Partida Rol por web

Lunes 5 de julio 2010

Edimburgo  * Elric Stop *

1743 Hrs

El día estaba nublado y eso no traía buenos recuerdos para alguien que pese a no ver el cielo desde el interior del lugar podía sentir cierta melancolía rondar a su alrededor, el sonido de las pulidoras y cortadores de plasma se hacían presentes opacando el viento que traía podia mensajes.

La música funcional parecía abordar el lugar como piratas dispuestos a saquear lo poco que quedaba de audición… Galen se encontraba bajo un auto arreglando la suspensión del mismo mientras parecía recordar ciertas cosas cuando una voz más que conocida le despertó del trance en el que se había sumergido.

Tienes hambre Galen Pregunto esa voz masculina que se encontraba de pie en el lugar, allí estaba el como nunca le habías visto, unas botas timberland, unos jeans gastados y una musculosa blanca que la cubria una campera de cuero marrón. El rostro del Fenris te miraba desde su altura esperando que hablaras.

Me sonrío desde abajo del auto al escuchar aquella voz. Hacia mucho tiempo que no lo veía. Dejo las herramientas a mis costados y salgo de abajo del vehículo. Llevaba puesto un jean azul y una musculosa blanca. Tenia el cabello recogido en una cola.

Tenia manchada la cara con grasa y suciedad. Lo mismo que los brazos. Mantengo la sonrisa en mi rostro. ¡Cuanto tiempo había pasado! Desde que lo había visto por ultima vez. Tomo un trapo y me limpio las manos, mirándolo de arriba a abajo.

-Bueno bueno...¿Que tenemos aquí...? Ha pasado mucho tiempo desde que me visito... Coronel... - Le digo divertida – Esa es una pregunta rara...teniendo en cuenta que siempre tengo hambre... - Lo miro de arriba a abajo – Le queda bien esa apariencia y esa ropa...-

Me siento sobre una mesa, como india. Mientras intento sacarme los residuos de suciedad de los brazos.

Claro, no te acostumbres mucho a esto….. Solo amerita el motivo de mi presencia en este lugar, así que cuando termines de acicalarte Niña ponte sobre tus patas y camina, que tenemos que hablar Así como lo veías como uno más del montón aunque su pura raza reflejaba otra cosa para sus iguales, firme y directo… no perdía la costumbre de hacer que parecieras una niña en todo momento.

Caminaron saliendo del lugar y caminaron un par de cuadras en el más crudo de los silencios hasta dar con un bar * The Cat`s Alley*, Tomaremos unas cervezas y te diré por que estoy aquí….

Lo observo indignada. Me hacia sentir como cuando tenia 12 años y recién lo conocía. Muchas veces me deprimía. Me limpio la cara y salgo con el.

-Coronel...ya no soy una niña pequeña... estoy bastante crecidita... - Le digo mientras camino a su lado – Y a propósito, no puedo tomar cerveza...todavía no tengo la mayoría de edad... -

Era una contradicción sin duda, pero me faltaba un año para cumplir mis 21 y no quería generarme problemas ahora que estaba viviendo en armonía.

No dijo nada se contuvo de decir alguna cosa que fuera impropia en aquel momento, en fin pudieron sentarse en una mesa y Torton pidió una cerveza mientras te veía con interés… Se que tu manada anda desperdigada por el mundo, pero es hora de que sienten cabeza y vuelvan a estar juntos, tengo algo que no podrán rechazar… Sonrió mientras se bebía la mitad del porrón de un par de tragos.

Pero antes de eso… que ha sido de tu vida? Pregunto colocando ambas manos sobre la mesa Pide algo para ti

Tomo asiento cruzándome de piernas mientras miro a la gente del bar. Distraída hasta que oigo de la manada. Me estremezco dejando escapar un resoplido.

-Por favor...esa manga de inútiles... cada vez que los veo me pongo enferma... Son todos unos niños llorones... - llamo a la camarera – Tráigame un Dr. Lemon por favor... - le sonrío y vuelvo a mirar al general – James por favor...no me hagas volver con ellos...-

Prácticamente se lo suplicaba. Odiaba estar con ese banda de tontos. Me sentía totalmente fuera de lugar entre ellos. Suspiro. Sabia que se negaría a esa petición así que cambio el tema cuando el lo hace. Todavía con expresión deprimida.

