Partida Rol por web

Como fuera, llegó el día de las fiestas, que tos sabíamos que no eran fiestas ni na, más que un engañabobos pa olvidános del disgusto de la plaza, pero güeno. Ahí estaban las madres de los guachuzos sirviendo limoná y zurra pa los mayores, entre aquellas mujeres estaba la Pitones, capitaneando que no faltara a nadie de na. Además habían traído quesos y viandas, que los había pagao el alcarde a la gente del pueblo por salir más barato... Y es que ahora hay tanta tontá que piden control de calidá pa vender las cosas, como si las cosas manchegas no fueran de calidad... Hay que jodése. Antes no teníamos tanta tontá ni tanta pijotá y mira lo hermosos que hemos salío tos.

El caso... Haciendo la zurra al lao de su señora estaba el Paco Pepe. 

Los quesos los había traío el pastor de sus ovejas tamién, no fuera a decir... Y un par de corderos pa más tarde si se hiciera falta. Tos habían puesto un poco de lo que tenían pa montar la fiesta, en los pueblos es así, con pocas palmas bailamos.

Allí la gente había dejao preparao pa hacer lumbre y to cuando se hiciera de noche. Tenían un par de carpas y había un chino vendiendo pistolicas de agua a tos los guachos. Allí se estaban poniendo perdidicos, con las amenazas paternales de que les caería una tollina si les mojaban.

Al guiri lo habían liao por cuatro perras pa entretener a los chiquillos. Allí tenía unas hojas, unos palos y pieles de animales y les explicaba alguna que otra cosa como podía a los muchachos, que no hacían ni puto caso, ¿pa qué? Los únicos c'atendían estaban haciendo un mural asín pegando hojas con celo y poniendo el nombre.

La hija de la Pili la Pelagatos estaba haciendo gimnasia d'esa con las guachas y enseñándoles a bailar la mayonesa y tos esos bailes necesarios pa las verbenas.

Y allí ayudando a servir estaba el murciano, mu trabajador él. Había traído un barril de cerveza y allí estaba sirviendo pa tos. El Paco Pepe se había arrimao bien a su vera a ver qué le caía.

-Acha, Cipriana, poh me han dicho que tieneh un gatico muh bonico. ¿De qué raza eh?- dijo con curiosidad y maldad ninguna aquel hombre. -Pohque ehtoy pensando comprahme uno pa casa, o un perrico, ¿sabeh?

El chino estaba haciendo el agosto vendiendo las pistolicas d'agua. Aún estaba por ver si ponía el bazar en el pueblo, el alcarde se lo estaba pensando. El caso que un chino daba muncho caché a un pueblo porque tenían de to, pero tamién era verdad que los chinos si los dejas están en todas partes (¡ay los chinos nos comen! ¡nos comen los chinos!).

-Yo quelel lleval bien con usted, ¿si? Con un sitio pequeño pala ponel mi tienda todo vale. Yo mucho tlabajal y le pagalé pol tienda, pagal muy bien yo- le explicaba al alcarde y trataba de convencélo. A ver si se le reblandecía una poqueja el caracter.

Yo una vez entré a un chino en la capital y tenían hasta tijeras de vindimiar, madre mía. Había de to. Tamién había aperos pal campo y taperguares pa que la mujer me metiera el almuerzo... Y hasta había prendas íntimas pa la mujer, mu bonicas, de bordaos rosas y estampados de leopardo.

Allí estaba el guiri, con su flagoneta aparcá al lao de la mesa improvisá de manualidades c'había puesto. Dentro tenía a los gatetes durmiendo, que al parecer no les gustaba ni una miaja el sol. Vaya gatos más raros, ende luego pal guiri tenían que ser gamusinos o cualquier otra especie perdía. Seguro que le daban un premio u algo en la universidiad esa por haber encontrao un bicho nuevo. Ahora solo necesitaba que tuviera más crías y asín criarlo en cautividad pa repoblar, porque no quedaba ni uuuno.

-¡Toma guiri cabrón!- dijo un guachuzo, sacándolo de sus pinsamientos de ser un doctor en bichología. El cabrón del crío le había puesto perdío d'agua con una pistola d'esas gordas.

-Güat de fak??? ¡¡¡Me cagontuputamare zagal!!! -Aquello no s'iba a quedar asin. Chopao hasta las cejas, el guiri no pensaba na más quen vengarse del zagal. Mia tu, un mozo hecho y derecho poniéndosen a l'altura d'un crío na más que por puro resabiao. Sin pensarlo dos veces, pilló el cubo la fregona que llevaba dentro de la flagoneta y lo llenó en el pilón persiguiendo al zagal por to la plaza a grito pelao, ante las risas de tol pueblo. -Com jiar chaval... que te ví a lavá las malas ideas...

