Partida Rol por web

Reflejo de fantasía

Paris

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01/08/2007, 01:28
Céleste St.Jules

Derrumbada en su silla Céleste trata de sobreponerse. Ha intentado estar alegre, sonar como si lo estuviera.
Ha bromeado, ha reído.
Pero Adoue consigue dejarla de nuevo frente a frente con la realidad, con la incertidumbre del futuro, con la renuncia que debe apurar sin ni tan sólo mirar atrás.

No es que ella no la tuviera presente, claro. Desde que se ha puesto a trastear por la cocina, ayudando, no ha dejado de pensar en cómo volver a sacar el tema. La dichosa llamada. Pero había obligado a su corazón que no le recordara lo que esa respuesta representaría para ellos. Y casi lo había conseguido.

-Te quiero.

Ha dicho él, sólo eso. Y con ello, de nuevo se siente descarnada.

Se levanta, a su vaso le falta una gota para derramarse, piensa, y esa gota es esa lágrima que ella está intentando reprimir.

En la mesa quedan olvidados el móvil, las tortitas y el chantilly. Sube las escaleras de dos en dos. Asoma la cabeza por la puerta del baño, y sin más, simplemente, dice:

-También yo...

Después deshace sus pasos, recoge las cosas del desayuno, y se pone a fregar los platos que, en realidad, ni se han usado...

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01/08/2007, 17:18
Céleste St.Jules

La vista del móvil vibrando y su melodía a continuación, hacen que un estremecimiento recorra la espalda de Céleste. Ha llegado el momento. Sabe, desde luego, cuál será el resultado de responder a esa llamada.

Pero debe responder. Y aceptar su Destino.

Maldice para sí, mientras coge el móvil y descuelga.

-Céleste St. Jules al habla, en nombre del Dr. Raoul Adoue. Dígame...

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02/08/2007, 00:39
Céleste St.Jules

-¡Oiga! ¿Oiga!?

Céleste no comprende nada. No comprende, pero entiende. Siente frío, la impresión la ha dejado helada. Y escucha, jadeando por la urgencia. El agua de la ducha se oye correr, así que debe avisarle. No, no huirá sin él...

Coge el móvil y sale de la cocina como una exhalación, el corazón imparable, latiendo tan fuerte que siente su presión casi a nivel de la garganta. Sube los escalones no de dos en dos, sino de cuatro en cuatro, de seis en seis, quien sabe. Ella no.

-¡Raoul! ¡¡Raoul!!

Pero mientras asciende empieza se consciente de otra cosa, de algo que parece incongruente. El frío. No es que ella lo sienta sólo en su interior. Es que está por todas partes, y está invadiéndola, invadiéndolo todo. Se estremece sin dejar de correr, revive como entre brumas la sensación en el Hospital, justo al escapar de la reacción de Adoue a su beso, de escapar de esa sala clandestina. Hubo un momento, una sombra. Y ahora... el mismo gélido aliento a su alrededor...

-¡Amor mío! ¡Tenemos que huir!

Abre de nuevo la puera del baño, rogando por que él la escuche, la crea.

Rogando por que no le haya ocurrido nada...

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02/08/2007, 10:31
Céleste St.Jules

No puede gritar. Simplemente, no puede. Ni llorar.

Quizá un segundo, quizá toda la eternidad, Céleste se petrifica ante aquello que, aún temiéndolo, no pudo haber previsto ni en la peor de sus pesadillas. En la peor de las pesadillas urdidas por la peor de las mentes crueles.

Sabe que debe dejarle, que ya no hay nada que hacer por él, que ni tan sólo está ahí. Pero su corazón sí está gritando, sí está llorando. Y avanza.

Se acerca al hombre que ama, al hombre por el que ahora estaba dispuesta a aceptar cualquier destino. Cualquiera... pero no éste.

Se vaciará para siempre, lo sabe, si sigue acercándose, si llega a verle bien, si llega a tocarle, nunca más será la misma. Pero ya no es la misma. Y nunca volverá a sentirse igual, nunca olvidará. No podrá. La imágen de Raoul nunca se borrará de su memoria, de su alma. Su pecho descarnado, sus órbitas vacías, su mano que sostiene... ¿qué sostiene...?

