Partida Rol por web

-No, me avergonzaba el hombre del carruaje, creo que es peligroso. Tampoco me dio miedo pero si llamamos demasiado la atención, la peor parte nos la podemos llevar nosotros, señor Jareth-dijo Juliette en un tono un tanto molesto pero apartándose del carruaje con sus ahora amigos o lo que fueran.-Veamos... No podemos preguntar a nadie dónde está el ¿meseo?-negó con la cabeza.-Escuchen, es verdad que a veces no los entiendo pero por favor, sean tolerante, no fui yo quien los buscó... Soy un verdadero accidente y...

Notó que estaba poniéndose histérica y comenzó a respirar más pausadamente, obligándose a tranquilizarse de esa manera, finalmente, no estaban allí por ella sino por Sarah.

Fue imposible evitar acercarme a cotillear el mapa de Christian, me puse la mano en la barbilla, yo tampoco entendía nada - ¿Y no forman un camino ni nada las cruces? – dije intentando buscar un poco de coherencia en un mapa donde difícilmente la podía encontrar.

La mujer estaba un poco... nerviosa – Si, seré tolerante… - aunque no tenía ni idea de en que no había sido tolerante, creí que simular comprensión la calmaría, pero a la segunda duda ya no me pude morder la lengua - ¿Qué significa ser un accidente? – se me pasó por la cabeza si sus padres no habían deseado concebirla ¿Será eso?

Juliette levantó los ojos al cielo y movió las manos frente a ella. Él la exasperaba.

-Olvídalo. ¿Puedo ver el mapa?

Se dirigió a Christian lo más suavemente que pudo, le interesaba terminar con esa misión y volver a su normalidad, aún cuando esto no fuera lo que ella creía.

Juliette abre el mapa y Christian, junto con Jareth, lo miran con incredulidad. Es un mapa un poco burdo.

Cuando Juliette comenzó a mover sus manos delante de ella en aquel gesto, me asustó, di un paso atrás, antes me habló de tolerancia pero… bueno, da igual.

Los tres nos asomamos al mapa - ¿Y si hay que hacer cosas en cada una de las cruces? – me rasqué la cabeza

- Bueno, el…  el…  - no se me ocurría un calificativo que no fuese ofensivo- el servidor de Christian dijo que había que ir a una fuente escarlata, debe de ser la manchita de arriba a la derecha, pero no sé… lo que diga Juliette – Me crucé de brazos mirándola, no quería enfadarla de nuevo, a ver si ella tenía las cosas claras

-Se me ocurre pensar...,-dijo mirando el mapa-que cada cruz es un posible enemigo. Digo, lo que yo sentí estando tan cerca del carruaje, no era algo bueno, aunque no sé por qué no nos atacó. Quizás los poderes sean menos fuertes en este mundo...

Miró a Jareth, en algo estaban de acuerdo.

-Es posible que esa mancha sea lo que buscamos pero cualquier camino que tomemos, tenemos una cruz, así que mejor ir por el camino más corto y esperar que logremos identificar la cruz antes de estar demasiado cerca. ¿Qué dices, Christian?

No sabia si las cruces eran enemigos, eso explicaría la actitud de Juliette con respecto a la carroza ¿Y porqué no lo dijo bien claro?

En todo caso si algo se me daban bien eran los acertijos y los problemas

- Mirad, si que hay un camino que no pasa cerca de ninguna de las cruces – les indiqué el camino con el dedo

- Sí, yo creo que deberíamos probar el trazado que ha hecho Jareth- comentó.- Si hay que hacer algo en cada una de las cruces, desandamos el camino y ya está. Lo único es que perderemos más tiempo, pero es una forma más segura. De todas formas... si el punto de aquí- dijo señalando una de las curces- es aquel conejo con el que nos hemos topado, no parecía muy peligroso, la verdad.

Juliette miró atenta el camino, esperaba no haberse equivocado porque no quería terminar convertida en algo raro o peor, muerta. Pero asintió.

-Vayamos allá, no tenemos más opción...

