Partida Rol por web

RegenZy

Capítulo III - Vauban

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20/03/2013, 21:38
Augustus Frederick

El rostro de Augustus se ruborizó ligeramente, más por la solemnidad del momento que por el agradecimiento de las jóvenes. O eso se decía.

- Lo decía completamente en serio. - reafirmó, con una voz ligeramente aguda y que con un carraspeo volvió a poner en su sitio - Pero tienen razón, ahora mismo debemos ponernos a trabajar.

Volvió a coger los papeles y buscó un lugar donde aposentarse. Antes, torpemente, se había sentado en el único escritorio y Evangeline había reclamado ese sitio. Aunque había sido amable y no había reprendido a Augustus por apropiarse de una posición que no le correspondía, ahora le tocaba acercar una mesita pequeña a una butaca para poder escribir. Claro que era el tipo de situación que en dos segundos, tras empezar a garabatear, olvidaría en pos de cosas más importantes.

- ¿Qué les parece si hacemos primero un esquema general? Podrían dedicarse a hacer una cronología de eventos mientras yo me dedico a describir la patología. - propuso, ya acomodado en la butaca.

Y sin más dilación, se puso a escribir.

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20/03/2013, 21:51
Sir Barnabas Morgan

La pregunta personal era doble. Echó un vistazo a la cama, comprendiendo muchas cosas. No le parecía muy bien, pero tampoco iba a quejarse en voz alta. Era una situación extraordinaria y no sabían si iban a morir el día siguiente. Se rascó un momento la patilla, y su estómago rugió.

-Si, es bastante simple, en realidad. La mujer tiene un ciclo fértil bastante bien establecido, aunque es normal que algunas mujeres experimenten cambios en el mismo con motivo de esfuerzos físicos, tensión y demás problemas. Le aconsejo que usen protección a partir del cuatro o quinto día desde que sufra el periodo menstrual. Durante el mismo no es necesario. Sobre higiene y demás, usted sabe más que yo. Es recomendable asearse después de... especialmente si lo han hecho sin protección. Lavarse la zona con agua fría si no desea quedar encinta, o tomar una menta-poleo muy concentrada a partir del cuarto o quinto día después del coito.

Su pregunta le hizo reflexionar. La concerniente a las hermanas.

-En realidad yo mismo estoy extrañado. Su hermanastra Evangeline parece la más dolida, pero no ha mostrado en público ningún rencor hacia usted. Sin embargo me inclino a pensar que cuanto más extrema se vuelva la situación más tenderá a recordar que usted la privó de su padre... y con él, las posibilidades de heredar todos sus bienes, ya que no está casada ni tiene hermanos.

Vió al pequeño mono y se acercó a examinarlo con curiosidad. Lo acarició un poco, y sonrió. Luego se dió cuenta de algo que le resultó fascinante.

-Espere... Este mono es de Borneo, y de la especie que transmitió la enfermedad. Su mono parece sano... debe tener algo en su sangre, algo que nos ayude a entender como combatir la enfermedad.

La miró, como pidiendo permiso.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Desde el 18 los condones eran populares y asequibles para clases altas.

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20/03/2013, 21:47
Evangeline Frederick

Evangeline hizo lo que le ordenaban. Dudó entre añadir en los eventos la huída del anfitrión de la casa, pero finalmente apuntó todo lo que recordaba y dejó en manos de los hombres que filtraran o no la información.

El susurrante rasguido de las plumas era el único sonido en la sala mientras los tres presentes ponían por escrito los recuerdos que atesorarían, espantosamente, para siempre.

Notas de juego

Perdón por lo del escritorio, se me ha ido la pinza totalmente!

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20/03/2013, 22:09
Señora Spooner

La diligente señora Spooner apareció en el salón con uno de los criados, el joven palafranero Jackson. Comenzaron a poner la mesa y sirvieron en ella una comida que atrajo su atención: roast beef con yorkshire pudding y un gran cuenco de puré de patatas.