-Mi vida... ha sido igual los últimos años... Desde que volví del entrenamiento que trabajo en el taller... es todo normal... Max viene a verme varias veces a la semana y charlamos mientras arreglo algo... sabe que no soy demasiado sociable así que evito salir de casa o el taller...-

Me tiro contra el respaldo del asiento, mirando mis manos sucias. Evite decir del vampiro que hacia de mi vida un caos y no me dejaba en paz. Me mataría si supiera algo así. Aguardando mi bebida.

Volver o no, no es una elección de tu persona Galen…. Y si ellos son llorones, porque veo parte de ti en ellos  Sonrió de forma escueta recalco cierto día en el pasado Me importa poco como te lleves con ellos o como se llevaran luego de que alguno se muera porque así es como terminara todo esto…. Ahora escúchame bien Niña, no voy a gastar más de tu tiempo o el mío por qué no llegaras a nada con tus quejas, así fue como Carcayu les eligió para protegerles y guiarles en los pasos como un grupo; y así lo respetaras quieras o no menciono para luego terminar la cerveza.

Te miro fijo y notabas en esa mirada que algo importante se diría en los próximos minutos… aunque… Las fosas nasales de Torton se abrieron y cerraron un par de veces… se giro para ver a su espalda y allí estaba ella…

Que estás haciendo aquí Donna, te dije que fueras a por los otros energúmenos ….

Allí estaba ella la única mujer como tú en un grupo de hombres, te saludo con un gesto burdo de la mano y se sentó sin pedir permiso alguno Jax ira por ellos, Niño ya los encontró gracias a los espíritus y a Carcayu…. Te miro con aquellos ojos celestes Ya le diste la noticia? Pregunto la Mujer.

Sabias como era ella estricta y tan directa o capaz como un hombre, una cosa que no aceptaba era lamentos o esas cosas… se debías morir morirías y tendrías tu lugar en la mesa con los dioses con quienes lucharías en la batalla final del apocalipsis.

La observo a ella sentarse y hablar con el coronel. Le hago un leve gesto con la cabeza a modo de saludo. Sabia que no podría hacer nada con respecto a mi manada y eso me ponía peor. Mi día había comenzado bien, hasta que había aparecido el.

Empujo a un costado la bebida que me habían traído. Se me habían pasado las ganas de beber o hablar. Me mantengo tirada contra el respaldo sin decir nada. Volteo la mirada para perderla nuevamente en el bar una vez que había saludado.

Aquel día que me había encontrado... Me hubiese gustado gritarle en la cara el motivo por el cual me había puesto a llorar. Me dolía recordar eso. Todavía sentía el dolor y el frío contacto de su cuerpo contra el mio. Respiro profundo para contenerme. No podía llorar ni gritarle, pero el hablaba como si me conociera y no sabia nada de mi. Nada de mi pasado. Solo que había encontrado a una niña huérfana en el medio de Edimburgo. Quería irme. Ojala terminara de hablar pronto o lo dejaría hablando solo.

No aun no le dije nada pues ya comenzó a quejarse por volver con los otros, no preguntes le dijo a Donna, cruzo los dedos y te miro una vez mas  Y a ti que te pasa? Ahora estas melancólica por algún motivo? Sabias de sobremanera que no era tonto el sujeto que tenias en frente sabía leer el cuerpo y eso pareciera un poder sobrenatural que solían confundir con lectura mental.

Bien te lo diré por que ya no perderé más tiempo en tus quejas y reproches con quienes lograste pasar tu rito, los estoy reuniendo una vez más para que trabajen juntos en algo importante… ya que se me otorgo el crédito para unirlos a una Elite de los nuestros…. Finalizo parándose junto con Donna y dejándote sola.

Donna se quedo unos segundos más – Piénsalo, solo tendrás una oportunidad…. Y tres días para responder… - Dijo abandonando el lugar

Escucho lo que dice a pesar de mis pocas ganas ¡Que alegría! El sarcasmo en mis pensamientos se hizo presente. Volver a estar con los idiotas y encima formar parte de un escuadrón de élite con James que solo sabia reprochar. Estaba bien como estaba. ¿Por que tenia que abandonar mi vida ahora que estaba cerca de mi venganza?

Me pongo de pie dejando el dinero de la bebida sin tocar y salgo pasando por el lado de aquella mujer sin decirle una palabra. Tal vez para ella significara algo bueno, pero para mi no lo era. Tenia que contener las ganas de gritar que se peleaban por salir de mi interior.