Echó una mirada que nada de conciliadora tenía que ver, a Jareth. Sentía que ella no le agradaba y a ella no le agradaba él, por meterse para empezar en su móvil y por terminar, por aquel aire soberbio que ella sentía hacia sí por parte del rubio. Echó a andar lentamente, esperando que la siguieran, si ella había imaginado que las cosas iban a ser fáciles, se daba cuenta que la sola convivencia lo hacía más que complicado.

- Vale, es genial que todos estemos de acuerdo… - pero me di cuenta de la mirada que me echó Juliette, perecía que nuestros caracteres chocaban, pero me costaba taaaanto entenderla… pero no tenía nada personal contra ella, al contrario, consideraba una persona necesaria en el grupo.

Cuando Juliette avanzó la seguí por este lugar que parecía un auténtico bosque.

Juliette comienza a caminar por el sendero que dibujó Jareth sobre el mapa, más bien que señaló con su índice. No hallan nada malo de camino, ni siquiera hasta que, al final, encuentran la fuente escarlata. Es una fuente enorme, con yeso color rojo y que tiene varios búos esculpidos.

Los tres se acercan a la fuente y el agua les devuelve sus propios reflejos.

Jareth entonces nota que, entre los búhos esculpidos en piedra, hay uno que tiene su pico abierto. Abajo, en letras sólo comprensibles por el rey gnomo, una frase reza:

"Insertar las cinco canicas para pasar"

Jareth se queda boquiabierto y fascinado. Pero ahora viene la pregunta:

¿Dónde están las canicas?

Proseguimos en resto del camino en silencio y llegamos sin problemas a la fuente - ¡Buhos! – me alegré al ver esas bonitas figuras esculpidas

Me fijé en el relieve esculpido en el relieve del que tenía el pico abierto, estaba escrito en el idioma goblin ¿canicas? Eso es lo que dijo el sabio de Christian ¿entonces no eran bolas de Cristal? - ¿Alguien lleva canicas? Necesitamos cinco canicas para proseguir – registré mis bolsillos, mientras lo hacía recordé un posible modo de obtenerlas, pero mejor primero mirar en los bolsillos.

Christian no se dio cuenta del enfrentamiento de miradas de sus acompañantes.

- ¿Canicas? ¿Seguro que pone eso?

Lo de las canicas le recordaba algo, pero no sabía muy bien a qué.

- ¡Canicas! Sí, él lo comentó- gritó de repente.- Pero no sé si al final Wisewy me las dio.

Empezó a meter las manos en todos los bolsillos, a ver si encontraba alguna.

- Sólo comentó que las usásemos, nada más. Yo, al menos, no tengo ninguna.

Parece ser que la cosa se complicaba. Ahora habría que buscar unas malditas canicas.

- ¡¡¡Una cosa!!! Hay que encontrar 5 canicas, y hay 5 cruces en el mapa- exclamó sacándolo de su bolsillo.

Después, mirando a Juliette, añadió:

- Parece ser que tendremos que ir a ver otra vez la carroza- dijo con una muesca, mezcla de temor y de asco: seguro que tendrían que hacer algo como correr o tirarse por el suelo. Y lo peor: tendría que cooperar, algo a lo que no estaba acostumbrado.

Yo también pensaba que era mucha coincidencia que en el mapa habían cinco cruces, de nuevo pensé en que podía usar mis poderes, pero…

Sabía que la magia había que usarla sólo cuando era imprescindible, si no uno corría el riesgo de excederse o de que cuando de verdad necesitaba algo ya no lo pudiese usar

- Y el conejo tenía una bellota, quizás la bellota… - ¿Serviría la bellota como canica?

Bueno, finalmente habían descubierto qué eran las cruces. No tenían más alternativa que volver a atrás e intentar obtener las cinco canicas. Empezaba a cansarse, no era que amaba los acertijos, a ella le gustaban las cosas seguras pero claro, aquella situación tampoco era una cosa clara. Esperó a que los dos hombres se pusieran en marcha para hacerlo ella también.