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02/08/2007, 16:14
Céleste St.Jules

Abrir los ojos cuesta tanto por el estado en el que se encuentra, como por la certeza del dolor que la asaltará a la vista de lo que sabe que ha ocurrido.

Pero debe hacerlo, debe asumir de un modo u otro la situación, enfrentarse a ella. Y luego, ya pensará. Si no la asalta la locura...

Lo primero que percibe, entre una turbia neblina de la inconsciencia, es rojo sobre blanco. Y frío. Y dolor, claro, pero el dolor ya forma parte de ella. Aunque... no, hay algo distinto...

El rojo sobre blanco se enfoca lentamente y se transforma en el suelo embaldosado, salpicado de sangre. De la sangre de Raoul... una punzada la atraviesa, sigue el dolor, el dolor persiste. Y lo que lo hace distinto... es ese escozor en la nuca.

Se incorpora, forzándose por apartar ya de una vez para siempre los ojos de lo que ha sido su amor. Se lleva una mano a la nuca, y se palpa. Busca el espejo, y otro de mano. ¿Qué le duele...? ¿Acaso la han golpeado...?

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02/08/2007, 18:42
Céleste St.Jules

Ya exhausta, ya al límite, Céleste, los ojos por fin anegados en lágrimas, escapa.

Atrás queda el cuerpo de Raoul, al que no mira, no, no puede volver a mirar.

Baja las escaleras, coge su bolso al vuelo, sollozando, sale al garaje, abre las puertas y se mete es su coche. Se obliga a no pensar, se obliga a actuar por completa inercia. Arranca, aprieta el acerelador y sale disparada hacia fuera, hacia la calle, hacia la nada.

Cuando lleva ya unos minutos afloja, y se acerca a la cuneta. Detiene el coche. No sabe dónde está. Sí, allí hay un nombre, una placa de calle. Palpa el móvil aún en su bolsillo. Lo saca, y busca la última llamada. Marca. Y espera...

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02/08/2007, 20:57
Céleste St.Jules

Tarda una fracción de segundo en contestar. Y no lo hace de manera coherente, aunque eso es algo que a nadie puede extrañarle. Ronca la voz, y balbuceante, consigue hablar.

-Yo... yo si... Pero él...

Se detiene, jadeando. Luego intenta centrarse, no puede dispersarse de ese modo, no, debe controlarse.

-Ha ocurrido... algo espantoso. Raoul... ¡Dios! ¡Raoul ha muerto! Y de un modo atroz...

Solloza. Pero se reprime de nuevo. Debe continuar.

-Sentí esa presencia, gélida, un frío antinatural... y él estaba eviscerado, sus cuencas vacías, en el pecho abierto... ¡le habían arrancado el corazón! Dios mío... Oh... y... tengo un papel, una nota que su mano aún cálida asía, como si quisiera entregármela.

Llora de nuevo, esta vez ya incontroladamente. Unos segundos, quizá minutos. Pero debe contarlo todo, necesita hacerlo. Ellos son cuanto aún le une a Raoul...

-Les daré la nota. Y... hay algo más. Me dejó inconsciente, algo me noqueó. ¿Cuánto tiempo ha pasado desde la otra llamada? Es el tiempo que he estado sin conocimiento, además de lo que he tardado en llamar, para escapar de allí. Y, en ese rato... en ese lapso... parece increíble, pero... me han tatuado algo en la nuca...

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03/08/2007, 01:18
Céleste St.Jules

-¡Espere...! Quiere decir... ¿que debo seguir como si tal cosa? ¿Presentarme mañana en el Hospital, y fingir que me extraña que Adoue no haya acudido? Y... ¿qué debo hacer en lo que se refiere a la sala clandestina? ¿quién se ocupará de ella...?

La voz se ahoga en la garganta de Céleste. Se mezcla con un gemido angustioso. Pero prosigue.

-Entiendo... que alguien contactará más pronto o más tarde conmigo, ¿cómo le identificaré, tiene algún dato que pueda darme...?

