Partida Rol por web

-Bien... ni en un millón de años yo hubiera esperado que algo así pasara. Temibles enemigos del pasado, ahora unidos, por un bien común...

Manca se lleva sus manos a la cintura y, en ese momento, Juliette vé que una de ellas tiene textura vaporosa. Notando los ojos de la joven, la mujer comenta:

-No me dicen Manca como apodo solamente su Majestad, quizás olvidasteís que perdí mi mano, una de ellas, ésta que ves y que, gracias a un hechizo he creado algo artificial parecido a mi mano pero que nunca será mi mano. Cosas del destino.

Manca espera, pacientemente a que los hombres terminen de discutir mientras se sienta en una silla (la misma que Juliette había hecho volar sólo hace momentos).

Viendo que no iba a conseguir nada poniéndose contra Manca, Juliette se sienta frente a ella en el piso.

-Entiendo, cosas que pasan. Espero que puedas aclararme algunas cosas, princesa...-se sentía ridícula hablando de aquel modo.-Primero, ¿por qué me llamas majestad? ¿Quién se supone o suponen ustedes que soy?

Se arregla los cabellos que con tanto lío, han terminado en un sitio que no es el suyo y mientras aguarda la respuesta, se mira sus propias manos, temerosa de lo que ha visto que son capaces de hacer.

-Entonces de verdad lo habéis olvidado... - manca mira a Juliette con ojos sorprendidos, luego recapacitando que realmente la muchacha no sabe quién es o fue en esta tierra mágica dice.

-Vos eras una maga poderosa, más que yo, más que el Rey Oscuro... o quizás tanto como él. Por ello quiso cortejarte, ya sabéis el tener un heredero que sea producto de la unión de dos magos tan sorprendentes, sería algo digno de observar. Pero tú lo rechazaste más de una vez, muchas. El rey sospechaba que os habías enamorado de su hijo.

Manca camina despacio por la sala del trono de Christian, rodea una enorme mesa redonda que se encuentra en el centro y toma asiento en una silla distinta a aquella que la chica le había arrojado.

-Entonces un día el Rey dijo que habías partido al mundo real, encantada de aprender sus maneras. Luego, comenzó la guerra con su hijo por el poder pero con tu ayuda, lo encerramos en ese lugar del que creíamos que no podía escapar. Eso fue antes de que partieras al mundo real. Luego te fuiste, tal cual dijo el Rey Oscuro.

Manca se apoya sobre su brazo izquierdo.

-Y en parte era bueno para gente como yo o Christian que intenta tener un sitio de poder. Pues eras una rival digna y... no muy limpia en el juego que digamos... su Majestad.

Juliette se quedó muda escuchando a Manca, la verdad es que no es que saltara en una pata de felicidad pero le hacía mucha ilusión eso del poder y eso de tener un amorío con alguien que pudiera hacerle un hijo que sería el temor de muchos. Incluso se imaginó en esa vida pero luego sacudió la cabeza como con enojo.

-¿Quieres decir que ese hombre que llegó es el padre del otro y al que habíamos encerrado?

Si, lo estaba entendiendo bien pero quería estar completamente segura y actuar sin temor a equivocarse. Se levantó y comenzó a caminar de un lado para el otro, intentando recordar lo que aquella mujer estaba diciéndole pero por algún extraño motivo no podía.

-¿Y cómo es que volví ahora? ¿Christian es...? En fin... Tengo que intentar tranquilizarme si quiero que todo salga bien. ¿Qué se supone que tengo que hacer ahora?

Se acercó hasta ella y la miró a los ojos, luego le acarició suavemente una mano.

-No tienes que temerme más, si me ayudas, estaré siempre de tu lado...

- Sí, sé dónde está, pero el camino no es precisamente tranquilo...

Su cabeza iba a estallar sólo depensar el sitio donde estaba escondido su padre. Aunque, conociéndole, no era raro que hubiera elegido ese castillo.

- ¿Y cómo has conseguido volver tú? Envié a un emisario para comunicarte que había aparecido un extraño objeto en mi fortaleza, y éste volvió diciéndome que habías desaparecido en un mundo llamado "real".

 - Bueno, yo estoy dispuesto a correr el riesgo – dije refiriéndome al camino para llegar hasta su padre

Luego respondí a su pregunta - ¿Volver? Fue tu padre mismo, me envió un portal... una forma de volver con forma de cuervo que me mandó directamente aquí

- ¿Entonces iremos a ver que es lo que quiere y porqué hace esto? – había pasado en pocas horas de estar aburrido a tener cosas importantes que hacer

- ¿Mi padre te envió?... ¿Qué querrá?- el tema le intrigaba cada vez más.

