Partida Rol por web

RegenZy

Capítulo II - La fiesta

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28/01/2013, 02:17
Director

El ujier de cámara se aclaró la garganta y presentó al grupo de los militares, que eran casi diez personas, todos oficiales.

-¡Sir Jonathan Markington, coronel del 84º regimiento de a pie! ¡Su hijo, sir Patrick Markington, baronet, capitán de la Royal Yeomanry! ¡El mayor Anthony Cotton, primer batallón del regimiento! ¡Los capitanes Connor y Strafford, compañías A y B del primer batallón! ¡El capitán de artillería Allistair McLeod! ... 

El hermano del coronel y anfitrión de la fiesta se acercó entonces al grupo, y puso una mano en el hombro de sir Jonathan, con una sonrisa.

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28/01/2013, 02:27
Lord Markington

El duque parecía encantado con la presencia de los militares. Y pronto entendieron el por qué.

-El 84, inmortal, inmemorial. Una inversión excelente de nuestro padre. El 24º de a pie... todos irlandeses, desbandados tras la paz. El regimiento de caballería, glorioso sacrificio en los campos de Waterloo. Pero de todos estos regimientos que hicieron duque a nuestro padre, es el 84 el que más conmueve nuestros corazones. Su valentía, bajo el fuego enemigo, en la campaña del general Ross en Baltimore, la larga y sangrienta guerra fronteriza en Canadá... una verdadera lástima que no pudiera ganar los laureles en Waterloo. Sin embargo... el rey otorgó al regimiento esta gran merced, la de sobrevivir en estos tiempos de desmovilización, acantonados en Fort Britannia. Una fortaleza espléndida, la verdad.

Requirió una copa para hacer un brindis, y a los caballeros les fue repartida una.

-Al ver estos uniformes rojos mi corazón se llena de patriotismo y de agradecimiento para estos hombres que derrotaron a Napoleón y bajaron los humos de los rebeldes americanos. ¡Por el regimiento, caballeros!

Los militares alzaron sus copas con él y brindaron.

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28/01/2013, 02:37
Sir Jonathan Markington

El coronel sonrió y alzó su copa, brindando con el resto de sus hombres. Tras beber un sorbo y dejar la copa en la bandeja de nuevo, se giró con rostro sonriente e indicó a Connor que se acercara.

-Hablando de Waterloo. Aquí tenemos a otro veterano de dicha campaña. Conocido de Strafford, al que ya conoce. El joven Connor. Un irlandés atípico, en realidad. Leal, capaz y brillante. Casi como un Wellington...

Hubo risas por ese comentario. Después de todo, los irlandeses seguían siendo "ciudadanos de segunda".

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28/01/2013, 02:40
Lord Markington

El duque sonrió, algo pedante. Sin embargo, por alguna extraña razón, era por todos conocida su cercanía hacia los veteranos de la campaña de los Cien Días, y especialmente la batalla de Waterloo. Quizá era, simplemente, porque sabía que eso irritaba a su hermano, que no pudo estar allí, o sencillamente, se trataba de alguna clase de patriotismo exaltado. Ofreció su mano para que el capitán Connor la estrechara.

-¿Waterloo, eh? Tenemos aquí a un joven héroe. Dígame, capitán. ¿Mató a muchos granaderos de la vieja guardia? Decían que eran tipos duros, los mejores soldados de Europa. Con sus gorros de piel de oso, sus pechos llenos de medallas tras largas campañas. Pero les derrotamos. Vive Dios que sí. Les pegamos una buena paliza.

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28/01/2013, 02:54
Mr.Templeton

El señor Templeton siguió sus ojos hasta que se posaron en el joven Chandra Narayan. Estaba de pie, vestido de negro a la europea. No destacaba demasiado, por tener una piel clara, estaba hablando con un grupo de jóvenes caballeros y damas que se habían juntado formando un "petit comité" que se rebelaba un poco a la presencia de tantos adultos y maduros en la sala.

-Chandra, hijo de Idris Narayan. "El grave", apodan a su padre. Un gobernante capaz, buen amigo de los británicos. Creo que su familia sabe posicionarse bien, y reconocen a un caballo ganador antes que nadie. Sería interesante para la compañía, tener amigos así. Podríamos establecer factorías en territorio Koch.

Sonrió, mirándola un momento.

-Sin embargo, creo conocerla, por lo que su padre contó de usted. No es de esas, señorita Sedley.