Y por fin, en un susurro contenido y ronco, casi más para sí misma que para quien sea que se encuentra al otro lado de la línea...

-Y... cómo sabré el por qué de su muerte... ¿cómo podré... saldarla, vengarla...?

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03/08/2007, 13:10
Céleste St.Jules

-Bien. De acuerdo. Estaré alerta.

La voz de Céleste se ha matizado, se ha vuelto más monocorde.

Cuelga la llamada, y aprieta los labios. Pasa su mano por el pelo, aún despeinado, completamente repleto de rizos. Sus ojos llegan a su propia imágen que le devuelve el retrovisor. Se siente sucia, cansada. Pero en el espejo parece radiante. Y se sorprende, sobre todo, por la dureza que encuentra en su mirada.

Si, ya nunca será la misma...

Arranca de nuevo el motor, y sale despacio a la calle. Da un par de vistazos, se orienta. Y enfila hacia su casa.

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04/08/2007, 11:15
Céleste St.Jules

Una vez en casa, Céleste no se detiene ni un segundo. Ha bloqueado su mente, y sólo le da un ligero margen de apertura por el que percibir lo que la rodea, y llevar a cabo, como una autómata al principio, aquello que sabe que debe hacer.

Orden. Busca orden y sistema, eficiencia.

Coge su billetero, y saca del bolsillo el papel que Raoul le tendió antes de morir. Lo dobla cuidadosamente, sin leerlo, no puede releerlo, no ahora. Y lo guarda en uno de los bolsillos interiores del billetero, un tarjetero.

Va a su pc, y busca el portal del Hospital. Busca una foto de Adoue. Sí, ahí está. Esa sí la mira, no puede evitarlo, aunque siente desgarrase su corazón en el pecho al hacerlo. La imprime a tamaño tarjeta, y la coloca junto a la nota.

Una vez ha hecho esas dos cosas, vuelve a ducharse. Cuando sale se seca el pelo y lo recoge en una cola alta, que ata en una especie de moño. Su nuca queda a la vista, por tanto, y su tatuaje. Se viste. Ropa ceñida, tacón alto. Discreta, pero atractiva. Y se maquilla. Si, se maquilla. Lo suficiente para verse distinta, para sentirse distinta. Añade a su bolso los cuatro trastos que ha usado para hacerlo, en una bolsita.

Se mira en el espejo del recibidor antes de volver a salir, camino del Hospital. El espejo le devuelve una imagen insólita. Es ella, claro, pero su mirada es dura como el acero, y no hay sonrisa en su rostro. Llamará la atención allí donde vaya. Bien. Cuantos más se fijen en ella, más probabilidades habrá de encontrar a quien busca. Aunque ahora aún no sepa quién es.

A partir de ahora, Céleste usará uniforme de guerra.

Notas de juego

Solicito tomar lecciones de tiro y comprar un arma corta, algo ligero que le quepa en el bolso, y que aprenda a manejar con facilidad.
En principio, siendo cirujana, ha de tener pulso.
;)
También, si la dejas, se comprará un arma blanca. Aunque siempre lleva encima su instrumental de urgencia, no lo considera un arma. Así que quizá una navaja media, retráctil, que quepa en un bolsillo.

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04/08/2007, 13:32
Céleste St.Jules

Notas de juego

Voy al Hospital, allí iré a hablar con la gente del ala secreta. Es posible que alguien pueda proporcionarme una pistola. También tengo el móvil de Raoul con el registro de la llamada. Si no puedo conseguirla de algún compañero "de armas", pediré ayuda e instrucciones a "los de arriba".
Lo de entrenarme con ella tendrá que ser pues también a través de la organización que ya es también la mía. Comprendo que lleva tiempo y no tengo la habilidad.
Pero es que el pj ha cambiado, y es lo más congruente. Creo. Si no estás de acuerdo, o quieres matizar algo, adelante.
;)

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04/08/2007, 15:40
Céleste St.Jules

Con paso firme y ágil, aunque no precipitado, se orienta por la maraña de pasadizos. No duda ni un segundo que encontrará la puerta. Ni se lo plantea.