La vieja ama de llaves se acercó a la mesa donde estaban trabajando y carraspeó. En ausencia de sus padres, deducían, las jóvenes estaban al mando de la casa.

-Ruego que me disculpen. Se que ha sido un día de emociones muy fuertes, pero hemos pasado la noche en vela y les convendría comer. Señorita Butler -dijo refiriéndose a Evangeline- Pido su permiso para que comamos el resto del servicio y podamos descansar. El señor indio... el de la toalla en la cabeza. Disculpe, no se muy bien como se llama. Dice que está todo reparado y él se quedará de guardia mientras dormimos.

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20/03/2013, 22:16
Director

Los dos militares se retiraron un poco de la escena. Connor preveía una reacción adversa y letal por parte de Strafford, pero este se mantuvo sorprendentemente calmado. Cerraron las puertas y recibieron a los green jackets. Mientras Berdan se quedaba hablando con el coronel, los dos militares caminaron hasta los barracones, donde se deshicieron de una vez por todas de sus uniformes de gala, vistiendo los más prácticos y cómodos uniformes de servicio. Luego tomaron sus armas, ya que se habían sentido desnudos sin ellas, y sintieron un hueco en la boca del estómago. No habían comido nada desde el tentempié en la fiesta de los Markington.

Los dos flamantes oficiales volvieron al patio de armas. Los green jackets habían hecho un alto para comer, y Berdan se acercó a ellos para decirles unas palabras en un aparte. Markington y los oficiales de la plana mayor regresaron al edificio administrativo.

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20/03/2013, 22:20
Tte.Cor. Berdan

El mayor se secó el sudor con un pañuelo y se acercó a ellos, como si fuera un paseo informal acompañándoles hacia donde decidieran dirigirse. Su rostro cansado miraba el horizonte mientras les hablaba.

-Su coronel es justo como me habían dicho. Un cobarde snob estirado con muchos contactos en los Horse Guards y pocas virtudes personales. Disculpen, si les incomoda, pero ya veo que no les tiene en muy alta estima. Hemos escuchado muchas cosas de los Markington, y pocas buenas.

Hizo una pausa, escupiendo a la gravilla del suelo.

-Tenemos orden de unirnos a la guarnición, reforzando sectores críticos. Pero antes vamos a pasar por la cantina. Creo que les convendría a ustedes también. Si quieren un consejo... de militar a militar. Este regimiento, esta fortaleza, estaría mejor sin ellos. No creo que estén muy por la labor de hacer algo más que salvar sus miserables vidas encerrados tras estos muros.

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20/03/2013, 22:23
Evangeline Frederick

- Por supuesto, señora Spooner.  Descansad bien  -asintió Evangeline-. Si ves que el servicio se siente muy nervioso,  reparte tila o valeriana. Intenta que todo el mundo esté lo más tranquilo posible.

Se sentó a comer con su gemela y el doctor, aunque no hizo más que picotear sin demasiado interés la cena. Los disgustos quitan el hambre.

 

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21/03/2013, 15:29
Narcisus Strafford

Narcisus agradeció la nueva ropa. Era como entrar en el agua siendo un recién nacido. Una sensación familiar y agradable, reconfortante. Poder armarse con su arma habitual, más todavía. Aquello sí era similar al reencuentro con un pródigo y perdido hijo. Miró con afán la comida por un instante, pero se contuvo. Era obvio que tenía que satisfacer esa necesidad en breves, pero hubiese quedado cuanto menos indecoroso el correr a por comida que no era suya, nada más llegar, y con una persona acercándose para hablar con él.

No le sorprendieron las palabras de Berdan. Narcisus le miraba mientras él lo hacía a ninguna parte, pero caminaba a su par, siguiendo el juego. Él comprendía las decisiones de los Markington, y no las echaba en cara. El probablemente era igual o peor que ellos, pero no tenía la posición ni influencia necesarias para tomar tales decisiones, y se adaptada a su puesto.

- No me incomoda- confesó por su parte, tranquilo-. Es probable que tenga usted razón, pero yo no puedo hacer nada al respecto, y en cierto modo, puedo comprender su motivación.