- Bueno, el castillo está más allá la Ciénaga de Fuego y el Pantano de la Muerte. Son lugares de muerte y miedo. Supuestamente sólo son rumores... son zonas poco exploradas, por lo que lo único que llegan son cuentos y supercherías. Creo que lo mejor será avisar a los sabios, ellos sabrán qué decirnos. Además, debernos darnos prisa, si la barrera entre los dos mundos va a desaparecer.

Me di cuenta en seguida que no iba a ser un camino de rosas – Bien, superaremos todos los problemas – dije por infundir confianza

- Me parece bien lo de los sabios… - no me sonaba de nada ese camino, pero hacía lo que hiciese falta por rescatar a Sarah y por supuesto por salvar el estropicio en los mundos mágicos y reales

Manca no le contesta a Juliette sobre su proposición. Justo en el momento en que la joven se estaba impacientando Jareth y Christian entran nuevamente en la sala. Bluebird mira a su señor y dice:

- My lord... estem ¿qué habéis decidido??

Se lo vé muy preocupado. Juliette se dió cuenta de que el pájaro no estaba antes pero apareció de repente. O bien era muy rápido o quizás era mágico como todo en ese mundo.

Dejé que Christian respondiese a su… bueno, a quien fuese y me acordé de que al estar de nuevo en mundos de fantasía podría usar de nuevo mis bolas de cristal, agarré una y mirándola fijamente intenté contactar con el grandullón peludo - ¡Ludo! ¿Me oyes? Te necesito en la fortaleza de Christian, supongo que querrás ayudar a rescatar a Sarah…

- ¿Sarah?- pensó Christian.

Se acercó a Bluebird y le dijo:

- Mi padre a secuestrado a una amiga del Rey de los Goblings llamada Sarah. La tiene presa en el Castillo del Valle de las Tinieblas, y debemos ir a rescatarla y a hundir a mi padre de nuevo en un calabozo.

- Necesito que vengan los sabios con toda la información necesaria para llegar allí- añadió.-  Manca, ¿sabes tú algo sobre ello?

Christina se acercó todo lo que pudo a su invitada sin levantar sospechas.

- No os preocupéis, no le he revelado nada sobre vos. Además, no ha preguntado, lo que me ha resuelto el problema- le susurró.

Juliette se quedó de una pieza, sin entender aún nada y aún más molesta porque Manca no le había contestado pero le agradó que Christian tuviera esa atención con ella. Después de todo si iba a ayudarles, mejor que la trataran bien.

-¿Rey de los Goblins?-dijo la rubia en voz baja, aquello era demasiado.-¿Quiénes debemos ir?

Pero pronto calló y se acercó a Christian para agregar algo que sólo él pudo escuchar.

-Si voy a ir con usted y sus amigos a donde sea, no pensará llevarme así ¿o sí?

Lo miró fijamente a los ojos, recién entonces reparó en que era un hombre muy interesante y guapo.

 Preparándose todos están para averiguar más sobre este nuevo desafío que se les presenta, cuando, en medio de una luz blanquecina, aparece Ludo. Es uno de los súbditos de Jareth y tiene inmunidad en cuanto se ha establecido esta tregua entre ambos reinos.

_ Holaa... holaa -repite Ludo.

Luego, mirando a Juliette agrega:

-Hola, amiga de Sarah, holaa nuevamentee. 

Mira después a Christian y, alzando una de sus tupidas cejas comenta:

- ¿Tú no eras el malo?

Ludo se vé muy confundido. Mientras tanto Bluebird ha salido a buscar a unos sabios para asesorar a los valientes en esta empresa.

Bien, esto parecía que se ponía en marcha y Christian daba instrucciones a… aquella cosa.

Levanté las cejas cuando dijo “Rey de los Goblins” pero luego se poso a cuchichear con Christian, sin duda un poco maleducada…

Pero vino a sacarme de mis cosas Ludo, que apareció allí, para que él lo entendiese le dije – No te preocupes Ludo, esto es una especie de tregua también, ocurren cosas malas y entre todos vamos a rescatar a Sarah y a arreglar las cosas malas…

Pero, un momento… - ¿Tú eres amiga de Sarah? – pregunté a aquella chica

- ¿Malo? Siento desilusionarle, señor de pelo naranja, pero aquí el malo es mi padre- comentó airado Christian.

Creía recordar de algo a ese ser anaranjado, pero no conseguía ubicarlo en su memoria.

- En cuanto a lo referente a la pregunta de la señorita, creo que cuantos más, mejor, pero esperemos el consejo de los sabios.

-Si..., ella es mi amiga-respondió al hombre que le preguntaba sobre Sara.-Y no sé si me da gusto volver a ver a esa... Cosa.

Dijo refiriéndose a Ludo.