Evaristo estaba pendiente de los buenos queso que habia traio y con la ayuda de la pitone estaba pendiente de que no fuera a desaparece ninguno, que se acordaba hacia tre año atra, cuando pìllaron ar "Sin fondo" poniendose él solo puo de uno de los chorizaco gordo que habia traio. Er "Sin fondo" era el tipico hombre de pueblo ar que sale ma barato comprarle un traje nuevo que invitarlo a come, unos de esos hombre que usas silla de seis pata pa que aguante su peso, vamo que si lo que tiene de hambruno lo tuviera de mala ostia, habría reventao a collejas a unos cuantos ya.

Cuando ve al Guri corriendo mira a la pitones:

-Fijate er Guiri, lo mayo que e y persiguiendo a un chiquillo, si es que e como un niño en er fondo...¿Por cierto que ta el gatete?, ¿Lo va a lleva a la ciudad a vacuna?, es que por lo visto se ha puesto de moda vacuna a los gato también, como si fueran perro oye.

Dependían de mi pa to. Sin la Cipriana el pueblo se venía abajo, se volvía de izquierdas, de hippies y estaríamos apañaos. Yo pintaba ahí mas que el propio alcalde. Eso lo sabia yo y tol pueblo. Por eso ahí estaba yo, asegurándome de que to saliera bien, de que tol mundo tuvera pa comer y pa de to. Mandaba yo ahí, que pijo. 

Con los brazos en jarras, supervisando que to iba bien, y se m`acerca el murciano. Pobre hombre, murciano y calzonazos. Cuantos cuernos llevaría encima. Más que un toro de lidia. No tenía que que caber con por la puerta. Con suerte los rumores habían empazo a correr y le jodía la vida a esa guarra de Murcia. De ahí abajo no puede venir na bueno. Si están mezclaos y remezclaos con moros. Pos eso.

- Pos no se que raza es. Será essotico desos ¿entiendes que te digo? Razas modesnas, que sacan ahora, la gente se capricha, y luego pos lo dejan por ahín...Como la pitón to gorda que se encontró el Guacheras allá donde la Francisca la Pata Chula, que se le coló en la casa...Y eso era de alguien claro...- asiento- Total, que ma pario...pero los he dao tos. El guiri sa quedao con dos, igual si lo hablas con él te agencia uno. Tu prueba - que gusto imaginarme a la murciana lidiando con eso, con lo malos que son - ¿Y na...que tal el negocio y to eso, hermoso? ¿tu estás bien? - hora de bacinear, a ver de que me enteraba. Mañas de mujer. Porque a hombre desconsolao, hay mujer con su hombro en el que llorar. Porque yo no digo que quiera agachame detrás de una mata con el murciano, no. Pa eso está mi Paco Pepe que aun se le pone la merienda que da gusto. Esto era por bacinear, aunque esta hembra tiene carne pa dos y pa tres. Hombre ya.

El guiri corrió con ganas detrás del guachuzo jodío, pero no lo pilló, como es normal, que los críos corren como los galgos, eso lo sabe to'l mundo. Lo mismo es que los guachos de su país no son de correr ni na d'eso y lo mismico se pensaba que lo podía pillar. Allí cogió agua del furgón y derramo una poqueja por el camino. Allí en el furgón tenía a sus dos gatetes, que tuvieron una ducha inesperá... Más inesperao fue lo que pasó dispués, pero eso luego.

-¿Vacunas pal gatete? Calla, calla, con el dineral que nos gastamos pa las vacas... El gatete, como los perretes y tos los bichos de toa la vida, en casa no les pasa na. To eso de las vacunas es un invento moderno de la capital, un sacacuartos- negó y se sirvió otra cerveza, puesto que al Paco Pepe le daba igual el que soplar mientras soplara. Tanto es así que una vez le paró la benemérita pa que soplara lo del alcohol y se pensó que era una petaca, qu'empinó el aparatejo pa beber y to. Luego la guardia se reía, pero se quedaron de patata cuando vieron lo que marcaba el cacharrico. Los rumores dicen que el Paco Pepe dio la tasa d'alcohol más grande que habían visto nunca... Pero no pudieron metélo preso ni na, porque se volvía pa casa en bici y haciendo eses.

El guiri acabó poniendo perdío al Paco Pepe, que salió con toa su buena intención a ayudar cuando el guacho pasaba por su lao. Se interpuso pa darle una tolline y acabó él duchao sin querer. -¡¡Cago'n tu estampa, guiri!!- dijo al verse perdidico d'agua.

El murciano mientras seguía platicando con la Pitones, que no si no fuera por que'l Paco Pepe estaba al lao, ya estarían toas las vecinas largando de lo lagartona qu'era. Pero claro, con el marío al lao no podía hacer na malo, ¿no? Que'l murciano era murciano, pero estaba de buen ver, asín fortachón y to eso que le gusta a las mujeres... Además sabía cocinar.