Egoísmo y supervivencia.

Narcisus sabía mucho de ambas.

- Si Connor coincide en mi juicio, les acompañaremos- añadió para finalizar. Si tenía que arrimarse a un hombro, prefería el de alguien que no fuese un malo conocido sino el de alguien por conocer. No había nada interesante que rapiñear a su superior.

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21/03/2013, 16:43
John Connor

En cuanto el olor de la comida llegó a la pituitaria de Connor, éste se sintió débil. Podía hacer largas marchas sin qujarse, pero llevaba demasiadas horas sin alimentarse y con la tensión constante de lo que estaba aconteciendo, había quemado demasiadas calorías. - En efecto, estaré encantado de poder ocupar asiento junto a Usted, Mayor. Pero antes me gustaría intecambiar unas palabras con el capitán si no le causa molestia - Hizo una pausa y continuó. - Desde que puse el pié el primer día en este lugar, supe que no encajaba dentro de los planes de los Markington. Pero es mi deber obedecer sus órdenes y haré lo que deba - Los labios del Capitán expresaban una cosa, pero sus ojos parecían opinar lo contrario. En estos tiempos de caos, se podían tomar decisiones rápidas y drásticas ante un posible desertor, así que había que andarse con cuidado. No sabían nada del Mayor Bredan y quizá era un lacayo del Coronel que estaba poniendo a prueba la fidelidad de los suyos. Connor se veía en la cuerda floja como no se había visto antes en ninguna otra contienda y quizá pecaba de precavido.

En cuanto Berdan se hubiera retirado, john aprovechó para cambiar su opinión sobre las palabras del Green Jacket. -Disculpe Capitán por privarle de ir a comer por ahora, pero tengo ciertas dudas sobre el Mayor. Es posible que sólo sea una sospecha fruto de una mente agotada, pero... ¿No ha percibido en sus palabras una cierta sensación de propuesta de sublevación? Quizá mi descontento con la actuación del Coronel me ya ha llevado a pensar que Berdan piensa en derrocarle y busca posibles aliados. Por otro lado, quizá sea un viejo conocido de Markington y busca traidores en potencia dentro de su Fuerte. No gozamos con la estima del Coronel y en parte eclipsamos a su hijo. Me atrevería a decir que corremos tanto riesgo fuera como dentro de estos muros. ¿Qué opina Capitán? ¿Había oído hablar antes del Mayor? -

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21/03/2013, 17:02
Narcisus Strafford

- Sinceramente, Connor, no tenemos demasiadas opciones- aseveró Narcisus, que seguía caminando ajeno a todo, con una falsa entereza. Por dentro se debatía en qué hacer, pero por fuera, se mostraba como siempre, cual experto jugador de poker-. El coronel no dará una moneda por nosotros cuando verdaderamente lo precisemos. Posiblemente Berdan tampoco, pero, con el debido respeto- sonrió abiertamente, emulando la actitud de Connor, pero dándole un matiz más propio del subterfugio-. Quizá sólo sea una sospecha fruto de una mente agotada, pero el Coronel será el primero en sublevarse contra el mundo cuando le convenga. Creo que Berdan sólo pretende hacer acopio de fuerzas y marcharse, pero quizás tenga usted razón en base a sus últimas palabras. No lo sé. 

Se mesó la barbilla antes de seguir hablando, reflexionando en su fuero interno. A él, francamente, le importaba sobrevivir al mundo. Le había cogido cierto cariño a Connor, pues era un hombre verdaderamente íntegro y caballero. Se sentía en el deseo de volver a reunirle con Katherine, y de no dejarle tirado en la estacada, pero más allá de eso, no sentía aprecio por los Markington, y Patrick claramente le disgustaba. Si estuviesen solos el imberbe y Strafford ante una horda de zombis, cuando el primero precisase ayuda el segundo perdería sus cinco sentidos.

