Partida Rol por web

Praga es un cúmulo de leyendas, misterios y secretos. En la ciudad se ocultan cientos de reliquias y todas ellas muy poderosas. Si logras acceder a alguna, tu poder puede multiplicarse. Pero para ellos hay que tener un buen informador. Y tú lo tienes. Se llama Abel Rethe, y vive en la calle Rickôp, en los dominios de Tazio Demen, casi a las afueras de Praga.

Fabel de pie en el balcón que preside la entrada de su casa contempla la ciudad. La noche en Praga es retorcida, enigmática, y gran parte de ella suya. La estructura de poder es demasiado amplia, mucho vástagos, algunos demasiado jóvenes e inexpertos para ello, ostentan cargos de autoridad en la ciudad. Fabel se pregunta si todo esto es la intención del príncipe para dividir el poder más allá de su persona. Sin embargo sea o no la verdad, Fabel pretende acabar con tanta división, muchos primogénitos sumados a la Curia, demasiados vástagos que añaden a sus estúpidos nombres de novela un cargo de la ciudad.

El secretario de Fabel ha comenzado a llamar al resto de miembros del clan, necesita reafirmar su autoridad, y coordinar sus acciones. Él no va a informarles de sus planes, pero les hará ayudarle. Sabe que esos aprendices de conspirador también intentarán ocultarle cosas. No le preocupa, es más premiará algún día al que mejor lo haga, cuando Fabel sea príncipe, necesitará cubrir el puesto de primogénito.

Fabel mientras su secretario convoca a sus compañeros de clan, saca su propio teléfono, el cual usa escasas veces, y marca el número de Abel Rethe.

Ell secretario llama a los miembros del clan. Son unos 15, no es un clan muy numeroso, pero están bien posicionados dentro de la ciudad.
Mientras, la voz fría y desagradable de Rethe.
-Dime, Fabel. Soy todo oídos.... y arrugas, je je je.

- La noche es fría, aunque ya no lo sienta en mi piel. Dime que tienes algo interesante para mí Rethe, y no intentes venderme algún estúpido rumor, hoy voy a reunirme con mi gente y ya voy a soportar una gran cantidad de estúpidas quejas de neonatos que se creen dueños del mundo. Por cierto, ¿que tal todo?¿necesitas algo?.

Alguien como Fable no puede permitirse amistades, pero hay viejos colaboradores con los cuales es agradable contar con una cierta confianza.

-Bueno, parace que es tu condenado día de suerte. Mejor atrincherate en casas, amigo, hay rumores muy fuertes de una incursión Sabbat. Y ya sabes cómo se las gastan las manadas, así que mejor cogelos a todos y hazte fuerte. En dónde quieras. Y mejor que avises al Príncipe, ya sabes el genio que tiene, no le gusta enterarse tarde de las cosas.

Su voz suena convincente y con cierto temor...

Fabel, repentinamente preocupado, le da las gracias a Rethe.

- Gracias, si tu información es cierta serás recompensado.

Volviéndose, se acerca a su secretario al que da la nueva orden de volver a contactar con los ventrue de la ciudad, y decirles que la reunión es urgente, y que quiere que todos se presenten ya. Que dejen lo que esten haciendo, es de máxima urgencia que todos comiencen a llegar a la mansión, y si es posible que lo haga en grupos.

Después, Fabel se dispone a informar al príncipe de lo que ocurre.

Sabbat ahora, no es lo que esperaba, pero quizá podamos utilizarlo, por ahora espero que todos obedezcan, y si hay bajas que no sean de nuestro clan, así saldremos de ello reforzados.

Al cabo de 10 minutos comienzan a llegar los Vástagos, son 14, al parecer falta uno de los comerciantes de los barrios bajos, que no contestaba al teléfono.

Cuando los ventrue están reunidos, Fable sale a recibirlos al salón principal:

- Me alegro de que hayais acudido a la llamada. Tenemos muchas cosas de las que hablar, pero por ahora, la urgencia de la convocatoria se debe a que es posible que la ciudad sufra ataques del Sabbat esta noche. Así que he querido reuniros, pues juntos somos fuertes, y cualquier ataque a esta casa está condenado a fracasar. Preparaos para lo peor, nunca está de más, y estar atentos. Distribuiros cómo querais por la zona, pero nunca vayais solos, permanecer en grupos de al menos tres. No queremos que nos ataquen por sorpresa. Que un par de grupos patrullen por fuera de la casa, por los jardines. Y que alguien ayude a los de seguridad con las cámaras.

Tras despachar al criado, Fabel llama al sheriff par informar personalmente.

El sheriff exige ponerse contigo.

- Soy, Fabel. Necesito hablar con el príncipe. Es un asunto urgente. ¿Está con usted?.

Fabel habla nada más descuelga el sheriff.

-El Príncipe quiere que los Primogénitos acudais al Castillo, tendremos una reunión urgente en cuanto lleguéis. Venir vosotros solos, sin ghouls ni vástagos.
La voz del sheriff es autoritaria y fría, sin temor ni dudas.

Fabel deja a sus criados las órdenes de atender a sus invitados, pero si alguno se sobrepasa que le avisen, y ya se encargará él de castigarle.
Debe partir a la convocatoria del príncipe, que le parece extraña y absurda, pues en un abuso de poder, exige la manera de ir, pues Fabel debería ser libre de decidir cómo acudir hasta el castillo, pero acudirá.

Pidiendo un taxi, Fabel deja cuando este llega su mansión para encaminarse acomodado en el asiento de atrás hacia el castillo.

Supongo que el sheriff ya sabría de la incursión Sabbat, es imposible que un grupo tan numeroso se acerque a esta ciudad sin que los haya detectado nadie.