Partida Rol por web

Una vez que el grupo se encuentra equipado y preparado, Arthur, asistido por Colin guían al resto por calles tranquilas y libres de alzados, no les lleva más de 10 minutos y algunos rodeos, llegar a la plaza donde se encuentran los dos vehículos.

El grupo mantiene bastantes precauciones en cuanto al ruido y avanza lentamente por las calles de Guildford, mientras una lluvia fina descarga incesante sobre ellos.

Tanto el coche como la furgoneta se encuentran exactamente como Arthur los dejó, el uno a una decena de metros de distancia del otro, y sin embargo,  se encuentran un par de zombis rebuscando entre la basura al otro lado de la plaza.

Afortunadamente están muy entretenidos y no han detectado la presencia del grupo. Se encuentran a unos 30 metros de los vehículos, y el grupo debe recorrer una distancia de unos 25 metros para acceder a ellos.

Sin duda deben idear algún plan antes de lanzarse a lo loco.

¡Joder! - susurró - Otro par de hijos de puta como los que me sorprendieron antes.

Miró a sus compañeros con gesto serio.

Tenemos que pensar muy bien cómo lo vamos a hacer, estos... Zombis !Joder me resisto a llamarlos así¡ Pueden ser rápidos así que hay que tener cuidado pero sobre todo ser silenciosos para no alertarlos de nuestra presencia. ¿Os parece que intentemos distraerlos para alejarlos de aquí? Así podremos pasar la gasolina de un vehículo a otro, espero que los dos utilicen el mismo carburante, y salir de aquí pitando.

- ¿Tienes algo pensado tio? No podemos hacer ruido o atraeremos más bichos. ¿qué tal un fuego o algo así? ¿y si les emboscamos?- Mueve la cabeza en todas direcciones buscando más zombis para trazar un plan seguro. Botes podría ayudarnos en eso... piensa en voz baja...

¿Botes? ¿Quién coño es botes?

Colin saca un pequeño peluche de uno de los bolsillos interiores de su chaqueta. Es un canguro con atuendo de boxeador. - Si le doy al interruptor comenzará a dar pequeños saltitos y mover los puños. Está conmigo desde que tenía 4 años, es el único recuerdo de mi abuela. Ella me lo regaló. - Sonríe levemente, un tanto avergonzado. -Es lo único que se me ocurre. Si lo dejo sobre aquél coche y nos escondemos detrás del que está en frente, cuando estén buscando el origen del ruido podemos atacar cada uno a uno de ellos. ¿qué os parece? Alguna otra idea?
 

Nieeee..es la hora de los mamporros...

El peluche suena algo más alto de lo que os gustaría.

-noooo... hará demasiado ruido... podría atraer a más. Creo que lo mejor será que uno de nosotros vaya al coche, compruebe que arranca y los demás se unan a toda prisa en cuanto escuchen el motor. Puedo ir yo. ¿qué decís?

¡Apaga ese canguro chico! - masculló Arthur mientras sopesaba la proposición de Colin - Quizás entre los dos podamos acercarnos lo suficiente como para pasar gasolina de uno a otro y coger prestado el coche. Algo me dice que si no tiene llaves tu podrías hacer un puente - dijo guiñando un ojo a Colin -. Beatrice y Daniela podrían esconderse aquí y llamar la atención de esos bichos si nos descubren para darnos un poco de margen en nuestra huída. En caso de desastre podemos volver a encontrarnos en vuestro refugio.

- ¡De acuerdo Arthur! Joder, tenemos que conseguirlo. Mejor que nos demos prisa. Por ahora solo hay dos, pero en un rato puede haber muchos más. Coge un arma y la goma y vamos.

  - Está bien, nos quedamos por aquí e intentamos llamar su atención si os ven. Estad preparados para cualquier cosa e intentemos no separarnos. - Podía pasar perfectamente en una situación de pánico. Es una pena que el muñeco no haga menos ruido, de ser así habría sido una excelente distracción. 

Todos asienten en silencio, sin duda la maniobra es peligrosa, y respiran profundamente.

Ambos hombres se adentran en la plaza con un  sigilo y coordinación pasmosas, afortunadamente ambos coches han sido abandonados con llaves, y aunque tienen que apartar algun cascote, consiguen pasar algo de gasolina del coche a la furgoneta, aunque no lo llenan, porque el tubo no es suficientemente largo.

Cuando Arthur le da el ok Collin se sienta en el asiento del conductor con las manos al volante, dispuesto a arrancar cuando las dos mujeres estén a salvo en la parte de atrás de la furgoneta. Los alzados parecen ignorarles por completo, muy concentrados con la basura al otro lado de la plaza. 

Hacen una seña a ambas para que se acerquen, y las esperan con la puerta atrás de la furgoneta abierta. Beatrice asiente en silencio y Daniela parece algo bloqueada.

Se escuchó el sonido de un inhalador para asmáticos al ser usado, y Daniela asintió y comenzó a caminar lentamente hacia la camioneta.

El sonido de cristales rotos era leve a su paso y se giró hacia Beatrice.

Vamos, hagámoslo juntas, y salgamos de esta maldita ciudad.

 - Vamos. - Contesta a Daniela asintiendo, para dirigirse junto a ella hacia la camioneta tratando de no llamar la atención.