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28/01/2013, 03:04
Georgina Templeton-Sedley
Sólo para el director

Cuando por fin localizó al señor Narayan bajo las indicaciones de Templeton se sintió terriblemente decepcionada. Si no se lo hubieran dicho no habría sido capaz de apreciar el eco de la India en él, por ello dejó escapar un suspiro de pena que borró la correcta sonrisa que se había autoimpuesto.

Escuchó a su acompañante mientras se abanicaba, haciendose la distraida, como si buscara a alguien, para no ser maleducada y mirar fijamente a su objetivo. No le faltaba razón en sus palabras...

-¿No soy de cuales señor Templeton?

Dijo mirandole directamente frenando el abanicado

-Es terriblemente injusto que usted sepa tanto de mi cuando para mi es un misterio...

parpadeó, le resultó extrañamente incómodo sostenerle la mirada y al instante regresó al fijarse en el principe. Era bien parecido.

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28/01/2013, 03:17
Mr.Templeton

El señor Templeton sonrió por sus palabras. Era verdad que no le conocía, aunque esperaba poder saciar su curiosidad durante el largo viaje alrededor de Europa, África y Asia hasta la India. Un viaje en el que tendrían sobrado tiempo para aburrirse y ponerse al tanto de sus vidas.

-He estado en muchos sitios, señorita Sedley. Sitios que conmoverían su corazón, y otros a los que no iría ni atada a la proa de un buque. Sitios que eran el epítome de la civilización, y otros donde los hombres vestían con taparrabos. Es una larga historia, sin duda, y no deseo aburrirla con ella.

Sonrió un momento. Sus dientes eran algo desiguales, graciosos, en cierta medida. Parecían los de un niño que había comido muchos dulces.

-Pero en estos viajes, he tenido la oportunidad de apreciar el ser más fascinante de este mundo: el hombre. Y por lo que veo en sus ojos, y lo que su padre me contaba de usted, y su madre denunciaba en larguísimas cartas desde su exilio voluntario en esta, la pretendida metrópoli y rectora del mundo, se reconocer a un alma inquieta, a un espíritu que se rebela contra su propio destino. Y por eso no creo que usted sea de las que inmolarían gustosamente las palabras amor e ilusión por un matrimonio de conveniencia con alguien que, a priori, no la valorará en su justa medida. Solo por un poco más de poder, un poco más de dinero, tierras o posición. Dinero, tierras y posición es algo que pueden conseguirse a través del dinero, pero una vez que se obtienen, no garantizan la felicidad de quien las tiene. Porque yo, al igual que usted, he visto gente que no tenía más que una choza y unos harapos, y que serán más felices de lo que esta caterva de snobs y diletantes casamenteras podrá siquiera concebir en sus más novelescos sueños.

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28/01/2013, 03:31
Georgina Templeton-Sedley
Sólo para el director

Le hizo gracia que alardeara de su experiencia vital ¿Pretendía impresionarla? Arqueó una ceja y dejó que cierta sonrisa burlona regresara a su cara. Le habría pedido que, por favor, le ilustrara con tan aparentemente interesantes vivencias de no ser por que continuó sin pudor revelando como la había analizado, antes y durante su estancia en Butler Manor.

El primer enfado se tornó en estremecimiento aunque procuró que su expresión no cambiara ni un ápice, lo intentó pero no lo logró. Le miró de reojo por un segundo, temía que la incipiente humedad de sus ojos acabara materializandose en una lágrima, imperdonable en público, aunque a juzgar por el calor en las mejillas debía estar roja como un tomate. Eran múltiples los sentimientos que se le agolpaban en su acelerado corazón, vergüenza por haber pensado en comerciarse a si misma como si fuera una de sus hermanastras, desprecio de sí por haber observado a Narayan como a una res que despiezar, pudor ante el sincero retrato de Templeton y temor de que solo fuera una treta para ganar ventaja sobre ella... estaba francamente sorprendida. Por si acaso prefirió, como de costumbre, escudarse en la mordazidad

-"snobs y diletantes casamenteras" (hizo un gesto espontáneo y divertido de asentimiento) ...Vaya, parece que no es tan aburridamente correcto como parecía

Esta vez sonrió sinceramente volviendo la cara hacia el cada vez más interesante irlandés

-Cuenteme más sobre esos viajes, por favor...

