Partida Rol por web

La tripulación abre fuego contra la tripulación del mercante. Esta vez, el ataque hace mucho mayor efecto y su tripulación sale despedida de la borda cuando un mar de astillas destroza el costado del barco. A la orden de Jessica, los tripulantes descargan los fusiles, pero si han causado daño sería difícil decirlo, pues la cubierta de vuestro objetivo es ya un caos. El Olympia corta la distancia que le separa del Nymphadora y ambos barcos impactan con un suave crujido. Kenton Royston levanta su hacha.

- ¡Vamos, compañeros! ¡Abordamos a la orden!

-Alto el fuego.

Jessica ordeno que todo el fuego cesara para no darle a sus compañeros.

-Vallan con el médico, listos para recibir a cualquier herido.

La razón de que los cañoneros no participaran en el abordaje era sencilla, no era su labor.

Alawhi, Felipe o James eran más capaces para esa tarea, además, alguien tenia que asegurarse de recibir a los heridos y que el enemigo no tomara su nave.

Aun así, los cañoneros y la misma Lovelace observaban con envidia a quienes se preparaban para asaltar el Nymphadora.

Por Alá o quien sea… que lo logren.

El impacto con el mercante es bastante suave, por lo que no habrá que lamentar grandes daños en el casco. Solo faltaría que por semejante abordaje encima tuviéramos que gastarnos lo saqueado en reparaciones. Al final con sus maniobras han quedado en una buena posición para iniciar el abordaje. Si es que después de aquella andanada de los hombres de Lovelace con sus cañones ha dejado algo que abordar. De hecho, James observa con curiosidad como Jessica continúa dando órdenes a los suyos pero no parece tener intención de sumarse al asalto del Nymphadora.

-Lovelace, ¿no enseñarás tus colmillos hoy a esos pobres desgraciados?-Dice al pasar cerca de ella mientras se encamina para sumarse al grupo que iniciará el abordaje.-Se perderán un gran espectáculo.

Tras intercambiar unas palabras con la jefa de artillería, se prepara junto al resto de tripulación a la espera de la orden del capitán Williams para iniciar el asalto.

Con cierto tono de irritación le contesta.

-¿Crees que vale la pena un barco mercante? Mata Franceses e Ingleses por mí Sturridge.

Mientras ella se aleja del alboroto se queda pensativa, estaba segura de que el barco sufrio un impacto y debía ayudar al encargado.

Al fin los hemos alcanzado. Estúpidos. Si se hubiesen rendido quizá los habría perdonado. Pero no solo no lo hacen sino que dañan a mi pequeña.

-Señor Sturridge, ayude a la señorita Lovelace a evaluar los daños. ¡Los demás! ¡Pasad a cuchillo a esos malnacidos!

Sería ridículo arriesgar al timonel y a la jefa de artilleros en un abordaje. Y más estando este ya prácticamente decidido. Eso si ncontar con que James, aunque se defiende con los puños, no es tan hábil con las armas.

-¡Adelante!

Yo mismo encabezo a un grupo, saltando al castillo de popa del Nymphadora. Un abordaje desde tres puntos, con Alawhi y Royston liderando los otros dos.
 

@Wide

Junto a media docena de piratas, saltáis a la cubierta enemiga. Caéis sobre el castillo de popa enemigo, donde más de diez hombres armados se preparan para haceros frente. No son soldados profesionales sino guardas profesionales, músculo contratado y que, en otras circunstancias, podríais haber sido vosotros. Algunos llevan rifles, pero la mayoría solo llevan con ellos sables y espadas. A vuestra derecha, Alawhi y Royston están luchando con bravura. Uno de los guardias señala con su espada en vuestra dirección.

- ¡A ellos!

@James, Jessica

Bajáis a comprobar los daños, siguiendo las órdenes del capitán, y descubrís una terrible sorpresa. Los daños estructurales no son muchos (aunque, conociendo vuestro barco, sí van a ser caros de reparar), pero una bala perdida ha destrozado la despensa; varios barriles de agua y provisiones se han roto. Escucháis desde la cubierta sonido de disparos y movimiento. ¿Qué hacéis?

Blando mi gran hacha, quizá demasiado pesada para hombres menores pero no para mi.

-¡A por ellos!