-No se... Ehto gaticoh asín tan ehpecialeh, lo mihmo se me muere en casa. Pijo, si tuvimoh un pajarico mu bonicoh con mucho coloricoh, le dio una pájara con el caloh al animalico... Qué lástima- negó el murciano, mu apenao, se ve que los animalicos le gustaban, qu'era buena persona. -Poh el negocio bien, la vehdá. Tu marío puede contahte que me visita a diario- dijo el hombre sin maldad ninguna, no quería molestar a nadie. Amos, se le veía buena gente, bueno de más pa lo lagarta qu'era la murciana. Se notaba qu'esa había pillao bien a un tonto que hiciera de to pa ella y vivir como una reinona. To eso la Pitones no lo podía permitir.

Evaristo seguia con su labor de vigila que nadie se acabara (o se llevara) na de lo puesto sobre la mesa, que con lo que costaba mata a un  cochino solo y a mano pa despue hace los chorizo, como pa que arguno se perdiese.

-Pos tienes razón Paco-Dijo Evaristo después de que Paco le hablara sobre los perro y gato de to la vida -Pos fijate también que ante de se iuropeo de esos, ni las cabra ni las vaca llevaban estaban vicuna, y lo de pesteriza la leche un invento pa sacarno el dinero, que en mi familia to er mundo ha bebio leche de la ubre de la Gonzala, la vaca gorda que tenía mi pare y a ninguno nos ha pasao na, no como los niño de ahora que les da un poco la brisa de Enero y te cogen la gripe.

-Damm guacho... -El guiri se sienta en la fragoneta a respirar, to chopao y sin aliento. -Po si que corre'l joio crio. -Y andeluego s'acerca a la mesa pa recuperar energías a base de sangría y güeña. Una vé se ha recuperao s'acerca a la fragoneta de nuevo, pa ver si los gamusinos s'an chopao, porque tampoco tiene mu claro si son como los gatos, que huyen del agua. Ya sabís, que lo mesmo los lavas y pierden aceites naturales desos y luego les salen ronchas por tol cuerpo y se les cae el pelo y eso. Q'una espesie en piligro d'istinsion hay que cuidarla muchismo.

El guiri cuando fue a echar mano a sus gaticos u gamusinos o lo que él pensara que fueran aquellos bichos, vio que el furgón se le había llenao de bichos de esos. El suelo estaba empapao de agua y ahora tenía el furgón con diez gaticos que le miraron tos a la vez al abrir la puerta. Aquello era como la pilícula esa vieja de miedo de los pajaricos, pero con un montón de gaticos orejones. Sonreían y to los jodíos, haciendo carusas y to eso, que parecía listos y to.

Además parecían mu contentos, asín dando salticos d'alegría.

El Paco Pepe asentía a cabezas al Cabronero, toa la razón del mundo tenía.

-Los críos d'ahora les da un ventusque y se ponen malos. Mira nuestra hija, sin vacunar ni na, que se ha críao siempre con las cabras y mu sana y mu hermosa que'sta- cosa que no dudaba nadie, porque había heredao las mamellas de la Pitones y toa su picardía, asín que bien sabía sacar provecho de to aquello. Pero no diremos en alto lo que dicen las vecinas d'ella, no sea que nos sienta la Pitones de hablar mal de su muchacha y ya estemos tos jodíos. -To eso moderno es pa gente de la capital, el gatico se quedará en casa. C'anoche mi mujen durmió abracilá al gatico y to.

Al Yosua al ver a los bichejos saltando en la fragoneta se le quea una cara mu parecía a esta...

Y endeluego suma dos y dos... Esos bichos no puen ser gamusinos. ¡Copón! ¡Pero si crían más que los conejos! Ese bicho es imposible que esté en piligro d'istinsión. Y luego s'acuerda de la que se lió en Australia con los conejos, que se comían hasta los canguros los muy cab... Claro porque no tien dipridadores naturales. A saber, pero una plaga destos bichos pue ser mu, pero que mu piligrosa pa lecosistema.

Y luego se lenciende la bombillica... Está  claro... Estos bichos son comida. Tien que ser unos conejos chinos o algo asín. Y la frábica era una granjapollos, pero pa conejos chinos destos.

Y con el runrun en la cabeza se va p'andesta el murciano, porque tol mundo sabía quese hombre había corrido mucho mundo y sabía mucho de comidas y d'embutios raros.

-Jei murciano... ¿Qué tu pensar destos bichos? ¿Tu creer que ser buenos para hacer chorizos o algo asín? Yo pa mi que son como conejos chinos o algo asín, porque crían má que las ratas.

A la porra l'ecologismo. Si no me dan un Nobel por descubrir un gamusino, monto una granjapollos y despues el Gamusino Frai Chiken desos...