- Creo que lo mejor será adaptarnos a lo que surja, Connor. Vayamos a la cantina y veamos qué intenciones tiene Berdan. Tenemos nuestras armas. Si planea algo que pudiera beneficiarnos, agarrémonos a ello, sino, nada- no estaba imponiéndolo. Su tono revelaba su opinión, pero también cierta laxitud y apertura al consenso-. Dudo mucho que actúe bajo órdenes del coronel. No lo veo congruente. Yo por ahora descarto esa opción.

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22/03/2013, 00:08
Katherine Connor

Ella al igual que su hermana tampoco tenía mucha hambre. Le tranquilizaba que fuera ella quién le diera las órdenes al servicio aunque se preguntaba cuándo dejarían de ser el servicio. Miró a August, parecía una buen muchacho y le agradaba que tuviera el valor de al menos tener las intenciones de cuidarlas. Estaba bien lo que él decía, ella enmudeció mirando al plato, de pronto pensaba en Connor, su querido Connor que había preferido partir; por momentos también estaba enfadada.

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22/03/2013, 10:03
Augustus Frederick

Su estómago protestó al ver la comida y entonces fue consciente de cuánto hacía que no comía nada. Era curioso cómo la tensión conseguía anular todas las necesidades fisiológicas. Se sentó a la mesa, pero al estar ya empezada su labor de redacción, decidió coger papel, plumilla y tinta y llevárselos consigo mientras comía.

Y así, en un silencio más plácido que el de hacía unos minutos, fue comiendo con una mano mientras con la otra garabateaba el dichoso esquema de la evolución de la enfermedad.

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28/03/2013, 20:56
Director

En la cantina el ambiente se animó un poco. Aquellos hombres que habían atravesado el infierno a campo traviesa, se sentían seguros tras aquellos muros. Por eso permitieron relajarse un poco, recordando a los camaradas caídos por el camino. También estaban comiendo algo decente, y eso subía un poco la moral.

Los green jackets estaban charlando animadamente, aunque los oficiales estaban reunidos en un aparte, discutiendo algo animadamente. Iban a acercarse a ellos cuando vieron aparecer al alférez Dickinson, el portaestandarte de la compañía de granaderos de Strafford.

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28/03/2013, 21:36
Alférez Dickinson

El joven alférez encontró a Strafford y se presentó ante él, quitándose el sombrero como señal de respeto.

-Señor, la compañía está algo agitada. Le han visto regresar, y los hombres están dedicando muy malas palabras hacia el coronel y el capitán Markington. Ellos les convencencieron... -parpadeó, y luego precisó- Nos convencieron de que estaba usted muerto, o había desertado. Le pido disculpas, aunque yo nunca terminé de creermelo. Solo quiero que sepa que, lo que usted ordene, eso haremos. Aunque se contradiga con ordenes superiores... no se si me entiende.

Luego le saludó.

-Eso es todo, señor. Quedo a su disposición.

Quizá su periplo desde casa de las Butler les había convertido en una especie de héroes. Justamente lo que necesitaba aquella guarnición, que se había mantenido quieta, aunque no imperturbable ante las noticias y los sucesos del exterior. Algunos de ellos, en realidad, los habían visto a tiro de mosquete. Y eso no les hacía sentirse muy bien consigo mismos.

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28/03/2013, 21:45
Señora Spooner

Antes de retirarse, la señora Spooner pasó al lado de Katherine. La vió algo ausente, como ida. Los sucesos habían sido muy traumáticos. Así que se acercó a ella y le puso una mano en el hombro, acariciando luego su rostro. En realidad, tras la muerte de su auténtica madre, la señora Spooner, su ama de cría, las había tratado como si fueran sus propias hijas. Guardando las distancias, por supuesto.

-Señorita Katherine. ¿Está usted bien? ¿Quiere una infusión?