Cargamos antes de que tengan tiempo de recargar sus pistolas. Bastante desventaja tenemos ya como para encima permitir que nos disparen. Lanzo un tajo de arriba abajo contra el más cercano a mi.

Jessica se sostiene de una pared, ante el desastre frente a ella.

Mira a su compañero, James, esperando que entienda el desastre que significaba eso, sin provisiones era imposible sobrevivir en el mar.

-Tiene que ser una broma. James corre con el capitán, necesitamos los suministros del Nymphadora. Vamos.

Sin tapujos se lanza a rescatar con sus manos las provisiones restantes, lo que sea, desde una manzana a solo un vaso que rescatara podría aumentar sus posibilidades de vivir.

Con un discreto mohín de fastidio en su rostro acató las órdenes del capitán. Era mil veces más divertido asaltar aquel mercante, aunque los tripulantes no ofrecieran demasiada resistencia, que bajar a comprobar los daños que hubiera podido sufrir la estructura del barco. Resignado, acompañó a Jessica a las bodegas. Una vez allí, el gesto de desagrado en su cara se transformó en otro de preocupación. La despensa había sufrido destrozos importantes por una de aquellas balas perdidas de Nymphadora.

-¡Vamos no me jodas!-Escucha a su compañera, antes de responder-Ahora mismo, no hay tiempo de perder. ¡Salva todo lo que puedas!

Volvió apresuradamente a la cubierta del barco y busco al capitán Williams, su imponente figura le ayudó a localizarlo con facilidad. Seguía dando instrucciones a sus hombres cuando consiguió acercarse a él y comentarle apresuradamente.

-Capitán, tenemos malas noticias. Una de esas tristes balas del Nymphadora ha reventado la despensa. La señorita Lovelace se está encargando de poner a salvo todo lo que aun sea posible rescatar. Es importante hacernos con la mayor cantidad de suministros y víveres que pueda llevar el mercante, mi capitán. Si no estaremos bien jodidos.

Terminó su intervención, a la espera de que el hombretón decidiera adjudicarle nuevas órdenes.

@Wide

Con fuerza y ferocidad inconmensurables, Wide empieza a abrirse paso entre los enemigos. Golpea a uno en el pecho, que cae hecho trizas; un segundo recibe un hachazo en la cadera y aúlla de dolor mientras es arrojado sobre la cubierta por la fuerza del impacto. El resto de los piratas siguen luchando en el castillo de popa, pero el capitán Williams no tiene tiempo de hacer balance porque un guardia y su rifle le apuntan a un par de metros de distancia. ¡Abre fuego!

@James

El señor Sturridge sale a cubierta para intentar avisar al capitán, pero este ya ha saltado al otro barco y no puede comunicarle su mensaje. Los que también han saltado de cubierta son un trío de guardias, que han aprovechado el caos para asaltar el Olympia. ¡Abren fuego contra un par de tripulantes! El puente está prácticamente vacío a excepción de James y un par de marineros, que buscan sus armas en la confusión.

@Jessica

Jessica rescata algunas provisiones, rezando para que sean suficientes, cuando oye disparos en cubierta.

Con un rifle apuntándome a esa distancia el impacto es casi seguro. Por ello hago lo único que puedo hacer, aprovechar mi fuerza. Tras el último golpe mi mano izquierda quedó sobre el timón. Tiro de él con todas mis fuerzas para arrancarlo y lanzarlo hacia delante para que al menos estorbe, sino impide del todo, el disparo del fusilero.

Justo en medio de la batalla.

La situación pintaba negras nubes a futuro, contaba con James, pero también debía buscar a alguien capaz de reparar ese boquete.

Creo que eso es todo…

Segura de no poder rescatar nada más, se dirigió a cubierta preparando sus armas, si quería que el capitán enviase ayuda, tendría que ayudar a terminar rápidamente con el abordaje.

-No quiero matar gente…

Salvo Franceses o Ingleses.

Al ver toda la refriega, su mano tembló, era la emoción de una pelea, aunque no le gustaba la violencia, le había agarrado un gusto a las peleas similar a la bebida, le era amarga una pelea, pero por el motivo de su difunto marido, tenían algo adictivo esos eventos de vida o muerte.