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28/01/2013, 16:41
John Connor

Connor se enorgulleció de ser llamado por el Coronel para ser presentado a Lord Markington como alguien destacado. - No soy hombre al que le gustan demasiado los halagos y sí, en efecto mi Lord, estuve bajo las órdenes del Duque de Wellington. Irlandés de origen, al igual que mi familia. Al menos, si en la academia no me han instruído mal - John hace una pausa para que quede bien marcado el detalle sobre el comentario despectivo hacia los irlandeses. - Apenas tuve oportunidad de observarle en combate, su puesto se encontraba en la reserva. Ha sido cuestionado de usar demasiado una táctica defensiva, pero no hay duda que la batalla fue ganada. Hubo muchas bajas, desde luego, en ambas partes... - La mirada del joven Capitán parece perderse como si pudiera volver a ver los campos sembrados de cuerpos con uniformes azules y rojos. - Wellington pronunció una frase que todos recordamos. "Al margen de una batalla perdida, no hay nada más deprimente que una batalla ganada". Pero no me gustaría enturbiar esta gala con comentarios tristes.  Al igual que Usted, Mi Lord, tengo un sentido del patriotismo exquisito. Aunque, no sé si las hermosas damas que han acudido encontrarán mis palabras entretenidas. Si nos da su parabien y con el consentimiento del Coronel, al Capitán Strafford y a un servidor, nos gustaría poder entablar conversación con alguna joven dama. Aunque... me temo que quizá el amor a la patria no sea suficiente para que nos deleiten con su atención - Connor había lanzado el anzuelo, si había una oportunidad de que Lord Markington pudiera presentar a cualquiera de las jovencitas era ahora o nunca. El "salvoconducto" de ser presentado por el mismo Markington haría ganar muchos puntos a los Capitanes. Una vez más, Connor agradecía la diplomacia adquirida de su padre.

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28/01/2013, 18:49
Augustus Frederick
Sólo para el director

La duda sobre si intervenir o no desapareció al segundo de ver cómo la fuerza hacía acto de presencia. Sí, sus intereses ocupaban su mente la mayor parte del tiempo. Y sí, quería acercarse a aquel grupo de hombres y robar una de las gacetas que tenían, ya que curiosamente la de esa mañana había desaparecido a la hora del desayuno. Pero no era un desalmado y entre toda aquella muchedumbre probablemente era el único que se había percatado de aquel detalle, y por ende el único que podía hacer algo por remediarlo.

Se adelantó con disimulo hacia donde estaba la pareja, sin saber muy bien cómo actuar. Sus motivos eran honorables, pero la honorabilidad no era algo que ponía frecuentemente en práctica. Se plantó delante de la joven y le hizo una reverencia a modo de saludo.

- Disculpe la intrusión, - se dirigió sólo a la muchacha, ignorando adrede al joven - creo que Lady Markington le reclama. - mintió piadosamente.

Ofreció su brazo para que la joven desconocida pudiera aferrarse a él y alejarla prestamente de aquel hombre. Esperaba que fuera lo suficientemente cabal como para no montar una escena en aquel lugar, pero si lo hacía el que quedaría retratado sería él, no Augustus.

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28/01/2013, 23:57
Katherine Connor

Katherine permaneciò en silencio, sonriendo un poco con cada presentaciòn, especialmente ante las palabras amables pero estaba màs interesada en otra cosa y fue cuando escuchò su nombre que sintiò que la cosa se ponìa màs que interesante. Tirò del brazo de su hermana y cuando iba a decir algo, se quedò embobada escuchando, haciendo espacio entre la gente que podrìa acaso cubrirle su campo de visiòn con el capitàn Connor. Ahora sabìa còmo se llamaba.

-Capitàn Connor...

Murmurò para sì y para su hermana.

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29/01/2013, 11:19
Narcisus Strafford

Narcisus esbozó una sonrisa petulante, sólo vista durante algún entrenamiento de demostración o el resurgir de una batalla entre los cuerpos caídos de los hermanos. Las imágenes en serie de aquel evento venían a sus ojos como pequeños destellos de luz, alumbrando el camino del Capitán hacia un obrar del carácter más férreo y decidido.

- Me ha leído la mente, Capitán Connor. Otra vez- apuntó Narcisus, esbozando un alce de comisuras que su compañero no había visto en todo el día anterior, pese a los disparos por minuto-. Agradezco sus palabras, Lord Markington. Tan halagador como siempre- añadió cambiando de blanco sin mudar la expresión.