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28/03/2013, 22:04
Georgina Templeton-Sedley
Sólo para el director

No conocía ese efecto anticonceptivo de la infusión de menta y no sabía a que se refería con eso de  “protección”, de hecho lo preguntó. Tampoco fue capaz de ubicar en que momento del ciclo se encontraba, no podía recordar nada más allá de aquella espantosa noche. Volvieron a su mente los flashes de la gente siendo destripada, su madre muerta, de Harold apuntandola, de Evangeline llorando... el señor Morgan estaba en lo cierto, Evan jamás podría disculpar aquello, se lo había arrebatado todo...Bajó la vista compungida, la barrera que la había mantenido equilibrada hasta entonces empezaba a tambalearse, demasiados sucesos, demasiadas emociones como para permanecer impasible. Templeton la había desarmado y ante el doctor afloró la chica vulnerable que realmente era. Empezó a temblar mientras las lágrimas le empapaban las mejillas en un lloro cansado.

-Perdoneme...

A duras penas pudo decir. Atesoró en su regazo a Nelson, en un intento de consolarse, mostrando así su faceta mas frágil e infantil.

-Es que... todo es tan... horroroso... no se como... yo... no quería hacerles daño yo solo... solo...

Se llevó las manos a la cara y el monito trepó agarrandose a su cabello en un cariñoso gesto. Tardó en sobreponerse, necesitaba aliviar toda la pena que llevaba guardada dentro, aunque finalmente lo consiguió.

-Oh, disculpeme...

Aspiró para limpiar la nariz y arrugó el entrecejo, estaba sonrojada por el llanto y le ardían las mejillas, fue entonces cuando el señor Barnabas se fijó en su mascota. Le dio el dedo índice para que lo agarrara y lo miró con cariño, el simio emitió un afectuoso chirrido

-No le haga daño por favor...

Era consciente del compromiso que había adquirido al prometer poner todo de su parte por avanzar en la cura, pero no estaba dispuesta a sacrificar ni una vida más, ni siquiera la de Nelson. -Ven aquí- dijo a la criaturita ofreciendo el brazo para que se agarrara a él -ahora portate bien y deja que el doctor te vea- Nelson la miró espresivo con sus enormes y oscuros ojos, ella le acarició la cabeza para tranquilizarlo e hizo un gesto de asentimiento hacia el médico

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30/03/2013, 05:28
Narcisus Strafford

Strafford dejó momentameante de lado sus cábalas para con Connor, centrándose en lo que ahora tenía ante él. El joven Dickinson, claro. Narcisus se cuestionó como no se vio venir algo así. Parecía tan elemental que haberlo pasado por alto parecía pecado.

- No se preocupe, Dickinson- comenzó a responder Narcisus en tono pedagógico, de padre firme y decidido-. La reacción de los Markington era la necesaria para mantenerlos en activo- o más que en activo, comandados- hasta que llegase o dejase de hacerlo- añadió con diplomacia, respaldando en apariencia a quien le había quitado el trabajo y acusado sin más de deserción-. Esperemos que no pase, pero de llegar la situación de los Markington a niveles preocupantes, bueno es saber que contamos con buenos soldados dispuestos a hacer lo mejor para el país.

Aquello no decía nada per se, pero podía intuirse lo obvio. Ágil, el oficial puso una mano sobre el brazo del chico.

- Los Markington siguen siendo nuestros superiores, y no seré yo quien se subleve contra ellos. Si en algún momento más cercano o lejano hay que tomar cartas en el asunto, que así sea- añadió finalmente-. Relájese y descanse, alférez. O no podrá dormir por las noches.

Miró a Connor. Lo decía todo con los ojos. Estaba claro que iba a terminar clavándole un puñal a los dueños del bastión, pero quería hacerlo con su tacto habitual.

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01/04/2013, 16:24
Katherine Connor

Katherine miró a la vieja y sonrió amable, al menos eso se merecía la mujer.

-Estaría bien una infusión, Señora Spooner.

Tomó la mano de la mujer y la apretó con fuerza, la hacía sentir como en casa estar con ella. Una cosa era segura, pasara lo que pasara, si sobrevivían, quería a la señora Spooner con ellas.

