Partida Rol por web

Flora volvía por el pasillo para ver a Abraham con uno de los criados sujeto del cuello contra la pared.

Mientras tanto el criado seguía habado de la radiografía que le hicieron a su hija en el hospital mientras se ponía cada vez más y más rojo por la falta de oxígeno.

-¿Acaso es cierto que no se puede dejar a los hombres a solas?- pregunta Flora mordazmente mientras se acerca a paso decidido hasta el grupo. Esboza una sonrisa divertida por un momento antes de volver a permanecer seria.
-Bien, ya sé por dónde llegar a las mazmorras pero la zona está vigilada por cámaras de seguridad y un guardia, no debería de ser demasiado problema... Excepto por el hecho de ser grabados- mira hacia una dirección concreta y de nuevo a ellos.

Espera la respuesta de ellos antes, resulta cuánto menos curioso ver lo segura que está repentinamente del camino a seguir.

Abraham apenas pudo controlar sus ganas de despedazar a aquel maldito ghoul que seguía burlándose de él de manera descarada, pero tuvo que conformarse con beber de su yugular hasta saciarse y dejarlo caer con un gesto de desprecio.

Su rostro hastiado se volvió hacia Flora cuando llegó y dió las noticias. Si hubiera estado de humor habría esbozado una media sonrisa por el hecho de que Flora supiese de aquella información, pero aquella noche empezaba a hartarle.

Maldita tecnología, con lo fácil que era antiguamente... Abraham miró a su alrededor buscando cámaras en la sala donde se encontraban mientras su mente trazaba un plan. Aunque probablemente habría sido mucho más fácil si las hubieran tenido en cuenta desde el principio...

Mathias si que se alegro mientras miraba irónico el zipo que sostenía en su mano. Nada que no se pueda borrar... contestando al inconveniente que presentaba Flora, bien, entonces vayamos hacia allí, cuanto antes salgamos de aqui, mas tranquilos podremos trabajar... Su rostro cogió seriedad desde que salió de la reunión, era momento de concentrarse en conseguir sus proyectos.

Abraham localizó las cámaras de la habitación y hubiera suspirado. Si se acordara de hacerlo.

Su mirada se giró hacia la de Mathias cuando habló. La verdad es que su plan sería difícil de llevar a cabo con esa vigilancia, así que la única salida por el momento era la suya. Pero quería estar seguro...

- ¿He de suponer entonces, señor Kung, que sabe dónde se guardan esas gravaciones y tiene los medios para eliminarlas? Porque no creo que a ninguno de nosotros nos hiciera gracia que el príncipe nos descubriese, ¿verdad?

Mathias sonrie y luego mira a Abraham, de ser así hubiera sabido desde el principio donde estaban las mazmorras, de hecho ni me hubiese molestado cuando se me arrebató al Ravnos... se encogió de hombros, además a estas alturas poco importa que el príncipe nos descubra, si tanto le preocupara ya estaría encargandose de él ¿no crees?... entonces, ¿qué me dices? ¿nos deleitarás de nuevo con tu sutileza? El gesto del vástago con su brazo invitandolo a pasar fue muestra de su impaciencia, habían invertido demasiado tiempo en esa sala sin hacer nada... ahora que se tenían la oportunidad descartaba entrar de nuevo en discusiones.

La mirada que Abraham dedicó a Mathias habría espantado al mismísimo diablo. Su voz sonó aún más grave de lo habitual, con aquél característico acento oriental.

- Su falta de respeto ralla el límite de la tolerancia, señor Kung. No juegue con fuego. Y menos esta noche.

Abraham se puso en marcha sin perder tiempo. Si no podían evitar las cámaras tampoco pasaría nada, al fin y al cabo no había ninguna prohibición de visitar el subterráneo...

Flora mira a ambos hombres alternativamente, al parecer sin inmutarse por sus miradas furiosas o desafiantes ya que no va demasiado con ella el intercambio de palabras triviales que se lleva a cabo por un momento. Jugar con fuego... eso provoca una sonrisa ladeada en la tremere que parece pensar en sus propios asuntos en ese momento antes de intervenir.
-Obviamente aunque no nos grabaran sabría que hemos sido nosotros, no será tan estúpido después de todo... O eso creo- se cruza de brazos y cuando Abraham empieza a caminar se gira en redondo para seguirle con una sonrisa de satisfacción. En realidad no es el Ravnos lo que le interesa...

Alza la vista hacia alguna de las cámaras, podría derretirla con un chasqueo de dedos pero de nada serviría puesto que ya han sido grabados en las otras salas.
Al cabo de poco adelanta al assamita tan sólo un par de pasos para guiar a los que se atrevan a bajar hasta las mazmorras en un acto que podría calificarse de asalto.

Flora camina segura por los pasillos, tanto que si no hubiera sido por ella de seguro os habríais perdido hace rato.

Veis puertas a ambos lados durante todo el recorrido, hasta que llegados a un punto no veis ninguna más hasta dos giros a la derecha más adelante, donde el final del pasillo queda como una puerta con tres cerraduras en su parte derecha, una encima, otra debajo y otra justo donde el pomo.

Abraham caminaba decidido tras Flora sin perder un instante, hasta que se encontraron con aquella puerta, que parecía guardar un dragón almenos...