Y hasta ahí. Narcisus permaneció quieto, esperando el beneplácito para lanzarse a la trinchera a pelear a mosquete y sable, que no capa y espada. Había brindado y oído, por lo que su fingida sonrisa acabaría tornándose hastío si aquello se prolongaba una cantidad de tiempo, como siempre, innecesaria. Él se dedicaba a aquello, y a veces se sorprendía que tuviese que recibir halagos por hacer bien su trabajo. Sí, se jugaba el cuello y la vida, pero eso era algo que había decidido poner en el tablero por su propio pie. No tenía nada que perder.

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29/01/2013, 18:24
Evangeline Frederick

Evan atendió -discretamente- a las siguientes presentaciones. Así que el admirador de Kate era un irlandés. No dijo nada ni dejó translucir ninguna emoción, pero no le agradó el asunto. A Kate no pareció molestarle ni lo más mínimo... Kate, la impulsiva Kate, parecía haberse encaprichado del joven. Nada iba a hacerle cambiar de opinión. El chico era irlandés, sí, pero parecía... bueno, agradable.
Pero seguía siendo irlandés.

Suspiró. Al lado de Connor, el hombre del gesto altivo y siniestro. Un escalofrío le mordió la columna. La mirada de ese hombre era tan fría como una puñalada por la espalda, Dios mío. En contraste con la luminosa y galante sonrisa de Sir Patrick, era incluso más oscuro aún. Lo que quiera que le bullera por la mente -Evan se la imaginaba fría y azul como un carámbano-, no quería saber qué era.
Aguzó el oído. Oh, Señor... estaban solicitando que Lord Markington les presentase algo de compañía femenina, Lady Catherine sabía que era la presentación en sociedad de las gemelas y Kate estaba loca por conocer a ese irlandés... ay, ay, ay...  Bueno, ya está bien, Evangeline, se dijo a si misma. Pensó fugazmente en las palabras de Lady Butler sobre los soldados y las mujeres de la vida, y se sonrojó al sonreír cuando un pensamiento impropio de una dama le cruzó la cabeza: ¿ese Strafford siquiera pensaría en esos asuntos? Ni hablar, a esa mirada gélida ninguna mujer alegre querría acercarse ni por todo el oro del mundo. Al notar su sonrisa, bajó la mirada y se cubrió el rostro con el abanico. Impropio, Evan... impropio es decirlo, de pensarlo nadie ha dicho nada.

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30/01/2013, 23:19
Lord Markington

El noble palmeó el brazo del capitán amistosamente. Había más caballeros que tenían que ser presentados, por lo que tenía que pasar rápidamente al siguiente. Zanjó la cuestión con el siguiente comentario:

-Por supuesto que tiene mi permiso, capitán. Para eso están aquí. Y como ha dicho mi esposa, la noche es para los jóvenes. Espero que conozca a una dama a su altura, joven. No en lo material, quizá, pero si en lo espiritual. Una dama que temple el ardor de un veterano de Waterloo... Pero no demasiado, ¿Eh? Quizá Inglaterra le necesite todavía.

Hubo risas, y volvió a estrechar su mano, deseándole suerte. No podía hacer mucho más hasta que no terminaran las presentaciones. Hoy era un hombre ocupado.

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30/01/2013, 23:24
Director

Los militares se hicieron a un lado, mientras los camareros se acercaban para ir sirviendo las copas de espera y tentempies antes del baile inaugural. Pero este baile no se produciría hasta que lord Markington hubiera recibido al mayor número de invitados posible, o los que la decencia estimara oportuno.

Damas y caballeros se dispusieron en corrillos junto a sillas, divanes y sofás. Los camareros llevaban bandejas cargadas, en su mayor parte de champagne, mistela y vino blanco para las mujeres. Otras bandejas llevaban licores más fuertes para los caballeros, como ginebra, whiskey escocés o vino tinto de buena añada. Los tentempiés eran en su mayoría confites, aunque también servían palitos de pan acompañados con embutidos de la tierra o junto a foie gras, patés de hígado de cerdo o queso fresco.

Se dieron entonces las primeras conversaciones informales entre conocidos, mientras otros grupos que venían a buscar suerte se mantenían de momento algo más aislados del resto, aguardando pacientemente la hora del baile.

