Partida Rol por web

RegenZy

Capítulo II - La fiesta

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20/02/2013, 22:26
Narcisus Strafford

Narsisus, en silencio, escuchó. Fue asintiendo conforme se le dirigían, volviendo a sumirse, lenta y ásperamente, en aquello que le había hecho sobrevivir. El Hielo. El corazón de piedra. La frialdad de la roca bajo un río congelado.

Y es que él no había sobrevivido a un padre como el suyo por ser alguien dulce y humanitario. No por ser dialogante, ni por ser carismático. Sumido en sus reflexiones, intentó ensillar al caballo.

Aceptó la teoría de Sir Barnabas Morgan. Narcisus no era ningún experto en medicina, pero aceptaba aquello como algo perfectamente viable, y lógico dado su cargo y la situación. Sin cura hasta el momento, y sin medios para obtenerla, sólo podía sobrevivir hasta que los caminantes cayesen bajo su propio peso.

¿Un sitio seguro?

Ninguno lo era bastante. Todos podían ser peligrosos.

- No es seguro ir a resolver asuntos personales- comenzó el hombre, sin agradecer a Evangeline su agradecimiento o responder a Katherine. Sin hacer mención a las palabras de Barnabas y desoyendo a Connor. No podía responder a todo con los caminantes a las puertas. Debía de ser Narcisus Strafford. Breve, conciso, eficiente-. Pero entiendo que deban jugarse la vida por su familia.

Él lo hizo por su hermana.

Fue a ensillar a su caballo, pero el mismo se revolvió, empujándolo hasta casi tirarle al suelo. No se le daban bien los animales, ni nada que implicarse relacionarse. Menos en ese estado.

- Maldición- masculló en voz baja, recuperando la compostura-. Que alguien me ayude con esto, por favor- pidió, antes de seguir-. Yo iré al fuerte, en principio. Confío en mis hombres para sobrevivir a algo así. Y si me avergüenzan, volveré sobre mis pasos o caeré con ellos intentando hacerme con algún arma de- levantó el mazo, triste-, verdadera eficacia-. Os diría que no nos separásemos, pero temo que nunca nos pondremos de acuerdo. Voto por separarnos y reunirnos en algún sitio, posiblemente donde dice la señorita- y por señorita se refería a Georgina, señalándola con el mazo.

- Tiradas (1)
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20/02/2013, 22:52
Evangeline Frederick

En silencio, dolida por su fría actitud, Evangeline coge la brida de las manos de Strafford sin mediar palabra. Sin mirarle, musitando palabras amables al caballo, consigue enjaezarle con facilidad... y se aparta de la pareja Strafford y montura.

Observa a su hermanastra con preocupación.

- Georgina, quizá sea mejor que montes junto al señor Templeton... no quisiera que te pasara nada - se sorprende a sí misma diciendo eso, porque es verdad. Después se gira hacia los presentes-. Yo no soy una buena jinete. Sé que quizá no es lo más decoroso, pero dadas las circunstancias rogaría que alguno de los presentes que pretendan dirigirse a Butler Manor tengan a bien cabalgar conmigo.

- Tiradas (1)
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21/02/2013, 00:08
Katherine Connor

Katherine se tomò un momento largo para respirar, no creìa que aquello estuviera pasando de verdad, no podìa creerlo. Se recargò un momento de sus rodillas mientras escuchaba las palabras de cada cual, los oìa pero realmente no querìa ponerles atenciòn, sentìa que nada tenìa razòn de ser y que salieran o no de allì, màs tarde o màs temprano terminarìan todos muertos pero no quiso decir nada. Se acercò lentamente a uno de los caballos, muchas veces habìa ensillado uno cuando nadie la veìa y escapaba de casa a vivir su "libertad", no tardò mucho en tener el caballo ensillado.

En completo silencio seguìa escuchando a los demàs. ¿Què probabilidades habìa de que sus padres aùn estuvieran vivos? Muy pocas quizàs y sin embargo, ni en ese momento levantò la vista. Tampoco cuando las opiniones se dividieron, era de esperarse que los militares quisieran ir al fuerte, era de esperarse lo que la madre de Georgina habìa dicho: los militares siempre se van. ¿Còmo podìa ella explicarle eso a su corazòn? Levantò la mirada unos instantes para cruzarla con la de Connor, luego la volviò a bajar.

-Yo digo que sea lo que sea, no perdamos tiempo... Evan, ven conmigo.

Se montò en el caballo acariciando su cuello para calmarlo pues movìa las patas nerviosamente y aguardò a que su gemela se acercara, entonces le tendiò la mano.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Connor, gracias por el ofrecimiento.. Yo hubiera querido montar contigo, pero mis hermanas pondrìan el grito en el cielo xDDD

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21/02/2013, 02:06
Director

 

El señor Templeton entregó el corcel que había ensillado a Strafford, al que le tocó cabalgar a solas como "castigo" por su frialdad. Evangeline se sentía herida por su frialdad y su aparente falta de interés por su suerte, aunque en situaciones como aquella los sentimientos se magnificaban. La idea de Templeton parecía satisfacer a las señoritas, que, pensándolo mejor, prefirieron evitar el fuerte plagado de soldados ávidos de mujeres si no cabía otra opción, además de averiguar que había sucedido con su propia familia.

Strafford abrió el pestillo de la puerta trasera, que era más baja que la principal. Agacharon la cabeza, saliendo por allí en silencio. No había ningún zombie por allí, y eso les relajó un poco. Empacaron las cantimploras que habían encontrado, llenándolas con agua del abrevadero, y cargaron también con los faroles para alumbrarse en la oscura noche. Strafford cerró el establo, pensando que los caballos encerrados serían un buen reclamo para aquellos muertos en vida, y distraerían su atención. Luego montó en su caballo y cabalgó tras ellos, reflexivo.

Cabalgaron por la oscura noche remontando una pequeña colina y sobre un puente muy antiguo, quizá romano. Entonces una luminosidad atrajo su atención. Girando el rostro, vieron perfectamente definido por un claro en la vegetación, y por el enorme espacio de los jardines, la silueta de Skylands Manor. Una silueta envuelta en llamas. Todos los muertos en vida se dirigían hacia allí, como si fuera un faro. Eso mejoraba sus posibilidades para llegar a cualquier otro sitio. Sin embargo, durante un momento, admiraron el espectáculo, mudos de espanto. El mundo que conocían se derrumbaba. Esperaban que la historia recordara aquel día como el comienzo de una pesadilla de la cual, al final, habían conseguido librarse. Pensar lo contrario era demasiado para cualquiera.

Los cinco caballos reanudaron su marcha, y Strafford convino en que lo correcto era acompañar a Connor y las señoritas hasta su casa. Luego volvería al fuerte. Con o sin él. Era su deber.

 

Notas de juego

Caballo 1: Connor

Caballo 2: Evangeline y Katherine

Caballo 3: Georgina y Templeton

Caballo 4: Augustus y su tío

Caballo 5: Narcisus