirada a los desgraciados enemigos del Santísimo Inquisidor.

"¿Que pasa, hermanos? ¿Me echasteis de menos?"
"Tranquilos. Aqui llega el hermano mayor a poner las cartas sobre la mesa!"

Aunque intento mostrar una actitud brava, por dentro estoy muerto de vergüenza. Querría jurar que nunca más dejaré que una moza hermosa me distraiga, pero se que sería mentira.

"Vamos allá"

Angel ajusta su disparo sobre el combatiente y el proyectil vuela con un vector correcto y con una fuerza aceptable, sin embargo en el lance del combate su hermana Agnes se cruza y el proyectil se aloja en su hombro causando una molesta herida.
Mientras tanto Auris aprovecha que el combatiente se mantiene enzarzado con la fémina del grupo para asestarle un golpe por la espalda a la altura del costado derecho que arranca un nuevo gruñido del guerrero.
Hert se une a sus compañeros y aprovecha también la guardia baja de su oponente castigandolo con el garrote.
El combatiente se halla completamente rodeado cuando Arthur cubre cualquier tipo de posible huida, aunque su daga no alcanza a encontrar un hueco lo suficientemente ancho para superar la armadura de mallas.
Agnes hace lo propio, como si todos compartieran una mente de colmena avasallan con sus ataques al combatiente que a duras penas puede evitar algunos de los golpes más peligrosos.

Por un momento el elfo parece respirar y viéndose libre de marca se aleja unos pocos pies y susurra un ligero cántico ritual, si no hacía algo rápido su compañero no aguantaría con la superioridad numérica en su contra.
Para cuando termina el sortilegio el rostro de Agnes se desencaja durante un instante tras lo cual se relaja al igual que todo su cuerpo y cae al suelo inerte.
Su compañero le dedica una mirada de alivio y carga con renovadas fuerzas aún dolorido por la paliza recibida. Nuevamente agarra de la pechera a Auris que por un momento se vuelve a ver en el suelo, pero con una agilidad felina evita el puntapié con el que anteriormente consiguió derribarlo y se zafa del derribo con una salto acrobático digno de un artista circense ("20"). Al fallar paga su frustración atacando a Hert y rasgando la parte exterior de su muslo con un tajo lateral certero.

Tu amigo sigue atrayendo miradas con cada conjuro. aunque venzáis el combate habréis perdido. 

Apenas veo como la hoja corta parte del pantalón y la piel de mi muslo, empiezo a ver turbio. Levanto el brazo y vuelvo a intentar golpear al extraño espadachín. Era muy probable que me llevase por delante, pero no pensaba soltarlo sano.

- Que te mueras ya. 

Los combatientes no se han fijado en mi

Sensacional.

Sin dudarlo una fraccion de segundo, decido cargar contra este hombre extraño que está haciendo magia arcana ¡Uno de los culpables de la plaga del hierro sin duda!

No voy a gritar, no voy a traer la atención. Tan sólo voy a dejar caer el poder de mi mangual contra el craneo de este hombrecillo

Angel, al ver agotado el recurso con el cual le había sido posible conservar su prudencia, se dispuso a avanzar hacia el hombre de la espada larga al tiempo que desenfundaba su hoz. Pero justo en medio vio como su hermana caía de repente al suelo ante la mirada fija de aquel elfo. Entonces rápidamente cambió su objetivo dirigiendose hacia su hermana.

— ¡Agnes! — Al ver, Angel, que ella se encontraba profundamente dormida, procedió a abofetearla para zarandearle un poco la cabeza. — Vamos, arriba, antes de que te pisen el coco y quedes aun más tonta.

Arthur se había quedado sin trucos y su arma parecía de juguete, rebotando inofensivamente.

El combate es descarnado y a muerte, recrudeciéndose por momentos mientras cada bando intenta coger ventaja.
La suerte parece sonreír a nuestros llorones cuando el hijo pródigo hace acto de presencia, con su aporte y el de Angel los extraños no tienen muchas opciones de salir bien parados.

Sin embargo la suerte es caprichosa y a veces no se balancea del lado adecuado o al menos del que se espera. En esta ocasión la figura que estaba en la oscuridad observando toda la escena desde el principio decide tomar partido. Recorre el trecho de la cubierta del viejo almacén donde estaba apostado hasta el borde del mismo y salta al vació a casi treinta pies del suelo para interceptar a su objetivo.

Angel se encontraba a medio camino de auxiliar a su hermana y no percibe el peligro que se cernía sobre él hasta que fue demasiado tarde. Una sombra negra como la noche se abalanzó sobre él y apenas le dio tiempo a entender que estaba pasando antes de que una presión brutal le estampara contra el suelo y perdiera el conocimiento.

El nuevo individuo que había hecho acto de presencia de forma tan espectacular tenía una figura femenina muy marcada, vestía ropajes oscuros de cuero y portaba sendos látigos que terminó por desplegar mientras recuperaba lentamente la verticalidad mientras Angel yacía a sus pies fuera de juego.

"-¿Y bien?, ¿alguien más desea seguir los pasos de su espachurrado amigo?"

Por un momento recordáis la historias que corren por las calles de un extraño enmascarado que se enfrenta a rateros y asaltantes y cuya misión parece ser la de proteger a los débiles e indefensos... y al parecer tiene bastante claro en que bando estáis.

El elfo y el combatiente toman aliento defendiéndose de futuros ataques mientras esperan como evolucionan los acontecimiento...

De repente, de la nada, Angel siente como un peso enorme cae sobre él estampandolo contra el suelo. Él había recibido maltratos en la epoca en que vivió en el orfanato, de adultos y huérfanos mayores, pero nunca antes había recibido tanto castigo. Recibió un golpe terriblemente duro en la cabeza, tanto que por unos segundos la confusión le invadió y no estaba seguro de donde se encontraba, pero aun así logró mantenerse conciente. Levantó la cabeza del suelo y, esforzandose por resistir el mareo del aturdimiento que sentía, comprobó que lo que le había caido encima dejó de prestarle atención confiada de que no se levantaría despues de su contundente ataque, y ahora fijaba su atención en sus compañeros a los cuales amenazaba.

Angel entonces reunió las fuerzas que le quedaban para arrastrarse, alejandose de aquella mujer y del fragor de la batalla.

Arthur con la daga todavía levantada retrocedió unos pasos y habló con la mujer encapuchada, alerta de lo que los demás fueran a hacer.

La inquisición ha puesto precio a sus cabezas, y está claro, al menos uno usa magia, si no los dos. ¿Que te parece repartirnos la recompensa?

Era un intento, de, al menos, ganar algo de tiempo para que sus compañeros se levantaran.