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30/01/2013, 23:31
Susan MacAllister

La joven aceptó la salida, aunque no conociera a Augustus. Tomó su brazo y se disculpó con unas breves palabras, dejando al caballerete con un palmo de narices. Se retiraron a un aparte, junto a una mesita donde habían dejado una bandeja de canapés. La muchacha se sintió mejor conforme se alejó del joven del pelo rizado.

-Muchas gracias. Le estoy agradecida, aunque no tengo el gusto... Creía que el señor Plunkett no me iba a dejar en paz.

Parpadeó, mirándole con cierto arrobo cuando se separaron finalmente. El mentado señor Plunkett había optado por acercarse al corrillo de jóvenes damas y caballeros que estaban reunidos junto a unos sillones.

-Disculpe, mis modales... Soy Susan, Susan MacAllister.

Esperó a ver si el apellido le sonaba de algo, aunque era muy posible que no.

Notas de juego

Hazme una tirada de Inteligencia (Rumores)

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30/01/2013, 23:38
Sir Harold Butler

Cuando se retiraron a un aparte, su padre tomó una copa de vino tinto y bebió un trago, mirándolas. Para sus padres iba a ser una reunión social más. Pero para ellas, era una noche decisiva.

-Recordad, hijas mías. Apuntad alto, caballeros que al menos tengan una anualidad* y cierta posición. Confiamos en vosotras y en la educación que habéis recibido.

Le dió un beso a Kath en la frente. En ese instante, el primer caballerete llegó, aunque no era el que él hubiera deseado.

Notas de juego

*Asignación de mil libras al año.

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30/01/2013, 23:42
Ashton Lawrence

Ashton iba vestido con un traje negro muy bonito, que parecía caro. Lady Marion sonrió un poco al verle llegar, no así su marido. Se inclinó brevemente, con una pequeña sonrisa.

-Señor Butler, señora Butler... señoritas...

Luego fijó su atención en Katherine, cuando fue a tomar su mano para besar el dorso.

-Kath... estás radiante esta noche. Si me permites el atrevimiento.

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30/01/2013, 23:44
Mayor Cotton

El mayor tomó un vaso de whiskey, y lamentó no tener un buen puro para acompañarlo. Pero los criados, atentos, estaban preparados para la eventualidad, y uno de ellos sacó un puro de su chaleco y se lo ofreció. Él lo agradeció un gesto. Luego se acercó a los dos capitanes, invitados sorpresivos en aquella fiesta, y mientras se encendía el cigarro les saludó.

-Bueno, señores. Les deseo mucha suerte...

Dió una primera calada al puro, mientras veía como sir Patrick y el teniente Nortchott, su acólito, comenzaban la caza y derribo de damas de cuna más baja, buscando no un buen partido, sino una noche llena de mentiras y un escándalo en potencia al día siguiente.

-Como dicen los españoles: "cada mochuelo a su olivo". Se reconoce a los lobos aunque tengan pelaje de oveja. Por Dios que si.

Les señaló con el dedo brevemente, como para hacer una confidencia.

-Acepten un consejo de un veterano en estas lides. Escojan a la mujer callada y dulce, que sabe resistir. Si les mandan al culo del mundo, como a mi me pasó, la distancia no hace sino agravar la animosidad y la impaciencia. Cualidades nada deseables en la esposa de un soldado. Mi divorcio... es prueba de ello.

Sonrió un momento, y luego hizo como que estaba más interesado en comer canapés que en molestarles.

-Caballeros... -dijo, a modo de despedida.

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31/01/2013, 00:23
Mr.Templeton

El señor Templeton tomó una copa para si y esperó a que ella escogiera que deseaba beber. Intentó saciar su curiosidad de manera más o menos inmediata, con una sonrisa en el rostro.

-Antes de volver a Inglaterra, estuve representando a este imperio en la delegación de Amherst. La segunda embajada británica a China, hace tres años. Esta vez no hizo falta no arrodillarse delante del emperador, como hizo Macartney, ni siquiera nos recibió. No obstante, hemos recibido permiso para comenzar a vender opio afgano y de la India en China, para nivelar la balanza de...

Estimó que eso no le interesaría lo más mínimo, y saltó a un tema mucho más interesante.

-Seguro que China le gustaría. Es un lugar con mucho encanto, anclado en el tiempo, y muy civilizado. Se parece a la India, en cierto modo. En la tornaviaje... pasamos por Santa Helena. Y tuve la oportunidad de conocer a Bonaparte.