Unos momentos más tarde, se encuentra ante ella. Va a abrir, pero el pomo no cede. Entonces se siente idiota. Claro, evidentemente deben tener algún sistema de protección, quizá una contraseña, llave, o cámaras...

Y en ése momento la puerta se abre dos dedos. Empuja, y entra. Claro. Cámaras. Pero ya la vieron con Raoul, y ahora, además la Organización sabe quién es.

Busca con la mirada alguien conocido, o alguien a quien pueda considerar que se encuentra al mando, el responsable...

Notas de juego

Si me he precipitado adelantando acontecimientos, me tiras de la oreja y edito.
:)

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04/08/2007, 21:43
Céleste St.Jules

-Hola Niolet. Adoue no ha venido conmigo. Dime, ¿quién está al frente de esta sala normalmente? Eres tú?

El tono de Céleste es neutro y sosegado. Pero firme, es evidente que no está para que le den largas. Espera la respuesta de la enfermera con una leve sonrisa en su rostro.

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05/08/2007, 17:40
Céleste St.Jules

La respuesta de la enfermera deja algo perpleja también a Céleste, pero exteriormente lo único que se percibe es un ligero gesto de asentimiento, una especie de "entonces, todo en orden".

-Bien, gracias. Dime si hay algo ahora que reclame mi atención, si no es así, iré a presentarme a mi jefe de servicio, estaré localizable por el busca. ¿De acuerdo?

Céleste vuelve a autosuministrarse una dosis de frío control, y de plan de acción. Una vez solucionadas las cuestiones de funcionamiento de la Sala, irá como ha dicho a presentarse a su jefe. Y no hablará con nadie del Hospital de Raoul ni de lo que ha sucedido. Pero antes, hará otra llamada. Si él la ha dejado al frente del ala secreta, ella es ahora quien debe comunicarse con la Organización.

Pedirá instrucciones, acerca de lo que puede o debe decir sobre Raoul Adoue, y les pedirá además un arma. No ha querido confiarse a la enfermera Niolet, a pesar de trabajar también en la clandestinidad. No quiere dar ni un paso en falso, y ahora, ya no confía en nadie. Sólo en ella misma...

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05/08/2007, 19:05
Céleste St.Jules

Ahora sí suaviza algo su sonrisa, y ladea la cabeza para despedirse antes de salir.

-Lo que aquí sucede es mucho más que un milagro, Niolet. Y es gracias a vosotros, a la gente que se arriesga generosamente para que se haga posible. Me siento orgullosa de formar parte de ello.

Da una mirada circular, y luego sale, con paso seguro.
Una vez en los pasillos, toma el móvil de Raoul de su bolso, y marca el número de su secreto interlocutor...

Notas de juego

¿Céleste ha tenido acceso a la última emisión del Eyevision Channel?

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05/08/2007, 21:09
Céleste St.Jules

-Bien. Deseo que me puntualice algunas cosas. Por ejemplo, qué debo decir aquí en el Hospital acerca de Adoue. Mi intención es presentarme y no demostrar que hemos tenido ningún tipo de relación. Ayer fué la primera vez que... el primer día... en fin, que nunca antes habíamos tenido otro trato que el de compañeros de trabajo. De modo que no creo que nadie se extrañe de que yo ignore por qué no ha venido hoy a trabajar. Pero haré lo que me diga. También quiero saber qué hago con el ala secreta. Supongo que el que Raoul me dejara a mi la dirección en caso de que él no estuviera es una decisión que viene de usted. Deme entonces directrices. Un tercer punto es la necesidad de un arma, una pistola, que no puedo conseguir legalmente. Pero quiero ir armada, aunque de momento no sepa utilizarla convenientemente. Aprenderé. También recordarle que tengo esa nota, la que Raoul me tendió en su muerte. La guardo conmigo, pero puedo leérsela si lo desea. Y por último acabo de ver la noticia que ha emitido el EyeVision Channel. Es evidente que la chica de los tatuajes, la que acusan de agredir a la periodista e incluso de ser la posible asesina, es tan inocente como yo misma. Está en mi mismo caso. Y quizá esa periodista sepa mucho más de lo que el simple ejercicio del periodismo pueda hacer pensar. Puede que sepa algo de ese ser sombrío y gélido...

