Partida Rol por web

"Bienvenido a nuestro hotel"
Desde el Red Victorian queremos agradecerle que comparta parte de su tiempo con nosotros. Nos sentimos orgullosos de que dentro del conjunto de ofertas que seguro se le han presentado, nos haya escogido como primera opción para formar parte de sus nuevas experiencias. Creemos que las cosas materiales caducan con el tiempo, siendo los buenos momentos los únicos que perduran. Reciban un cordial saludo de parte de la dirección del hotel y todo el personal de servicio. Estamos a su entera disposición.

Ya estamos en marcha! Me ha tocado una mujer muy interesante. A ver si nos va bien y no termina esto en viudedad sangrienta XD. ¿Habías pensado algún plan? 

- ¿Qué insinuas con lo de interesante, querido? - Pregunto mientras sonrío y me siento en la cama. -A parte de sobrevivir, lo único que se me ocurre es que tenemos una larga noche antes de empezar. -Guiño, guiño

- ¡Vaya, querida! Creí que estarías cansada del viaje. Me alegra ver que tu juventud no se resiente por las travesías .... ni por otros ejercicios - guiño - ¿No te parece que sería una buena idea ponernos cómodos y refrescarnos? Me quito la corbata pausadamente mientras sonrío y la miro de forma insinuante.

-Me alegro que estés de acuerdo conmigo. -Me giro sonriente sobre la cama con unas muestras de tela. -¿Qué color te gusta más para el baño de invitados?

Me quito la americana y hago un gesto mezcla de sorpresa y decepción - Uno de los cambios de idea de su mujer a los que aún no se había acostumbrado - ¿Has traído muestras de tela al hotel? - Le digo serio, pero no enfadado - ¿No crees que sería mejor reservar las tareas domésticas para casa y disfrutar de nuestra estancia en el hotel?

Me siento en la cama, la abrazo y la beso en el cuello - Estás preciosa, como siempre - Giro la cabeza con un leve estremecimiento - Este hotel es elegante, pero un tanto siniestro. Me recuerda una historia que me contó Priya... No es una historia agradable - sonrío - pero sí muy atrayente.

Intento zafarme de su brazo y con cara confusa. -¿Quién es esa tal Priya?

No se si a menos de 24 horas de casado empiezan a desvelarse secreto o realmente no conozco a mi marido.

Me muestro muy sorprendido. - ¡Cariño! ¿Te ha sentado mal el viaje? Priya era mi niñera, la que me contaba historias cuando era niño. Creía que te había hablado de ella.

-Lo siento, debo estar algo susceptible, muchas emociones. - Timidamente y avergonzada le besa en la mejilla. - ¿Y esa historia de la que hablabas, qué contaba?

- No te preocupes - Le acarició la cara con el dorso de la mano - Es el ambiente de este hotel, que nos pone nerviosos - sonrío un poco tenso.

- Verás. Priya me contó que en un hotel lujoso de Bombay se celebró una recepción a un embajador francés a la que acudieron muchos invitados de la más alta clase y cuna. La fiesta era todo un éxito: los invitados bebían los mejores licores y consumían manjares deliciosos, y departían animadamente. Sin embargo, al cabo de un tiempo descubrieron la presencia de un invitado que cubría su rostro bajo una capucha. El anfitrión, extrañado ante tal comportamiento, pidió a sus mayordomos que acudieran a pedirle explicaciones y sugerirle que mostrara su cara, pero, cuando quisieron hacerlo, el misterioso sujeto se trasladó a una sala contigua. De allí pasó a otra, cuando los mayordomos se aproximaban, y así sucesivamente hasta llegar a una sala cuyas paredes estaban forradas de terciopelo rojo. Una vez allí, cuando lo alcanzaron los demás invitados, que fueron curiosos por descubrir quién era ese tipo tan escurridizo, descubrió su rostro:... ¡una calavera llena de gusanos! Los invitados retrocedieron espantados, pero pudieron oír al espectro decirles:

- Habéis organizado un acto opulento y lujoso, ajenos a la miseria que rodea al hotel. Hoy, ¡esa miseria os visita sin remedio y os exige el pago de vuestro desprecio al dolor y la pobreza!

No pudieron oír más. Los invitados, incluido el anfitrión, fueron cayendo fulminados uno tras otro.

Al cabo de unos días, cuando los lugareños accedieron al hotel, sólo encontraron a un numeroso grupo de gente (los invitados) muertos por el cólera.

Descanso unos instantes - Espero no haberte asustado, querida - Sonrío.

- Ahora recuerdo lo que me enamoró de ti. - Sonrío y añado. -Estoy algo cansada del viaje, ¿Qué tal si nos ponemos cómodos antes de bajar a cenar?

Sonrío - Por supuesto querida. Lo estaba deseando.

La abrazo y la beso en las labios mientras coloco una mano en su espalda y con la otra empiezo a levantarle el vestido hasta la rodilla.

Un ligero rubor sonrosa su cara mientras un estremecimiento que nace en sus piernas sube le sube por la columna.

Le suelto el vestido y comienzo a desabrocharle el corsé mientras la beso en el cuello.