Si algo había aprendido durante la fatídica revolución es que a los hombres se los envalentonaba con el ejemplo. Abordar por la proa era un asunto espinoso, un lugar estrecho para maniobrar, con muchos defensores acumulados allí, ya que era el primer lugar de impacto. Miró a sus compañeros, asegurándose que ninguno de los menos aguerridos se retiraba, ya sintiendo el ardor en el estómago que precedía cada combate. Le gustaba pensar que aquello era miedo, pero sabía que no era cierto, estaba roto por dentro y no era capaz de sentir temor, solo furia.

Antes que ambos cascos impactaran, tomó una cuerda y cruzó volando el estrecho espacio entre ambas naves entre los perdigones intercambiados por los arcabuces, aterrizando en la cubierta enemiga, desenvainando el alfanje y comenzando a repartir tajos a mansalva, como era su estilo.

Había empezado su parrafada al capitán antes de terminar de subir a la cubierta cuando se encontró con aquella situación. Todo el mundo parecía haber saltado como fieras sedientas de sangre al asalto del mercante, hasta tal punto que tres malnacidos de aquel barco habían llegado hasta su propia cubierta con la suficiente tranquilidad como para empezar a abrirse paso por el Olympia.

Su primera intención es abalanzarse sobre ellos cuando escucha el fogonazo proveniente de las armas de fuego que encañonan aquellos hombres, entonces decidió cambiar de estrategia. Abalanzarse sobre tres hombres armados, por grande que fuera el factor sorpresa, acabaría siendo lanzarse a los brazos de la muerte. Recula lo antes posible hacia la bodega de la que había salido para llamar a su compañera.

-Lovelace, rápido, hay tres bastardos del Nymphadora abriéndose paso a tiros por nuestra cubierta. Todo el mundo se ha lanzado como posesos al abordaje y solo quedan unos tristes marineros aparte de nosotros. Dime que tienes algun juguetito de los tuyos que prestarme para que salgamos ahí arriba juntos a jugar a volarles la cabeza a esos malnacidos.

@Wide

Ante la sorpresa de tu oponente, arrancas el timón de cuajo y este recibe los disparos. Lanzas el madero contra el bastardo, que cae por la borda. No es lo único. Sin timón, el Nymphadora da un fuerte bandazo hacia estribor, y toda la tripulación invasora gana una gran cantidad de terreno. Sin embargo, algunas cuerdas que unen ambos barcos salen rotas; regresar va a ser más complicado ahora. En cualquier caso, habéis ganado el castillo de popa. En cubierta, Alawhi lidera la ofensiva.

@Alawhi

Como si fuera mantequilla y él un cuchillo hirviendo, la negra y poderosa figura de Alawhi corta a uno, a otro, y a un tercer hombre en cubierta. Entonces, un fuerte bandazo hace que casi pierda el equilibrio, y hace retroceder a los mercantes, que caen al suelo y pierden pie. Pero los guardias y marineros continúan la defensa, cada vez más desesperados. Sus golpes son desesperados.

@James, Jessica

Los marineros en cubierta mueren. Estáis los dos con un pie en cubierta y otro en la escalera a la bodega cuando los tres os ven. No recargan, sino que sacan espadas y se lanzan a por vosotros a toda prisa, gritando y vociferando a toda voz. Jessica coge una pistola apoyada sobre la puerta de la escalera de la bodega y se la pone en el pecho a James.

Alawhi para con facilidad los torpes ataques de tres marineros, y contraataca con un formidable tajo que secciona sus gargantas. Se dispone a continuar la carnicería cuando un bandazo lo arroja hacia estribor. Los defensores del Nymphadora se las ven crudas para no caer tumbados de espaldas, y Alawhi sale despedido hacia ellos...con la cimitarra por delante.

Atraviesa el vientre de un guardia enorme que había logrado mantenerse en pie, y lo deja rodando por la cubierta intentando cubrir la terrible herida con las manos. Ha despejado una buena porción de la cubierta de proa el sólo, suficiente como para que los hombres del Olympia aterricen en el barco asaltado y organicen una resistencia. Ahora es cuestión de aguantar el terreno hasta que Royston y Wide ganen la popa, y carguen contra esos malnacidos por la espalda, aplastándolos entre el yunque y el martillo.