Pues que habían llegao las fiestas y allí que estaba tol pueblo a divertise, que pa eso son las fiestas de los pueblos. Y allí estaba yo, Constancio el alcarde, artífice de too el jolgorio que en el pueblo se estaba viviendo.

Me subí los pantalones y los llevé a su sitio, esto es a la altura del ombligo como toda persona con estilo sabe y no como los llevan ahora los zagales de la capital que paece… mejor no dicir lo que paecen. Que no son asunto mío pero que como se me aparezca en la verbena uno de esas trazas ya le iba yo a explicar cómo se debe ir vistió en mi pedanía con una vara y su espalda.

Y procedí a hacer mi entrada en la plaza del pueblo. Justo había dao un paso que se me cruzó el chino aquel que quiría poner un bazar y casi lo piso. Estaba emperrao el hombre en poner un a tienda y decía que iba a pagar bien… Este no sabía con quien estaba hablando que fue oir lo de pagar bien y empezar a hacer números. – D E    A CUER DO.  MA ÑA NA TE  PA SAS  POR  EL  A YUN TA MI EN TO  Y  LO  HA BLA MOS  CON  MÁS  CAL MA. – Le dije asín fuerte y despacito pa que lo entendiera bien, que claro, son extranjeros y no lo entienden todo igual que los de casa.

Le pegué dos palmadas al chino que lo hicieron toser, que son muy enclenques los tipos estos, claro tol día comiendo arroz como si fueran gallinas los tenía que dejar asín de enanos a toos y me acerqué al grupillo a ver que se cocía allí. – Bueno, ¿qué?¿Qué andaís tramando ya?

Había más gente allí, pero yo estaba a lo que estaba, hablando con el murciano. Mi Paco Pepe acabó mojao, pero así mejor, porque le daba la fresca del agua y se espabilaba de tanta cerveza.

- No, no...Yo creo que no hace falta vacunar. Están sanotes, eh. Yo creo que eso de vacunar a los gaticos es una tontá ¿Desde cuando se ha vacunao un gato? - niego - Pos mira hijo, yo m´alegro de que el negocio vaya bien. 

Entonces me abociqué un poco pa hablar en mas secretismo, que allí había mucha gente.

- Mira hermoso, yo te veo mu buena gente y me da mucha lastimica lo questa pasando. Por que a ver...ya sabes como es la gente que habla de to y es mu mala....Pero a ver... A mi las injusticias me gustan mu poco. Pero mu mu poco...Y es que se dice que tu señora...que lan visto en astitú rarisma con el repartidor que os trae el material pa la tienda. Como ella sofocá saliendo del almecen y to eso, él mu sonriente, mucha miradica...Que yo no quiero malmeter. Pero me da un cabreo asín por dentro, porque yo a ti te veo mu majo murciano. Por que yo algo vi y me quede con la mosca...Y que no te merecerias una cochiná tan grande...Que tinpongas y no te dejes tomar el pelo..Que osserves bien....- solté la bomba, eso era asín. Era mi deber impartir justicia ahí. Así en to-secré pero lo solté, en modo preocupación.

El chino quedó vigilando to, sospechando, como to los chinos... Asín con los ojos achinaos que saben poner ellos tan bien, ¡y sin usar las manos ni na! Que jodíos estos chinos... El guiri parecía haberse asustao por algo, entonces el Paco Pepe fue a asomar el morro pa ver c'había pasao. 

-Anda l'hostia puta- soltó del sobresalto, allí pasaba algo mu raruno. -¿D'ánde ha salio tanto bicho?- dijo el Paco Pepe al asomáse.

-¿Acha, que diceh?- dijo el murciano con el culo torcío, al parecer la Pitones l'estaba diciendo asín algo por lo bajini que no le cuadraba. Iba a responder cuando el guiri le dijo que si podía hacer chorizo y fue tamién a asomáse. Esto era o tos o la puta'l río y ahí había que abocicáse a ver qué se cocía en la flagoneta.

Aparte del consiguiente olor a chotuno, la flagoneta del guiri se meneaba como si hubiera algo allí metío brincando. Amos, que parecía que la'staban eszaleando ende fuera, como cuando manteaban el pelele pa las fiestas. Ay que risión cuando dentro del pelele metieron una montoná de huevos pudríos y se les rompió a toas las amigas de la Pitones, la Bocagrande, la Gatoacostao y la Pelailla cuando eran jóvenes... Pero lo mejor es que se le ocurrió a la mismica Pitones y ende nunca se han enterao el resto... Claro está que fue un joven Paco Pepe la mano ejecutora, como to, la Pitones solo mandaba como las mujeres esas de la mafia que salen en las pilículas, casi que la podríamos llamar La Amadriná.

-¿Ehto qué pijo eh?- dijo el murciano, que él solo había oído hablar de los gatetes, como tol pueblo, pero no los había visto aún.