- Supongo que no conoce otra entrada... - afirmó más que preguntó a Flora con gesto hastiado.

Dedicó una mirada llena de significadoa todos los presentes. Si alguien podía, quería o se veía capaz de tratar con la puerta sería bienvenido...

-No existe otra entrada, querido- se limita a responder a Abraham sin despegar la mirada de las tres cerraduras. Muy interesante, habría que ver quién posee cada una de las llaves, quizá una de ellas la porte el propio Príncipe, quién sabe.
-Suponía que ya que me he encargado de todo el trabajo hasta ahora, alguno de ustedes tendría la "gentileza" de abrir el portón...- mira a los presentes inquisitivamente, pero el assamita no parece tener ninguna idea al respecto así que se centra en Mathias y si no... De nuevo le tocará pensar en algo, empieza a resultar incluso frustrante.

Mathias se adelantó a la puerta para mirar con interés las cerraduras de cerca. Tras unos segundos se incorporó al tiempo que cogía su pistola y apuntaba a una de ellas, mirando a Flora una vez colocado. Siempre podemos intentarlo a lo moderno, pero quizás fuera más apropiado que crearas unas llaves, de igual forma que creaste esa katana anoche... si fuera tan amabale por favor. Esperó su respuesta concentrando su vista en la cerradura.

-Lamento decepcionarle pero no hubo creación alguna, aquello fue una invocación... Y aunque pudiera moldear la materia no creo que fuera capaz de crear una llave que no he visto jamás. Tres, para ser exactos- se encoge un poco de hombros y retrocede un par de pasos del enorme portón dejando que alguno de los presentes, que no sea ella misma, demuestre sus dotes y de lo que es capaz.

Si no consiguen abrir lo que tiene claro es que entonces tampoco saldrá nadie.

Empezais a oir pasos a vuestra espalda.

Un criado se acerca por el pasillo con paso decidido.

Lleva el mismo uniforme que todos, pero tiene como añadido una pistolera a la cintura.

El Príncipe les ruega que se detengan, lo que hay ahi dentro no es de su incumbencia.

Parece demasiado arrogante para ser un ser claramente inferior a vosotros.

Tarde o temprano llegarían los problemas, por desgracia contaba que fueran tarde, despues de haber conseguido recogerle, ahora tendrian que improvisar para conseguir ganar tiempo o al menos seguir avanzando. Su sangre se preocupo en que el criado prestara atención de buena gana al vástago.
No ha venido en momento más oportuno... fue su respuesta mientras se acercaba al criado guardando su pistola, el mismo príncipe fue quien nos encargó recogieramos uno de los asuntos que se requieren esta noche. Esperábamos encontrar alguien que nos hiciera el favor de abrirnos la puerta, por suerte usted está aquí... ¿seria tan amable? Se situó junto al criado de forma que su brazo acarició la espalda del mismo incitándole a avanzar hacia la puerta, mostrando una hermosa sonrisa que podría inspirar más temor que confianza. Sabe, es algo cuanto menos peligroso, pero no debe preocuparse mientras estemos nosotros aquí, puede esperar aquí si lo desea... Mantuvo su mente distraida mientras ganaba terreno acercándolo a la puerta de forma casi insconsciente.

El sirviente ya iba hacia la puerta de las tres derraduras mientras se metía la mano izquierda al bolsillo, suponeis que para sacar el manojo de llaves cuando oisteis pasos a vuestra espalda.

El Príncipe acababa de doblar la esquina con buena parte de los que estaban en la reunión detrás de él, y parecía verdaderamente enfadado.

Caminando a paso apresurado llego hasta el lugar donde intentaban abrir la puerta, miro a los presentes con ojos de sospecha mientras comienzo a hablar.

- Quisiera saber a que se debe el honor de tenerlos aqui? - Sonrio de forma sarcastica - Creo podrian explicarnos el por que de su accionar o tal vez..... que hay con nuestro invitado de honor - Expuso el Principe refiriendose al Ravnos.

Colcado junto a la puerta escuchó las palabras de su príncipe mientras empezaba a colcarse bien su chaqueta. Está bastante claro... no íbamos a permitir que el Sabbat tomara esta hermosa ciudad. Terminó de colocar adecuadamente la manga de su chaqueta cuando levantó su mirada y se la devolvía al Príncipe, acentuándola del mismo modo sospechosa. Me alegro que finalmente haya acudido, comenzaba a cuestionarme el motivo de su ausencia. Escogió un tono suave que no provocara otra estúpida discuión, aunque no pudiera paliar la tensión del ambiente por otro lado. Al fin y al cabo, muchos de los vástagos de esa sala estaban cuanto menos ofendidos.

La intensa mirada de Flora sigue clavada en la puerta mientras se escuchan los sonoros pasos de fondo acercándose, momento en el que entorna los ojos con hastío antes de girarse con expresión neutral, incluso algo distante.
Se aparta un par de pasos para mirar a Varyslav directamente, sin amedrentarse, después observa de reojo al conjunto de perritos falderos que le siguen con una sonrisa cínica.

Después se cruza de brazos con gestos tranquilos y suaves, esperando a que todo el nuevo grupo atraviese la puerta, no parece muy dispuesto a decir ni una sola palabra esta vez.