Céleste se detiene un segundo, su voz se ha adelgazado, hasta perderse. Pero sigue después de un leve suspiro, otra vez con el tono monocorde que parece que empieza a serle habitual.

-Usted sabrá qué relación pueda tener, o cómo averiguarlo... Eso es todo. Usted dirá...

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05/08/2007, 23:27
Céleste St.Jules

El círculo se estrecha. Y hay peligro en todas partes...

Al parecer no sólo ella siente la amenaza. También el misterioso interlocutor. Y un escalofrío recorre la espalda de Céleste.

Bien. Debe actuar por su cuenta. Empieza a comprender que esto va a ser bastante más habitual de lo que ella habría querido. Esperaba encontrarse respaldada, protegida. Pero claro, no conoce la envergadura de la Organización que cuelga tras ése número de móvil. Y había ansiedad en esa voz.

¿Qué hacer? Le ha dado libertad. Total capacidad de decisión, total independencia. En realidad, casi se ha desentendido de ella. Pero no puede culpar a nadie por ello. No, no tal y como están las cosas...

Aprieta el paso hacia el despacho de dirección médica. Pedirá a su jefe que le libre unos días antes, para ultimar detalles. No se lo negará. Se despedirá de todo el personal, el oficial, y el del ala clandestina.

Y si alguien vió cómo salía con Raoul ayer, no será difícil de explicar. Todo el mundo sabe que se va a NY, a trabajar becada en la multinacional farmacéutica. Si alguien pregunta, encontrará normal que tomaran una copa de despedida como buenos colegas, y luego se fueran cada cual por su lado.

Se olvidará por ahora de la pistola, no puede correr riesgos innecesarios, en este momento sería absurdo.

Y se irá a Dublin...

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06/08/2007, 20:54
Céleste St.Jules

De vuelta al coche. De vuelta a casa.

Una llamada a sus padres. ¿Todo bien pequeña?

-Todo bien, mamá. Voy a prepararme para NY, y he de cerrar asuntos, así que tengo que irme antes. Me llevo el coche, y cierro el piso. ¿Querrás hacerte cargo de mis plantas? No creo que necesite nada, aunque nunca se sabe cuándo se le complican a una las cosas, de modo que estaremos en contacto. Un beso.

Preparar el equipaje, recoger documentación, ordenar cuatro cosas. Todo no le lleva más de un par de horas. Coge dinero de su caja fuerte, alguna joya y las tarjetas fuertes.

Se suelta el pelo que ha llevado recogido. Después de haber visto la noticia en el EyeVision Channel, imagina que el que alguien identifique el tatuaje puede ser más un peligro que una ventaja. A menos que sea a ella misma a quien le interese identificarse.

Coge el coche, arranca, y se dirige con tranquilidad al espaciopuerto. Una vez allí, antes de tomar el billete, sólo queda una cosa por hacer.

Suspira mientras saca de nuevo el móvil de Raoul, y marca. Cuando alguien contesta, tiene las cosas claras:

-Bien, ya estoy preparada. He decidido ir a Dublin, si no hay contraorden. Buscaré esa chica. La de los tatuajes. Necesito que me diga si sabe algo que pueda ayudarme a dar con ella, no sé por dónde empezar. Y que la persona que debe encontrarme a mi, sepa que me dirijo a Irlanda. Le llamaré en cuanto tenga habitación, para que le dirija allí, si le parece bien. Y eso es todo. Espero instrucciones... y ayuda...

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06/08/2007, 23:02
Céleste St.Jules

Sin más opción que el silencio, que ya es una norma en sus comunicaciones con el misterioso interlocutor, Céleste guarda de nuevo el móvil, y se dirige a la Terminal Internacional.

-A Dublin. Con mi coche. Tan pronto como sea posible, por favor. Aquí tiene mi documentación...

Notas de juego

Vale, corregido. Gracias.