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02/04/2013, 19:21
John Connor

La mirada de Strafford era la chispa que prendía la pólvora. No había ninguna duda de que la semilla de la discordia se había plantado dentro del fuerte. Quizá ya estaba germinando desde antes de que Connor llegara, pero en los momentos de tensión como los que estaban viviendo poco se podía hacer por mantener posturas fingidas. Las cartas se estaban mostrando sobre la mesa y llegaba la hora de saber quién ganaba. Los Markington estaban en el punto de mira de la gran mayoría de los hombres del recinto. Sin embargo, a pesar de que todos parecían estar dispuestos a colaborar en una aparente sublevación, no había aparecido nadie que tomara la iniciativa. Connor no quería ver aquello como cobardía, el enemigo tenía todas las de ganar, al menos si no cometía un fallo lo suficientemente grave como para que su puesto se viera comprometido. Y el Coronel era seguramente más inteligente que la mayoría de los presentes como para cometer dicho error. Pero quizá su hijo no. Había que elaborar un plan para que el joven Markington metiera su bota en el fango y con sus típicas reacciones comprometiera a su padre. Entonces, y posiblemente con la ayuda de los green jackets se podría relevar a Markington sin necesidad de una rebelión. John no ve nada peor que la muerte entre aliados.

Una vez que el alférez regresara a sus tareas, Connor se dirige de nuevo a su compañero de armas. - Debemos irritar a Sir Patrick como nunca y que fruto de su rabia pronuncie palabras de las que se arrepienta. Cuando su popularidad agote la paciencia de las tropas, tendremos a todos los hombres unidos contra él. Creo que comenzaré ahora mismo en la cena. Que Sir Patrick vea derramarse encima una buena parte de mi plato de sopa caliente sobre su casaca le crispará los nervios. Tendré la pistola cargada, es posible que me rete a un duelo en el patio. Por favor Narcisus, apueste por mí - Le dice John fingiendo una despreocupada sonrisa, cuendo en realidad percibe un cierto temblor en su voz. Es bien consciente de que está conspirando contra un superior y por tanto contra el Rey. Todo por lo que ha luchado está ahora en tela de juicio. Pero en su interior, el Capitán cree que es lo mejor para un buen final. ¿O quizá es lo más conveniente para asegurar la vida de Katherine y los suyos? La duda sobre sobre la doble moral de sus pensamientos le atormenta. Mira a Narcisus como si buscase confirmación y si nada lo impide, se pronunciará por acudir a la cena y llevar a cabo su plan.

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02/04/2013, 19:52
Narcisus Strafford

Narcisus escuchó al Alférez Dickinson si intervino, pero tras aquello, cuando Connor ya le había hablado en privado contando sus urdidos planes, el hombre de armas y poca simpatía no pudo sino alzar las cejas, sorprendido. Un deje de expresión que revelaba su postura al respecto, al menos en cuanto a si esperaba un gesto así por parte de su compañero.

- Sin duda no me equivoqué al pensar que era usted un hombre osado- confesó Narcisus en su tono habitual, aunque con una chispa histriónica bajo su fachada de serenidad-. Es posible que sólo sirva para minar la paciencia de ese pequeño violador- añadió como si tal cosa, sabiéndose ya que mantener insultos de su tónica en silencio ya no servía de nada-, pero conociéndole, ya se altera por mayores nimiedades, así que lo mismo le intenta rodear el cuello con las manos. No me cabe duda que superarle, sea en lo físico o intelectual, no le resultaría difícil, pero espero que no tenga que llegar a ese punto.

Era ya sabido que Strafford había cogido cierto cariño a su compañero. No sólo tenía un buen corazón, sino que había demostrado tener la fuerza y la maña para merecer cierto grado de respeto. Aquel ímpetu suyo distaba mucho de la personalidad más reposada, capaz de ignorar más el orgullo ante la provocación. Narcisus no solía tener ninguna prisa, para bien y para mal.

- Sinceramente, le deseo suerte. No para con un duelo difícil de perder, sino para salvar al fuerte- aseveró con una sonrisa tensa, de compromiso, aunque le hubiese gustado que fuera sincera-. Imagino que deseará volver a ver a Katherine Bulter más pronto que tarde.