Ni siquiera me fijo si el todavía estaba ahí. Se me habían ido las ganas de verlo. “¿Y a ti que te pasa estas melancólica?” Era muy fácil preguntarlo sin saber. Si no hubiese abierto su gran boca no hubiese recordado durante el día y podría haber estado tranquila. Me alcanzaba con soñar todas las noches con aquel hombre. Contengo las lagrimas respirando agitada mientras vuelvo con paso apresurado al taller. ¿Que iba a ocurrir si decía que no? James me había encontrado y me había enseñado y yo ya le había servido. Ahora estaba libre, instalada y bien con mi vida normal. Quería llegar y distraerme. Sin decir una palabra cuando lo hago vuelvo a meterme bajo el vehículo a terminar mi trabajo. Ojala no hubiese venido a verme.

Las horas pasaron como años, el tiempo parecía estar detenido por aquellas palabras que resonaban en tu mente una y otra vez con la insistencia de un niño pequeño cuando quiere un dulce. Las 21 llegaron acompañadas de una ducha en los baños del taller para salir de los vestidores lista para volver a casa. Saliste del lugar caminando un par de cuadras cuando alguien te hizo luces desde un auto que esperaba en un semáforo.

Entrecerraste los ojos, la oscuridad con tu daltonismo tardaste en reconocer el auto de Max…. Volvió hacerte luces… como llamándote.

Me acerco al auto con las manos en los bolsillos. Tenia un mal día y sinceramente pocas ganas de ver a ningún hombre mas. Me detengo frente a la ventana del conductor. Todavía estaba bastante de mal humor.

-¿Que ocurre Max?-

Olfateo el aire para reconocer su aroma. Era complicado ver en la noche y distinguir bien todos los colores, pero los aromas nunca fallaban. Y Max tenia un aroma particular que me hacia reconocerlo antes de verlo.

- Hey! no ocurrenada - Sonrio de forma calida - Pasaba por aqui en direccion a casa cuando te vi, quieres que te lleve algun lado? - Pregunto cordial como era esperando tu respuesta.

- Yo antes pasare a comprar algo de comida china, te invito? -

Le sonrío levemente con las manos en los bolsillos.

-No tengo apetito y realmente estoy de mal humor... Me hubiese gustado quedarme en cama hoy...-

Le digo con algo de tristeza pero voy al asiento del acompañante y me siento poniéndome el cinto. Dándole un beso en la mejilla para saludarlo.

-Pasas cerca de mi casa así que dejame a unas cuadras... - Le digo mirándolo – Gracias...-

Suspiro cruzándome de brazos y mirando al frente con el ceño fruncido.

El auto arranco a paso rapido no al punto de inflingir la ley, concetrado y en silencio estaba Max, de vez en cuando te miraba de reojo hasta que en un semaforo no resistio mas - Hey Galen, se que no me incumbe pero eres mi amiga o no? hace tiempo no te veo asi.... la ultima cuando fue? hace un par de meses - Sonrio negando con la cabeza.

- Puedo ayudarte en algo? - cuando sijo esto volvio acelerar... estaban a unos diez minutos de tu casa y por lo que parecia te iba a dejar en la puerta...

Me preguntaba si Max me creería si le contara la verdad. Si sabia que yo era un lobo y me habían convocado. El era mi amigo era cierto pero no quería perderle.

-Es una historia larga... y no quiero que te asustes y te alejes de mi Max...-

Le digo con sinceridad mirándolo fijamente. Realmente no quería perderle. ¿Podría contarle? Tampoco quería ponerlo en peligro.

- Bien si no quieres hablar o contarme lo entiendo, uno siempre tiene algo que no desea revelar y eso lo entiendo mejor que nadie - Hizo el cambio prudente para seguir la marcha, sabias que max estaba divorciado con una pequeña de pormedio que solo veia los fines de semana, tambien conocias a la pequeña Stephanie.

- En tres dias es el acto en la escuela de Steph.... quieres venir? no e suna cita, sabes que ella te aprecia mucho - Te miro por un par de segundos cuando el auto aminoro la marcha y estaciono frente a la puerta de tu casa.

- Llegamos -

Me sonrío al recordar a la pequeña. Era muy dulce y se parecía mucho a su padre. Siempre había sido un gran amigo y me encantaría ir a esa ceremonia.

-¿Quieres subir? Te preparare algo de cenar... ya que interrumpí tu comida... Y de paso hablaremos...ya que hace mucho no tenemos tiempo para charlar tranquilos...-

Le digo con una sonrisa algo triste todavía. El día me pesaba y bastante. Pero Max hacia que me distrajera muchas veces. Era mi cable a tierra.